Wednesday, September 30, 2009

1983


Hay cosas que una chica tiene que aprender a hacer en algún momento de su vida. Por ejemplo aprender a sacarse el corpiño por la manga sin tener que desvestirse. Desabrochar atrás primero, pasar la mano por una manga, en mi caso arranco por la derecha porque es la que más cuesta, pasar la tira por encima de la muñeca para que desengancharla y seguir con la otra manga. Hacer lo mismo. Agarrar la tirita con dos dedos. Tirar. Dejar que se deslice por pecho y el largo del brazo hasta asomarse por el puño y listo.
Supongo que como toda mi generación, esta la aprendí a los 13 años con Flashdance, en un VHS pirateado antes de que saliese en el cine. Every day, she works in a man's world. Every night, she dances through the universe that is her dream , decía el tagline. Muy largo para mi gusto.
Y cuando ella lo toca con el pie por abajo de la mesa aprendí otro dato. Pero eso vino muchos años después. Muchísimos.

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Tuesday, September 29, 2009

Multirubro Maxikiosko

Hay poca claridad acerca de mi rango de acción profesional. Por ejemplo, acaban de llamarme para que oficie de intérprete, no simultánea, consecutiva, en ceremonia matrimonial laica frente a un contingente de unos cuantos Arkanseños, o llamémosles oriundos de Arkansas (Arkansaw). Menos claridad tengo yo, que dije que sí, que lo medito, que no tengo problemas para hablar en público en ninguno de los dos idiomas. Solo pregunto acerca del vocabulario técnico de la liturgia, que no será tal parece y medito acerca del atuendo que tiene que tener la intérprete durante esos 20 minutos de ceremonia.


Por allá arriba dice:
"Of all the public places, dear, to make a scene, I've chosen here".

Bueno, parece que voy eligiendo otros espacios. Hasta Tinelli y el Maipo no paro diría Zulma, forever Zulma.

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Monday, September 28, 2009

Ego 101


Te lo digo así clarito, es todo un puto viaje narcisista del que hay que zafar a toda costa, aunque sea lo último que logres hacer antes de desaparecer de la faz de la tierra. Un viaje de mierda, claro. Como irte a un Club Med de jubilados all inclusive en Claromecó en el que sólo puedas escuchar a Valeria Lynch por altoparlantes a la hora de la siesta mientras tratás de completar el Autodefinido que nunca te sale. Ni te va a salir. Algo así.
Y te digo otra cosa, el día que le ganás la batalla es como que te abran la jaula; lo corrés a un costado y es navegar en un barquito por las Seychelles mientras te pega el sol en la espalda con un vodka tonic en la mano, un buen libro y el amor de tu vida echado al lado en zunga (que te da besos en la cola). Ah, y por alguna milagrosa razón, alguien te apagó a Valeria.
Algo así.

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Almorzando con Toti

Mi amigo Docampo lo cuenta mucho mejor.

Friday, September 25, 2009

Mi mamá me mima, mi mamá me ama II


Madre hace recorridos por librerías y cada tanto se encierra toda una tarde en KEL. Da una vueltita entre las mesas y estantes y después me llama en voz bajita desde su movi.
-Anything in particular you fancy?
Y nunca puedo contestar porque no se me puedo ocurrir ya, ya, ya qué elegir. Es decir, I fancy all sorts of things, all sorts of books pero basta que me pregunten para que no pueda acotar el deseo y definirme. Entonces la dejo a ella.
Madre me admira levemente porque dice que no entiende mi capacidad de leer poesía y disfrutarla más que nada y que solo el gusta cuando yo le leo alguna cosa que encuentro. Dice que le gusta escucharla así, de mi voz por teléfono y con el texto enfrente. Es lo mínimo que puedo devolverle después de haberme bajado derechito el impagable gen de la lectura.
Hoy me llegó el último regalo; un librito de Faber y Faber (adoro ese logo) de Sylvia Plath. Desde que tengo 15 años cuando me regaló el primero se fue armando ese estante y completando con ejemplares de la misma colección. Uno por vez.

In spite of ourselves.
Our kind multiplies:
We shall by morning
Inherit the earth.
Our foot's in the door.

Mushrooms, de Sylvia Plath, claro.

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Wednesday, September 23, 2009

You & Me


Una vez en séptimo grado -en el recreo del mediodía que era más largo- creo que le mandé una carta en una de esas hojitas de Hello Kitty con calcamonías en la que le preguntaba si quería ser mi mejor amiga. Me mandó otra con estrellitas de Little Twin Stars en la que me contestaba que sí, que dale. Creo que desde ese día quedamos así, mejores amigas. Terminamos el colegio, se fue a Syracuse, volvíó, se volvió a ir, puse el DNI de testigo, fui la madrina de su primera hija mujer, algunas veces nos gritamos, otras veces lloramos como dos perras y hoy pidió reserva para dos en Libélula y nos sentamos a comer juntas, solas.
Miro el reloj de mi Blackberry que me informa que hace 4 horas que hablamos y para variar ni me doy cuenta. A veces S me pregunta como si yo fuese el Oráculo de Delfos, una suerte de pitonisa defectuosa.
-Sabés lo que me pasa, me doy cuenta que cuando era diminuta, 8, 9 años te digo, eh, estaba regenteando una casa o yo me comía ese trip; me estaba ocupando de cosas que hoy a los 38 me darían pánico.
Le cuento de esa época como si ella no supiera, como si no hubiese estado al lado mío, salvo que en esa época no hablábamos de lo que estaba pasando, vivíamos.
-Pero no te lo digo con tristeza, eh, ni en pedo, ojo, no es mi look, es registro más que nada. Darme cuenta nomás. Y ahora me encuentro con que tengo razonamientos de teenager, boluda, que no dan. Como que fui muy sabia demasiado rápido y después lo fui perdiendo.
Es algo más o menos así; crecer de golpe y después quedarte clueless con la que te toca. Si hay algo que tengo claro, es que no la tengo nada clara y está buenísimo.
S se pide un total de 2 caipiroskas de Maracuyá (admittedly mejores que la de Voulez Bar) y yo dos copas de Sauvignon Blanc que me devuelven un poco de la sabiduría olvidada (o eso me creo). Por momentos vuelvo a ser sabia y no por el Sauvignon Blanc. A veces puedo decir exactamente lo que pienso y me sale bien. Clarito, clarito.
-¿Ese jean es de Akiabara?
Podemos pasar de lo más triste a lo más trivial, a descostillarnos de risa, a las bondades de la tira de cola, al Vixen Red de Revlon, a llorisquear y a que mi ahijada hizo 3mts 80 en long jump.
-¿Es mucho eso? ¿Vos decís que sacó mis genes de madrina?
-Que hija de puta que sos…vos no tenías ni spikes.
Recuerdo que los spikes tenían clavitos filosos. También recuerdo que me daba pánico la pistola de cevita que se disparaba en los sports. Creo que ahí saqué conclusiones acerca del peligro del deporte. Nos abrazamos en la esquina de Salguero antes de que yo me tome mi taxi; es un abrazo largo de lo más conocido, como de 30 años.
Con S somos de las atajadoras. Ahora que estoy en casa buscaría uno de esos papelitos con corazoncitos cachudos, pelotudeces y cursilería femenina y le mandaría otra notita con más onda que diga algo así como “Renuevo contrato. No nos habíamos equivocado, nena” .

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Huevito telefónico B2B

Con F hacemos lo que hemos llegado a denominar huevito telefónico. Generalmente la propuesta viene así.
-¿Hacemos algo hoy? ¿Voulez Bar, Dominga...?
-No, paja. Está horrible. Frío. Te llamo cuando llego a casa y hacemos un huevito telefónico.
Con F hablo tantas veces por día como con mi madre. De la nada misma. De esas cosas que solo pueden hacer dos mujeres. A mi madre ocasionalmente le paro el carro exagerando mi estado de ocupada, convirtiéndome en una Gordon Gekko en medio de un mercado que se derrumba y reclama mi presencia urgente.
El huevito telefónico nocturno generalmente incluye tele aunque no es excluyente.
La otra noche estamos hablando B2B, Bed to Bed, de la vida y zappeando. Yo estoy perdida por los 50 y pico como siempre. Últimamente no veo nada de aire y nada de series. Raro en mí. F pega un grito, más bien un alarido. Me hace mucho eso de gritarme en el oído, a veces porque se golpea con los muebles, porque le agarra un retortijón y otras porque lava cacharros de la cocina con el teléfono en speaker apoyado. La odio cuando me hace eso. Ahora, 20 años después, lo sabe y me lo anuncia.
-Voy a cacharrear, sorry.
Pero la otra noche fue un grito sin anuncio, un grito y una frase.
-Please pone YA Canal Encuentro, YA.
-¿Qué hay?
-Ay no sé, como una anoréxica en vitrina. Una cosa impresionante boluda.
F me hace estas cosas también, la falta de precisión en las definiciones tremendistas. La anoréxica en vitrina no era Karen Carpenter, era una momia inca.
Flaca, claro, y en vitrina, seguro.
Dado que estaba en un museo.

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Tuesday, September 22, 2009

Deformaciones Profesionales


Estamos sentados todavía en la mesa de lo que fue el asado en lo de Camote. Yo aprovecho para mis ñañas, abro la cartera y manoteo mi gloss y mi Moleskine. Ambos dos viles reemplazantes, muletos de sus otros yo. No les llegan ni a los tobillos pero es lo que hay. N me observa intrigado, me sigue las manos preguntándose qué es lo que voy a hacer ahora, supongo. Entonces despacio abro, me pongo un poco en un dedo, en los labios con toquecitos, los sello un segundo, cierro, saco la agenda, una birome negra (solo escribo con birome negra), busco el calendario, encuentro septiembre, el día indicado y ahí nomás lo rodeo con un círculo perfecto en negro, como un lazo, como un hoop de esos que empujábamos en el colegio. Mira anonadado.
-¿Qué? ¿Qué pasa? Me vino, tengo que anotar, ¿qué tiene?
Pone cara de tremenda impaciencia, sonrisita socarrona y ay, ay, ay.
-Son todas iguales, eh. Todas cortadas con la misma tijera.
Y ahí no entiendo si engloba a todas las mujeres del planeta en general, a las que estamos en ese jardín, a las que anotamos o a las que lo sacamos de quicio.
-Mismo vicio, mismo colegio. Cuadernito, lapicito, circulito…
Porque ahora sucede que el registro compulsivo de mis ciclos (que ya le expliqué que son por puro control médico y cualquier mujer responsable que se precie de sí lo hace) el se lo adjudica a la Benemérita Institución. Y lo peor de todo, es que no se si alguna vez me lo enseñaron y puede que tenga razón.

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Monday, September 21, 2009

Flipper

A veces la cabeza me queda en tilt, se me pega una propaganda ponele, y no paro.
La semana pasada estuve todo el día dale que dale con Mamámamá, Lu-Lu- Luchetti. Pero como si nada y sin previo aviso me vuelve algún poema viejísimo de Hardy tipo The Going y ando por la calle con Why did you give no hint that night y sigo sin entender por qué se me aparece cuando lo debo haber leído hace por lo menos 20 años.
Y de ahí como un iPod en shuffle el fin de semana "the wind is in your hair, it's covering my view, I'm holding on to you, on a bike we've hired until tomorrow" y me cuestiono que si lo cantase yo significaría por ejemplo que ando con un pelilargo hipón en una moto con los pelos volados y la imagen me manda a la B. Aunque no, es más una cosa de bicicleta con ella sentada en el manubrio (que me da todavía más miedo que la moto).
Pero después como en un flipper me viene el final y no me canso de esta partecita que me sale más despacio:

if only they could see, if only they had been here
they would understand, how someone could have chosen
to go the length I've gone, to spend just one day riding
holding on to you, I never thought it would be this clear.

To spend just one day riding. Lo que dure y no arrepentirse ni un segundo. Ni un segundo. Esa parte la tengo clarísima.

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Friday, September 18, 2009

Indocumentada

Una cartera es una cartera. Una cartera robada es reemplazable. No me preocupa. Ni siquiera era una de mis preferidas. Los contenidos, eso sí, en orden de importancia figuran a continuación. All gone.
Una agenda Moleskine colorada con TODO, absolutamente todo lo que me tengo que acordar y los que no me quise olvidar del 2009. No sé si me tiene que venir el 22 ó el 26. Tengo un mero reemplazo que no me gusta tanto; otra Moleskine negrita que arrancaba July 2009 con todo el 2010 incluído. Algo raro. Cualquiera puede entender que no está bueno arrancar agenda nueva en septiembre…
El bendito delineador de labios Mac, color Spice. Hay uno extra entre mis cajones pero no es lo mismo.
Un cuaderno en el que fui escribiendo todos estos meses y cualquiera pensaría que estoy mintiendo si en una de las páginas del final encuentra un párrafo que arranca con algo así como “a veces fantaseo qué pasaría si pierdo este cuaderno, qué va a hacer el que lo encuentre…”. Ahora ya no fantaseo más. Me imagino nomás que lo tirarán en el medio de Alem y una patota de yuppies le caminará por encima. O no.
Mis anteojos “de ver” y los no tan nuevos de sol.
Cédula y registro. No quiero pensar.
Mi J´Adore chiquitito.
Las llaves. Inclusive la de abajo de lo de F que me dio para no tener que bajar.
Amex, Mastercard y Banelco canceladas. Home banking tampoco funciona.
Mis tarjetas personales y un monederito de Accesorize que había comprado en un viaje a Londres.
Una cajita de Ibuevanol recién empezada.
Tiempo y plata. No mucho más que eso.
Y nunca es lo mismo que te pase con alguien ahí para abrazarte y preguntarte si cambiaste las cerraduras de tu casa y la oficina al final del día, claro. Gracias.

Wednesday, September 16, 2009

Wisdom Doth Make Cowards of Us All

Las reglas que rigen el universo. Con los años he acumulado una serie de reglas tontas que uso y descarto a conveniencia, gusto y piaccere. Es decir, son reglas cuando me conviene y son una pelotudez total cuando no.
En random total y con la convicción absoluta de que mañana pueden quedar descartadas, de cuajo. O no, claro.

1.El mundo se divide entre aquellos que se bancan la luz de tubo de Scuzzi y los que no. Soy del segundo contingente.

2.Esa otra regla que existe entre la rotosidad del look y las chances de encuentro.
Cuanto más rotosa la joggineta, más altas las chances de cruzarme con El Impecable por Libertador, justo a la altura del banco de Galicia de Ocampo, por ejemplo. Bien iluminado como para quedar expuesta. El short impoluto, zapatillas relucientes. Hasta transpira prolijo. La misma regla rige a la inversa, claro, sino no sería una regla. Las chances de encuentro disminuyen proporcionalmente cuánto más lookeada estás.

Dicen mis amigas por ejemplo, que pasados los 35, la alta velocidad al inicio de una relación es directamente proporcional al palo que te vas a pegar.

No existe relación alguna entre la efectividad del phone sex y la práctica de cuerpo presente.

Cuando la cosa se complica, hay que dejar de insistir. Tiene menos sentido que ponerse a separar un kilo de fideos pegados.

El goma de los 22 se convirtió en el candidato de los 30.

Ya dije alguna vez que un llamado en día de semana, pasadas las 2 de la mañana solo puedo significar dos cosas: sexo o muerte. Y si se me permite la enmienda, es factible afirmar que las dos opciones van a ser malas.

La depilación impecable atenta contra tus chances de sexo. La mayoría de las veces, lloverán propuestas cuando hayas visitado a Mónica Brenta hace unos 20 días.

Cuando me resurgen los ímpetus deportistas, el clima invariablemente se arruina: llueve o baja 14 grados la temperatura.

Cuando te comportás como un pibe, no dás explicaciones y simplemente optás por desaparecer, necesariamente sentís culpa.

Tuesday, September 15, 2009

Cango´ Lunch Revisited *

El señor de Sipan ya me conoce. Tiradito de maracuyá y los rolls más picantones. Dos vasos de vino. Hablamos de laburo, de las familias, Australia, Toti, la muerte de Hugo. Más laburo, cobranzas pendientes, facturación, mi pelo… cualquier diría que nos vemos uan vez al mes y no trabjamos a medio metro la una de la otra. K pide algún postre con maracuyá para seguir con la onda del tiradito y Señor sugiere más que un postre, un trago. Un trago de helado de maracuyá, champagne, frutillas y pisco con dos pajitas. Agarramos una cada una y festejamos cumple de K. Quedamos como laxas (en la barra porque Sipan está lleno de gente) y me cuesta horrores emprender la retirada. Pienso que me gustaría que me pasen a buscar y me lleven en cochecito tipo bebe de vuelta a la oficina mientras voy mirando la gente que camina por Florida, por Paraguay…Exactamente ahora, estoy en ese estado en el que pierdo apenitas la represión y me acerco a la banqueta esa que tengo frente a la barra en casa y me pega besos. Un cachivache. Todo por almorzar en Sipán y tomar un Sauvignon Blanc festejando cumpleaños de socia y pedir de postre el de maracuyá que, claro, de postre no tiene nada.
Nada más que helado de maracuyá, Pisco y medio litro de Champagne. En fin. Eso. Que me relaja.

*Cuando vivía en Londres, mi amiga S usaba unas chatitas negras que en el momento eran lo menos y no parábamos de criticarle. Ella nos miraba snob, bajaba la vista a sus pies y decía:
"Black ballerinas? Can´t go wrong".
nos daba mucha gracia la expresión y con los años quedo el tema del Cango.
Sipan? Cango.

Monday, September 14, 2009

A House with a Tree


Parece que una Navidad a mamá y papá se les había ocurrido comprar un pinito de verdad en vez de la cachirulada plástica all inclusive de Tanti que solía pararse en medio del living. Supongo que eran de esas primeras navidades que yo iba a tener registro de los hechos y de ahí la inspiración materno/paterna. Miento, no tengo la menor idea pero tiendo a pensar que lo hicieron por mí.
El pinito sobrevivió las fechas en su maceta en medio del living y cuando llegó la hora de desarmarlo, a Toti (como era de esperarse) le dio lástima tirarlo. Vivió unos años en el balcón que daba al jardín y cuando ya no aguantó más entonces Toti agarró el pinito que no era más alto que yo a eso de los 8 años y lo trasplantó en el frente de casa.
Nadie le daba demasiada bola al pinito; convengamos que sólo Heidi le hablaba a los abetos y claramente ese no era mi look. Tal vez mamá, cuando sacaba su Fiat Super Europa del garage marcha atrás -en un intento por no derribarlo- lo registraba.
Con el tiempo el pinito se empezó a vencer hacia un lado y todo indicaba que estaba apestado y llegando a un fin prematuro. A Toti le daba pena pero no tenía idea qué hacer y un día mientras estábamos mirándolo en la puerta de casa pasó un linyera que siempre hacía el camino Rosales-la estación y se ofreció a curarlo. Al rato volvió con unos trapos mojados que le ató justo a la altura a la que parecía estar la peste. El linyera pasaba todas las noches a revisarlo y cambiarle las vendas cada tanto. El pino siguió creciendo, torcido pero siguió.
Ahora mi amigo Quito me manda una foto en la que veo claramente que está altísimo y apenas puede percibirse ese defecto de hace unos 30 años, es solo una curvita en la base del tronco. La foto llega en un mail que dice Fotos de donde era tu casa. La casa, claramente no está más. Al lado, Jurassic Park still standing y el pino, paradito como ese primer día.
No me gusta demasiado volver a Olivos. No me gusta demasiado Olivos, creo. Pero cuando paso, bajo por Rosales (los porteros ya no me reconocen y Don Sosa debe estar más que muerto) y me acuerdo cuando era cortada y nos trepábamos por el cerco a jugar en la quinta de los Cornejo Saravia que tenía unas barrancas enormes llenas de enredaderas por las que rodábamos hasta abajo, hasta que el cuidador salía a los escobazos y nos escapábamos jurando que no nos había reconocido. Todos los sábados la misma jodita. Ilusos.

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Sunday, September 13, 2009

Jurassic

Cuando mis abuelos fueron muriendo y mis abuelas se quedaron solas, terminaron mudadas a un edificio en Olivos (una en el segundo, otra en el quinto) plagado de viejos y viejas ingleses que en pareja sumaban los 179 años. Como Nora y Leslie o Mrs. Hutchinson que trabajaba de cuida recreos y también había sido ex alumna hace más de 65 años en la Benemérita Institución y cuando me encontraba patinando sola por Rosales a las siete de la tarde un día de semana me interrogaba acerca de si “Isn´t it time for little girls to go to bed now?”. Y la verdad que yo no me animaba a contestarle pero tenía una amiga que sí y un día nos miró y a la voz de “But how terribly rude” se dio media vuelta y casi como la Queen Mother se metió en el edificio de Rosales y desapareció habiendo mandado la mayor puteada de su universo.
Con las nietas de Mrs. Sheffield (otra inglesa a la que sí le caía bastante simpática porque hablaba un inglés casi impecable a pesar de mi imperdonable cualidad de Argie) bautizamos al lugar Jurrasic Park.
Mis abuelas se murieron también. Quedaron los departamentos con otros dueños. Mi casa fue demolida hace unos años (ese es otro cuento) y ahora hay una de esas torres imposibles antes de la barranca de empedrado que bajaba (y sigue bajando) hasta la estación Olivos, que cuando vivís ahí es simplemente la estación. No queda nada que la identifique, que diga ahí estaba mi casa; apenas el pinito ese que plantó Toti después de una Navidad porque le dio lástima tirarlo pero ese también es otro cuento.
Jurassic Park, por su lado, sigue en pie.

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An Elegant Retreat

Porque hay que entender por ejemplo, que yo vengo de una personalidad discutidora, de si no la gano la empato, hasta pendenciera en el temita emocional, de meterme a defender cualquier causa injusta solo porque hay que. Y vaya a saber uno en qué batallas al pedo me metí. Tantas que ahora que lo pienso, esta retirada prematura antes de siquiera escuchar el primer cañonazo hasta es un acto de recientemente descubierta valentía.

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Friday, September 11, 2009

Mi Nine Eleven

Pardonnez-moi, Pink Floyd.

I´ve got a little black book with my thoughts in
I´ve got the obligatory Moleskine scrapbook,
And the inevitable tacky lines in it.
I´ve got second sight.
And sometimes third, fourth and fifth.
I can make my daily matters into endless essays.
I´ve got amazing powers of observation.
Never doubted those.
I make a point of clean smelling hair,
Cause I knew your nose would rest there.
I´ve got wild staring eyes.
And sometime around September 11 last year, decided to keep them wide open.

Thursday, September 10, 2009

My Obsession



Todo dimmerizado así sin límite. Porque me obsesiono, me agarro con algo y me obsesiono. Ahora es la aplicación de reóstato en cada aparato de iluminación del chateau.
Y así con todo. Ayer ponele, se me ocurre notar que mi lapicito delineador de labios Mac color Spice, the one and only, irremplazable, irreproducible en cualquier otra marca, está empequeñeciéndose. Mucho. Lo noto justo antes de dormir y entonces empiezo a obsesionar con la ubicación de su reemplazante; uno idéntico traído por Madre de su ultimo viaje y prolijamente guardado en una ziplock junto con repuesto de lipgloss y un rimel. Lo de prolijamente guardado es mentira. Di vueltas en la cama tratando de recordar dónde estaba. Hasta estuve tentada de prender todas las luces y ponerme a buscar pero me pareció patológico. Nadie sabe por qué no me parece patológico obsesionar con este tipo de cosas antes de dormirme por ejemplo.
La carrera por la dimmerización hogareña arrancó con lámpara china nueva de mi cuarto. Ahora sube y baja a piaccere y crea clima para desmayarse.
-Bulo.
-¿Vos decís?
-Bulo.
Puede ser pero es perfecto.
Amigo ayudó en dimmerización de lámpara antigua de pie con pantallitas Moulin Rouge. Ahora, en lo que parece un ballet de nado sincronizado, las tres lamparitas bajan al unísono hasta el mínimo de luz posible. Toti diría:
-Esto en cine se llama one foot candle.
Lo dice con una pronunciación dudosa pero el concepto es bueno; el mínimo de luz posible emitido por una velita. Así dimmeriza mi lámpara.
Con el pequeño reóstato en mano memorizo las instrucciones que me dio el electricista en voz alta.
-Dijo que el cablecito de la punta tenés que separarlo en dos, y ojota, una de las puntas sigue por…
-Sh…
Amigo tiene cara de dos cosas. Querer ahorcarme con cable es una. Hacerme sostener los polos con ambas manitos y conectar switch on es otra.
Prueba de luz. Anda perfecto.
-Ay, me pasan cosas, eh. ¿Cómo sobreviví una vida sin esto? ¿La de la cocina se puede también? Porque fijate que para cocinar yo te dejo prendida esa fuerte que es casi de seguimiento de prisioneros en Guantánamo pero todo bien porque te mido la doradez de la pechuga, el caldo del risotto…ahora cuando quiero comer ya me manda a la B tanta luz. ¿Se podrá?
-Todo se puede.
-¿Easy estará abierto a esta hora?
-Sos una ansiosa de mierda.
-Mal. No saber posponer el deseo. Te juro que ese es el mal de mi vida. Posponer el deseo.
Si lo tuviese a Lacan enfrente se lo diría.
-Jacques, ya está man. Le encontré el rulo al asunto. ¿Cómo posponer el deseo? De eso se trata. Listo, quedate con el vuelto.

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Avisos Parroquiales

Mi cumpleaños NO es hoy. Es el 10, sí.
Pero de octubre.

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Wednesday, September 09, 2009

Cango´ Lunch

Monday, September 07, 2009

Aparcar

El garage ese de Cerviño tiene sus vueltas. Más que vueltas tiene el temita del ascensor que es divertido una, dos, tres veces porque te pega Italpark pero llega un momento en que el que querés dejar tirado el auto por ahí y a otra cosa. O hacer como esta mina que iba al colegio conmigo y no sabía estacionar. Se bajaba en taco aguja, miraba un poquito a su alrededor y si veía una cara confiable (en lo que a maniobras respecta) se acercaba y le decía:
-Ay, señor, ¿me lo estaciona?
Confieso que de muy niña lo hice, (en las épocas de pollerita escocesa) cuando todavía no tenía incorporado eso de “pasate del auto que está estacionado, cuando le llegues a la mitad, pone marcha atrás y todo el volante para una lado hasta que tu farolito de atrás esté alineado con el del otro auto en diagonal, ahí todo el volante para el otro lado y después para adelante, en dos maniobras, reina”. Muy academias Oscar la explicación. Mejor agarrarla solita. Y además, queda claro que para la teoría todos la tenemos atada.

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M.I.A

Pero por un ratito nomás.

Friday, September 04, 2009

Step on the gas, babe

A unas cuadras de la oficina está el Golden. Cada vez que paso por la puerta me deprimo un poquito. Hay unas pantallas con chongos aceitados puro músculo, pura eslipetta, puro bulto en la vidriera como invitando a pasar. La cuestión es que no invita a pasar. O puedo ser yo un gran contra ejemplo pero deja impávida. Sigo derechito de largo y ni miro. No me calienta pero ni un poquito. En principio me preocuparía que todo ese aceite que les recubre el musculoso cuerpo de Adonis se me pegoteara irremediablemente en el pelo y no poder sacarlo ni con NO RESIDUE de Neutrogena. Segundo, me daría un poco de miedo que me palmen de un bobazo ahí nomás con tanto esteroid. La cosa es que jamás llegaría a la cama. Y después está el tema de la gomita esa que se ponen, please, no da ni un poco.
Me calientan más los trajeaditos que vienen cruzando Plaza San Martín para el caso. Y no es que hable desde el desconocimiento y la ignorancia. Hace un millón de siglos fuimos (como también fui a Black, claro, porque yo soy muy del país que no miramos) y salimos deprimidas. Con las minas más que nada. Todo muy para atrás. El concepto de despedida de soltera ya es patético de por sí. Como esa otra vez que se la cortamos en pleno Es como un gato siamés a Carlos el stripper porque nos dio cosa y al grito de "Carlos vestíte" nos quedamos tomando cafecitos por horas mientras nos contaba las materias que le faltaban para recibirse y los pormenores del oficio que no eran pocos. Un amor, Carlos.
Es una cosa loca esa de usar los mismos parámetros estéticos para calentar a los tipos que a las minas. Es decir, a dos cuadras, sobre Suipacha o creo que también por Esmeralda está lleno de estos bolichitos subterráneos con minas en bolas sacando culo en las fotos de la entrada. Mucho dedito en boca, mucho culo elevado con espalda quebrada, mucha cara de gatita en celo. Es comprensible. Al cliente lo calienta, lo intriga, entra y garpa. Hasta a mí me entretiene más que a los Goleen Boys. Estratégicamente, enfrente hay una casa de “Chiches” con algún nombre cachudo y mucho equipito guerrera, conejita, mucamita y todos los diminutivos. O será la zona. Puede que esto sea un gran puterío. Ahora, lo de los pibitos aceitados no me va…
Si supiesen las cosas que la calientan a una. En lo personal te feticheo grosso con lo escrito, pero no necesariamente en libros, ojo, un número (1) así en bold, al lado de mi Inbox como la confirmación de un mail que estoy esperando puedo llevarme de 0 a 60 sin poner tercera. Y una frasecita boba, un “no sabés como me calentás” así escrita, a 100 directo sin escalas. Pero verlo, con los ojos y el resto va por cuenta mía. Ese es el tema.

Dormir con lluvia

Los adoquines de acá afuera y un auto que pasa en la mitad de la noche, me confirman que llovió y que llueve. Las ruedas salpican y se puede escuchar perfectamente. El sonido es tan claro como una marcha atrás de media cuadra. Inconfundible. Me concentro un segundo solo para poder seguir sintiendo el placer de saber que puedo estar en mi cama varias horas más. Porque además de todo afuera está oscurísimo.

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Wednesday, September 02, 2009

Nemo

Cliente II hace gestos con las manos. Parece que rebota dos pelotas de basket a los costados con las manos o toca las tumbadoras lento. Quiere decir algo. Nadie entiende qué dice. Salvo yo.
-¿ Que estás en un break even?
-¡Exacto!
Y hace un chasquidito con los dedos mientras me apunta. Cliente II me quiere y es buen tipo. Cliente II tiene menos concentración que un pececito tipo Goldfish (que parece que no pueden recordar ahora lo que pasó hace 6 segundos) y salta de un tema a otro sin hilo hasta que se cuelga mirando la 9 de julio. Yo miro también pensando que pasó algo pero no hay nada más que el tráfico habitual de las mañanas y voy calculando cuánto me va a llevar caminar hasta la oficina. Cuando vuelvo la cabeza cliente mira tetas que presiento lo ponen contento pero desde un lugar inocente, casi infantil. No se da ni cuenta y con la misma cara sube a mi cara. Retoma el diálogo que nos compete. Cada tanto se vuelve a olvidar de palabras y le completo las frases. No parece molestarle. A veces me pregunto si peco de ansiosa. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Peco de ansiosa porque soy una ansiosa de mierda. Cliente II tiene dificultades para cerrar la reunión. Yo considero que el tema está agotado y doy todas las señales del caso. Apoyo la taza de café, suspiro hondo y voy cerrando mi agenda mientras tiro la palabra “Bueno”, los tres puntos suspensivos que le siguen y el “entonces quedamos así, lo vemos, te presento una propuesta y ahí nos volvemos a reunir”. Cliente II es manso y acata. Se pone de pie, me acompaña a la puerta y en el camino se detiene con una instrucción a su secretaria, se olvida de mí y lo pierdo. Lo saludo desde la puerta con un relajá, salgo sola y gestito de hablamos. Se da vuelta y lo veo volver a su pecera de lujo con vista a la ciudad.

Tuesday, September 01, 2009

Business as usual

Cliente pide promotoras para evento. Contacto agencia de promotoras. Roberto contesta teléfono y define categorías en las que vienen las promotoras.
Muy llamativa, llamativa, institucional, azafata y así.
-Supongo que llamativa.
-Bueno, te explico. Estamos hablando de 100/120/66/100…
Roberto asume que inmediatamente puedo imaginarme de qué se trata como si fuese Pancho, pero me quedo en el 100 que me suena familiar y después me pierdo en lo que parecen instrucciones para la largada de una carrera de regularidad o algo así. Aunque ni idea tampoco.
Roberto envía foto promotora muy llamativa. TDTT, sería la categoría. Todo culo todo teta. Silvana se reclina sobre un auto de TC 2000 con la calza y botas reglamentarias y la musculosa de rigor con pupo al aire.
Roberto explica en su mail posterior:

Como verás en Silvina se hace mucho incapié en las virtudes físicas de ella, en Agostina ya se comienza en una mayor ingerencia del rostro, y Lorena y Laura el perfil de ambas es prácticamente el mismo lindo rostro, cuerpo armonioso etc.
Todas ellas son universitarias, muy buena predisposición y con experiencias en diferentes eventos.

El hincapié sin H es copyright de Roberto.

-¿La ingerencia del rostro, me decís? (no lo resisto y me propongo hablar de ahora en más en este nuevo idioma que aprendo).
-Eso mismo la “carita” de algunas chicas es más importante.

Tengo una imagen repentina de Roberto diciendo carita. Es sabido que el uso del diminutivo es síntoma claro de perversión, a menos en mi universo y sino alguien debería ocuparse de analizarlo. Arranca con que carita bonita que tenés y termina con sentate tranquilita por acá que mientras vos te vas sacando la ropita te traigo un cafecito.

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Love Voodoo

You peel me like an onion skin,
And wonder at the state I'm in,
One day you'll turn up to begin,
And find there's nothing left but innuendo...

Porque un teléfono que suena a horas desubicadas y ese llamadito de la nada para decir nada y llevarte nada, es la nada misma. Qué manía la de hacer apariciones "uncalled for".