Monday, December 31, 2012

Debería

Ir despidiendo este año.
Este año largo.
Largo y turbulento.
Turbulento pero que termina bien.
Bien y tranquilo.
Tranquilo y con palabras como "Remisión".
"Remisión, estamos apostando a una remisión, vuelvan en 4 meses".
Meses hasta volver a los médicos.
Médicos, harta.
Harta pero agradecida.
Agradecida por todo.
Todo lo bueno y lo malo también.
También eso.
Eso de ir despidiendo a este año.

Wednesday, December 12, 2012

Lágrimas

Saladas como buche de mar.

Thursday, December 06, 2012

39

No tienen más de 24. Ella es blanquísima con rulos pelirrojos como Annie, agarrados con una vincha con moño negro diminuto al costado. El es morocho, pestañas eternas que dan ganas de acercarte con un dedo y tocárselas como sue fuesen flecos y ojos verdes que con tanto negro alrededor son más verdes todavía. Estamos todos apretados en un 39 que atraviesa Santa Fe como un anfibio en un día de tormentas y nubes tóxicas en Buenos Aires. Ella tiene un brazo (muy pálido) levantado para sostenerse. De atrás él la agarra también y mientras le habla casi al oído (aunque yo escucho) le va dando besos en el brazo; arriba del hombro, baja, le pasa una mejilla con un poco de barba (la justa como para ser canchera pero no picar tanto) y después la nariz. La huele. Respira profundo tanto que cierra los ojos cuando lo hace. Ella no lo ve, yo sí.  Es tan obvio que ella le gusta tanto. Yo disimulo, miro para otro lado y me distraigo con la ventana pero todo es mucho más aburrido que ellos. Vuelvo. Ella baja la cabeza y se ríe. Por momentos levanta los hombros y sacude apenas la cabeza por las cosquillas y lo mira de costado. El tiene dientes blanquísimos. Se acerca y le da un beso. Ella es de las que tienen piel sensible como yo y quedan todas coloradas si besan largo a una cara con barba. Obviamente no le importa nada. A mí tampoco (y mucho menos la piel perfecta que te queda al otro día).
Ella baja el brazo, total el la sostiene con uno y con el otro va trazando una S que arranca en el interior de la muñeca y termina justo ahí donde el brazo se dobla, donde las cosquillas pueden ser insoportables.
Sigue lloviendo a cántaros afuera de este 39. Sólo pienso que ojalá tengan un lugar a dónde ir, un lugar para coger el resto de esta tarde.

Tuesday, December 04, 2012

Desde el diván

Me mira desde su sillón. A veces me ofendo que no me haya invitado a pasar al diván; es como estar estancada en un nivel Upper Intermediate y no pasar a un Advanced porque no te sabés los Conditionals, porque no podés hacer construcciones del tipo "If I had married that guy I was in love with then, we wouldn't have lasted more than a year together ". Estás ahí, como en una meseta idiomática psicoanalítica. Castigada en el sillón, sin posibilidades de graduarme con honores horizontalmente aún. Quiero la horizontalidad de mi diván.
Por otro lado, disfruto de ver sus caras, hasta su aburrimiento a veces. Inclusive eso.
El otro día llego y me siento. Larga perorata de ese personaje que siento ahí a quejarse, la del PH ácido. Puro sarcasmo, pura ironía. Un asco de persona. Pero sobre todo el relato negro, todo oscuro, agobiante y sin salida. Intercalo risitas socarronas en el cuento como para enfatizar que "tan jodidamente jodida estoy que hasta me río de estas desgracias" y después le pongo llanto, lagrimones pesados y con ruido. Mezcla con angustia auténtica.
Interrumpe. Pone cara de Sigmund.  Espero de esas pequeñas grandes palabras con las que a veces me interrumpe.
-¿Te está por venir a vos?
-Hoy.
Lo odio.

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Monday, December 03, 2012

Staring at The Sun

En mi pequeña y poderosa nariz caben todos los olores del verano. Están discriminados, no son del invierno ni de la primavera ni del otoño.
El Chapstick Classic con su color piel bien clarito como queriendo disimular que es color (“lo hicimos sin colorantes”), hace lo mismo con el perfume. Tiene apenas un dejo suavecito que nada tiene que ver a los insoportables Cherry o mentolados, que no quiere ser perfume pero es. Nada invasivo; igualmente lo huelo y lo reconozco mientras el perfume sube de mis labios a mi nariz y ahí se queda. Chapstick. Classic. Envase negro. Lo conozco desde que tengo uso de razón.
Está también el olor de la piel del antebrazo cuando apoyás el mentón para leer de espaldas al sol bien cerca del libro. Es una mezcla perfecta de piel bronceada y cloro y Capital Soleil +50 de Vichy, cada uno en su proporción. Olor a sol metido en la piel. Juro que no es el mismo olor del invierno, tal vez una mera sofisticación del auténtico pollo Trac humano.
El alcohol del Campari ya mezclado con los hielos cuando uno le acerca la nariz para tomar (un perfume rojo) con la rodaja de naranja que se asoma por ahí también.
Y en el verano, sin tanto olor como un viejo Penguin Classic tal vez, algún libro de Mc Ewan y sus disturbingly perfect sex scenes y esa cosa de leerlas impunemente a plena luz del día y que queden ahí colgando en la cabeza y sólo puedan sacudirse con una sumergida en una pileta helada.
Y salir de "lo hondo" media sorda y secarse al sol. Y el olor a cloro.


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