Monday, May 31, 2010

You may be my lucky star, but I’m the luckiest by far


Cuando bajo a la entrada y vuelvo, apenas abro la puerta, mi casa tiene el olor perfecto a manzanas y peras calientes, canela y almendras del crumble que todavía espera en el horno.
-No sé qué decirles con el tema del postre, eh. No me tengo mucha fe.
Y es verdad, lo único que reconozco es que los olores están bien, exactamente como tienen que estar.
Pienso que de los pocos arreglos estructurales que le haría a una nueva casa para que sea perfectamente yo, sería incoporarle la cocina al ambiente, todo como para poder cocinar y estar.
N llega primero y se sienta instintivamente en la banqueta de la pared mientras termino unos langostinos al limón con dos o tres gotas de Mongolian Fire Oil que quiero estén ya listos para cuando suene el timbre y los 4 nos sentemos a comer.
R insiste en meter la nariz en la sartén pidiendo los ingredientes que son tan pocos que me da vergüenza citar. Esperamos la comida y en poco tiempo ese bebe que ella lleva en la panza. Falta nada.
-Esta casa tiene buena onda.
N se concentra en los detallecitos que le deben parecer tan de mina.
-Como te gusta la cosita, la velita, la lucecita…
Se ríe.
-El cachivache, bah…
-No, no, tiene onda esta casa.
-Uh, me falta la estrella, bancá que prendo la estrella. ¿No es lo más mi estrella?

Ahora sí la luz está impecable, los langostinos listos, el curry esperando en el fuego haciéndose más picante mientras pasan os minutos y las copas con vino. Me gusta que la gente llegue y se quiera quedar. Quiero que mis casas sean así.

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Sunday, May 30, 2010

Y a vos

¿Qué tortuga se te escapó?

Thursday, May 27, 2010

Abajo de la cama

Indefectiblemente subo las escaleras como si nada, como si las conociese de hace 10 años como las conozco, subiéndolas casi a ciegas, y de ahí (desde el último escalón) saltito directo hasta la cama como si fuese la menor de los Von Trapp con miedo a la noche de truenos. De ahí, hasta prender la tele no bajo ni un pie. Nada de asomar una pierna y dejarla colgando ahí.
Por lo de abajo de la cama.
Porque a los 39, me da cosita lo de abajo de la cama.
A veces me pregunto si viviendo con alguien se me va a pasar del todo o si de muy viejita no me va a pasar más. O si directamente algún día te olvidás que hay abajo de la cama.

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Wednesday, May 26, 2010

No seré Juan Craveri, claro

Supongo que el cálculo es los perímetros corridos sumados, dividido por la cantidad de minutos y eso da algo así como la velocidad. Puede que de la masa, la hipotenusa y 9,8 metros por segundo cuadrado la aceleración. ¿O es la gravedad? Lo importante fueron las vueltas y unas desconocidas endorfinas sumadas a algunas conclusiones a las que me llevó el recorrido. Cuando yo corro, escribo. Por lo demás, pensamientos sospechosamente positivos, demasiado para mi gusto y so not my style. Por un momento creí hasta haber perdido la ironía y me preocupé. No temer. Es pasajero.
Conclusiones:
La fundamentalidad de la música
Acompañan muy bien la corrida: Madonna con Ray of Light en un remixeado bastante power, varias de The Cure, Ramones y Shoviendo Estreshas de Cristian; después me quedé corta, que de no ser por la motivación interna que llevaba hubiese revoleado el iPod en pleno Rosedal. Se escuchan sugerencias.
La intelectualidad en el lago no garpa
Correr con anteojos es incómodo, entonces me los saco y a fin de no estrellarme contra los árboles o bien hundirme en el lago Alfonsina style, me pongo lentes de contacto y salgo. Si bien nunca me molestaron y hasta tengo algún recuerdo de frasesitas del tipo “me calientan bastante esos anteojitos”; confirmación de que no iban en detrimento de las posibilidades de seducción en el lago no garpan. Te los sacás y desconocidos te saludan en la segunda vuelta como si los conocieses de toda la vida. Exagero, fueron dos nomás.
Y uno se parecía a la Mole Moli.
Wonderbra
Pero al revés. El corpiño deportivo no te hace buenas tetas. Eso hay que saberlo. Más bien te las achata y comprime volviéndolas manejables. Una aberración.
Pelotudos hay en todos lados.
Esa sería otra.
En Palermo, la flora puede cambiar
No así, la fauna.

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29db under por 7 con noventa

No hay nada peor que te critiquen algo de los que vos ya tenías en mente desprenderte. Como que te recalquen todos los defectos de un novio cuando estás meditando dejarlo.
Se acerca a mi viejita Mac y apuntándola con un dedo dice que la blanquita ya no va, que la blanquita no.
-Ya sé, ya sé pero no me lo digas así.
Publicitario atrevido, pienso. Todos unos snobs de las máquinas.
Y de otras cosas. Después se disculpa. Conozco la especie.
Hablamos de mi mudanza. Todavía no tengo incorporado el desprendimiento con el chateau, ni arrancado está. Me concentro en todo lo malo. Espacio. Ruidos. Me freno ahí. A la noche siguiente camino hasta Farmacity solamente para comprar los plugs naranjas para los oídos. Reducen 29 decibeles. No sé exactamente cuánto es eso pero es lo que dice la caja y han probado su efectividad. Sólo sé que las voces de afuera dejan de llegar, los pasos pesados sobre las escaleras de metal se van, los alaridos de la vecina en italiano desaparecen, la manguereada antes de que salga el sol se esfuma y yo en un mundo filtrado hasta las 11.30 de la mañana. Todo lo terrible del mundo, 29 decibeles por debajo.

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Sunday, May 23, 2010

Avances

Escribo 15 páginas más que se suman a otras de algo que no sé en qué se va a convertir. Creo que es hora de tener a alguien que lo lea, alguien que te diga algo así como detenete ya mismo.
O seguí.

Thursday, May 20, 2010

Long distance

LPD llama desde al auto, manejando desde Manhattan a algún rincón suburbano donde vive.
-Hola, Cuca. ¿Cómo estás, reina?
Me hace reír. Instantáneamente le escucho la voz a mi amigo y me río. LPD me dice cosas como que no entiende que no tengo un "mino".
-Cuca, un mino, vos tenés que tener un mino que te cuide bien.
-¿Novio, marido decís, qué es un mino, nene?
-Sí, eso. Lo que sea.
Me sigo riendo. LPD es de lo que piensan que todo se resuelve con una pijadivaine, claro. A el le encanta mi independencia y creo que fue de las cosas que más le gustaron de mí pero cada tanto tiene cierta necesidad de resolvérmela.

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Wednesday, May 19, 2010

Canto como en flipper

Do you believe in rock n roll,
Can music save your mortal soul,
And can you teach me how to dance real slow?

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Monday, May 17, 2010

Connie

Yes: I have re-entered your olden haunts at last;
Through the years, through the dead scenes I have tracked you;
What have you now found to say of our past —

Thomas Hardy, After a Journey

Me pasa cada tanto, soñar con la casa de Olivos, de noche, apagada, oscura. El jardín que bajaba hacia el río, que terminaba en las vías así tal cual yo lo veía desde mi cuarto, apenas con el farol ese debajo de la palmera cerca de la parrilla en la que Toti hacía los asados. Es como que tengo que volver, cada tanto, a resolver algo, a entender un poco mejor las cosas. Y me veo, nos veo, caminando, haciendo las cosas de todos los días, anoche hasta con los vecinos, interactuando. Y cada vez entiendo un poco más.
Muchos años antes de que yo naciera, Toti y mamá se habían encariñado con Connie, mi vecina. Era una rubiecita diminuta que veía tele con ellos los domingos por la mañana y que cuando Toti la tenía en brazos decía: si algún día tengo un hijo, me gustaría que sea que sea una hija, y que se parezca a Connie.
Parece que las cosas salieron más o menos así, que Connie y yo fuimos igualmente adorables de niñas y a Toti se le hizo sencillo el destrone (muy para pesar de Connie) y se enamoró instantáneamente de mí. Puede que a mi vieja le haya pasado lo mismo. Ahora viene de visitarla en Miami, de llenarse la boca acerca de sus lindas hijas y de alegrarse tanto porque su primer hija adoptiva haya salido tan bien. Me alegro aunque un poco ajena a todo.
Me hablan de un tiempo en el que no existí y cuando nací nunca sentí que venía a destronar a nadie, muy por el contrario. Sin embargo Connie andaba por ahí, tan por ahí que parece espiaba desconfiada mi cuna en la Clínica Santa Ana un 10 de octubre, tal vez el 11.
Anoche los vi a todos en sueños, el mismo jardín que se conectaba por un cerco de ligustrina que tenía un agujero de tantas idas y vueltas de un ajrdín al otro, las mismas piedras que bajaban hacia el final del jardín y mi vieja pasando de un lado al otro y Connie entrando en casa y yo en la de al lado.
Y nadie pidiendo permiso.

Friday, May 14, 2010

Frases que sí

-Yo cada vez que suena el teléfono agarro la maquinata de afeitar. Porque sabés que son iguales, ¿no?
-No creo Toti.
-Sí, salvo por la antenita, che...

De Toti, para: "Viviendo en mi universo paralelo".


-Ahora colocan el molde recién salido del horno en un bowl con agua y hielo para cortar la cocción y que se desmolde más fácilmente.
-Porque sha sabemos que el frío contrae, empequeñece, achica.
-Y los dientes también, mami.

De mi chef preferido explicando el clásico volcán de chocolate durante la última clase, para "Cocina Hot para la mujer moderna".

Thursday, May 13, 2010

My kingdom for a cuppa


Dos días en oficina ajena rodeada de gente. Ajena. Me instalo en pequeña mesita redonda mirando el río desde alto y casi no saco los ojos del papel salvo para levantarme y consultar algún tema o contestar preguntas. Un buen cambio para el silencio de estas semanas.
La gente come las cosas más extraordinarias en una oficina, los picnics caseros suelen ser mortales y me hace acordar al colegio, a esas que sacaban ravioles a la bolognesa a las 10 de la mañana. Juro que huelo una salchicha o un embutido del estilo y pienso que es poco apropiado para espacios comunes. Con la cabeza concentrada en el trabajo solo puedo oler café.
Cuando vuelvo a levantar la vista y la nariz, el olor a salchicha se disipó y como por arte de magia escucho a uno de los chicos diciendo que va al Starbucks a comprarse un café. Con la poca confianza que tenemos pienso igual en pedirle uno y lo freno con la mano mientras manoteo el bolsillo de mi campera. El chico además, es clarividente y yo no sabía.
-Dejá. Ya entendí. Y tenés cara de café latte vos.
-Exacto. Tall, por favor...Y gracias.

Wednesday, May 12, 2010

Frases que ya no

-Ah, es muy copado, muy buena onda... Me encantaría que se conozcan.

Hasta ahí todo bien.
Pero después te la coronan con:

-Vos le harías muy bien a él.



De repente lo que necesita es un tecito caliente con una Bayaspirina.

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Monday, May 10, 2010

Depende de cómo le pega el sol

Yo creo que para mi madre siempre fui una chica, podría decirse, osada, que se animó a hacer cosas que ella no hizo ni nunca podrá hacer. Y si bien toda la vida me pesó un poco eso de ser tan hija de mi madre, no podríamos tener personalidades más distintas. Donde yo soy desenvuelta y sociable mi vieja es tímida y más bien reservada. Donde yo soy impulsiva y leche hervida, ella es cauta y sabia.
Las dos lloramos igual. Por cualquier cosa.
Siempre le llamó la atención mi facilidad para desenvolverme socialmente, esta cosa del todo terreno y la comodidad absoluta en grupos de 5 a 500 personas. Me observa desde afuera como una especie exótica a la que ha criado durante años y por eso le resulta conocida pero no por eso menos rara y a la vez un poco ajena. Se sorprende cuando me ve pararme en un casamiento en el que soy la designated speaker, esos en los que golpeás apenas una copa con un tenedor y te ponés de pie y hablás frente a los 400 invitados (en dos idiomas si se debe) y se pregunta de dónde saqué la cara, ese miedo a nada. Que de ella no, contesta, cuando la gente le pregunta y le asoma apenitas el orgullo. Y otro cachito de pudor, puede ser también. Del otro lado de la familia, tal vez.
Otras veces la irrita mi falta de orden, todo el temita deber ser y los mandatos y lo laxa que soy con algunas convenciones sociales, que ella no respeta por snob sino por persona educada que cumple con ciertas costumbres mínimas para la buena convivencia. Los clásicos ¿La llamaste a tu madrina por el nacimiento de sus nietas mellizas?
Las mellizas tienen como 6 y la verdad es que no las conozco y sí, soy monstruosa en ese tipo de temas. Después de todo ellas tampoco me conocen y no creo me extrañen.

A veces siento que Blackbird también me mira intrigado. Un día leo que escribe que para él encaro la libertad. Que cuando piensa en mi vida se imagina la libertad y envidia eso de hacer y deshacer a mi gusto, de entrar y salir a mis ganas. Y en su vida yo encarno un poco eso, la libertad que dice que no tiene.
La que me sorprendo soy yo. No soy la chica valiente que me cree mi madre ni tampoco la mina tan libre que el se cree que soy. Lo que no saben es que me dan miedo justamente esas cosas que a ella le son sencillas; y esa libertad que a veces el me envidia, es mi propia versión neurotizada de esclavitud. Y sí, el jardín del vecino a veces se ve un poquito más verde.
Pero es medio engañoso, depende de cómo le pega la luz.

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Saturday, May 08, 2010

Like Falling in Love


Hay amores que son así a primera vista. Les desconfío, pero existen y a veces te tocan. Otros se amontonan de a poquito y de repente te agarran con vértigo en la panza y un primer beso. Y otros vienen después de una noche.
Me enamoré. Encontré mi almohada en el mundo. Así, sin vueltas. Como dos almas gemelas, el tetris perfecto. Porque cuando es, no se puede dudar, le tratás de poner otros nombres, darle explicaciones racionales, explicar el proceso pero la cuestión es que te enamoraste.
El librito del Sofitel lo explicaba claramente con su Pillow Menu que al principio me pareció un poco exagerado, como el que te cuenta antes lo bien que te va a coger. La fanfarroneada pre que rara vez funciona con una mina. Lo cerré y la miré a M2 con cara.
-Ah, se dieron un poco de manija con las almohadas, man.
Me saqué la joggineta gris que hacía las veces de pijama, corrí el edredón blanco impoluto de mi cama, metí una pierna, otra y elegí entre mis opciones del Pillow Menu. Grosores, altos y texturas y más que nada la profundidad del hundimiento que es, en mi opinión, el factor diferencial de una almohada. Eso y su capacidad de abrace. Las ariscas al abrazo son descartadas inmediatamente y las que se hunden demasiado, tanto que ahogan mi diminuta nariz dejándome sin respiración, también.
Pruebo una, la descarto. La segunda, perfecta. La cabeza en su lugar, permitía la abrazada como para enroscártele un poco hasta con las piernas. Un sueño, una noche entera. A la mañana me desperté con la certeza, me había enamorado.
-Yo no me quiero ir más. Encontré mi almohada en el mundo. Y no puede ser mía.

Tuesday, May 04, 2010

Así en la vida como el bowling III


Me dice que la próxima le recuerde que no tome tanto, que se perdió momentos del cumpleaños. Blackouts. Yo, por lo pronto tengo flashbacks desde el minuto en el que hicimos el check-in y nos tiramos todas en la cama. Bueno, tal vez no todas porque éramos 13.
Tengo recuerdos clarísimos de L chingándole absolutamente a todos los tiros a la vez que se daba vuelta, miraba y repetía “Qué raro, yo era buenísima en esto”. Pero se refería a las botellitas y se quejaba mientras decía que había jurabo que la camperita de Nike de premio se volvía a Laguna del Sol con ella. Error.

En la cama grande duermen V y M1. Tenemos tomados 4 cuartos que se comunican de a dos. M1 dice haber sacado papelitos. A mí me toca dormir con M2 y nuestro cuarto se comunica con el de M1 y V. Entramos y salimos y trasheamos los mutuos frigobars y secamos todas las 13 bikinis juntas en un baño que tiene los restos de una botella de Champagne que estuvo absolutamente de más. Porque hay que tener un límite, claro.
El spa te cansa.
Con M1 y M2 fui al jardín de infantes. Abríamos las puertas de los baños de los varones a eso de los 3. Yo quería ver un pito; no tenía hermanos varones y estaba intrigada. M1 tenía 3 pero igual me seguía. También cantábamos Be sure It´s True, When you Say I love you, todas vestidas de los Roaring 20´s según recuerda mi madre y confirma esta foto.

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Monday, May 03, 2010

Así en la vida como el bowling II


Las ventajas de tener pies 36 de princesita japonesa, es que rara vez te peliás con alguien por un zapato. En esto te destacás de la masa. Salís de la mediocridad del 37 ponele.

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Así en la vida como el bowling I



Descubrí que soy mediocre. Es decir, en el tablero de posiciones final mi nombre estaba de la media para arriba, pero en el medio. Como en otras tantas cosas, un talento hasta ahí. Lo que mejor me salió es esa foto con la bola de boliche rosa, enorme como un chicle Bazooka, no, un Jirafa. La caipiroska no me permite recordar si era una 6 una 8 o la 9.

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