Monday, February 27, 2006

Encuentros cercanos del tercer tipo

Nunca supuse que las iba a conocer. Me habían contado de su existencia, algo así como la antigua Atlántida. De hecho, mucha gente -conocidos incluso- me habían hablado de ellas.
Iba a los mismo lugares que ellos, hacía las mismas cosas y nada. "Les tenés que dar tiempo". "¿Cuánto?" pregunté. "Meses" fue la respuesta.
Parece que era así, porque salgo del gimnasio después de dos horas el domingo a la tarde y otra más ayer y andaba con las endorfinas a full. Las endorfinas me pusieron al taco. Me comía el mundo. Estaba tan loca que pensé: si me llevan ahora a Ezeiza me tomo el primer vuelo a la Polinesia con 17 escalas y cambio de avión en Isla de Pascua.

La gente que va a mi gimnasio no va al "gimnasio" o al "gym" como voy yo. Ellos "entrenan", van a "en-tre-nar". Yo pensé que entrenaban los rugbiers los jueves cuando tienen "entrenamiento" o los fulbolistas (que también "concentran"). Parece que no es así. La cuestión es que entrenando , entrenando me encontré con las endorfinas y me cayeron de perlas.
L dice: para nosotras con un historial de pajerismo, que no nos levantábamos ni para batear en softball, convengamos que el gimnasio no mejora ni detiene nada. Ahora es simplemente por salud.
Eso es síntoma de edad. Hacer las cosas "por salud" es lamentable. pero bueno, aquí estamos, saludables y al taco con las endorfinas. Claro, el vodka tonic y unas pitadas también me ponen bien, pero bueno, a esta edad hay que pendular como con todo parece.

Marketing

De aquí en adelante, en afán de conseguir un dinero extra, Loli y yo dedicaremos nuestras tardes laborales al diseño de juguetes.
Nuestro exaustivo estudio de mercado, nos arrojó un tenebroso resultado: La desaparición de los sets "Juliana" (mamá, veterinaria, secretaria, doctora, coqueta, etc), motivo por el que desarrollamos un producto que esperamos, tapice los escaparates de la ciudad.


LA SHISELA


Charlotte:
Chicas , chicas, llegó Shisela Leñadora
Viene con camisita al tono y hacha de regalo pero ojo que le da a todas las muñequitas!!

Loli:
Loli: la Shisela directora de primario. Es bigotuda!!

Shisela mano de obra: Es no calificada! La comprás en cualquier juguetería de latinoamércia y sale dos mangos!!!! Pedila, con dos pilas AA te labura todo el año!
Shisela carpintero
Shisela carterpiler
Shisela constructora
Shisela camionera viene con un tractor topadora
Shisela soldadito viene montada en un taque sherman
Shisela camionera, en realidad se llama Ramón
tu propia Shisela albañil con pelitos en el zobaco y todo!
son raspá y olé : a chivo
la tocas a contrapelo y Shisela PINCHA!!!! pedilo
Shisela estibador
Shisela partusera? comprá los accesorios!: el Sauna!, strap ons para vos y tus amigas, dildos y anal intruders para ellos y todos los trajecitos S&M
Shisela swinger
chicas chicas!Shisela, gata Flora! la sacás de la cajita y grita la volves a poner y shora

Loli says:
Chicas, chicas, no dejen de tener la Shisela Conchuda!!!!!!

Charlotte says:
Hay dos modelos: Lolita y Charlotte

Loli says:
Se venden por separado. Porque juntas, te destrozan el resto de los juguetes.

Despertador

Indefectiblemente y un rato antes de lo que estoy obligada a hacerlo, pasa un barrendero con una radio portatil AM a todo volúmen y me despierta. Empieza como un ruido lejano en la esquina y para cuando llega a mi ventana ya está imposible de alto y me termina de desvelar. Con un esfuerzo de concentración importante puedo llegar a ignorar los escobazos contra el adoquín que también son mortales, pero la AM es verdaderamente imposible.
Me levanté y fui a comprar leche porque a las 9 llegaba mi alumno y no tenía para su café. En la esquina estaba el barrendero hablando con uno de los porteros. Había apagado la AM pero le asomaba del bolsillo de su traje de mecánico verde así que era el. Estuve tentada de pedirle que la ponga bajito en mi cuadra. No dije nada. Pensé en regalarle unos headphones.

Sunday, February 26, 2006

Lectura para volar

Ya tengo mi pasaje regalado. Solo resta que me pague mi tramo hasta New York. En este mes antes de mi viaje me dedicaré a encontrar material de lectura para el avión. Parece tarea sencilla pero no lo es. Tiene que cumplir con ciertos requisitos fundamentales como atraer mi atención durante la totalidad de horas de vuelo (ya que no duermo casi nada) y tener la extensión suficiente como para no terminarlo en la hora 7, faltando aún 5 de vuelo.
Si bien siempre he sido bastante selectiva con lo que leo (muchas veces pasando por el filtro experto de mi madre), cuando se trata de "libros `para el avión" soy muchísimo más amplia sobre todo porque cuando aterrizo me doy cuenta que no retuve ni una sola palabra de lo que leí. Es decir, mi lectura de avión se lee con ateojos de Rivotril y no tiene que estar necesariamente bien escrita, deberá incluir dosis de enredos, sexo, intriga y personajes bastante inverosímiles. Concluyendo, bien podría tratarse de un best seller. Escucho recomendaciones.

Friday, February 24, 2006

Mood swings




Cuando me despertaban tenía algunos minutos de cara de culo hasta acomodarme y después pura risa y charloteo insoportable por el resto del día, sin siesta ni nada. Con esta misma facilidad sigo pasando de la carcajada histérica al llanto (igual de histérico), de la tristeza a la alegría, de la energía imparable al letargo total donde me tengo que tirar muerta en un sillón. Alguien había hablado del equilibrio de los librianos. Yo no lo tengo ni creo estar buscándolo. Me gusta pendular así como pendulo.

Thursday, February 23, 2006

Go global



Comiendo en lo de A el otro día me acerca (muerta de risa) esta cartuchera de su hija. Obvio, "meidinchaina". Soy la primera en colar vocablos en inglés en mi discurso, he aceptado las críticas, ataques pero lo sigo haciendo. Lo debo haber heredado. Tengo recuerdos de conversaciones de mi madre con sus amigas:
- Che, have you heard of Janine lately?
- No, vieja, I completely forgot to tell you! Aparently Richard's eloped. Se rajó vieja, with some chick from Montevideo he met during a business trip. Can you believe that? Qué hijo de puta. One would think at his age he would know better...

Pero bueno, ellas lo hacían tan bien y sonaba tan divertido. Ahora, los chinamen necesitan un poco más de training con esto.

Por si no se lee:
Banian Bear (nótese que no hay ningún oso en el dibujo. Sí hay miel, gusanos y caracoles)
Dear Kid
Think with I do the friend
I will take you are happinness

Despertares

La mañana arrancó con mis anteojos cayendo al inodoro. No se porqué tengo la necesidad de ponérmelos cuando me levanto como si los necesitara para hacer mis primeras movidas matinales (que de por sí son bastante rudimentarias).
Y la mañana siguió con el loquito del subte D parado al lado desde Scalabrini hasta Callao cantando a los gritos una de Pablito Ruiz y acariciándose levemente los genitales con la subte pass. Sigue con sus headphones de siempre pero ahora se trepó los pantalones hasta las axilas y usa una musculoca tremenda. Quiero volver a la cama.

Wednesday, February 22, 2006

Movies

Durante la película siempre me le apoyo encima del hombro y me tapo hasta la naríz con mi camperita de jean porque en esos cines se desubican con el aire acondicionado. El me hace mimos en el pelo que todavía está húmedo porque estoy recién bañada. Rápidamente yo largo los primeros lagrimones.
– ¿Pipi, ya estás llorando? No da… acaba de empezar.
La pareja de infradotados de al lado, se sorprendió con la primer cogida y el suspiró con desagrado con el primer beso. Cualquiera diría que creían que era una de John Wayne. Nosotros discutíamos quién se quedaba con quién una temporada en Brokeback Mountain.
- Ojota con el morochito, eh. A mí me gusta el morocho, mono. Me hace acordar a Esteban pero en morocho. El rubio es como medio basic, ¿o no? ¿Ves? A vos te gusta el rubio. Típico! Bueno, no nos peleríamos. Uno para cada uno. Aunque vos te terminarías comiendo a los dos y yo me quedaría haciendo los porotos esos y…
- Callate nena! Cambio y fuera. Me enamoré del rubio. Chau.

No le hablé más hasta que salimos. El otro insistía con que todo era una señal para volverse a buscar a ese pendejo mortal que dejó hace días en Sao Paolo. “Puede ser”, le digo.
- ¿Vos decís que nos vamos a enamorar así, mono? Quiero eso… va pero sin las ovejas y toda la madre.

Nos subimos al ascensor que nos llevaba al estacionamiento. Entrando me topo con el más “straight” de todos mis clientes y su mujer. Me presenta. Lo presento. En la cola para pagar ella nos pregunta como si fuésemos una adorable parejita:
- Y ustedes, qué vienen de ver?
- Brokeback Mountain. La de los cowboys…

Juro que ella puso caras de tragar Neocoltirot. El otro me dice que solo le faltó agregar “Ah, la de las mariconas peluqueras”. Nos morimos de risa hasta el auto. Nada que me haga reir más que cuando dice “peluquera”.

Virgen Santa

Sobre su escritorio hay un porta retratos en miniatura con una imagen de la Virgen. Abajo y a la izquierda de la pantalla de su computadora hay pegado un sticker con la "desatanudos". Sobre el alféizar de la ventana se suman un crucifijo y una estatuilla (probablemente la de Luján). En la pared hay un cuadrito con una virgen de manto celeste y al lado del mouse una estampita.
Semanalmente entro en esa oficina y hago el inventario. Semanalmente sumo las imágenes para ver si alguna se ha agregado a esta procesión. Las tengo ubicadas, contadas como una curadora experta. Me distraigo mirándolas.
El es abogado, casi buenmozote de no ser por su exceso de religiosidad, sus comentarios y el pantalón caqui y los náuticos que se pone en verano. De traje se ve mejor. A veces me comporto como un camaleón que por supervivencia se confunde con el entorno y ni comento. Otras veces voy directo a la confrontación y me bato a duelo con su dogmatismo, así revolcada en el barro como en una de esas luchas: sucia y obscena. Es solo un deporte para mí. Ni siquiera lo siento con demasiada pasión. Ahora que lo pienso, el deporte sí genera pasión en la gente. Repito, para mí es solo un deporte provocarlo. Su aparente rectitud extrema genera violencia y dudas. Todo por alguna reacción. Cuando me preguntó por mi semana, ayer fantasié con decirle: "Fine it was great. I was sixty nined for hours on end and was congratulated on my own oral skills". Esperablmente no lo hago. Por el contrario, le hago un escueto resumen de los eventos de mi semana sin sexo, ni vodkas ni drogas recreativas ni nada. No vaya a ser que sufra un infarto en pleno día laboral o peor, que arranque una campaña para mi evangelización.

Tuesday, February 21, 2006

El espiedo desnudo

Doy vueltas y vueltas en la cama hasta que no queda otra que levantarme y darme una ducha casi fría en la mitad de la noche. El calor es simplemente insoportable arrib, en mi cuarto.
Después de la ducha me tiro desnuda sobre las sábanas. Roto de un lado a otro buscando la parte más fría. También doy vuelta las almohadas. El lado fresco contra la cara. Intento dormir sin ropa. No funciona. Nunca puedo dormir desnuda sola, acompañada me encanta. Tengo esa sensación que algo o alguien terrible puede presentarse en plena noche y no me puede agarrar en bolas. Una de esas cosas como cuando mi abuela me decía “Siempre salí con una bombachita en buen estado. Podés tener un accidente en la calle y no querés que los doctores vean una bombacha rota…”.
Creo que ante un accidente en la vía pública tengo mayores problemas que la lingerie equivocada.

Monday, February 20, 2006

Viaje al centro del pánico

Claramente mi viaje a EEUU se pospuso. Se pospuso tanto que ya casi había abandonado la idea de que en algún momento iba a tener que treparme a un avión, medicarme y volar. Soy tan fácil para negar lo que no me gusta que no me costó nada. Ahora tengo fecha, tengo “Your flight itenerary” impreso en un papel y un malestar que fue arrancando el sábado a la noche en la boca del estómago. No tengo que dar muchas vueltas. Pánico. Detesto el avión. El amistoso itinerario me lleva desde Buenos Aires hasta Houston en Continental sin escalas y después me hace combinar hasta Fort Lauderdale, Florida. Me quedaré ahí por algunos días y después a volar nuevamente hasta la gran manzana, espero sin escalas. 8 despegues y 8 aterrizajes en 15 días. De repente un viaje se convierte en simplemente eso para mí. En mi locura me vi chequeando las horas de viaje en Amtrak. Una vez hice New York, Toronto y no fue tan grave. Claro, pero acá se tratan de 32 horas adentro del tren. Descarté la idea rápidamente y llamé a un psiquiatra por el turno para el bendito Rivotril que en el 2002 fue lo único que sirvió.
Los tickets y las estadías en ambos lugares vienen de regalo y a caballo regalado no se le miran los dientes, ¿verdad? Pues al mío, lo llevé al veterinario, le hice una revisación buco dental completa y sugerí ortodoncia.
¿Es mucho pedir un vuelo non-stop a Miami como corresponde?

Saturday, February 18, 2006

Pequeñas neurosis cotidianas

Lo vengo notando seguido. Cuando estoy leyendo un libro y tengo que interrumpir por alguna razón- el subte llegó a Callao, me agarró sueño a la noche- tengo que hacerlo casi obsesivamente en una página que termine en un punto. He llegado a seguir por varias más esperando a que me toque. Detesto tener que dejar la lectura en un punto o en un párrafo a la mitad de una página. Me causa un inmenso placer cortar y saber que la próxima vez que retomo lo voy a hacer al comienzo de una nueva página.
Algo me está pasando con este libro de Yashimoto que me prestó M. No tengo idea porqué en éste más que en otros, la mayoría de las hojas cierran con un punto final. El paraiso de mi neurosis. Quiero que todos los libros que leo sean así.
Pero Yashimoto me trajo también otros problemas. No había registrado lo difícil que es seguir nombres en japonés y adjudicarles naturalmente un género. Obviamente que en inglés puede haber problemas con las Ashleys y los Ashley pero en esta lista (Kasami, Otohiko, Saki, Shoji y Sui), quién podría reconocer a los hombres de las mujeres con facilidad? Durante los dos primeros capítulo tuve que tenerlos anotados en una listita en la parte de atrás se una Subtepass y con ese mismo simbolito que hacíamos en biología (circulito con flecha para el varón, círculo con cruz para mujer), los identifiqué hasta que fui avanzando con la lectura.
Ahora ya los puedo reconocer de memoria:
Kasami: mujer
Otohiko: varón
Saki: mujer
Sui: mujer
Shoji: varón
Mientras termino el libro para devolverlo, los franceses ruidosos saltan de bombita a la pileta. Son como chicos de 12 años con el tamaño de Gerard Depardieu. La nueva adquisición: una colchoneta flotante para tres personas que ocupa casi el ancho de mi pileta. Nadar largos es complicado. Para esquivarlos me sumerjo y paso debajo de la sombra de la colchoneta hasta el otro lado. Convicencia que le dicen.

Friday, February 17, 2006

Absolut-ly flawless


Después de mi resaca del martes, me volvía a amigar con el Vodka.

Thursday, February 16, 2006

Animal Planet. Tengo una fiera en el closet


Hay algo medio esquizoide en mis gustos. Por un lado me encanta todo lo “Net”. Durante años detesté los colores y soñé con que Armani desarrolle el concepto del “no color”. Soñé con abrir mi pantonera y encontrar el “Colorless” en el catálogo y que venga en todos sus tonos para aplicarlo a mi guardarropa. Ante la imposiblidad opté por colores neutros, cortes clásicos, estampados inexistentes y el negro hasta la muerte y en vida, todo los días. Por otro lado percibo que soy una amigable puta en potencia, una vedette a mal traer, una Susana recién llegada de Bal Harbour. Me doy cuenta porque ordenando mi guardarropas encontré un 35% de prendas – entre tops y zapatos- con algún motivo animal print. Muchas no han sido adquisiciones recientes (es decir, no me regí por la última moda) y deben tener varias temporadas ahí adentro.
Mi colección de animalitos ha crecido con los años y parece que adentro de los cajones se han apareado, fornicado locamente y se han multiplicado tal como le dijo el Señor a Noé. “Go forth, increase and multiply”. Ellos se bajaron de la barca y obedecieron. No tengo registro de haber tarjeteado por esa cantidad de tigres y leopardos que duermen en mis cajones. Es claro, clarísimo: se reprodujeron. Lo bueno es que están absolutamente domesticados y a veces, solo algunas noches, salen a cazar.


Pentimento versión albañilería

Estoy hojeando una revista de decoración y veo que volvieron los empapelados. Me acuerdo que como era habitual en los setenta, muchas de las paredes de casa estaban empapeladas; el comedor y el cuarto de mis viejos. Era un empapelado con flores claras y unas guardas y de un material bastante grueso que no era exactamente “papel”.
Muchos años después, cuando papá ya se había ido de casa y supongo que en un intento de reciclaje por parte de mamá, es que se decidió sacar el empapelado y pintar.
Mamá llamó a José, el marido de Rosa que trabajaba en casa y pintor paraguayo de los buenos, para que venga a hacer el trabajo. José siempre hacía todas las tareas de albañilería, pintura y arreglos varios. Era parte de la familia. Es más, ahora que pienso tanto José el pintor como Valerio el jardinero se convirtieron un poco en los hombres de la casa.
Mamá y José se pusieron a mezclar pinturas y eligieron un color ladrillo neutralizado con un poco de blanco que quedaba perfecto con el poster Metropolitan Cats y la colección de espejos miniatura que tenía mamá en su cuarto.
José emprendió la dificultosa tarea de despegar el empapelado de las paredes y para cuando llegó a la pared que enfrentaba a la cama se encontró con una rara sorpresa. Abajo del papel, dibujado con marcador negro había un retrato tamaño natural de una chica de unos 6 años.
Una mañana de sábado muchos años atrás, jugábamos con papá en su cuarto haciendo dibujos en círculos de cartón blanco. Eran unos cartones en los que venían las tortas de material de las películas y Toti siempre las traía a casa para que yo las pinte. Ese día sabíamos que al lunes siguiente iban a empapelar su cuarto así que las paredes estaban todas peladas. A Toti le pareció una buena idea dejar un recuerdo nuestro en la pared, de todas formas iba a ser tapado. Me apoyó contra la pared y me hizo parar derechita, derechita. Con el marcador hizo una marca justo donde terminaba mi cabeza. Después me dibujó perfectamente con esas caricaturas que hace el y al lado en su letra imprenta mayúscula escribió: Charlotte, 1977 y mi altura.
Cuando José me llamó para mostrarme el viejo dibujo, la Charlotte de la pared me llegaba más o menos al ombligo, usaba dos colitas, pollera escocesa y estaba muerta de risa.

Wednesday, February 15, 2006

My own personal Ballantine's Day


Bueno, no fue exactamente con este, pero con dos Margaritas, un Bellini en el Bizarro y una cerveza en casa. Y un hang over que esta mañana estoy tratando de manejar con Ibuevanol.

Tuesday, February 14, 2006

Detour



Ante la fiaca que me da circular por el microcentro con estas temperaturas por un “Tour de la autoestima” decido desviarme del camino habitual y recurrir a métodos que no requieran de mi desplazamiento físico. Podría aplicar un poco de mi "Sexy Gloss" en los labios, chequear que la humedad ambiente sea clemente con mi pelo y sobre todo con el flequillo, ponerme remerita blanca y salir, pero no.
Reviso la lista de mails. Pienso que debería haber una carpeta que diga: “Sexo reciclable” en mi Entourage. Eso simplificaría las cosas tremendamente: un click y se desplegaría la lista. Ahora que efectivamente me he puesto a verificar la existencia de dicha lista, noto que no se trata de una “desplegable” si no más bien de una listita que no amerita la creación de una carpeta. "Listita" porque no todo es reciclable, claro está.
Pero igualmente porque soy una persona de fe, la voy a crear solo para ver cómo se ve.

Monday, February 13, 2006

S.O.S

Superada cierta edad uno empieza a sufrir de un síndrome de atoramiento en lugares públicos y/o lejanos. Es una complicada combinación entre una claustrofobia, porque tiene esta sensación de encierro de querer gritar: ME QUIERO IR!!!!! y a la vez puede darse, en un espacio bien abierto, en pleno campo, como la agorafobia.
Nos habían invitado y parecía que iba a estar buena, podía pintar “Fiesta Gancia” o bien una versión local de algún evento Miami Vice. Nos subimos al auto de F y encaramos para el Tigre. Puerto de frutos a la media noche. Panorama deprimente. Nos trepamos a un catamarán. Servían champagne y tragos. Se subía gente y más gente. Yo los contaba cuidadosamente. Había riesgo de hundimiento. Después de todo había sucedido con un aliscafo, ¿o no?
Mire las caripelas de los que trepaban y reconocí varios de los sospechosos de siempre. Con el tiempo uno también va reconociendo las caras, los nombres y los apellidos y sobre todo las historias. “A ese, la mina lo cagó con el jefe de él y el pibe estuvo a pura pastilla durante meses”. “Ese es golpeador posta, boluda”. “El que está al lado de María es el ex de Juana las Pelotas que había salido con Marina las Pelotas esa vez que al pibe no se le había parado”.
El catamarán arrancó lo que deberían haber sido no más de 15 minutos de travesía pero que se convirtieron en una hora diez. Yo esperaba la llegada a la isla, el yate, algo…
El catamarán se detuvo. Para esta altura los invitados ya estaban medios tocaditos y cuando me armé el camino entre las fieras hasta la baranda para ver dónde era que estábamos amarrando, creí morir. Se trataba de un barco viejo, oxidado y semihundido en la proa en el medio de un canal que parecía mucho más Vietnam que South Beach.
- Perdón, es ahí?
Acercaron nuestra embarcación a este esqueleto de caños oxidados y un marinero nos ayudaba a pasar. Pensé cuándo me había dado la antitetánica por última vez. El evento era para los invitados un acid trip con todas las comodidades y las barandas del barco era lo suficientemente altas para que no cayeran fuera de borda en ese estado. Yo no consumo químicos así que me encontraba levemente fuera de onda. El catamarán de vuelta salía a las 4 de la mañana. Me angustié severamente. Mantuvimos conversaciones raras con algunos especimenes hasta que decidimos montar el operativo: “Sacame de acá!
Consistía en levantarse un invitado con lancha propia que en un promedio de 10 minutos no dejara en la costa.
Salimos a la conquista bajo el slogan “Mi cuerpo por una Bayliner”. Lo consiguió N y al grito de “tengo uno con lancha, agarren las carteras que vamos” nos trepamos a una lancha con absolutos desconocidos a los que no les vimos la cara en ningún momento; la única luz era la de la luna llena y la de la bola de espejos colgada de un caño que daba vuelta sobre los invitados.
Soy miedosa pero era tal el nivel de atoramiento que sufrí en el medio del Delta que prefería morir estrangulada por un camalote que seguir ahí. Acercaron la lancha a la costa y corrimos hasta el estacionamiento para buscar el auto. “Nunca más” dije.
El sábado me cuenta de esta fiesta en La Plata a la que estamos invitadas. Mi registro de conducir está perdido. Entró en esa dimensión que entran las cosas en casa. Yo no las pierdo, se pierden solas. Pienso en tener que ir en auto ajeno, en querer irnos ni bien llegamos. Pienso en el Delta y en el barco hundido.

Thursday, February 09, 2006

I want to paint it white




Ansiosa, impaciente, compulsiva. Como con todo. Se me mete algo en la cabeza y no paro. Voy a lo de S, subo al taxi, me trepo con los cubos de madera que no son cubos pero no se cómo se llama esto con lados rectangulares que forman eso, un cubo con lados rectangulares. Base por altura dividido dos, triángulo. Hasta ahí llego. Matemática de primero, segundo, tercero, cuarto y quinto hasta me la llevé previa y me tuve que poner la Kilt en primer año de Facultad para rendir. Es decir, cursaba Semiología y terminaba de entender derivadas e integrales (con mucha dificultad, obvio).
Llego a casa, corro a comprar pintura que agarre el material sintético raro que los cubría. Son de "melanina" le dije al de la pinturería. Hmm, "melatonina", no tampoco eso es lo del sueño. Melamina!! Eso, de melamina. Compro la pintura. Llego a casa, me saco la ropa: muscu blanca y joggineta de rigor. Pincel, rodillito y a pintar. Uso los guantes de latex que me vienen en el set de Blondissimes de L'Oreal para ayudar a mi rubio maravilloso. Primera capa, quiero soplar o darle al secador compulsivamente para darle la segunda. Abro las ventanas de par en par. Con las uñas no tengo que esperar tanto. Las reglas del género del autocuidado personal y la belleza no se aplican al bricolage. La quiero llamar a Verónica Varano de Chicas Express. Ella debe saberlo todo. Aunque en realidad tal vez me recomiende tener un bebé, "mi bebé". Aguanto. Posponer el deseo. De eso se trata. Espero un día más.
Hoy contaba las cuadras hasta llegar a casa. Me esperaban mis cubos. Hernán me intercepta con un Frapuccino en Mark's. Accedo. Lo bajo como un shot de Tequila. Corro a casa. Me vuelvo a desnudar. Muscu, joggineta, latex. Doy las últimas manos. Uf, acabé, acabé, sí, sí, sí, acabé!
Tengos dos cubos de lados rectangulares blancos. Un orgasmo.

Wednesday, February 08, 2006

Facturas a cobrarle al difunto Dr. Spock o Mi Barbie fue violada por un Jabalí

Hubo cosas con las que Mother no transó jamás. La primera caía bajo una máxima de la educación de los niños (había leído ese libro del Doctor Benjamin Spock, que siendo los setenta probablemente vivía en un permanente viaje lisérgico):
Los niños no duermen en la cama de sus padres.
Nada para sorprenderse. Cualquiera podría estar de acuerdo con eso pero también uno sabe que las reglas- aún las más estrictas- están para ser rotas alguna vez. Bueno, en mí casa, nunca. Pero nunca significó ni a los 17 cuando me quedaba dormida viendo una película y Mother ya dormía sola. Habría leído que los hijos de divorciados pasan a reemplazar al padre ausente y marido en el lecho matrimonial. Claro, pero esos eran los varoncitos en las camas de sus mamis y alrededor de los 3 años. La conclusión fue que solo podía visitar la cama materna/paterna ante terribles episodios febriles (que con los años aprendí a fingir apoyando el termómetro contra la lamparita) o bien los domingos a la mañana cuando me invitaban a dormir el último tirón con ellos. La pasaba pésimo, toda hecha un ovillito y casi sin respirar por el pánico al desalojo.
La segunda con la que no transó fue el skateboard. Lo pedí a gritos y en una Navidad me encontré tratando de identificar las formas de los regalos y juré reconocerlo bajo el envoltorio. Era grande, largo, todo indicaba que me habrían de complacer en mis deseos. Resultó ser una raqueta de tenis. Gran desilusión. Hubiese preferido un set de maquillaje, uñas postizas, un micrófono. Terminé jugando tenis los fines de semana y hasta tomaba clases con un professor: Horacio.
Barbie, por otro lado nunca encontró su Ken. Hubieron oportunidades en que me aferré a él con pasión en una juguetería, dispuesta a luchar porque se venga conmigo y nada. Nuestro amor no pudo ser. Montescos y Capuletos. Mi pobre Barbie se vió obligada a entablar relación con un cepillo Jabalí de mango imitación carey de cresta morocha y pinchuda. Bueno, algo así como un hermano rapado de Pocahontas. North meets south, east meets west, wasp meets native american. Interracial digamos. Ahora que la pienso es un buen argumento para una porno.

Tuesday, February 07, 2006

Movidas


Esta distribución no debe tener buen Feng Shui, porque cada vez que entro a mi cuarto mi imagen reflejada en uno de los espejos se refleja en el otro y si me agarra distraida me asusto como loca. Hay que hacer un cambio experto en la decoración, volver a mover las cosas unos centímetros al menos, para evitar estos fenómenos.
El espejo con el cajoncito tampoco corresponde ahí. Era el frente de un ropero antiguo y en su momento sirvió su propósito de espejo en la pared frente a mi cama aunque te vías cortada, como en uno de esos shows de magia. Cuando bajó el mueble grande al living, pasó a apoyarse vacío sobre el balcón del entrepiso. Hoy, ya junta libros que se apilan casi sin querer sobre el cajón. El mueble grande de abajo se fue de casa el sábado a la tarde. Se mudó a vivir solo. Ahora queda un hueco de pared blanca.
En mi casa cada espacio libre termina teniendo algo arriba o algo adentro. No soporto el vacío se ve. Me encuentro juagando una partida de algún juego que no sigo, pero se que el espejo come piezas como el caballo.

Piden pan no les dan, piden queso les dan hueso

El champagne de anoche como siempre, volvió a desperterrme varias veces con una sed insoportable y después ya no pude volverme a dormir.
Nos habíamos encontrado en la esquina de Armenia y El Salvador, chequeamos ese lugar nuevo y yo decidí ir a la terraza de Lomo. No me gusta demasiado la comida pero la noche estaba linda.
Después de un largo ida vuelta con el vino- yo quería solo una copa de blanco y el una botella de tinto- pidió un champagne (como si eso fuese una negociación favorable para ambos). Cada vez que lo veo tengo esta sensación de que tiene una necesidad imperiosa de emborracharme, cosa que no sucede si yo no quiero, como para relajarme, relajarse y decirme algo a lo que nunca se anima. Esta vez ya fue demasiado lejos, la insistencia al menos. Tomé mis dos copas de rigor que se empecinó en llenar cada vez que bajaban unos meros milímetros y a mirarme embobado.
Yo mire la situación desde otra mesa. Yo me vi ahí sentada en esa mesa, lo vi a él y la situación toda parecía una aburridísima repetición de algo visto ya mil veces. Soy educada, divertida, trato de actuar relajada y esquivo con destreza cada miradita de amor sin entender demasiado porqué insiste en ese camino cuando doy todas las señales de que es el equivocado. No vayas para allá nene. No hay chance. Lo dice mi charla, lo dicen mis miradas esquivas, lo dice mi cuerpo; ni un beso, no te puedo dar ni un beso. Y no puedo entender que en un año lo entiendas. Esta es la última oportunidad que te doy para que lo entiendas. Yo también lo tuve que entender un millón de veces.
Lo loco de todo esto es que nunca hubo un avance físico pero anoche una declaración tirada sobre la mesa de ”I just want to kiss your beautiful nose". Que alguien me pregunte cuál era mi fantasía más distante en ese momento, casi mi pesadilla. Exacto, un beso en la naríz.
Nada más lejos de mis deseos. Me ocupé de prender un cigarrillo y la dejé caer en la mesa. No pensaba ni levantarla ni hacerme cargo.
- Me siento y me veo como una hija de puta, boluda, le dije a V esta mañana. El pibe no la ve ni cuadrada…
- Mientras no hayas hecho una grasada.
Pienso que tengo que ser más clara, mucho más de lo que fueron conmigo. Esto yo no lo puedo manejar. Puedo manejar a un tipo que me mire las tetas y me quiera cojer durante toda una comida, que a mi no me guste y seguir como si nada. Pero las miraditas enamoradas cuando no corresponden me violentan, hasta me parecen agresivas. Cuando yo estuve ahí, donde está sentado él y claramente no estaba correspondido, me encargué de A) disimularlo un tiempo hasta que se me pasaba, y siempre se pasó.
B) retirarme amablemente de la escena por cuidado.
Anoche quería sexo y me querían dar un amor así medio meloso y tuerto; ese repleto de frases del tipo “I will never understand how it is men are not jumping all over you. It’s unbelievable to me you are on your own”. Por suerte recapacitó y la única frase célebre de la noche fue “I am getting to the conclusion you must have serious issues”.
Serios, pensé. Pero no enamorarme de vos no es uno de ellos.
Anoche quería sexo y me querían dar un amor meloso y tuerto. Siempre me pasa al revés.

Monday, February 06, 2006

I got a bad desire, I'm on fire

At night I wake up with the sheets soaking wet
And a freight train running through the
Middle of my head
Only you can cool my desire
I’m on fire

Esto no debería estar sucediendo. La biología está absolutamente en contra. Estoy en pleno período, lo que suele sumirme en un estado más bien de melancolía, queja por los calambres menstruales y por la vida y algún que otro deseo compulsivo por un chocolate. Sin embargo, muy para mi sorpresa estoy sumando grados preocupantemente y me parece que esto no puede pasar de unos pocos días hasta su resolución. Creo que me pongo en campaña en breve aunque no tenga candidatos reales en vista. Sí estoy muy caliente con un estereotipo que me he inventado y que está ganando cada vez más votos en mi cabeza. Es un Frankenstein construido de algunos que pasaron, de cuentos de algunos otros que no conozco y una mezcla de ingredientes varios de mi invención. Entre otras cosas me canta esta canción el oído mientras me agarra de atrás por la cintura cuando estoy cocinando. Exactamente eso, con la mismísima voz de Bruce pero sin el jean a la bola.
Tarea para el hogar: lanzamos la campaña, señores. El bunker espejado ya lo tenemos.

Familia Tipo

Mi casa materna y paterna nunca fue el "hogar tipo", por lo menos no como lo eran los de mis amigas. Primer gran diferencia: mi condición de hija única. Salvo por Sofía, sentada a unos bancos atrás mío y vecina, todo el resto tenía hermanos y hermanas varios. Sumado a ésto, yo ni siquiera tenía ni tengo una familia extendida muy numerosa. De hecho solo una tía con dos hijos y un tío con cinco divididos en dos matrimonios. Eso me deja con siete primos y en realidad cuatro porque cuando mi tío dejó a su primer mujer, mi madre se solidarizó con la abandonada y nos seguimos viendo casi exclusivamente con ellos.
De esa camada de primos yo era la más chiquita y ellos habían compartido toda su infancia de calles y bicicletas en Olivos. Yo había llegado tarde a la joda para cuando ellos ya estaban más interesados en cervezas y tetas. Mis primos vivían a una cuadra en la bajada de Alberdi, en la última casa que daba a la vía. Tenían un jardín grande con una pileta en la que yo me bañaba mientras mi tía tomaba sol embadurnada en Sapolán Ferrini. Mi tía, ex mujer de mi tío de sangre era una judía alemana lindísima a la que mi tío siguió en su exilio a Israel cuando sus padres la sacaron de Buenos Aires en un intento de alejarla del publicitario cristiano. Todo falló, la trajo de vuelta y embarazada.
Era justamente en casa de mi tía judía donde festejábamos navidad cada año hasta el último ese en que mis viejos ya separados montaron una pantomima final producto de la neurósis familiar y el alcoholismo de mamá. Después de esa, todas las demás fueron razonables encuentros en casas de amigos y para mamá fueron navidades de brindis con agua mineral con gas hasta la fecha.

Saturday, February 04, 2006

Oigo cosas de noche

Sick Boy me debe haber alterado el sueño o por lo menos la sensibilidad auditiva porque ahora, me encuentro despertándome a horas insólitas de la noche por ruidos que deberían ser insignificantes.
Las voces de la parejita que se pelea vienen desde la derecha. Son voces con tono claro de disputa, las palabras no se entienden porque todavía están lejos. Mientras se van a acercando todo se aclara.
- …los huevos por el piso, Camila. No te podés volver loca por una cosa así. Es siempre lo mismo, che, todo por pelotudeces, una cosa de looas, esas son cosas de…
Y de nuevo solo tonos y el llanto de esta tal Camila y cada tanto algún grito histérico hasta que doblan por Julián Alvarez y se pierden.
Me quedo pensando porqué se estarían peleando. Pasa un taxi. Imposible no reconocer un gasolero. Frena a unas pocas casas pero parece que se pasa porque después lo oigo hacer marcha atrás con ese ruido de motor que quiere que le tiren un cambio. Siempre pensé que al auto le incomoda la marcha atrás. Retrocede hasta frenar en la puerta de casa. Toca el portero. A los pocos segundos se cierra la puerta automática del ascensor que siempre queda estacionado en planta baja. Tarda en bajar. Debe haber ido hasta el tercero. Bajan los riodosos franceses del tercero. Mi edificio parece "Piso compartido". Olivier, Caroline, Mishka, los alemanes del segundo y el yankee con la peruana.
Los franceses se despiden en francés de sus amigos franceses y se besuquean en demasía y con mucacks repartidos para todos los costados.
El señor que pasea al perro tarde pasa un ratito después. El señor ajusta demasiado la correa del perro o bien el perro tironea demasiado pero siempre respira con unas inhalaciones ahogadas que lo hacen sonar como una bestia endemoniada por las calles de Palermo. El dueño se enoja y siempre lo chista. Lo tironea hacia atrás para que el perro deje de ahorcarse.y las bocanadas ahogadas del perro también se pierden por Julián Alvarez.
Cuando pegan la vuelta lo hacen por la vereda de enfrente y el perro ya está más cansado y jadea agitado.
Nunca logré ver qué perro era. Me imagino un gigante Rottweiler pero puerde ser un Chihuaha. A la noche todo parece más tremendo. Nunca los ví pero los conozco; conozco todos los ruidos que viven en mi barrio.

Wednesday, February 01, 2006

Delirium premenstrualis agudo

Estar a un día de que me venga es buen motivo para quedarme entre cuatro paredes y si se trata de esas acolchadas estilo neuropsiquiátrico , mejor aún.
Me tomo un taxi a la reunión en Aeroparque, no en el aeropuerto si no en los hangares que están a costado de pista. Durante los pasados años siempre me han dejado entrar con el taxi pero se ve que ahora, Policía Aeronáutica ha decidido que no.
“No puede avanzar con vehículo , señorita”.
En otras circunstancias me hubiese bajado obedientemente y hecho la larga caminata a pie; claro, en otras circunstancias. Ayer, por el contrario decidí montar una simpática escenita premenstrual.
“Me parece una falta de respeto (¿?). Ustedes pretenden que yo camine no se cuántos cientos de metros por un trayecto peligroso y sin veredas hasta…”.
“La ley es la misma para todos, señorita. Le voy a pedir que me entregue su documento y avance. Me está deteniendo a los demás vehículos”.
Entramos en una larga disputa acerca de la igualdad de la ley y fuimos gradualmente aumentando el tono hasta alcanzar un grito autoritario él, un llanto histérico yo. Sí. Opté por llorar frente a Policía Aeronáutica.
Finalmente, entregué mi documento a desgano y comencé mi largo trayecto hasta el hangar, refunfuñando y mostrándome muy dolida por los malos tratos hacia mi persona.
Para esta altura, Policía Aeronáutica había salido de su cabina de mando y amenazado con vedarme próximas entradas si no deponía mi actitud insurrecta frente a sus bigotes. Lloré un poco más y le dije no entender el porqué de su agresión siendo yo “una señorita, una mujer”. Já! Esto sí que se estaba poniendo bueno.
Cuando llegué al hangar, sequé mis lagrimones de cocodrilo, corregí el make up y sonreí aliviada. Este era justo lo que necesitaba; una buena pantomima premenstrual.