Thursday, March 31, 2011

En teoría

Esperando en Fleni me cuenta de esa vez que me caí en una pelopincho y cuando llegó, yo estaba en el fondo con los ojos abiertos y la boca cerrada.
-Nunca abriste la boca, ni un segundo. te podrías haber ahogado.
-Que loco, porque tengo cero trauma con el agua. De hecho no hay nada que me guste más...
-Eso es porque yo no te dije nada. Nunca.
-Ay Toti, please, los traumas no se arman únicamente de lo que se dice o se deja de decir.
Y después me cuenta (¿por millonésima vez?) de ese otro episodio en primer grado en el que corría una carrera con una papa y una cuchara y yo venía primera; a centímetros de la linea final se me cayó la papa y quedé descalificada.
-Un éxito ahí te hubiese convertido en una gran deportista.
Me río a carcajadas de las teorías de mi nuevo Doctor Freud.
-Lo dudo, Toti. Yo quería fama, la quiero todavía, pero te aseguro que no de los laureles del deporte, eh.
-Creo que lloraste cuando se te cayó.
-¿Yo? Hm, no creo, me chupaba un huevo. ¿No habrás llorado vos?
-Sí, puede ser. Debo haber llorado yo entonces.

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Wednesday, March 30, 2011

Ya lo decía el amigo de mi viejo que se fue

Eso que la vida es un montón de cosas: hoy a la mañana estuvimos abrazados llorando y a la noche, me encontré leyendo algo que había escrito a un montón de gente que aplaudía y se moría de risa.
Y yo me reí también.
Todo en un mismo día.

Tuesday, March 29, 2011

Hoy

Mi blog perdió a uno de sus más fieles lectores y yo a un gran amigo.

Coco, te sigo escribiendo desde acá, para que sigas leyendo.
Charlone

Sunday, March 27, 2011

Descubro

Que además de la luz impecable que entra todas las mañanas y se queda durante todo el día, las noches en el living a medio armar con velitas,la acústica perfecta para la guitarra que me acompaña cuando canto, la alfombra gigante y los almohadones en el piso, mi casa, es un excelente lugar para tomar mates con amigos.

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Wednesday, March 23, 2011

Dos segundos

Hay unas horas (que no tengo demasiado claro cuáles son porque me niego a mirar el reloj) pero sé que es muy temprano a la mañana, cuando todavía no amaneció, que mi cabeza se tuerce. Se tuerce de maneras tan raras que en dos segundos me pego un viaje de años, tomo decisiones acerca de la medicación de mi viejo porque ayer estuve muy mal, muy, lo interno y lo desinterno mentalmente, me escapo a vivir sola a la India y remojarme en el Ganges inmundo sin que nadie sepa dónde estoy, vendo mi nueva casa, me voy a Europa, vuelvo, me enamoro de nuevo, me vuelvo sabia, contrato un sicario, lloro, compro los door knobs de Anthropologie para mi nueva biblioteca, confirmo las reservas para el vuelo, pienso que ya está en la dosis final de Levodopa y se termina el honeymoon, empiezo a tejer un sweater (mentalmente también porque no tengo lana), tengo la sensación fuerte de que se aproxima el principio del fin (¿de nuevo?), escucho llover, concluyo que debería sumarme a una fundación que haga algo por el Parkinson, decido comprarme botas de lluvia, me preocupo, lloro, me distraigo, me late el corazón, fuerte, me tranquilizo, me despierto.
Y todo en dos segundos.

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Tuesday, March 22, 2011

Amontonadas



El domingo nos la pasamos así, amontonadas las cuatro más los dos perros que se miraron a los ojos desde que llegamos hasta que nos fuimos. Se aman. Bah, el ama, ella se deja amar. No es mala esa.
Cada tanto el pierde la cordura y se le trepa encima y hace todo lo posible por montársela salvajamente.
-Ay, please que guarde el rouge ese perrito.
Ella muerde y pega ladridos que a mí también me asustarían. No quiere. Y ya sabemos como es; cuando una mujer no quiere, no quiere. Hace años que vienen así.
El insiste. La dueña se altera.
-Bueno, bueno, acá no coge nadie. ¿Ok?
Y hace un aplauso ruidoso en el aire que si no asusta, al menos llama al orden.
Nos miramos y mentalmente nos preguntamos si eso nos incluye.

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Sunday, March 20, 2011

Like a 40 Year T-Bond


Es de esperar que cuando estás meneando, con vaso (sí, de trago largo y hielo como en la era Carlo) de champagne en mano, se te acerca uno de tus clientes y con nombre y apellido te pregunta qué hacés ahí, en ese cumpleaños, en esa fiesta de 40, esa noche. Entonces, buscás la compostura en algún rincón de la cartera, bajás el vaso (para que no sea tan grande y tan lleno a la altura de los ojos) y mantenés una charla de oficina muy fuera de los office hours habituales y ni que hablar del escenario. Y cada tanto, claro, alguien te empuja, alguna descaderada que pierde el control con el temita ese de los Black Eyed Peas o algo en esas líneas y te cuidás de no rociar al cliente con "la champaña" y meditás cuáles serán los pro y los contra de los cambios de escenario. Ves que tu índice de profesionalidad se mantiene estable. Nadie cuestiona tu credibilidad. Sos como un 40 Year Treasury Bond. Estás bien.
El cliente se retira y toma por sorpresa el medio de la pista. Se contornea salvajamente y en un abrir y cerrar de ojos, es Chayanne.
-Subile un 15, escucho que alguien me dice en el oído.

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Wednesday, March 16, 2011

Sin norte

Mi abuela tenía el famoso Greenthumb y yo siempre asumí que esas cosas se heredaban. Bueno, pues parece que lo perdí en la mudanza, mi famoso dedo verde. Ni Hulk podría darme una mano.
Entro a casa y lo veo, verde con puntitas apenas amarillas.
¿Qué mierda te pasa? Tenés sol a cagar, agua, ¿qué más? Sos un puto helecho, no una orquídea.
No es grave que hable sola, no, eso lo hago. Y además un helecho es un helecho.
Cuando me encuentro escribiendo preguntas en Google como "Why is my tropical fern turning yellow?" me preocupo un poco. Y después cuando segundos más tarde me encuentro haciendo cálculos mentales para encontrar los puntos cardinales dentro de mi propia casa porque leí "...A simple relocation from a north window to an east window may scorch delicate fronds. Ferns require filtered light. Strong light, even from a reflected source, may cause yellowing leaves..." confirmo que estoy al borde del abismo. Sólo queda la caída libre. 9,8 metros por segundo cuadrado. Imparable. ¿Qué sigue? ¿Googlear ex novios, recetas nuevas de chicken tandoori en Epicurious, cómo empapelar tu propia casa, Madopar de Roche y apliques antiguos de pared? En 5 minutos me veré haciendo un shipping de Mongolian Fire Oil a downtown Manhattan, comprando corpiños y comparando C cups o retomando la charla con el helecho. Según Google mi helecho sobrevivió a la era mesozóica; yo me pregunto por qué no habría de sobrevivirme a mí.

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Tuesday, March 15, 2011

Mi ahijado de 5

Tiene un marcado interés por las tetas y una particular predilección por las mías a las que viene a atacar con las palmas abiertas mientras le hago entender sutilmente que no, que con mis lolas no.

Monday, March 14, 2011

Todo atrás


El pino había sido resabio de alguna navidad y se ve que a Toti le habría dado lástima tirarlo y supuso que una mejor opción era plantarlo en la entrada de Rosales para que no muera. Seguido a eso puede que le haya puesto tic a eso de plantar un árbol, tener un hijo. Pendiente el libro, a menos que un guión cinematográfico cuente.
El pinito tenía unos centímetros más que mi altura a los 6 años pero dado que venía en un balde metálico que llevaba un tanto así de tierra, terminaba siendo todavía más alto que yo y alguien tuvo que hacerme upa cuando le puse la estrellita que iba arriba del todo (que había hecho durante los primeros días las vacaciones y era un despilfarro de brillantina y Plasticola).
El pinito casi no cuenta el cuento de no ser por un linyera que pasaba por Rosales todas las tardes camino a la estación y que un día se detuvo y armó unas compresas con arpillera y barro que ató al tronco bajo la mirada dudosa de Toti. Increíblemente el pino se fue curando y Toti y el linyera se hicieron amigos. Después de un tiempo, el tipo nunca volvió a pasar y Toti todavía se acuerda de él con respeto, como de algún viejo médico brujo.
El sábado a la mañana hace frío y decido caminar las últimas cuadras por la calle que durante años fue mi calle. Hice la clásica subida por Rosales desde la estación, pasé por la casa de mis abuelas y llegué al frente de lo que alguna vez había sido mi casa. Difícil imaginarla ahí donde ahora hay un edificio. En el frente, el pino, gigante, crece casi derecho hasta no sé qué piso del edificio. Casi imposible reconocerlo, de hecho, cuado era chico tenía unas espinas blandas y claritas que si las mordías eran alimonadas (no sé por qué pero las mordía), nada que ver con el color oscuro que tienen hoy. El tronco se ve apenas torcido pero nada grave, no mucho más torcido de lo que resulté yo. Sobrevivimos se ve.
Cuando me alejo por Rosales y cruzo Alberdi me doy vuelta y miro. La barranca por la que más de una vez me tiré patinando llena de edificios a ambos lados. Ni una casa. Y más allá mi calle y el pino y todo, atrás.

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Thursday, March 10, 2011

Tres

Olivos me viene a la cabeza estos días, no como el lugar al que se quiere volver porque todo indica que yo no quiero volver de donde me voy pero sin querer vuelvo. Siempre supe que soy una mina de duelos largos. Cerré las puertas de Mansilla (la de entrada y la de mi departamento propiamente dicho) y nunca más pensé en volver ni extrañé. Me acuerdo de lo lindo que era así en su diminuta belleza pero nada más, no es melancolía ni nada parecido.
Me encuentro hablando de Olivos, acordándome de los lugares por los que pasaba, cómo corrían las calles y los 7 escalones de madera que subían a la entrada, cómo entraba la llave chiquita en la cerradura y abría con media vuelta para la izquierda y la Trabex que cerraba de adentro con una vuelta entera y sólo se usaba de noche.
Me acuerdo del baño chiquito de abajo al lado del comedor y una marca que tenía arriba del picaporte con tres triangulitos marcados en la madera oscura que solamente yo había descubierto de muy chica y había bautizado “la puerta de los 3 triangulitos” y nadie más sabía cuál era. Porque nadie los había visto, porque eran cosas que sólo un chico descubre, tan intrascendentes que ¿a quién podría importarle? Y mucho menos esa teoría que tenía yo acerca de que había uno para cada miembro de la casa.
-En esta casa hay una puerta con 3 triangulitos y sólo yo sé dónde está.
La afirmación no causaba gran revuelo en la comida. Hago una nota mental de escuchar a un hijo/hija acerca de sus grandes descubrimientos.
Años después, las pocas veces que usaba el baño de abajo, los volvía a encontrar y les pasaba el dedo por encima. Eran nada más que muescas en la madera pero sí, seguían siendo triángulos. Intrascendentes.
Siempre pensé en escribir un cuento (uno que nunca escribí, pero juro que pensé) en el que llamaba a mi vieja casa de Olivos, al mismo número de teléfono ese que todavía recuerdo de memoria. Del otro lado atendía yo, la otra yo, o la misma yo pero una yo de entonces. Y charlábamos. Un rato largo. Y yo le contaba de mi vida y preguntaba todas esas cosas que ya no me acuerdo y que sé que me debería acordar. Yo preguntaba y yo contestaba. La otra yo seguía viviendo ahí y sabía todo lo que yo hoy no me acuerdo. Pero yo podía contarle cómo habían terminado las cosas y eso ella, yo, no podía saberlo.

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Wednesday, March 09, 2011

La Cumbre y el miedo


En las vacaciones de invierno nos íbamos a La Cumbre solas. Apenas terminaban las clases nos tomábamos el Ablo que salía de Márquez y Panamericana y amanecíamos en La Cumbre, seguramente un poco antes, cuando ya el ómnibus agarraba las curvas y contra curvas y el cuerpo mismo (con el mareo de toda una noche viajando) te avisaba que estabas llegando.
En la casa, apenas llegando a Cruz Chica, nos instalábamos en alguno de los cuartos helados y enseguida partíamos al Golf. Teníamos menos de 18 y era el único lugar en el que podíamos manejar y hacer cosas de grandes como si nada.
En el Golf estaba la bandita local estable más algún tucumano y en especial un mendocino que tenía un ojo azul y otro marrón. Nos pasábamos el día ahí y a la noche íbamos a comer a la casa de alguien que vivía bien arriba por el mismo camino que sube hasta lo de Mujica Láinez. Puedo confundirme. Cuando ya era muy tarde volvíamos a bajar en plena noche hasta el pueblo para ir a bailar a Toby´s. Nos fascinábamos con las parejitas que se mataban apretando en los reservados y a los que había que ir a desenredar a la hora de irse. Si en Toby´s no se armaba, manejábamos hasta La Falda y bailábamos ahí hasta el amanecer.
A mí me gustaba volver al amanecer porque quería decir que el cuarto no iba a estar tan frío pero sobre todo porque iba a haber luz. La casa, como todas las casas de La Cumbre, tenía cuentos de fantasmas y varios de los huéspedes que habían dormido ahí alguna vez, habían visto la misma imagen de la chiquita caminando de la mano de un monje arrastrando un caballo. Gente grande.
-¿En qué cuarto fue?
La casa era vieja y más allá del jardín alguna vez había existido un establo. Durante el desayuno apenas podía preguntar esas cosas, para el atardecer ya no quería saber más nada. Lo mismo con el cuento ese de la mujer que estaba enterrada en el hoyo (¿10, 7?) del Golf, el que se veía a lo lejos desde la terraza esa en las que nos sentábamos a tomar Pritty limón y comer conquillas. Siempre se encargaban de contarme el cuento cuando atravesábamos la cancha caminando, en la mitad de la noche.

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Tuesday, March 08, 2011

Handle Me With Care

Viene a casa tarde, casi tan tarde que el primer sushi nos dió un no rotundo al pedido y el segundo fue claramente un premio consuelo para mis pocas ganas de ponerme a cocinar. Cuando abro la puerta no hay nadie pero lo veo venir caminando por la calle oscura (a veces demasiado); no lo veo a él en realidad, veo una silueta de un hombre con una guitarra cruzada en la espalda y confío en la estadística. La estadística me indica que probablemente soy la única persona de la cuadra que espera a un guitarrista. No me equivoco.
-Te compré cervezas. ¿Cuáles eran las marcas posibles?
-Imperial, Budweiser o Iguana.
-Iguanas, te compré Iguanas.
Y un vino blanco para mí que no soy tomadora de cerveza y que me sirvo en una copa de las grandes y le tiro dos hielos adentro porque no llegó a enfriarse.
Elegimos temas de un cuaderno de guitarra viejísimo que tiene letras escritas en los reversos de tickets de farmacias, servilletas y fichas de esas que usan en las bibliotecas. Encuentro varios y los demás los vamos buscando "as we go" y descartamos las que dicen "capo" porque no hay cómo.
Handle with care. Me opongo al principio pero me equivoco, es un gran tema y esta mañana me despierto cantándolo y lo voy tarareando durante todo el día. Ese, para la próxima me lo aprendo mejor. Harrison, Orbison, Petty y Dylan. Can´t beat that buddy.

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Monday, March 07, 2011

Which has to imply

I'd be good for you, I'd be suprisingly good for you.

Friday, March 04, 2011

Haceme acordar

Que nunca, nunca deje de reírme. Como anoche, como cuando me agarran esas risas ruidosas de carcajada. Haceme acordar.

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Wednesday, March 02, 2011

La casa nueva

O es muy grande, o todavía le faltan demasiadas cosas o ambos pero la cosa es que la acústica es tan rara que cuando canto a los gritos sola mientras cocino porque llegan ahora en un rato, la voz sale amplificada, como si le hubiese hecho algún efecto de Garageband.
Y me creo mil.

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Tuesday, March 01, 2011

Y si te digo...

¿Que tengo conexión? ¿Que tengo tele? ¿Que ya no necesito vida interior? ¿Qué me decís, eh? ¿QUE?

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