Wednesday, August 29, 2007

Especulaciones

Cuando hablamos con el Dr. Moreno no hablamos de "coger", hablamos de "relaciones sexuales", y por supuesto de mamas y vagina. Nunca las palabras esas que una usa normalmente para referirse a sus partes y menos aún las que usan los otros para referirse a esas mismas partes. Dr. Moreno, el mismo que declaró (hace lo que parece siglos), que vine con un virtuoso himen complaciente, siempre verifica que las relaciones sexuales vengan “sin ardores ni dolor después” porque parece que eso es de lo más importante. Abro las piernas.
-A mi lo que me duele es ésto, Moreno.
-Y sí, es molesto y eso que estos nuevos espéculos de plástico son mucho mejores.
No digo nada pero me pregunto qué sabrá Dr. Moreno acerca de lo que se siente tener un espéculo entre las piernas. Me callo. Igual el hombre es suave y respetuoso, no hay mala intención en su comentario. Cierro las piernas.
Revisa “las mamas”.
-Vamos a ver las mamas, ahora.
Primero una, con movimientos circulares desde afuera hacia adentro con dos dedos y después las dos a la vez con los brazos a los costados, Charlotte, con los brazos atrás de la nuca, con los brazos sobre mis hombros, Charlotte. También explica que siempre hay un pezón más sobresaliente que el otro o uno más retraído (no recuerdo bien) y confirmamos que mi sobresaliente es el izquierdo.
-¿Ves? Fijate.
Apunta a uno y al otro.
-Todo bien, piba. Andá a cambiarte.
Camino al baño en puntitas de pie porque el piso impoluto está también helado y me saco la batita de papel que por lejos debe ser el atuendo menos sentador del mundo del diseño. Dudo si se tira en el tacho o en el canasto. Opto por el canasto.
Nos damos los besos de despedida, me dice que lo llame en diez días por el resultado del PAP y me escolta hasta la puerta.
Llego al gimnasio y me siento en los aparatos esos para ejercitar abductores. Siento que me pasé el día abriendo y cerrando las piernas. Cuando paso del aparato que cierra al aparato que abre, la máquina me confirma una verdad predecible: a igual carga en las pesitas del costado, es mucho más esfuerzo cerrar las piernas que abrirlas. Vaya descubrimiento.

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Tuesday, August 28, 2007

"Couch Meat"

Ayer me encontré llorando sola a los gritos por Cabildo. De esos llantos que alejan a los transeúntes, que los asustan. Y a otros, los hace mirar de reojo y dudar, abrir apenas los labios como para decir algo y después, no, porque ni idea quién es la rubia que va con el Kleenex en la mano hecha una desquiciada. Encima en Cabildo te pegan tiros, a mí también me daría miedo una loca caminando sin rumbo.
Ni que hablar que la charla me había pegado mal. Siempre se las arregla para coronar cualquier encentro con una pelotudez pero nadie me saca la idea de que lo que me pega mal a mí es Belgrano. Caminé unas cuadras más y me fui alejando despacito hacia Palermo, secándome las lágrimas al costada de la cara porque si no te las secás, al rato empiezan a arder. Me tomé una cerveza y jugué compulsivamente con el platito de maníes y después con los palitos cuando los trajeron. Hablé un poco compulsivamente también. Y lloré todavía un poquito más. Me parece que el se asustó un poco.
-Ah, vos relajá que para mí esto de llorar es absolutamente natural, eh. Casi a diario.
Cuando me subí al taxi ya no lloraba más, solo me tironeaba un poco la cara. Y cuando pegué la vuelta por Julián Álvarez ya todo estaba tranquilo.

Monday, August 27, 2007

Graduation

Así de la nada Sr. Transferencia lo dijo.
-Probablmente te resistas un poco a esto, pero me parece que pasamos al diván. Pensalo. Es como haber terminado el ciclo básico.

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Sunday, August 26, 2007

The Sum Total of My Misfortunes


La rosca de repente está clarísima. Casi como una epifanía. Tiradas en la cama me doy vuelta y le digo a Flo.
-Poné stop. No busques más, boluda. Lost, lost estoy yo. Se me hizo la luz. ¿Sabés cuál es el problema? El tema es que a mí siempre me gustaron los Sawyers. Y los Sawyers siempre te hacen infelíz, eso está clarísimo. Y lo triste también ¿sabés qué es? que los Sawyers me dieron bola.
Lo llamaría ya mismo a Sr. transferencia y se lo explicaría. Yo no se si me la va a tomar, pero creo que si le explico mejor vamos a haber avanzado algo. Y si no, la próxima sesión le caigo con la última temporada, damos vuelta el diván, la vemos juntos y comentamos. Que te gusten los Sawyers es una condena y creo que el mundo se divide en dos: las que clavaron ahí y las que se sobrepusieron. Digamos que vengo evolucionando, lentamente. Y a mí nadie me lo saca de la cabeza. Lo de Big fue involutivo, te lo digo. Ahí no hubo introspección, ahí no hubo laburo y todas engañadas porque no te cuentan el resto. Eso no termina bien, como esos casamientos en los que en el atrio te saco un Benjamin y te digo: 5 años, tops. Hagan sus apuestas, no va más. Y esperemos a ver dónde cae la bola. Igual te pongo toda la onda, vamos caminando al auto porque Recibirán a usted después de la ceremonia y si hay que hacer tren en la pista lo hago y me quedo bailando hasta que amenezca. Pero hablemos en 5, eh.

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Friday, August 24, 2007

Adding to the shopping cart



Predeciblemente sale $69-. Un musthave.

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Wednesday, August 22, 2007

Mc Breakfast





Concluyo que el viaje va a ser una pesadilla. El taxista pinta charlatán y además muestra una espantosa predilección por la música italiana. De hecho cambia un CD de Laura Pausini y lo reemplaza por uno de Eros Ramazotti. Tano de mierda y la reputa que te recontra parió. Pienso que el tipo debería tener el canto prohibido, como Monzón la piña. Es un degenerado infame que no puede cantar así. Le gritaría en la cara. ¡Nasal! Nasal y con letras vergonzosas. Me violento. Pero ahí me acuerdo del llamado de V esta mañana.
-Señor, ¿me presta un segundo La Nación?
Taxi driver manotea a su derecha y me pasa el diario. Ahí nomás en primera plana, Mc Splendid, sonriente, paternal, comprensivo, protector. Y todo de tres fotitos te concluyo, eh. Síndrome de Estocolmo a flor de piel. Quiero internarme como Gaitan y que me cuide, que me adopte. En realidad, pensándolo bien después de ver las fotos, prefiero infartarme con Gaitan trás de una noche de sexo desenfrenado y que Mc Splendid nos cuide a ambos. Eso.

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Tuesday, August 21, 2007

Muerdo el anzuelo y vuelvo

Pienso que con los años he perdido un poco de eso que me salía bien, un talento natural para la “seducción en pista”. Era mucho más fácil. Te parabas en el medio, te movías más o menos bien, de ser posible fumabas y te mostrabas intensamente concentrada en las reveladoras letras de la música pop de los ochenta mientras tarareabas alguna que te debías saber con extrema corrección o bien permanecer muda y parecer copada pero no tanto. Después a intervalos a definir te corrías el flequillo de la cara con un ademán descuidado de la cabeza y la boca ligeramente entreabierta dejando entrever la lengua y le dabas una larga pitada a un cigarrillo y largabas el humo lento y hacia arriba. Cada tanto le echabas una mirada al chico que te gustaba. El seguramente no estaba bailando y tomaba algo al costado de la pista mientras te miraba. Te miraba lo justo como para que sepas que te miraba pero no lo suficiente como para que pienses que te miraba exclusivamente a vos. Vos hacías lo mismo pero no tanto como para que piense que estabas arrojada a la calzada de barato.
El sábado nos vestimos y partimos. El dress code decía Sport Elegante y venía con una nota que explicaba que se trataba de “un primo lejano del jean”. La misma música de mis quince sonaba en esta fiesta de cuarenta. Yo a los 15 no tomaba. Ahora pregunto neuróticamente ¿Qué vodka es? al chico de la barra y al que va con la bandeja lo intercepto con un ¿Es Chandon? Tengo una lista de las marcas y mezclas que me resacan y las evito.
Mucho matrimonio suburbano alrededor. Algún soltero y algunos hombres en ballotage. A esta altura hacés los cortes con una sola mirada. Bailamos en la pista. Creo que suena algo que arranca con It´s not the way you leave your clothes across the bedroom floor tarrara tarara tarararaaaaa…y sigue uh uh uh sometimes, it´s the broken heart that decides. Y después otra que era de las que le inventaba la letra y cuando vuelvo googleo y opa, un descubrimiento.
Marconi plays La Bamba,
Listen to the radio -
Don't you remember?
We built this city,
We built this city on rock an' roll!
El soltero al costado de la pista se acerca y concluyo que no he perdido tanto mis mañas. Me dice algo al oído a lo cual sonrío simpatiquísima y sexy. No es look estudiado. No escuché un carajo.

Friday, August 17, 2007

LPD, revisited, reloaded, re desubicado

LPD debía estar en Buenos Aires. Lo llamo a alguno de sus teléfonos con nombres de frutos del bosque, Blackberry, Blueberry, Boisenberry, Cranberry, Raspberry o alguna de esas. Nunca lo ubico. Asumo que sus ocupaciones en la ciudad lo tienen secuestrado.
Anoche, cuando ya se habían ido los chicos de casa, cuando estaba recién dormida, desnucada en la cama con la tele todavía encendida pero sin voluntad para siquiera apretar el botón de power, suena el teléfono. A las dos de la mañana un teléfono que suena puede significar solo dos cosas: Sexo o muerte.
-Cuca, recordame la dirección que ando por Palermo.
Sexo.
-¿Eh? ¿Estás en Buenos Aires? Boludo, ¿vos viste la hora que es?
Mientras hablaba, con una mano sostenía el teléfono y con la otra (en pleno sueño) instintivamente recorría mi pierna izquierda para verificar la depilación. Ok.
-Bueno, pasá a darme un beso.
Los siguientes cinco minutos fui dictando calles. Cruzá S. Ortíz, no, no dobles, cruzala. Seguí por Santa Fe. En proceso me volvía a lavar los dientes, chequeaba una cara de dormida irremontable en el espejo del baño, me acomodaba el flequillo, repensaba el look y concluía que si llamaba a esta hora de la noche no iba a sorprenderse por encontrarme en pijama. No cortamos el teléfono hasta la puerta de casa. Hice todo a una mano. Hasta tirarle las llaves por la ventana.
-La llave chatita. Atajá.
Lo escucho subir las escaleras de entrada. Ya le huelo el perfume a la distancia. Siempre está impecable.
-Hola, Cuca.
La Boa no pierde tiempo con preámbulos. Creo que no llegué a contestar. Fiel a su especie, la próxima vez que abrí los ojos la Boa me había arrinconado contra la puerta de entrada y me estaba dando unos besos.

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Wednesday, August 15, 2007

"Aversión al riesgo" dicen los noticieros

Salgo tarde del centro y como con Flo. Un clásico Senutre que ya nos tiene hartas. No hay otro delivery en zona. El Palermo de Flo debería ser Palermo Hunger, el auténtico Palermo sin delivery.
Cuando llego a casa subo la escalera oscura. ¿Cuatro, cinco meses sin poder cambiar una lamparita? Me pregunto cuántos más van a pasar. Mido mi umbral. Probablemente, no, de hecho, he desarrollado toda una serie de conductas adaptativas y ahora soy como un topo, un murciélago. Cuando llego arriba manoteo el costado de mi cama y veo que el inalámbrico no está en su cuna. Lo llamo. Me contesta con un beep intermitente desde abajo. Fiaca. Desciendo, le hago upa. Recién ahí se calla. Asterisco uno dos tres numeral. Clave. Usted tiene dos mensajes. Intrascendentes, obvio. Los amantes no llaman durante el día.
Desde los dos agujeros de la escalera (todavía son agujeros, ni miras de arreglo) entran ruidos. Se escucha agua que corre, clarísimo. A veces más fuerte, otras casi imperceptible pero es agua y corre. Me pregunto si es el funcionamiento normal de los interiores de las casas y si un día no voy a amanecer nadando en una pecera decorada. De chica siempre soñé con llenar mi casa de agua y nadar entre los cuartos, entre los muebles, bajar las escaleras nadando. Les doy una última mirada a los agujeros, cada tanto un pedacito de yeso se desprende hacia adentro y hace ruido a abismo. Mientras me cambio miro por la ventana. Los vecinos de enfrente prendieron todas las luces. En la televisión me informan las caídas de las bolsas. Dow Jones abajo como un 1,57%, aversión al riesgo y… me pierdo. Trato de retomar.¿Qué pasa con la aversión al riesgo? Ahí se va otra gran revelación como esas que se te escapan en los sueños y a la mañana siguiente no podés recordar. Es tarde. Los chicos de enfrente apagaron las luces y los agujeros pareciera que se callaron. Se ve que poca gente está usando el agua en el edificio. Otro martes en Palermo.

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Monday, August 13, 2007

Sleepwalking



Me pelo las sábanas del cuerpo porque había quedado en almorzar y tenía ganas de verlos. Quería conocer la casa, el barrio (a sólo $5,28 de casa, compruebo, y una caminate de vuelta más que llevadera). Cuando entro a la casa lo veo, varios metros más adelante, todavía en su cajita original de plástico, arriba de un mueble.
-¿De dónde lo sacaron? ¿De quién es? Lo quiero ya.
Me acerco, pido permiso para sacarlo de su caja y me entero que pilas mediante, rueda sonámbulo en su taza con esa cara de dormido y los brazos estirados adelante por toda la casa. Pienso en robarlo. Cambio de idea.
Cuando estaba en el jardín de infantes me robé un leoncito relleno de alpiste y con melena de verdad de lo de una tal Nadina. Como a los 4 no tenés cartera ni mochila ni nada, se me ocurrió escondérmelo en la bombacha. La cuestión era que el león era chico pero por las semillas pesaba bastante y cuando subía la escalera de casa hacia mi cuarto se me cae de entre las piernas. Parí un león, básicamente. Interrogatorio materno, careo, prisión preventiva, condena. En mi casa el robo estaba muy mal visto. De ahí, nunca más, ni una selva del quiosco.
Lo devuelvo a su caja y los tres chequeamos posibilidades de compra. Lo encuentro. Ya en casa lo encargo, hago los arreglos de S&H y sueño con ser propietaria de un auténtico Yoshitomo Nara. Soy un poco más feliz que el día anterior.
Las mujeres siempre tememos eso de que justo el día en que salís a la calle hecha un desastre te encontrás con un ex. Siempre esa fantasía pero al final rara vez sucede. Mis encuentros solieron ser en condiciones controladas de laboratorio: vestuario cuidadosamente elegido, maquillaje impecable, pelo dominado etc. El domingo sin embargo se cumplieron los pronósticos. En un único movimiento sali de la cama a la calle. Si hubiese tenido una enorme taza en la cual desplazarme rodando despacito, me hubiese subido. Lo encuentro en la cola de mi Disco de Paraguay y lo que es peor, le descubro una cara de ¿vos que hacés en mi supermercado?. Rápidamente sin que me pregunten, me escucho diciendo que hace diez años que vengo acá y que sí, el de Mansilla y Vidt puede ser más cerca pero es una mierda. El se queja de ausencia de queso en hebras. Yo le explico que cuando hay, siempre está junto a las pastas. Creo que con eso queda claro y para los nuevos en el barrio, las pastas están a la izquierda de las carnes. Sí, como hace unos 9 años.

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Friday, August 10, 2007

“You'd be surprised how much it costs to look this cheap!”



Dolly Parton

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Tuesday, August 07, 2007

Cumbersome Ways to Kill a Step-Mum

Title based freely on this poem by Edwin Brock.

And then, there’s this particular fantasy where she’s driving her expensive pathetic little new car and I just pull over in a green Jaguar and when I’m right next to her on the road I put the window down and I stare. I stare straight into her little ice blue eyes. Miniature igloos. Only Eskimo's from Lilliput allowed. And then I pull my gun. I give her just enough time to grasp the fact that I’m about to shoot her. A matter of seconds. Then I lift the gun, aim straight at her head and shoot. Right between the eyes. No time to crawl under the seat, no time to scream. I pull the fucking trigger and shoot her right between the eyes. Except it’s not a real bullet. It’s more like a pistol that injects this magic potion that paralyzes her venomous tongue for life. Mute, dumb, forever. No chance of pouring her sad little bullshit into the world. Silence, sheer silence. And after I shoot she senses the trickle of blood falling down her forehead from the hole and puts a hand to her face and sees the red liquid on the tips of her fingers and turns her fake peroxided blond mane to me and gasps. Except she cannot scream. She’s mute. And I laugh (I drop my head backwards when I do it and it's loud, echoes endlessly) and step on the gas and drive away in my Jag.
And then there’s the variation to this one. In the other version I’m dressed like Daryl Hannah in Kill Bill (black pirate patch and everything, the works!) and I just slash her head off with my Hatori sword. But there's no blood or anything here. It's a clean cut and doesn't kill her, just casts a curse where she'll wander the planet carrying her severed head in her Gucci handbag. And then again I step on the gas of my green Jag, of course, and speed off. Also in this one I'm wearing the Monolo shoes I'll never own. It’s a fucking murder fantasy; just deserves some glam!

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Buenos Aires "Ander"

Alguien me cierra el paso a la altura de la Casa Rosada. Puteo bastante en voz alta para que el policía me escuche y me creo que exageraron con el vallado sólo para joderme la vida a mí. País de mierda y la reputamadrequenosrecontraparió. Eso lo digo bastante, siempre incluyendo el "nos". Y otras frases más que parecen no sorprender al cana ni tampoco el hecho de que salen de la boca de una rubia aparentemente modosita. Obligada a bajarme del taxi y caminar desde el bajo.
El hombre con pata de palo sentado al lado de la última de las doce columnas de la catedral, pide estirando una mano y habla fuerte y en monotono. A mí me da un poco de miedo y siempre que paso me siento una hija de puta. La pata es literalmente de palo, termina en punta de madera como la de un pirata.
-Moneditas, porelamordedios. Una ayuda. Dios los bendiga. Moneditas.
El señor de traje le pone unas monedas en la mano.
-Dios lo bendiga señor, ya lo va a bendecir prontito. Ya va a ver, eh. Le va a traer suerte. En estos días.
Me pregunto si el señor (que sigue caminando) le cree, si piensa que media pierna de menos le dan alguna clarividencia.
Entre las baldosas llegando a Chacabuco, sobre Avenida de Mayo hay unas de un material traslúcido que están rotas y dejan ver para abajo. Espiar. Siempre paso apurada y no tengo tiempo de detenerme para confirmar a qué ciudad subterránea dan, pero dan a algún lado, eso seguro. Pienso que una tarde de estas me acuesto al ras del piso, acerco el ojo derecho (cerrando el izquierdo) y por fin me entero de lo que pasa ahí abajo. También medito que la gente normal no se pregunta estas cosas y hago una nota mental de comentarle a Sr. Transferencia al respecto.

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Monday, August 06, 2007

Never send to know for whom the bell tolls

Las campanas de la Iglesia de Guadalupe son poco criteriosas. Marcan el cambio de hora, a veces la media hora y alguna otra vez las agarré sonando por un cuarto de hora. Hoy por ejemplo volvieron a sonar a las nueve y cuarto y me confundieron. Salí apurada y después tuve que hacer tiempo. Anoche, después de que las oí sonar por última vez, encendí algunas velas y unos inciensos. Sin ser fanática, hay un palito en particular que me gusta que viene en un ¿pentaedro? amarillo y dice Fortune en uno de los lados. Lilacs and pine, dice también. De los parlantes pareciera que Leonard Cohen me canta exclusivamente a mí y por un minuto hasta creo que nos enamoramos. Oh let me see your beauty when the witnesses are gone. Let me feel you moving like they do in Babylon. Por momentos hasta me canta al oído.Show me slowly what I only know the limits of. Dance me to the end of love. Y después lo repite, por si no lo escuché, un poco más suave. Dance me to the end of love. Yo le hago los coros y si me pide también le bailo un poco aunque no se bien a lo que se refiere cuando dice Babilonia y siempre pensé que hablaba de Sodoma y Gomorra. Mente sucia. No importa. Bailo. Después apago todo y subo la escalera a ciegas, veo la película que alquilé hasta que termina y aprieto stop en el control remoto. El cuarto queda a oscuras salvo por la luz azul eléctrico que sale del equipo. Parece otro lugar. Como esas noches de películas en interiores que pretenden simular otras noches, de lunas reales. Mal iluminadas. No se de dónde sacaron los directores de fotografía que la luz de la noche es tan azul. Exageran. Casi no lo reconozco, no parece mi cuarto. Las capas de edredones ya levantaron temperatura, no hay ruidos en la calle, la cama nunca estuvo más cómoda que hoy. Hay noches en las que pienso que es perfecta. Otras veces pienso que me queda grande.

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Friday, August 03, 2007

Agendado

El ex vecino del pelo perfecto, de las espaldas triangulares y los ojos verdes me llama para comer. Agrega un "A ver si concretamos finalmente" y si bien se que se refiere a juntarnos y comer y tomar algo y hablar de la vida como hace meses que no hacemos, no puedo evitar reirme un poco cuando lo dice. Y además, creo que lo dice exactamente con esa intención. Esta vez evita el habitual mujer que a mí me cae tan bien pero es todo enfático y entusiasmado en sus ganas de verme. Me gustan los hombres así, me aburren los que se creen que tienen que disimular el entusiasmo. Innecesario. Me desmotiva. Ex vecino propone fechas, yo sugiero confirmar sobre el pucho, con menos tiempo anticipativo. Ex vecino es productor de cine, a ex vecino le gusta anticipar el look de sus semanas venideras, las debe tener planilladas y entro en algún espacio entre toma y toma. A mi me gustan las agendas con una página por día, no necesito ver toda mi semana (ya la conozco, el domingo a la noche la ensayo mentalmente en la bañadera). Yo quiero mi día desglosado en horas y hacer palitos verticales que cancelan franjas horarias.

Wednesday, August 01, 2007

Tocame abajo que te abro

-Cualquier cosa te llamo antes de llegar y me decís.
Estaba casi segura de que no se iba a acordar bien el piso o la calle o la casa o el motivo por el que venía. Cuando miro el reloj y pienso “ya es hora” (de que al menos haga el llamado para confirmar las coordenadas) me invaden los dos segundos de pánico, esos que tenía cuando festejaba cumpleaños multitudinarios. El pánico a que no viniese nadie y que no se iba hasta que confirmaba con la vista los millones de invitados que iban llegando y probablmente un "listo, me quieren, me quieren" que me iba repitiendo en la cabeza. Chequeo el baño, la ausencia de bombachas a la vista, mi cara, que el rimmel no haga efecto Cristina K, me paso el índice por detrás de la oreja y me lo acerco a la naríz para confirmar que efectivamente huelo a J’Adore y escucho ruidos a vidrio golpeado. Paro con todo lo que estoy haciendo, bajo la escalera y vuelvo a escucharlos. Ahí le reconozco la voz. Habla con alguien por celular en la puerta de casa y se escucha todo. Me acerco a la ventana para evitar el próximo piedrazo contra el vidrio y lo veo. Está de espaldas, agachado. Con una mano sostiene el celular y con la otra va juntando un manojo de piedritas del cantero que está en la vereda. Le hago señas de pará, nene, ya te abro. No me ve. Piedrazos, ya ahora los tira de a dos o tres. Bajo a abrir antes de que rompa algo. Me mira bajar la escalera desde afuera y con el índice le hago circulitos al lado de la frente y con labios le pregunto si está loco. Sigue hablando pero sonríe (casi riendo), me da un beso sin ruido en el cachete y mientras subo las escaleras me pellizca el culo.

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