Wednesday, February 28, 2007

The Parkinson's Journal (uncensored) II

-Mirá, mirá, mirá como se mueve ahora ponele.
Le miro la mano izquierda. Tembleque parejo. En algún lugar leí que miden los centímetros de despazamiento del movimiento. Puede que esté inventando pero casi segura que leí eso, en una de esas sesiones de peligrosísimo research compulsivo.
-Parece el movimiento de una p...
-¿De una paja? ¿Pero vos te volvíste loco? ¿Cómo vas a decir esas cosas?
-Con más naturalidad, che. Le podría preguntar a la médica si no se puede aprovechar el movimiento...
-Ah, no, vos estás mal de la cabeza. Ni se te ocurra un comentario de ese tipo adelante de la doctora porque no da. Sos un desubicado. En Estados Unidos te hacen un juicio por acoso de una. Sabelo. Encima soy tu hija. Viremos de tema.
Agarra en carnet de OSDE mientras me pide que le sostenga el bastón. De repente se para y empieza a caminar perfectamente y a toda velocidad por los pasillos.
-Un poco me hago el boludo pero la verdad es que me canso, eh. Haceme acordar que le pida las recetas, Parcimonia 0.50 y electroimaginación.
Solo yo puede entender y traducir.
-Si, necesitaríamos las órdenes por el Rivotril 0.50 o ¿qué era que tomabas, Neuryl, es?. Bueno ese y una orden para 10 sesiones más de electroestimulación, kinesiología creo que ponen.
Caminamos a velocidad pan, queso, pan, queso desde Fleni hasta Chinatown (¿cuatro cuadras?) y me pide que le repita el diagnóstico mientras busco mi curry paste y una mini botella de leche de coco.
-Registrá. Respondíste muy bien al test de Levodopa lo que quiere decir que te van a poder medicar no solo con Levodopa sino con todo un grupo de medicamentos que parecen que funcionan muy bien con ésto. Arrancás ahora con Trivastal Retard, las pastillitas chiquitas coloradas. Es un agonista o algo por el estilo. Van a ir probando con una dosis mínima para ver cómo respondés a esas. Tomalas con la panza llena porque sino te caen para el culo. ¿Entendíste?
-Te releojeaba el médico que me hizo el test, ¿víste?, el jovencito. ¿Estás leyendo algo bueno? Sabés que no me puedo concentrar. Ando como en tres libros, tengo un quilombo con los personajes... También si te dan algo que se llama agonizante, dejate de joder.
-¿Te hacés no? Plis decíme que te hacés.

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Tuesday, February 27, 2007

Así no se puede coger


Porque las opciones son limitadas. Por ejemplo, alguien con el que el sexo es tremendamente bueno pero las circunstancias indeseables. Poquísimas chances de enamoramiento sin importar el plazo que se imponga. Esto es en pocas palabras, un lugar emocionalmente seguro (aunque tampoco siempre, he caído víctima de cada monstruo divino) y si bien puede considerarse efectiva, a mí esta opción me funciona poco.
La otra es la del tipo perfecto. Estable, comunicativo, tiene sentido del humor, se ríe a carcajadas con tus cuentos, le parecen absolutamente razonables tus ataques de pánico y breves histerias mensuales (se limita a contenerlas con abrazos y besos) pero el sexo es terrible, desabrido al menos, el orgasmo una tarea titánica y una está con ganas de que sí sí sí y no, no, no. Irremediablemente sujeto a fracasar (porque a una le gusta la adrenalina, no a los niveles de disfrutar del bunjee jumping sin soga pero pensar en una vida sin un poquito de eso, frío por la espalda).
El combo Molotov, sexo perfecto el día 1 (mucho y bueno), encima es locuaz, inteligente, cariñoso, le gusta leer, Barbra Streisand, fuma Marlboro (poco) y soltero. De alto riesgo. Puede resultar una perfecta historia de amor o bien tenerte arrastrada esperando un llamado por siglos (que en estos casos pueden ser dos o tres días).
Por ejemplo, yo ahora "podría" estar en esos días en los que llamo a mi celular desde todo dispositivo telefónico a mi alcance porque claro, puede ser que CTI esté con problemas y haya que probar. Llamame desde tu Movistar. Me auto llamo desde casa, de un público, eso de un público. ¿Personal sigue existiendo? Boluda, ¿me llamás un toque desde tu movi? Corro el pasillo de la entrada al ascensor porque es ZONA SIN SEÑAL. Probemos el mail. Send and receive, send and receive, send and receive. Casi como un ejercicio de Pilates que se repite hasta el cansancio. Y bajarle el sonido a la máquina porque el ruidito metálico -de monedita cayendo en lata vacía- que hace esta máquina cuando no hay mails, es más agresivo que el "Usted no tiene nuevos mensajes, usted tiene dos mensajes guardados. Para escuchar sus mensajes guardados, marque uno… ". Y juro que la locutora que grabó el mensajito tiene un goce perverso cuando lo dice. Enfermita.

Sunday, February 25, 2007

Make it a crime to be lonely or sad. It oughta be illegal.

Salgo a la calle con una mañana pegajosa sin saber muy bien en qué calle estoy. ¿Es Peña, French…? Parar un taxi ya me acalora y tengo probablemente menos de veinte minutos de sueño encima, ropa oscura y rimmel corrido. Lo que parecía iba a ser un evento de esos "a cumplir” resultó, bueno, algo bastante distinto.
Los últimos en quedarnos y parecía que el chico de barba y yo teníamos que seguir de largo, a un lugar con más café o con más vino o más cigarillos.
-¿Decirte que vayamos a casa es una desubicación total?
Dudé unos minutos (¿segundos?) y mientras seguía meditando la decisión estaban ayudándome a bajar del taxi con una mano extendida (¿caballerosidad o borrachera?) y me estaban preparando un café (de filtro, de esos que vienen en saquito).
El departamento del soltero es desordenado, más que el mío. En la mesa hay rastros de un vino con un amigo, lo que parece un salamín apoyado en un plato, Cd´s, diarios viejos, cajita vacía de Marlboro. El colchón del fouton se cae (igual que en casa) y cada tanto hay que pararse para acomodarlo a menos que una quiera ir resbalando despacio hasta el suelo. Pienso que no sería una mala opción. Discutimos sobre el significado de una palabra. Gano la apuesta. Lo confirma una enciclopedia. No conforme con mi victoria, Wikipedia me agrega unos puntos.
-Dónde estabas, Charlotte?
Me río y me pregunto si debería ser dónde estabas, dónde has estado, dónde estuvíste, where have you been all these fucking years. Ja. Novelera. Corín Teshado. No llego a conclusiones al respecto.
-Por ahí, digo. ¿Qué se yo? Levanto hombrito y me río de costado.
Salgo de Wikipedia y reviso los Itunes.
-Tenés Barbra Streisand. Me muero.
El listado era ecléctico, digamos. Alice Cooper, Calamaro, Talking Heads, Ella Fitzgerald...
-¿Ni loca bailiarías esto, no?
Hay cosas que una hace con un poco de vino en sangre, con calor pero la verdad que es mentira. Hay cosas que una hace porque le gustan. Ni lo pienso. Me paro.
Pulses racing , darling. How grand we are. Little by little we meet in the middle.

Una respiración en la oreja me pierde. Ya me lo dijeron una vez, Walking cliché. Lo se pero por algo son clichés, che. Bailo con Barbra y Barry.
There´s danger in the dark (it oughta be illegal). Make it a crime to be out in the cold (it oughta be illegal).

Subo una escalera empinadísima.
-Me parece que mejor me saco los tacos acá porque me voy a matar.
-¿Te tenés que despertar temprano mañana?
-Para nada.
Me despiertan llena de besos y un Alikal en una mano. Hay un enano con un Black & Decker adentro de mi cabeza. Lo descubro ni bien abro el primer ojo. Hijo de puta. El segundo ojo ni lo abro.
-No puedo tomar aspirinas. Gracias igual. Me tomo un ibualgo cuando llego a casa.
¿Quién me quita lo bailado?, pienso.

Thursday, February 22, 2007

Quién dijo que todo está perdido? Yo acabo de entregar mi corazón


Justo cuando me vengo haciendo la canchera, llenándome la boca hablando de las Mac´s, discriminando impunemente al submundo de las PC´s y toda una chorrera de cosas terribles, pam! Circulito de colores que gira y no para en dos horas, como una rueda psicodélica en pleno viaje lisérgico, lo que K denominó el Spinning Wheel of Death que indica que todo está perdido, que nada será lo de antes, que mi máquina no reconoce a mi disco como Enrique VIII a uno de sus bastardos, que de él se rescatará lo que se pueda, que Macman vendrá con su capa y se meterá en lo más íntimo de mi ser, en un chequeo casi ginecológico en el que me desarmará de a poquito, sacando capas de hard, de soft y con un dedo cuidadoso presionará las teclas correctas, urgará en mi carpeta “Clientes”, en esa otra que dice “My stuff”, descartará viejos PDF, pornografía caduca que ya no me calienta, viejos presupuestos devaluados y como en una ablación digna de ER se llevará mi viejo disco rígido e intentará reemplazarlo por el de un donante unos cuántos dólares más tarde.
Claro, que yo nunca seré la misma.

Wednesday, February 21, 2007

Paranoia I

Martín entra a la oficina y da vueltas en redondo reacomodando las HOW que están en los estantes y sugiere que saque la botella de Absolut Mandarin que puse frente a mi escritorio. –Es un regalo, nene. No es que vaya a quedar ahí. Me lo acaban de dar.
-¿Sabés dónde tiene que ir, no?
-No puedo creer que me vas a enseñar a a tomar vodka.
Y empieza a dictarme conceptos para cambiar en la presentación. Dicta rapidísimo hasta que lo paro en seco y le aviso que no se shorthand y le pregunto si quiere que también me siente en sus rodillas, así a upa. Se ríe.
Mientras recorre con la vista termina apuntando a la caja fuerte. Sugiere que la tengamos siempre abierta (ahora está trabada y bajo llave) porque si alguna vez nos asaltan y nos piden abrirla nos evitaríamos un problema y un pésimo trago.
Me pregunto porqué le quiere sumar angustias a mi vida. Nunca se me hubiese ocurrido, pero ahora que lo pienso es casi tan atemorizandte como esa fantasía recurrente que tengo en la que estoy en un auto esperando que pase el tren -detrás de la barrera- y otro auto me empieza a empujar despacito pero firmemente desde atrás. O la otra en la que saco el brazo por la ventana y un loco en el auto de al lado me esposa a su brazo y amenaza con acelerar.
No estoy loca, yo solo las cuento

Tuesday, February 20, 2007

Two nice thoughts for the day

El primero consiste en que al Sr. Spammer ahora se le dió por armar mails con los nombres de dos de mis ex. En uno ese ex que me dejó llorando más años que los que hubiese querido, me ofrece un curso de jardinería "impactante y ágil". El otro, ese que agarré en el ballotage y después no salí favorecida en la tómbola cuando rehizo su vida, me ofrece una millonada de bonos del Tesoro nigeriano, "deventures, no collateral" y a unas tasas de lo más atractivas. Siempre supe que me quisieron y que jamás podrían olvidarme.

El segundo pensamiento alegre del día tiene que ver con una sensación, acá en el plexo solar digamos, de haber dejado toda la tira de lucecitas que me trajo el Tano de Urban Outfitters y que yo cuidadosamente até (con ayuda de Chechus) a mi balcón, absolutamente encendidas y brillando a intervalos regulares. Tengo un vago recuerdo de haberlas visto titilando anoche antes de cerrar los ojos presa del champagne en las venas (ahora lo incluyo entre semana también) y haber dicho tomorrow and tomorrow and tomorrow... Y esta mañana, claro, no se las veía titilar por el sol que entraba y por esta resaca divina que porto.
Altas posibilidades de encontrar el rancho en llamas y muy pocas chances de que Paraguayan Wonder me llame antes para avisarme.

Monday, February 19, 2007

5 líneas. Diario de una adicción

La semana pasada sin razón aparente entro a Farmacity y en la sección "color" manoteo un rubio oscuro dorado de Lóreal y me convenzo rápidamente que es una buena decisión la de bajar el rubio.
Aguanto exactamente una semana. La depresión del rubio oscuro se instala en cuanto me seco el pelo la primera vez. Una nueva versión de mi misma que según K, sólo yo noto. Lavada, toda acenizada a pesar de que la etiqueta dice "dorado" y una sensación de malestar generalizado. Aguanto un poco más y a la mierda, me digo.
Ayer no lo resistí. Abrí el mueble del baño sabiendo que volvía a pecar, a caer irremediablemente en la tentación del Blondissimes rubio muy muy claro dorado y lo de siempre. Raya al medio y nada más que cinco líneas marcadas con un peine hacia ambos lados. Son sólo 5 rayitas doradas que van desde la raíz hasta la punta y en cuanto apoyo el peine, el alivio inmediato. Ya lo dije muchas veces, el rubio es un viaje de ida.

Thursday, February 15, 2007

Avistaje y contacto en Palermo Zoo

Esto de correr o caminar por Palermo es rarísimo. Hace unas semanas que agarré el hábito. Muscu vieja, joggineta y zapatillas son el atuendo poco prometedor, teléfono en una mano y (nadie sabe de dónde salió ya que nunca tuve auto propio y menos uno de éstos) un llavero Audi amarillo alrededor del cuello que es lo único que encuentro en casa para no llevar las llaves en la mano. Mientras corro pienso que es un clásico de los que encuentran los CSI alrededor del cuello de la corredora y entonces me paranoiqueo con la fauna local y a todos les veo cara de asesinos seriales.
Las opciones de recorrido son pocas: lago grande, lago chico, a favor o en contra de las agujas del reloj. Mi elección es lago chico arrancando desde el monumento de los españoles y en contra de las agujas del reloj como lo hace mi amiga. Ahora se que si me la quiero encontrar tengo que ir en contra. Mientras camino hago cálculos mentales de las velocidades que deberíamos tener cada una de manera de estar caminando en la misma dirección y aún así divisar la espalda de la otra. Porque concluyo que siempre veríamos una espalda. Mientras camino me entretengo sacando perfiles. Los que te miran de reojo cuando corren con los amigos, los que pican a último minuto para hacerse los langas y después escupen los pulmones atrás de un arbusto, la señora que me cruzo 3 veces y las 3 veces me pregunta si vi un par de anteojos que se le cayeron. Si yo la reconozco ella me tiene que reconocer a mí. Está la madre abnegada en rollers que empuja un cochecito que hace eses y pienso en el pobre bebé mareado, los rugbiers que se ve andan preparando la pretemporada y después los que llegaron hace unos años después de un pedo que duró desde que los sacaron desmayados de In the Grove y de repente se vieron trotando en la misma zona 20 años después. A mí me va más la de los pendejos vaguitos que se tiran a fumarse una cosita y apretar debajo de los árboles en el Rosedal. Me parece que la tienen bastante más clara pero la madurez, ay, la madurez. Y entre las palmeras de Thays, y los cochecitos, los entrenadores compulsivos y los personal engrasados lo veo. Avistaje. A lo lejos viniendo en dirección opuesta el Gran Oso Panda, oriundo de la zona y según se comenta, habitué de los bosques. Remera gris, shorts, zapatillas, trote parejo y ceño fruncido y sin hacer contacto visual. A último minuto un guiño de ojo. Medito la próxima vuelta. Tengo la opción de huir por Sinclair. ¿Qué pensará este señor que me dejó con los jeans a media asta, el corpiño en la mano y los pelos revueltos después de apretujarme contra su heladera? ¿Pensará que tal vez lo estoy acosando? ¿Pensará confundido que pertenezco a la fauna healthy local? ¿Pensará que me mudé de barrio? ¿Pensará? Antes de terminar mi vuelta lo vuelvo avistar. Hago cálculos mentales y concluyo que si yo camino y el corre hay altas posibilidades que nos topemos más rápido que con la doña de los anteojos. Sigo calculando y el Oso Panda se ve cada vez más cerca, más grande. Pienso en tomar una diagonal hacia el monumento y chequear el estado del pelo, probablemente deplorable (Flashdance the later years). Oso Panda más cerca, más grande y cuando está pasando justo a mi derecha y estamos a punto de ignorarnos, los dos alzamos una palma, la chocamos y ¡slap!. Contacto.

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Wednesday, February 14, 2007

Zadie Zadie, married lady

Voy leyendo en el viaje a la oficina tres páginas sueltas del diario del 4 de febrero con una entrevista a Zadie Smith que mamá me guardó hace unas semanas porque sabe que no leo La Nación o más bien sabe que no compro La Nación. La sensibilidad hormonal es traicionera y me encuentro lagrimeando en un colectivo sin tener demasiado claro porqué. La nota es buena y Zadie es brillante y su marido Nick Laird un poeta y viven en Londres y su último libro es perfecto y Zadie está un poco enojada con el mundo y por momentos me hace reir a carcajadas y no habría motivos para llorar salvo que lagrimeo incontrolablemente y miro para arriba mientras atajo las gotas con el dedo índice, cuidando que el rimel no se corra. Primero un ojo, después el otro. Por algún motivo las lagrimas se reabsorben o vuelven a meterse dentro de los lagrimales como si fuese el desagote de la bañadera.
Cuando llego a la oficina solo un café con leche enorme me consuela y cuando el chico del delivery se va le repito la frase que me tengo conscientemente prohibida hace meses pero para la cual no encuentro reemplazo.
-Tocame abajo que te abro.

Tuesday, February 13, 2007

La aracnofobia puede más que el narcisismo


K es tan aracnofóbica como yo, si no más. Yo simplemente me descompenso, me da esta sensación de abismo al ver una araña moverse en vivo y tengo dos opciones: o bien desmayarme y huir psicológicamente de la situación o bien empezar a correr hasta el segundo cordón del conurbano (mínimo). A veces, sin embargo las veo en fotos o documentales (porque me someto voluntariamente a estas cosas, algo asó como una terapia de exposición) entonces me retuerzo en la cama con las dos manos entre las piernas y pego gritos asqueada pero igual me rehúso a cambiar de canal. Si estoy impresionada me duele ahí abajo o pasa algo ahí pero la cuestión es que tengo que poner las dos manos y apretar fuerte las piernas como las chiquitas cuando se hacen pis. Una reacción insólita, histérica.
K lo lleva todo un paso más allá. Ella por lo pronto sostiene que las arañas simplemente vienen a matarnos y no lo dice, lo sabe.

*El Copyright es de Margarito, claro. Hablábamos de los estrenos de la semana y pedía recomendaciones. esta película no figuraba en mis charts. Leer el libro fue otra cosa.

Monday, February 12, 2007

Bubblebathing

Cuando era chica mamá siempre me bañaba en bañadera y si me portaba bien y no había apuro, me la llenaba de espuma. Todavía me acuerdo de la marca (había muy pocas) se llamaba Badedas y era verde. Ella hacía cosas por la casa mientras yo jugaba. Contar segundos abajo del agua y bucear cosas eran los mejores. Mamá se enfurecía y me hacía hablarle todo el tiempo. Terminaba contándole cosas a los gritos que ella no llegaba a escuchar mientras me armaba barbas y bikinis con copetes blancos y después tenía que repetirle todo de cero. Si me quedaba callada ella gritaba desde la otra punta de la casa:
-HABLAME, dale ,hablame!!
Anoche me metí en mi histórico baño de espuma pero elegí entre más de seis potes distintos. El de durazno, el de Tilo y el de Evening Primrose siempre salen ganando. Seleccioné un Playlist de Michael Franks y estaba tan cansada que caí en un sueño medio hipnótico con la gotita de agua que me caía en la punta del pie y me desperté solo cuando empecé a tener frío. Casi sin abrir los ojos terminé el proceso y me metí en la cama tapada con edredón y todo.
Noto que duermo obsesivamente del lado derecho de la cama y aunque despejo totalmente lo que hay alrededor y pongo las almohadas en el medio, no termino de pasarme al otro lado. Como si hubiera alguien.

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Thursday, February 08, 2007

Estas cosas dice mi padre

Cruzamos la General Paz, con lo que a mí me cuesta, para ir a comer con mi tía Piru. Me subo al auto nuevo (de Espantosa Enriqueta, ausente con aviso en las costas esteñas) que saco magistralmente del estacionamiento. No pasó una cuadra que recibo las siguientes instrucciones:
-A los autos modernos no los tenés que acelerar para arancarlos porque los dejás fuera de punto.
-Antes de arrancar fijate que esté en punto muerto.
-Tiene caja de quinta. (Claro, no es ni una Ferrari ni un Falcon rural)
-La marcha atrás es levantando la arandelita y para abajo, pasando la cuarta.
-No agarrés el carril del costado de Libertador que acá te clavás.
-Cuando cruzás el Puente de General Paz agarrá el carril de la izquierda porque la cana para a los que vienen por la derecha.
Y siguieron las instrucciones tal como si fuese una primer clase de Academias de manejo Oscar, las que estaban en Olivos, todo para terminar con:
- Che, que´bien que manejás, eh! Lo lindo que es ver a una mina que maneja bien, escuchás el motor vos, tirás bien los cambios, los rebajes impecables, segura, sos segura, eso es lo bueno.
La comida fue digna de lo la Chiqui Legrand, con todas las interrupciones a los que nos tiene acostumbrada la Señora, con la tía que trató de convencerlo a Toti que los hombres no se daban cuenta si una mina fingía el orgasmo. Todo derivó en una charla que sobrepasó la sensibilidad de mis oídos de niña. Pasamos por la lubricación y los gemidos. Yo me fui al baño solo para regresar y escuchar:
-Escuchame una cosa Pirucha, no digas pelotudeces. Yo me doy cuenta enseguida. Y a mí, que te quede bien claro, que a mí, nunca me fingieron.
Y como es digno de la edad los temas pasan del orgasmo al Parkinson a los tres bypasses del amigo.
-¿Tres bypasses? pregunta Piru.
- Sí, pero Tino Echevarne ponele, tiene cinco.
-¿Cinco?
-Sí, cinco.
-¿Y cómo anda?
-Como el culo.
-...
El resto de la noche trasncurrió con el relato de la vez que se fueron con la neurocirujana y el escenógrafo a un Congreso de neurocirugía o a un festival de cine en Rosario (esa parte no estaba clara en la memoria) pero el tema fue que armaron un asadito al lado de la ruta en la cajita del instrumental quirúrgico “que tendría el tamaño del menú este y lo pusimos arriba de un fueguito con unos choris y unos bifecitos, total estaba esterilizado”.
-¿Pero también comieron con los bisturíes?
-Pero no digas pelotudeces, mija.

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Wednesday, February 07, 2007

Here comes the hotstepper...


Ain’t no homie gonna play me, top celebrity man.
I’m the lyrical gangster,
Excuse me mister officer,
Still love you like that.

Bienvenido Manolo.

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Tuesday, February 06, 2007

Soñar que veinte años no es nada

Anoche en el sueño le decía Flo angustiada:
-¿Vos decís que la pasé…que no la debo?
Tenía esta sensación espantosa de deber matemática de quinto, más que una sensación era una certeza y me preguntaba cómo era que había podido seguir con mi vida y mi carrera con eso pendiente. En el sueño no cuestionaba mi edad, no habían pasado los casi veinte años, sino unos pocos y era febrero (como ahora) y se acercaba marzo, marzo con esa misma sensación de tortura que tuvo durante cinco años.
Yo era de las que sufrían en el verano. Diciembre era un flagelo. Bikini kilt, kilt bikini y apuntes y clases particulares en horarios varios. Rayito de sol empastando la calculadora científica y el resto del tiempo manejando a los pedos por Libertador hasta Pepino, comprar ganchos de flores en New York Look y helado en Vía Flaminia y fichar chicos de colegios de varones de la zona. Una en primero, dos en segundo, tres en tercero, cuatro en cuarto y nueve materias en quinto.
-¿Qué pasó? Preguntó brevemente mi madre con cara de culo en tres dimensiones y conteniendo una ganas de cachetearme que se le notaban en la forma que apretaba los puños de las manos.
-Ah, Ma…el tema es que me dediqué a pasar A Level English, a leer Shakespeare y Dubliners, a escribir el paper de The Sound and The Fury que nos tocaba, ¿te acorás que te conté? y después todo Thomas Hardy, los poemas, todos todos y Edward Thomas también ¿entendés? No me daba…
Creo que mamá me miró un poco incrédula pero se consoló con el hecho de haber producido una hija lectora y ser de las seis a las que se les permitía dar ese examen en todo el colegio. Ser una buena lectora, eso en mi casa excusaba cualquier cosa.

Sunday, February 04, 2007

Let her eat, brie!


Vamos al cine a ver la porquería en cartel, porque coincidía el horario y quedaban entradas disponibles. Termina tarde. Ni demasiado como para irse a dormir ni lo suficientemente temprano como para sentarse a comer. La heladera me espera vacía como todos estos días, entonces lo soluciono muy French y corto unas tajadas finitas de brie y las pongo en unas galletitas y las acompaño con los restos de Viognier que también quedaba en el fondo de la heladera. Nunca me termina de convencer ese polvo blanco que rodea al brie. No lo cuestiono porque deber ser lo menos negarse a comerlo. Como la vez que los franceses abrieron ese Camembert imposible que a mí me bajaba la presión de solo mirarlo y eso que mi viejo abría uno cada domingo que era para desalojar la casa. (Ví cosas peores crecer en mi tacho de basura después de varios días). Ellos orgullosos nos decían que es porque no estábamos acostumbrados. Y el Roquefort, juro que el Roquefort se movía, tenía vida propia en sus cráteres azules y verdosos.
El domingo repto por la casa y solo salgo al mediodía. La lluvia de la tarde no me deja escuchar la película que me alquilé. ¿Porqué no leo las cajas y me doy cuenta que me estoy llevando un garrón a la cama para un domingo? ¿Porqué no pregunto o leo críticas? Por lo menos puedo pintarme las uñas durante el dramón y desdramatizar un poco. Tampoco se me ocurre pensar que cuando venga el chico del delivery voy a tener que meter las manos pintadas adentro de la cartera para manotear la plata que nunca, nunca está en una billetera (simplemente porque no tengo una). Y claro que después me castigo por la próxima media hora porque el anular queda arruinado (una manchita blanca sobre el rojo) y tengo que hacer esfuerzos dignos de un restaurador renacentista para arreglar el desastre. Porque despintarse una uña y arrancar todo el proceso de cero solo por una es la muerte y encima con esta humedad casi imposible. Los tiempos de secado se alteran. Y por otro lado no puedo suspender el delivery porque en la heladera hoy sí que no queda ni brie.

Thursday, February 01, 2007

Encuentros cercanos del tercer tipo

Subimos a la terraza. Había una mesa larga esperando de la que no reconocí a nadie pero no me importó. Mucha minita boba, haciendo chiste bobo, hablando a los gritos y pidiendo “girlie drinks” que me deprimen. Straight Vodka en una caipiroska tiene más personalidad, las chirucitas balbuceaban incoherencias y se le cuelgan del cuello al cumpleañero. Yo me posiciono a la distancia porque no pienso participar del aquelarre. Queda un espacio vacío, un temible espacio vacío que por una extranísima razón se llena con el ex marido de Nicole Neumann en musculosa negra y pelos húmedos.
-Nacho, Charlotte, Charlotte, Nacho.
K me dice que pensaba que era Arjona. La miro con cara de “no one would care, either way” y le explico que Arjona es un cache también pero no es local y prometo “brief her on the juicy details” en la vuelta en el taxi.

Cargo una enorme bolsa verde flúo que grita Falabella y es mucho más botona que la violeta del sex shop de Lavalle. No hay taxis que paren, el que para me lo roba una pareja carioca que se come una puteada porteña y me veo obligada a caminar las cuadras hasta mi oficina , cargadísima por Florida. En el camino choco con a) turistas distraidos, b) yuppies celuleando compulsivamente y para coronar c) una parejita Hare Krishna (sí volvieron y parece que para quedarse!) que intenta venderme el Bagavad gita que juro compré en un aeropuerto durante un viaje a falta de material de lectura. Mi cara lo dijo todo.
No quiero el libro. No tengo planes de conversión al hinduismo en estos días de febrero. ¿No ves que soy una tilinga que camina en tacos con cahivaches para su nuevo burdel? No pienso raparme las crines y lo único que adoptaría es ese sari divino que tenés puesto pero sólo porque el color es lindo y siempre me parecieron sexies como caen así sobre el hombro.

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