Thursday, January 31, 2008

That a set of numbers

“But sometimes, just occasionally, she´d lie there looking at the screen, and then turn and glance back at me from the floor, with the light from the television playing on her face… That´s one of the ways I´ve always remembered her.(…)The phone number. That´s another thing. It´s just a collection of digits, after all. And it´s acquired an 020 8-prefix since we lived there. But those last seven numbers, they´re still the same, exactly the same. Who´d have thought it? That a set of numbers can cause pain. Such pain. Every time.”

Julian Barnes. Love, etc.

Yo no se de qué se sorprende.
Si cuando eras una adolescente te pasabas escribiendo el nombre del que te gustaba en la agenda y solo verlo escrito te llenaba de mariposas la panza. Y después, años más tarde pasabas los contactos del celular y frenabas en ese número porque ya el 4344 te paraba un poco el corazón cuado lo veías en la pantallita. Y cuando dejó de sonar por lo menos podías torturarte un rato viéndolo ahí, todo maldito y abandónico en sus ocho dígitos.
Pero bueno, el flipside, una dirección de mail con un nombre así en bold esperando en tu casilla, todavía te puede llevar al desmayo y una electricidad que sube desde algún lugar en el final de la espalda hasta la nuca. ¿O baja?
Y otra, otra tan insoportable que preferíste mudarla a una carpeta que dice "Otros", así inespecífica, inofensiva, para pasarla de alto, para que no duela. Tug at my heart y es así, como un tironcito ponele, no mucho más, pero se siente.

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Tuesday, January 29, 2008

Leaving Las Vegas

Desde el otro lado de la mesa se ríe y corta para servirse un trago de 7Up que discute es diet. Le digo que no es light, que la light es la que tengo yo y le muestro el loguito en la botella.’
Seguimos hablando. No tiembla. Tiene la voz firme, los movimientos controlados, coordinados y el bastón quedó en su casa apoyado contra su bicicleta fija. La Levodopa está haciendo su efecto. Parece casi milagroso y todavía ni está en su dósis final.
-Mañana arrancás con ½, ¼ , ¼ y ¼ por 4 días. Ya están en el pastillero.
Es casi lo único que controlo. Lo había delegado en Olga hasta que vi su cara cuando le hablé de cuartos y medios. Desde su cuarto Toti grita.
-No vió quebradas en el colegio. Yo ya le prgunté.
Claro, quebradas seguro que no vió, como mucho habrá visto fracciones pero de todas maneras era verdad. Me da un poco de pena el comentario pero a esta altura se dicen cualquier cosa entre ellos, tienen una dinámica que no pienso interrumpir. Se tienen cariño.
Le expliqué con cuidado. Nadie puede saber lo que esto implica, o sí, la Sra. Batet, "la Martín" y "la Lobato" estarían aterradas al verme impartir lecciones matemáticas. Y con razón.
-Si la cortás acá al medio tenés dos pedacitos, un medio y un medio. (separo el Madopar con una uña, un medio para un lado y otro para el otro). Ahora si los volvés a cortar por la ranurita te quedan cuatro. ¿Ves? Estos son cuartos. Si Toti toma ¾ , ¿cuántos tenés que agarrar?
Separa los tres pedacitos.
-Perfecto, genia Olgui. ¡Idola total!
La motivación, clave el tema de la motivación. Yo hubiese necesitado a toda la bonbonera de pie haciendo la ola para cada resultado correcto. El tema es que yo embocaba, yo estaba más en el casino que en una clase de matemática y claro, el azar no se premia. Una injusticia.

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Thursday, January 24, 2008

Cielorraso. Cielo -raso


Hago con las manos un gestisto con la palma moviéndose a los lados horizontalmente mientras digo la palabra raso y me sigo preguntando a qué viene el nombre. Cielo, arriba, raso, raso, chato. Supongo cosas. Después, inteligentemente me respondo ¿a quién carajo le importa?
Cuando salí esta mañana conté al menos 4 escaleras en distintos tamaños y formatos. Por suerte no soy supersticiosa como F que no quiere poner hortencias en su balcón por eso que dicen de que siempre queda una soltera en una casa en la que hay hortensias.
-En tu casa de Punta del Este estaba lleno, nena.
-Ni me lo digas.
Ni se lo digo.
Me preocupa particularmente que manoseen o bien pincelen con descuido el fresco ese del cielorraso. Ya bastante deforme es el angelito regordete como para que le metan mano. Esta administración es tan pedorra que una mañana te levantás, mirás para arriba y te encontrás con la cara del bebé de Rosemary (ese al que nunca vimos aunque supimos que portaba pezuñas y comía carne cruda aún en el vientre de su madre) en versión Boticcelli. Probablmente contraten el mismo proveedor que se encarga de plantar las alegrías del hogar una al ladito de la otra rojo, blanco, rojo blanco. Irónico nombre para las flores más deprimentes disponibles.
El administrador es un ser detestable, burdo, me intima al pago y me amenaza con metáforas baratas y tonito mal actuado como culebrón de media tarde.
Por algo a mi padre y a mí nos gusta Polanski.

¿Y por casa cómo andamio?


Sr. Transferencia se toma, a partir del lunes que viene, las bien merecidas vacaciones de sus neuróticos y como le corresponde a todo buen psicoanalista lo hace en febrero. Me interrogó acerca de mis posibles reacciones a su partida. Me mostré segura, fuerte, casi impávida.
-A menos que pase algo muy terrible, creo que está todo ok. Que estoy bien, eso. Que no me da inseguridad que te vayas.
-Bueno, claro, sobrevivíste sin mí 37 años.
Completó la frase que iba a decir yo. Casi tal cual como la iba a decir yo.
-Lo único, si me preguntás, puede que sienta que corto de repente en el medio de algo que todavía no se bien qué es, que se viene algo y lo voy a tener que esperar. No sé bien de lo que te estoy hablando…
Antes de cerrar la puerta de entrada tiró un “a cuidarse, eh”, nos saludamos y me fui. La obra queda parada por tres semanas y todo queda tal cual lo dejamos.
Mi casa está en franco proceso de refacción. Es innegable. Cruzás la puerta de calle y en el hall de entrada hay escaleras, andamios, agujeros oscuros, caminitos de yeso blanco que rellenan las grietas, parches de reboque por acá y allá y un penetrante olor a pintura. Parece que lo que se viene es prometedor.

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Leder

Si algún vendedor más caminando por Florida me acosa al grito de "Leder, leder, Miss. Leder shacket, leder, leder", soy capaz de hacer algo feo. Horrible, diría.
Y además esto, ¿desde cuándo todas las rubias son sajonas o noruegas o finlandesas o qué? Catherine Zeta Jones es bien morochita por ejemplo.
-What makes you think I can even consider slipping into one of your lousy turquoise leather jackets when it´s a zillion degrees celsius outside and I´m fucking broke and I don´t even like turqoise? Got that? Not a word? Pity. Mejor así, así no me rompés más las pelotas con tus camperas de cuero desde una punta de Florida a la otra en alguna de tus 300 versiones (porque ustedes no lo saben, estos vendedrores de cuero son todos un mismo tipo que corre de negocio en negocio desde Plaza San Martín hasta Diagonal sin que nos demos cuenta, y cada vez que te vuelve hablar lo único que hace para disimular es sacar una tarjetita distinta (Artcuer, Leather Life, En cueros y nombres así). Pero finalmente lo delata el discurso.
Leder, leder, Miss. Leder shacket, leder, leder. Y a veces lo tiene en su versión en portugués, pero a mí esa no me toca, porque yo soy de Finlandia, claro.

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Tuesday, January 22, 2008

Dine In







El pollo: salteado con naranja, limas y apenas un poco de pasta de chilis verdes, pero apenas. Los mangos: cortados Australian style como me enseñó K hace años. Berros, lechugas y rúculas así todas en plural. Paltas fileteadas, string beans (por algo le dicen string, fundamental tomarse el horrible trabajo de sacarles ese piolín molestísimo) y unos papines rústicos. El dressing: con jugo de naranjas, limas, limón y aceite de sésamo. Me desvié como siempre de la receta, pero solo un poco. Valió la pena.

Thursday, January 17, 2008

Cool

Ahora tengo un tercer (¿cuarto?) control remoto que permite setear mi hogar en los grados que yo así lo decida y una boa blanca espantosa que se trepa desde una toma en la planta baja y sube al costado de la ventana y todos insisten que puede ser fácilmente disimulable con Cablecanal (como si yo supiese lo que significa). En pocas palabras, tengo aire acondicionado y como era de esperar bajó la temperatura. Y como era de esperar también, a mí me salió más caro que todos los que habían contratado al mismo colocador. Todo porque mi departamento es una mutación genética en la que nada es sencillo, el albino de tres cabezas de la arquitectura.
Cuando vi la boa blanca que se retorcía por el piso con cables de cobre que le pasaban por el centro y Nico el instalador me explicaba que no se iba a poder disimular a menos que la tapemos con algo, me largué a llorar. No lagrimeo. Llanto. Nico y su asistente esperaron callados hasta que digieriese la noticia, casi como un equipo de ciujanos. Después subieron y me dejaron pensarlo tranquila. Lloré un rato más y me puteé en voz alta y en idiomas. Luisito bajó y en el paraguayo más dulce que escuchaste en tu vida me dijo.
-Mirá, Charli, si vos te nos v poner así mejor no lo colocamos, víste. Te dejamos que lo pienses un poco.
Y me lo dijo con cara de Winnie the Pooh, tanto que accedí en forma inmediata, reprimí un abrazo y me puse a cebarles mates. El resto de la mañana se la pasaron haciendo chistes para alegrarme y Luisito se mandó por equivocación un boquete que sirve para escaparse a otra dimensión o bien robar la sucursal Acassuso del Santander Río. Lo tapé con una biblioteca. Parece que había demasiado yeso.
Yo no puedo con estas cosas domésticas, ni me salen bien, ni me gustan ni las entiendo. Yo creo que necesito un marido.

Tuesday, January 15, 2008

Soul to Squeeze

¿Cuántas minas se necesitan para exprimir el limón? Así arrancaría el stand up comedian con el cuento. Y se contestaría: una rubia y una morocha. La rubia exprime con ambas manos el poco jugo que sale y la morocha le hace cuevita con sus manos para no salpicar limón por todos lados. Algo así como esa escenita barata de alfarería de Ghost pero sin Swayze y sin lesbianismo tampoco. Todo porque a ella se le ocurrió hacer una Caesar con pollo. Porque yo supuse que tenía pollo, o lechuga, o croutons o anchoas. No. Tenía mayonesa y una presa congelada. Pero como yo soy igualita y puedo llegar armarte un atuendo entonado en función de una hebilla con una piedrita color verde esmeralda, la seguí en el emprendimiento. Caminamos a su Chinatown personal, nos sorprendimos porque absolutamente todos, todos los orientales admiraban al niño y no porque como dice Chechus se trate de "un ser angelado" (que lo es, queda claro) sino porque yo creo que les simpatiza cómo venimos los occidentales en envase chico, la misma reacción que tengo yo con la versión bonsai (y nunca mejor aplicado) del señor de la tintorería de acá a la vuelta. Un pequeñín de ojos rasgados y sonrisita permanente con casco de pelo pesado en negro azabache. Mi idea de la perfección. Debe ser eso, pero al revés.
Epicurious decía 4 anchoas. Las compramos (olían como todos los peces del oceáno juntos y tenían también concentrada toda la sal del mar). Decía lechuga (sin mayores complicaciones manoteamos una planta), decía limon, parmesano, decía crema, mayonesa y Worcester Sauce (woo-stah or simply Wooster Sauce según Wikipedia). Eso justo, no había. Corté los bordes de los panes mientras la otra morocha que se necesita para exprimir un limón cortaba lechugas, doraba pechugas, y los puse sobre una sartén con oliva hasta que fueron croutons. Todo en equipo. Se fue la mano con la anchoa parece. No tuvimos que agregar ni una pizca de sal.

Thursday, January 10, 2008

The way we walk, the way we talk

En algún momento cuando yo crecí un poco, se dedicaba a presentarme formalmente como “Mi hija” a cada persona que nos cruzábamos por la calle. Nada de andar de la mano o esas cosas que las niñas chiquitas hacen con sus padres varones. No se si tenía miedo de que piensen que andaba con un gatito. Cuando efectivamente lo hizo, no se tomó demasiado trabajo en disimularlo.
Claro que ahora nadie pensaría que somos otra cosa que padre e hija, ahora que los años son más que obvios. O de repente no tanto. Podríamos ser Kodama y Borges por ejemplo, sin Ginebra, sin plata y sin talento.

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Wednesday, January 09, 2008

Counterclockwise

Roto a intervalos en dirección contraria a las agujas del reloj por toda la cama, durante toda la noche, buscando sectores con sábana fría. Dos duchas heladas solo bajaron la temperatura corporal por un rato pero nada se puede hacer por la del ambiente. Mi cuarto arde y la polilla que me visita todas las noches (una distinta cada vez) vuela cansada alrededor de la dicroica que termino apagando porque creo que contribuye al calor. No me bato a duelo con la polilla. La dejo vivir. Mucho calor para matar.
Me debato entre posicionar el ventilador de pie fijo sobre la cama o hacerlo girar.
-Hacerlo girar-me dijo la otra vez. Si no te perdés de sentir el alivio cada vez que te llega el viento al cuerpo.
Buen punto.

Wednesday, January 02, 2008

Flip Flop Treason

Cuando se rompe, no hay calzado que te traicione de manera tan despiadada como una ojota. Traición de las peores. No es la del taco aguja que como mucho te deja cojeando en un sube y baja como cadera dislocada, o la de la bota de suela despegada que sonríe a cada paso y se engancha en cuanta baldosa suelta encuentra.
La traición de la ojota es letal. Se rompe justo donde engancha, ahí en la tirita que cruza el dedo gordo y el siguiente, en ese punto que la convierta nada más ni nada menos que en una ojota, claro. No te deja levantar el pie y te obliga a arrastrare como una pequeña Cuasimoda por las veredas microcéntricas o bien , mi segunda opción: apoyar apenitas (ojota en mano) la puntita de un pie en la vereda hirviente de Paraguay hasta encontrar la zapatería más próxima y pagar el precio más bajo por el reemplazo menos horripilante en vidriera.