Monday, July 31, 2006

Save a prayer for the morning after

Milagrosamente alguien escuchó mis plegarias y el Segafredo de Bartolomé Mitre y Diagonal implementó el formato baldecito playero para mí café matinal, es al menos un 50% más que el café con leche común y viene con tapita. Para revolver te entregan una cucharita de cóctel porque con las comunes no se llega al fondo. Una maravilla a un precio inaudito pero una maravilla al fin. Y además es de los mejores cafés de Buenos Aires. Justo ayer escuchaba en un programa que alguien decía que el café tiene mucho mejor aroma que sabor y que cuando uno lo prueba siempre es como una leve desilusión. Pienso que con alguna gente a veces pasa más o menos lo mismo.
Camino por Balcarce, casi llegando a Venezuela con los tacos aguja de mis botas clavándose entre los adoquines y haciendo equilibrio con mi café. Las calles de adoquines son maravillosas para verlas en foto, en las películas o para manejarlas en auto ajeno. Atravesarlas a pie en pleno invierno es una experiencia degraciada.

Friday, July 28, 2006

Canapés de mortadela

Casella cantaba lo que había definido como “clásicos kitsch del cancionero romántico latino que se suceden en una cabalgata musical” (?) en un tarjetón en papel ilustración mate de 300 g impreso a 4/4 con hot stamping en plateado sobre logo e iso según el impecable esfuerzo imprentero que es habitual del Faena.
Yo me distraigo con el guitarrista vestido íntegramente de negro y me imagino dándole besos con lengua y respirando en su cuello (so much for a kinky fantasy!) Tenía esos cuellos apetecibles y ese pelo entrecano que últimamente me encanta. No soy de conmoverme con el clásico chico con guitarra pero esto fue una excepción. Pedro lo mira, me mira y me agarra en plena treta.
-Nena, te viene clavando la mirada mal hace dos temas. Vos les estás haciendo ojitos?
-Ay, no nene. Nada que ver. Bueno sí, un poco…
Me río y me pongo colorada pero en realidad me alegra que pedro confirme mis suposiciones y no quedar como una fantasiosa.
Abril en San Telmo es mejor al medio día que a la noche pero las velitas son lindísimas y no puedo dejar de jugar con la cera. Pensamos si no hubiese sido buena idea comer enfrente en la pizzería Tío Felipe, una muzza, una cerveza y a la cama. Miramos nuestros platos con esa cosa de “cocina fusión” que nos tiene un poco hartos (mis enormes ravioli con duxelles de hongos y salsa de lemongrass y salvia, el risottos de pulpos y los pennes a la no se qué). Durante la comida hacemos un Top Five de esos platos que matarían de un infarto al chef fashion pero que son todo y hay que comerlos aunque sea a escondidas. Quedaron:
Vitel Thoné
Matambre con rusa
Polenta con salsa y queso derretido adentro
Pizza de molde (tipo Las Cuartetas)
Torrejas.

Thursday, July 27, 2006

La mona jacinta


Hay cosas que no cambiaron nada: la nariz respingada, el lunar a la izquierda de mi frente y las cejas gallegas. Bueno, tampoco mi afición por los espejos y esta manía que el pelo esté impecable antes de salir de casa. Me asusta un poco pensar que en septiembre de 1973 a un mes de cumplir cuatro habían un montón de cosas que ya estaban dichas.

Wednesday, July 26, 2006

Obstruida


Hay cosas que no tolero, por ejemplo toda la porquería que se junta en el desagote de la cocina me da arcadas, arcadas de esas en las que tenés que respirar hondo y ventilarte con algo. Aunque siempre ando con guantes cuando se trata de tareas domésticas, no me puedo hacer cargo de esos despojos de comida y terminan quedando ahí como una suerte de morgue en miniatura, como el día después de un Tsunami. No se si me ilusiono con que vayan a desaparecer naturalemente tratándose de materia escencialmente orgánica o bien por arte de magia durante la noche. Ninguna de las dos cosas sucede y me veo obligada a partir al chino de acá a la vuelta (porque todos tenemos un chino a la vuelta) y comprar Ayudín destapacañerías. Discerto con el Sr. y la Sra. China (que en realidad deben ser coreanos, no les pregunté) sobre las ventajas del Ayudín versus el Plomero Líquido. Discutimos como si tratase de la guerra Coca, Pepsi. Me convencen por Ayudín. Igualmente, un plomero en estado líquido no sonaba bien, encima cuando lo pido me sale Bombero loco.
Verter sobre el desague de la pileta. Instrucción simple si las hay salvo que si el desague está tapado ni el líquido destapador fluye.
Pienso dejar el menjunje ahí flotando toda la noche como indica en el envase. Todo por no tener que llamar a un plomero de carne y hueso y decirle al teléfono.
-Señor, ¿podría venir a destaparme la cañería?

Business as usual

Ahora resulta que soy fan del snoozing. Pongo la alarma del celular varios minutos antes (casi media hora) y después me flagelo por un rato largo disfrutando de ese sueño robado. Es una cuestión perceptiva. Antes dormía hasta el último minuto y después me vestía y salía en cinco.
Lo único que pulí con lo años son los tiempos de chapa y pintura. Reduje el make up a los básicos, base, rimel, rubor, delineado de labios y brillo. En días como hoy el flequillo se agarra con hebillita al costado y fin del drama. “You got it down to a fine art” diría mi madre.
La ropa la fantaseo un poco la noche anterior antes de cerrar los ojos. Elijo entre lo apto para el día y lo disponible en el grupo de “ropa limpia”. Este último se redujo bastante porque el Laverap de enfrente me dejó todo como para la Barbie. El atuendo final lo confirmo con los dígitos en el margen derecho de la pantalla de TN y sobre todo con los porcentuales de humedad.
Hoy, pollera marrón de corderoy finito, campera de jean, tapado y botas marrones bajas. En el café de Cerrito y Santa Fe me pido mi café con más leche que café para llevar y dos sobrecitos de Hileret. La secretaria de mi alumno -inquisidora como todas- me hace las mismas preguntas de todos los miércoles y ya no le tengo paciencia. Le voy contestando mientras camino sin perder el ritmo. No tolera que me deje entrar sola a la oficina sin su escolta. Cuando llego a la puerta me doy vuelta, le sonrío y se la cierro en la cara. No entiendo como no se cansa de esta rutina de poder a la que jugamos semanalmente.

Tuesday, July 25, 2006

Escribo hasta que se me pase

Cuando baja a abrirme la puerta le digo que cada vez que salgo de esa casa me como la de que es un primer piso en el Quartier Latin.
-Já. Me encanta- se ríe.
Afuera siempre el mismo señor gordo que pasea el perro policía. Lo debe pasear a la misma hora. El perro va con una botella vacía de Coca en la boca y cuando el dueño le silba yo me creo que es a mí y me paranoiqueo un poco.
En el camino paso por esas confiterías espantosas tipo Scuzi o Plaza del Carmen que me mandan a la B y pienso que preferiría tener un bolichito cool que facture menos que llenarme de oro con una cosa así. Por hacerme la snob voy a terminar pobre, eso está claro.
Le pido al taxi que me deje en el kiosko de Julián Alvarez y camino la última cuadra. La calle está vacía y la cabeza me funciona raro. En la entrada de casa no hay nadie pero me imagino que alguien detrás de las puertas a las escaleras de emergencia. Me apuro un poco y recién cuando le doy vuelta a la llave de la entrada me relajo. Después escribo.

Monday, July 24, 2006

Nunca en domingo. Instrucciones para dejarme.


Yo soy esas que no pueden evitar los musicales de Broadway por más que la gente los deteste. Me gustan casi todos desde los viejos como Showboat y Guys n´dolls hasta los de Webber como Tell me on A Sunday.
En la canción más famosa (con el mismo nombre que el título) la protagonista evalúa las mejores formas para que que te dejen o más bien la forma menos traumática de ser dejada. A diferencia mía pide ser informada en un día domingo:
I'd like to choose how I hear the news
Take me to a park that's covered with trees
Tell me on a Sunday please
Claramente el domingo no sería el día para dejarme. Eso podría terminar de sumirme en una depresión profunda, simplemente no puedo lidiar con el síndrome del domingo; me aplasta, me destruye.
Después se queja del formato epistolar. El tema de la carta personalmente no me molestaría tanto, al menos hay algo para releer en esos momentos en las que uno duda acerca de la realidad de los hechos. La carta está ahí para confirmar. Aggiornémosla y digamos que el mail puede llegar a ser suficiente pero eso sí, por favor cambiemos el día. Nada de domingos.
La chica sigue cantando triste y de repente se enoja un poco con esa espantosa manía masculina de desaparecer y asumir que eso es explicación suficiente. No quiero escuchar la de: ¿Y qué, querés que te llame para decirte que no nos vamos a ver más? La respuesta es Sí! una y mil veces. Creo inclusive, que el protocolo lo indica, si hubieron más de cuatro encuentros sexuales está establecido que amertita un llamado, un mensaje, algo.
Canta todavía unos versos más porque la pobre está como obsesionada y después se equivoca a la hora de elegir un segundo escenario para su patada en el culo. De todos los lugares ella pide un circo. Find a circus ring with a flying trapeze
Tell me on a Sunday please…
Un circo! Circo, payasos, domingo, dejada: una secuencia asesina. Todas mis pesadillas en una.
El Cd sigue corriendo y la maravillosa Bernadette Peters se enoja con los que parten en silencio y con los barderos.
Don't leave in silence with no word at all
Don't get drunk and slam the door
That's no way to end this. Claro, el portazo tampoco se indica para estos casos.
Mi amiga P me enumera los motivos que disculpan un no llamado: muerte propia, muerte de familiar cercano, ataque exterior y casi ningún otro. Ni los motivos para declarar estado de sitio o intervención federal lo disculpan. Varios hombres deberían saberlo.
¿Que eligiría yo para que me dejen? Esta parte que sigue acá y le cambiaría solo la última línea, la del maldito domingo.
Bad enough you're going
Take the hurt out of all the pain
Take me to a park that's covered with trees
Tell me something if you please
Pocas palabras, un café, el banco de una plaza, en territorio neutral y con un buen abrazo de despedida, esos que garantizan que cuando te volvés a cruzar por la ciudad te saludás, te preguntás qué es de tu vida , suspirás un poco y seguís caminando así, casi como si nada.

Sunday, July 23, 2006

Designated Driver

Creo que aprendí a manejar en un Fiat 128 con una palanca de cambios durísima y un volante de plástico negro que tomaba unas temperaturas imposibles en verano. Siempre manejé bien, soy segura al volante, no manejo como un tipo pero soy un excelente ejemplar para mi género, esos contraejmplos que confirman que muchas mujeres manejan como el culo (mi madre entre ellas). Nunca entendí nada de mecánica pero mi memoria hace que retenga todas las incomprensibles explicaciones de los talleristas y una vez llevé el auto con problemas eléctricos y le dije al mecánico:
-Creo que hizo masa
El tipo se rió durante varios minutos y otro cliente, un ingeniero que estaba parado al lado, también y después me pidió el teléfono. Hay algo con las minas y los autos, hay algo con los autos y los tipos, hay algo con los tipos y las minas.
Mi primer registro tiene la fecha exacta de mi cumpleaños número dieciocho. Creo que la gente que vive en la provincia aprende a manejar antes que la gente de capital (acá es donde normalmente aclararía en un hogar en el que hay auto, por supuesto, pero no lo pienso hacer). Mis últimos meses de quinto año a veces iba al colegio en auto y al mediodía nos subíamos con las chicas y manejaba hasta Pepino para comernos una hamburguesa y fichar pibes que hacían exactamente lo mismo que nosotras. Los teníamos identificados a todos por el unifome: el color del blazer (azul San Andrés, bordó St. John´s), los pantalones, las camisas. De chica podia reconocer un chico del San Andrés a cien metros y a un Newman Boy a otros tantos (de estos segundos huía).
Ayer manejé varias horas y como no en vano ahora soy una chica mayor y prudente no tomé ni fumé en ningún momento del día porque ser la "designated driver" tiene esas cosas. En el camino de vuelta torturamos al pobre Molina cantándole una chorrera de temas de Ana Belén, Victor Manuel y Serrat que están en ese Cd "El gusto es nuestro". El escuchaba estoico desde el asiento de atrás.
Creo que sería una muy buena chofer, encima los trajecitos negros y las gorras me quedan bien. Cada vez que agarro la ruta al volante, tengo la sensación de poder seguir manejando por horas, así con el camino por delante, charlando y no volver más. Pero vuelvo, siempre vuelvo.

Thursday, July 20, 2006

The Incurable Collector

Siempre tuve problemas con eso de tirar cosas. Soy muy de guardar porquerías que después encuentro y no tengo la menor idea porqué las guardé. En una época se me dió por guardar corchos de botellas de vino después de algún date, en unas tazas que tengo arriba de la barra. Los primeros podían tener cierto significado y más o menos ubicarse en casillas del estilo: X=Terrazas Malbec, Y:Alto Las Hormigas pero después iba perdiendo el sentido y quedaba más bien como los souvenirs de un enólogo desempleado. Las cartas siempre me cayeron mal al releerlas y las propias me dan verguenza ajena. De solo pensar que hay correspondencia de mi puño y letra dormida en algún cajón de la ciudad me descompone. En la casilla de mail hay historia, historia guardada que en muchos casos me niego a eliminar porque es simplemente perfecta. Como mucho le armo carpetas alusivas para no tener que ver nombres indeseables cuando la reviso, pero no llego al límite de borrarlos. Tengo para dos tomos de erotica barata -uno en inglés y otro en castellano- que son de una creatividad impensada. De los viajes guardo todo hasta los boarding passes y los mapas chamuscados. Y el otro día reviso mi casilla de mensajes de texto y tengo guardados estos por motivos de lo más variados.
April is the cruellest month.
Ay, gracias amiga! Te quiero mucho!
B:WHY DON¹T YOU GO OUTSIDE AND PLAY HIDE AND GO FUCK YOURSELF?!
So? What happened with the pupil? Was it a wet trip?
Estás crazy Charol!
Pará de shorar, Charol.
C, estás para comer hoy? Bs. Le pedí tú tlf a ncolas. Bss
Dormís?
Mil besos desde NY en todo tu cuerpo.
Te quiero tener aca ya. Me tenes loco, bebe.
No shames forra, x lo q mas quieras no shames!!!
Disfuncion erectil, eyaculador precoz. One of 2. U choose, honey.
Comida de nenas. Guidos. R d la India. 9.
Paja. Avisa q no vamos.

Wednesday, July 19, 2006

De toutes les matières, c'est la ouate qu'elle préfère, passive elle est pensive en négligé de soie

Cuando era muy chica, en el colegio estaba de moda vender cosas desde tortas hasta sea monkeys. Yo no tuve mejor idea que traerme a casa unos huevos de gusano de seda que debo haber comprado por unos pocos australes o de repente intercambiado por un sandwich de queso, mayonesa y papas fritas del kiosco , el tuck-shop, que regenteaba Conde, un gordo grandote que te apoyaba el dedo en el paty para sacarlo del tenedor y todas jurábamos que era lo que le daba ese toque tan especial que nunca más volví a experimentar.
Los huevos venían adheridos a un cartoncito que no debía medir más que una tarjeta de casamiento de esas de Gaspar y Otorino y eran como unos puntos amarillentos que no se despegaban por nada. Después de comprobar que no había adquirido ácidos de esos que me decía que venían en formato papelito, mamá se desentendió del tema y los dejamos olvidados en una caja de zapatos en mi placard. Antes de la primavera se me ocurrió revisar la caja nadie sabe porqué ya que con todo siempre fui una inconstante, de esas que no terminan un bordado o la gran obra de arte que emprendía con tanto entusiasmo. Los gusanos habían nacido, todos juntos y sin madre en la más absoluta soledad de una caja de zapatos de Pitti. Eran muy chiquitos y blancos, casi simpáticos. Alguien me recorrdó que se alimentaban exclusivamente a base de hojas de mora. De haber sido por mí les hubiese dado lechuga o rúcula si hubiese estado de moda.
-¿Hay algún árbol de moras cerca?
-A la vuelta, antes de llegar a la cortada del San Andrés.
Partí con mi bicicleta y para mi desilusión el árbol de mora estaba absolutamente pelado con apenas algunos brotes que no pensaban abrirse por varias semanas y yo con una chorrera de niños hambrientos en casa. Pensé que tal vez habían nacido hora Pekín o hora Delhi y de ahí su confusión. Aguantaron varias semanas hasta convertirse en unos seres abominables, grandes, blancos y gordos y con un apetito insaciable. Abrian las bocas enormes y se devoraban las hojitas de mora que yo como madre sustituta devota que era, salía a buscar a diario. Para esta altura mamá ya no entraba a mi cuarto porque creía que iba a vomitar y yo empezaba a temerles. La naturaleza es sabia y para cuando yo fantaseaba con eliminarlos se metireron en unos capullos inmundos tipo chizito de cumpleaños y de nuevo me olvidé de ellos sin antes haber considerado hervirlos sabiendo que así es como se hacía la mejor seda, la otra era con los capullos ya abiertos que no es lo mismo. No se cuanto tiempo pasó pero un día oí ruidos en la caja de zapatos y con mucho miedo levanté la tapa. Adentro había unas polillotas gordas, blancas y peludas que ni siquieran podían volar. Dos generaciones de gusanos de seda en una caja de zapatos. Trato de recordar pero no puedo. No tengo la menor idea qué fue de mi criadero de gusanos, creo que las polillas desovaron y murieron y de ahí todo de nuevo, huevo, gusano, capullo, polilla. Dios, si lo pienso así me angustio. Y con lo caca que soy, si pienso en las larvas soy capaz de vestirme toda de nylon y quemar todos los babydolls de seda. Aunque pensándolo bien, fue hace tanto tiempo...

Elle déchire les pages, de tous les dictionnaires
Elle n'a que quelques mots, à son vocabulaire
Amour par terre, et somnifères
En d'autres mots, elle se laisse faire
De toutes les matières, c'est la ouate qu'elle préfère
Passive elle est pensive, en négligé de soie

Requiem for a Nun

Hace ya varias semanas y sin previo aviso, murió mi chiche. Se detuvo como cualquier juguete a pila de mi infancia salvo que esta vez le repuse las pilas y se negó a arrancar. Pensé en darle sepultura definitiva pero después concluí que simplemente podría reponer su sofisticado mecanismo vibratorio y ayer, saliendo de una reunión con clientes, me abrí unos metros de Florida, justo cruzando Lavalle y me metí en el mundo violeta del Extasy.
El vendedor es de lo más amistoso y la cosa es entrar con la misma actitud que uno entra a una verdulería y hablar de la mercadería de la misma forma que uno lo haría de un kilo de peras (no vamos a abusar de la metáfora de la banana).
-Che, sabés que se me rompió el huevito de adentro, ese que vibra?
-Ah, pero ese te lo puedo vender por separado o me lo traés y te lo miro. De repente es una cuestión de cables.
-No, major me llevo uno nuevo. Buenísimo. Tienen tarjeta?
-Un pago, dos, tres…?
-Uno. Gracias.
La casa está en orden. Las soluciones vienen en bolsitas violáceas.

Tuesday, July 18, 2006

Sobre como me suelta la lengua el Martini

Soy efectiva, tan efectiva, él fue testigo. El teléfono sonó a las once menos diez y le dije:
- En veinte en Milión.
Y eso que estaba en robe recién salida de la ducha y con el pelo chorreando. No puedo salir de la ducha sin pasar al menos unos minutos enfundada en la de toalla blanca tipo Joan Crawford.
Con el primer dry Martini me distiendo, me relajo un poco y me siento cómoda en esas banquetitas enanas de Milión cuidando de tapar mi espalda con el tapado porque estos jeans de tiro bajo indefectiblemente dejan ver la bombacha. Ahora claro, con el segundo Martini y la quinta aceituna ya me convertí en invitada de talk show y anecdoté a diestra y siniestra así como un cuento tras otro nonstop. No hay nada que me estimule más que un público atento. A veces pienso que haría una buena Stand Up comedian.
El vaso de Martini es traicionero y difícil de maniobrar, gran parte del líquido termina en mi jean, sobre mi rodilla y mi bota. La parte del líquido que sí llegó a mi cabeza, esta mañana lo aplaqué con un Ibuprofeno 400.

Sunday, July 16, 2006

Síndrome pre menstrual o esos días en los que enloquezco

Mientras lavo los platos y ordeno un poco para la comida de esta noche, afuera llueve un poco y está definitivamente gris y me duelen un poco los ovarios, justo en el medio abajo del ombligo y no tengo nada para tomar más que un Tylenol PM que te voltea y podés dormir casi por el resto del invierno. Pienso que dormir por el resto del invierno no estaría mal pero también pienso que debe ser que me está por venir y siempre estoy así como sensible y pre-suicida y ya aprendí a no tomarme demasiado en serio. Entonces lo que hago es ensayar todo el -no si si es un corto o más bien un videoclip- que me inventé hace años para ese tema de Barbra, ese que tiene que figurar en "The Quintessential Babs" que es otra colección de CD´s que voy a lanzar en conjunto con el video para algunos amigos selectos cuando ya esté retirada. Tiene todas las viejas de Barbra, porque después en algún momento de su carrera se encariñó un poco con el feminismo, otro poco con las terapias más diversas y la cosa fue que se negó a seguir cantando lo que ella misma definió como “Victim Dependant Songs” que en definitiva son las mejores porque son las que requieren que te arrastres por el piso con el corazón pisoteado y te reogodees en tu propio dolor por un rato. Bueno, las "Victim Dependent Songs" son las que urge escuchar en domingos de lluvia premenstruales mientras se hace el aseo doméstico, tarea que en mi caso es puramente terapéutica porque no tengo vocación doméstica, más que para la cocina.
El clip me tiene a mí como protagonista en todo momento y en la primer toma camino por una calle en pleno invierno con lluvia y solo se ve mi imagen reflejada en las vidrieras mientras camino, así tal cual me veo yo cuando lo hago y corre el tema en el fondo hasta que empiezo a cantar y ahí ya la cámara se mueve y me toma de frente, todo con un traveling que sigue exactamente mi ritmo de caminata que es bastante monótono pero como agarrando ritmo (igual que la canción). Entonces arranca con One less bell to answer, one less egg to fry, one less man, to pick up after, I should be happy, but all I do is Cry.
Como es un dúo que canta Babs con ella misma, yo pienso también ser la protagonista en las escenas paralelas de mi corto. La segunda escena sucede en una cocina que no será la mía por simples cuestiones de espacio. Es decir, pienso ser la depre que camina por las calles lluviosas y la que está en su casa limpiando los platos y ordenando la cocina, la que se quedó sin eggs to fry, sin pibe ni nada. La misma que corre por las escaleras each time the doorbell, I still run. Claro, siempre la misma que finalmente lo agarra y le termina diciendo Turn this house into a home, When I climb the stairs and turn the key, Oh please, be there still in love with me. Un trapo de piso, pero qué bien que te la canto.

Saturday, July 15, 2006

Madre amateur

Madre se ha puesto en una campaña googleadora, probablmente en busca del blog, y cada tanto encuentra gente en el mundo con mi exacto nombre y apellido y emocionadísima me los manda linkeados. Mi alter ego de ayer era una pendeja de 15 años que vivía en California. Lo gracioso es que no disimula su búsqueda desenfrenada y me tranquiliza saber que su amateurismo la hace buscar bajo nombre y apellido. Sólo como paleativo o mejor dicho como engañoso placebo, le copié y pegué algunos párrafos de acá y de allá sin demasiado criterio, pero tratando de incluir algún Toti que siempre le suenan conocidos y la hacen reir un poco (aliviada supongo). -Te lo mecho con otro más light- y le pasé el del maquillaje que sin embargo tenía la frase: "la medida justa para que la cara se vea exactamente como después de un orgasmo suave, no alocado, apenas ruborizada, fresca y hasta un poco tirante.Como si hubieses corrido unas cuadras había dicho esa maquilladora. Con esa frase nunca me identifiqué y me armé la del orgasmo que me sienta mucho mejor y es cuando me veo más linda". Con mi madre hablamos mucho pero no particularmente de sexo y menos en ejemplos personales. Ella es bastante abierta y tengo recuerdos de haber escuchado de su boca, tal vez un poquito antes de tiempo: "Sex doesn´t necessarily have anything to do with love. It can be pretty enjoyable even when there´s no love involved". Yo creí en ese momento que todos arderíamos en las llamas del infierno, ella por decirlo, yo por escucharlo, pero con algunos añitos de terapia lo superé.
Me había olvidado totalmente que la frase del orgasmo estaba ahí y cuando me quise dar cuenta supongo que las opciones eran tironear del cable de la máquina, dinamitar Fibertel o tomarme un remis a la zona norte para atajar el mail a su llegada. Para cuando terminé de pensar, la casilla del Outbox perdía un número 1 en negrita al lado de la palabra y ya era muy tarde. Después pensé que mi madre si bien sorprendida, se habrá relajado sabiendo que su hija efectivamente orgasmeaba y no era frígida. Qué se yo, algún consuelo me tuve que inventar.

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Thursday, July 13, 2006

Round 2

Será porque soy revanchera que me meto en estas cosas. Llamé, contra todos los pronósticos, llamé. El plan: ese tan argentino de comer algo por ahí. El Gran Oso Panda salió de su bosque de bambú y se acercó hasta mi cueva encantadora que olía a inciensos y a velitas multicolores prendidas por todos lados y a Sade Lover´s rock sonando en el fondo.
Sin demasiados preámbulos se repitió la secuencia. Cambio de sillón individual a fouton para 2, mano en espalda, mimo en pelo, beso en cuello, mordisco leve en hombro, grados Celsius en aumento, maquinaria hidráulica masculina en pleno auge, 100 % humedad ambiente y el árbitro pitando fuerte y sacando roja. Partido detenido, Charlotte de pie, camisa desabrochada, soutien a la vista, posición de jarrón (ambas manos en la cintura) y una declaración sin vuelta atrás.
-No me digas que son los forros de nuevo porque si es eso, arriba tengo un stock inagotable.
No era necesario ser mentalista o tener bola de cristal para percibir que ese no era el problema. A esta altura si de bolas se trataba eran las mías, las que no tengo y estaban al plato. “Tengo los huevos lacios” diría un ex alumno mío.
La explicación no tardó en llegar. Los forros tampoco habían faltado la última vez, como era de esperarse. Momento emocional complicado, relación anterior inconlusa, decisiones, sexo casual sí, esto no, imposibilidad, me gustás, estoy limado, no puedo seguir, quiero. Gran Oso Panda caminaba enjaulado enredándose en expliaciones.
Y en algún momento dejé de escuchar, creo que fue justamente en el mismo instante en que mi ego se puso de pie, enorme, recuperado, floreciente y ¿vamos a comer algo por ahí? Y, dale, vamos.
La comida de Sarkis, bien puede comerse con las manos y si las manos anduvieron recorriendo cuerpos ajenos hay que ir a lavárselas antes de comer para que no queden rastros, sobre todo si uno va a compartir una cena de amigos.

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El hombre ilustrado




Toti está monotemático. Ultimamente la conversación gira en torno a alguna de sus tantas dolencias. Tiene una costumbre horrible. Si algo le duele y el médico le indica un calmante, al minuto que el dolor desaparece, deja de tomarlo para verficar la "curación". No quiero eliminar el síntoma, dice.
Yo le explico que a cierta edad hay dolores que no pueden ser tomados como sintomáticos, sino que tienen que ser tratados "como un tema en sí mismo, Toti y probablemente medicados de por vida, cosa que no es grave, yo tomo Levotiroxina a diario ponele".
- Lo que pasa es que depsués en lo del médico, si voy con el analgésico encima cuando me pregunta dónde me duele no le puedo decir porque no me duele más en ningún lado.
- ¿Sabés qué podés hacer? La próxima vez agarrás un marcador indeleble y te hacés una marquita justo en el punto del dolor. O mejor aún, te llevo a la Bond Street y te hacemos un tattoo.
Ahí es cuando me creo que el nivel de la conversación llegó a niveles de surreliasmo importantes y que Toti no podrá sostener este ritmo por demasiado tiempo más. Me equivoco.
- Con todo lo que me duele a esta altura, terminaría como Jack Bauer, un tattoo por todo el cuerpo, el Hombre Ilustrado de Bradbury...
- ¿Vos ves 24?
- Con Enriqueta nos mandamos 3 ó 4 episodios por fin de semana.

Wednesday, July 12, 2006

Give me that kinky sneeze I adore, baby

Mis estornudos son sonoros, demasiado sonoros. Crecí con la leyenda urbana esa que dice que "reprimir un estornudo puede hacerte reventar un tímpano". Siempre estaba la anécdota del niño cuyo yunque, martillo y estribo habían salidos expulsados trás el estornudo. Debe tratarse del mismo niño que haciéndose el bizco se quedó definitivamente bizco después que un viento fuerte le cruzó la cara.
Yo estornudo por varios motivos, sol fuerte en la cara o inclusive una luz brillante me hacen estornudar repetidamente pero hay un tipo de estornudo particular y sumamente extraño que descubrí hace muchos años. Si estoy sola (porque esto no me pasa en compañía, sería terriblmente delatador) y se me cruza un pensamiento un tanto cachondo, que me caliente un poco o bastante, me vienen inmediatamente después una serie de estornudos fuertes que después se pasan. No me pasa cuando veo una película ni cuando leo algo en un libro, esto es absolutamente generado por un pensamiento. Claramente nunca se me ocurrió consultar, hasta anoche y no encontré demasiado al respecto salvo una señorita que cuenta una anécdota del estilo excepto que sus estornudos son post orgasmo, y además lo cuenta en site de dudosa reputación científica.
Mientras tanto, aquí estaré, sumando sintomatología inexplicable a mi vida sexual.

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Tuesday, July 11, 2006

Estas cosas sí que me salen bien

Imitar a la perfección a los taxistas hindúes de New York, los italianos Mario y Sofía del curso de la RAI que pasaban a las 4 de la mañana y a la madrastra española de S. Claro y al tonto de Mel Gibson en Braveheart, cuando se hace el escosés y grita "I´ll give them something they´ve never had, a country of their own"(con particular atención en la pronunciación escosesa de own).
Maquillar ojos ajenos, sobre todo esos con párpado móvil amplio.
Repetir de memoria la escena de Turturro en The Big Lebowski, la del bowling, esa que arranca con "I see you rolled your way into the semis. Dious miou man..." igual de fácil que me sale así sin querer toda la primer página del Lovesong de Alfred J Prufrock, el poema de Eliot, así enterita justo hasta que hay que dar vuelta la página.
Pintar uñas propias y ajenas, inclusive con colores oscuros, esos traicioneros que manchan cutículas y bordes.
Bueno, o bien me presento en el show de Leonardo el hijo de Tu sam o me pongo un salón de belleza. Tanto talento desperdiciado, dios mío.

Monday, July 10, 2006

We will, we will rock you


La invitación decía Punk Rock (lo que sea que eso signifique). Hice un repaso mental de mi guardarropas y nada caía en la categoría. Hay ventajas a trabajar a escasas cuadras de la Bond Street. Me levanto de mi escritorio un rato antes de lo habitual y camino hasta el lugar. Bajo los primeros escalones pasando entre los Tatoo studios y los teens vestidos enteramente de negro pero con caras de Heidi y Pedro y justo arriba de una mini de jean agujereada con un sacabocado la encuentro. Un aremera negra con escote bajo en v que cae un poco hacia los hombros dejando ver un poco de clavícula (siempre sentador) y apretada en la medida justa y en el medio, sobre las tetas , una enorme calavera blanca con dos húmeros cruzados atrás al estilo bandera pirata. Por supuesto le mentí a la vendedora diciéndole que la remera era para una amiga así como bastante parecida a mí. La combiné con jean azul oscuro, cinturón con copiosas tachas a la cadera y unos tacos con medias de red en negro, el atuendo perfecto para recibir a Mr Mex que estaba parado al lado del taxi con la puerta abierta. Miró un poco sorprendido la calavera, las tachas, los tacos, algo muy distinto al look “fresa” de la noche anterior.
Mr Mex no perdió oportunidad de conseguirme tragos en la barra ni bien veía que las Plimsoll lines de mi Caipiroska descendían y de hacerme comentarios al oído a cada rato. Sin embargo, el fino trabajo latino no fue suficiente para conquistarme. Y dudé, hubo momentos en los que dudé, pero la mañana del sábado me encontró con el rimel corrido, un poco de resaca y una calavera todavía en el medio del pecho.

Friday, July 07, 2006

Y justo antes de salir, Streets of Fire, Nowhere Fast...

Stalkin' in the shadows by the light of the moon
It's like a prison and the night is a cell
Goin' anywhere has gotta be heaven tonight
'Cause stayin' here has gotta be hell
Dyin' in the city like a fire on the water
Let's go runnin' on the back of the wind
There's gotta be some action on the face of the earth
And I've gotta see your face once again

And I don't know where I ever got the bright idea that I was cool
So alone and independent
But I'm depending on you now
And you'll always be the only thing that I just can't be without
And I'm out for you tonight
I'm comin' out for you tonight

Strawberry Blond

Fui punctual en mí llegada al lobby. Siempre soy punctual. Mex bajó por el ascensor después que lo hice llamar por el concierge. Si la primer impresión es la que cuenta, la primer impresión fue buena.
“Barbita candado” me había advertido mi amigo. Conozco a alguien que dice que todos los de barba candado son garcas. Por suerte me muevo con otro prejuicios. Los zapatos por ejemplo pueden llegar aarruinarme; una suela demasiado ancha, una punta demasiado cuadrada. En este caso rozaba lo modernoso, claramente italianos, pero se encontraban perfectamente con el pliegue ese que hace la botamanga en esos cortes donde es solo un poquito más angosta y cae y por encima del zapato. Miro las botamangas de los trajes de los hombres, son sexies. Las botamangas me calientan.
Un apple Martini para mí, un dirty Martini para él en el living del Faena y al rato de hablar declaró encantado que soy una “Fresa”, algo así como una niñita bien, una tilinga adorable, una concheta insufrible o algo por el estilo. Durante la comida disimuló impecablemente su machismo salvo cada vez que llegaban cuentas a la mesa dónde cualquier movimiento mío hacia mi cartera hubiese sido castigado con la pena mayor. Obstinada, yo me ofrecí a contribuir cada vez, un poco en provocación. Me arrastró a dos bares más donde mi cuerpo ya no podía ingerir nada y después pedí a gritos que me deposite en mi casa. Lo hizo, pero claro eran las cuatro y media de la mañana. Me despertó con un último llamado medio bebido desde su hotel a las cinco (últimamente hacen estas cosas conmigo), mi despertador sonó a las ocho y a las diez de la mañana, Mex estaba llamando de nuevo desde Montevideo. Decidió cambiar su pasaje de vuelta NYC y volver. Creo que está convencido que con un poquito más de esfuerzo, la rubia es suya. Por su lado, la rubia no tiene idea de lo que quiere hacer. Le preocupan fines puramente prácticos como que su casa está desordenada pero si duerme en el Caesar tendrá que escapar temprano a la mañana a su curso de Eliot. Hay todo un día para pensarlo y toda un noche por delante para decidir.

Wednesday, July 05, 2006

No Man is an Island y Buenos Aires es chiquito, chiquito

Nada mejor que un poco de aire fresco, venga de donde venga. Bueno, este vientito llega de Méjico y después de hacer escala en Santiago de Chile y Uruguay, le quedan dos noches libres en Buenos Aires.
Llamó amablemente después que el amigo neoyorkino le dió mis datos y arreglamos para que lo busque por su hotel mañana para ir de tragos y después a comer por ahí. Estoy con la cabeza estereotipada y pienso que bajará al lobby del Caesar o bien Cantinflas o bien Gael. Me ilusiono con algo intermedio. La voz en el teléfono sonaba prometedora. La voz en el teléfono es el primer gran engaño previo a una cita, es de amateur no saberlo. Pensé en ropa para la ocasión. Ese vestidito color crema con voladitos y simpático escote embellecedor de lolas para ser usado con jeans y saquito de terciopelo negro que puede abrocharse si el muchacho no amerita seducción. Decidido.
Necesito algo para entretenerme y ahogar mis penas por un rato. Mexican bien puede ser la oportunidad. Bueno y otro plan sería por supuesto un fin de semana de pesca del gatuzo en Claromecó.
Mientras tanto las chicas me taladran la cabeza en Bella Italia con nueva información. Según fuentes más que confiables el gran oso panda es lo que apodaron un “perro verde”. Más allá de su filogénesis y variación cromática parece sufrir de mamitis declarada y aparentar ser un hombre casi normal en las primeras citas; esto es hasta sacarse el disfraz y mostrar su verdor canino. Los cuentos son tan jugosos que me veo obligada a salir del lugar y morirme de frío un largo rato paradita sobre República Arabe Siria hasta sacarme todas las intrigas. “Es un perro verde boluda, no da, pero no da mal eh. Salió con VC, AD y es amigo del marido de PS. Parece un pibe copado, buen laburo, inteligente, hasta interesante. Eso sí, man, parece que es medio mamero y de repente frikea pero feo. No recomendable, desde ya te lo digo Charlotte, no lo queremos en tú vida”.
Lo bueno de los 35 y de ser una snob es que la calesita ya pegó la vuelta y es casi imposible agarrar un hombre suelto que no haya pasado por las armas de una conocida. Es sólo una cuestión de llamados, los llamados correctos claro. Los peligros de la hacienda mezclada son infinitos pero cuando de buscar antecedentes se trata, cada una de nosotras puede sacar un archivo de Cold Cases que será de suma utilidad para la de al lado. Una cuestión de solidaridad de género casi.

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Rara, como apagada



Y de repente podría aparecerme en su casa y montarle una performance. Algo del estilo Glenn Close; caerme así de rulo rubio, muñecas ensangrentadas y quedarme en un rincón por aproximadamente seis horas prendiendo y apagando la luz de un velador o bien fumando un cigarillo histéricamente en la cocina mientras el conejo hace ebullición. Ponele.
Hago un recorrido mental de la casa y recuerdo que el Gran oso Panda no tiene conejo para hervir. En la guarida del gran oso panda no hay ni conejo ni adornos ni llaves ni boletas de luz, gas o teléfono ni revista de Cablevisión tirada ni esponjas para lavar platos ni imanes en la heladera ni libros en la mesa de luz ni ropa apilada sobre una silla ni las llaves de casa fuera del cajoncito junto a la puerte de entrada donde deben estar. Ni forros, claro. Ahora lo entiendo, esa casa en es en realidad como un gran catálogo de Barugel y Azulay, Cuccina bella y un mini living imaginario montado en pleno Buenos Aires Design, toda utilería. Después me vienen esos recuerdos de cómo me acomodaba el pelo mientras yo me vestía. Un acomode de pelo como haría mi madre cuando encuentra que mi pelo está en su opinión desprolijo y no hay forma de explicarle que es el corte ma, se usa así. Lo hizo con un gesto de acomodate chiquita que tenemos que encarar al portero en planta baja cuando te devuelva.
Pero no me apersono, ni hiervo conejos ni nada de eso. Lo que sí hago es básicamente ensayar conversaciones imaginarias en mi cabeza donde soy astuta, rápida y locuaz y después recapitular las que tuvimos en el camino de vuelta en auto.
-Es que no daba que cogiésemos sin forro. No es que seamos novios o vengamos de una relación larga…
-Ah, no. A ver. Ni me des las razones por las que no da coger sin forro. Yo soy la primera neurótica con el tema. Ahora la cosa es, de haber tenido, seguíamos?
-Pero obvio nena, no me víste? Soy fóbico a las relaciones no al sexo. (Juro que dijo eso)
Y sí, yo había visto; visto y tocado pero nada me convence que ahí hubo gato. Y no solo un michifúz encerrado; una enorme pantera negra agazapada entre los zapatos alineados cromáticamente y las camisas almidonadas que lleva el Oso Panda a trabajar cada mañana.
Y después fantaseo con un plan Z que es llamar como si nada invitándolo a comer a casa una inolvidable comida preparada por mí donde lo veo caer irremediablemente a merced de mis encantos, casi ahogados en una noche de pasión nonstop y champagne que me gotea por la espalda. Patético. Erradico ese plan como la peor idea que se me ocurrió en en 2006. No, mejor, en años. Casi tan terrible como esa vez que decidí teñirme el pelo de marrón y me deprimí terriblemente hasta que se me fue con los lavados.
Lo rubio es así como adictivo, un camino de ida, no se vuelve atrás. El nivel de adicción a la rubiez en sus últimas consecuencias -algo así como el Trainspotting de la rubias- se ve en mujeres como Susana pero sin el glamour, platinadas y sin poder detener su carrera de peróxidos y aguas oxigenadas. Esa visión a veces me asusta y el miedo me mantiene en los dorados naturales, los mieles y en no armar escenas ni hervir conejos. Hasta en lo rubio soy medida.

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Monday, July 03, 2006

Y en el fragor del champán, loca reías, por no llorar

El Gran Oso Panda tocó insistentemente y ¿porqué no?, cariñosamente mi nariz durante la comida cuando yo hablaba y sugirió que un vaso entero de Vodka me dejaría de cama mientras me lo rebajaba con tónica y comentaba algo como “tú pelo no se puede creer” a la vez que lo acariciaba.
Después se desplazó desde su lugar al otro lado de la mesa y dejó que lo mime un poco con uñas en la cabeza y una rascada de espalda por encima de la remera. “Uh, uh, uh" ronroneaba el Gran Oso Panda.
Más tarde, en su auto, después de unos besos medios calientes declaró:
- Sos brava, vos, eh.
-¿Es que hay otra forma de ser?
- Es un elogio. No te hagas la cancherita, eh-.
Y siguió manejando con rumbo incierto, incierto por un rato porque enseguida reconocí el frente de su departamento. Ya en una cocina, después de manos y besos largos y remeras escandalosamente levantadas hasta las orejas y jeans a media asta que amenazaban con un tropiezo, el Gran Oso Panda me llevó de la mano hasta su guarida. (Hago en ese momento un escaneo tres sesenta del lugar. Cama hecha, ni un rastro de ropa, zapatos, toallas o nada que implique que alguien relamente vive en el lugar y una cama grande perfectamente estirada y con grandes almohadones, perfectamente colocados contra el respaldo). El Gran Osos Panda continua con la tarea de derretirme de a poco y cuando ya estoy a punto de caramelo o bien como el chocolate para el Charlotte, me mira a los ojos y dice:
- No vamos a hacer nada. No tengo forros. No pensé que iba a pasar esto.
Podría haberme parado en ese mismo instante y corrido frenéticamente en busca de un quiosco abierto, podría haberme ofendido terriblemente (el no pensó que iba a pasar eso y yo había ido a la depiladora en busca de media pierna y tira de cola la noche anterior), podría haber dicho algo interesante, inteligente, perceptivo, relajante. Pero no; simplemente me abroché el corpiño, el jean, me levanté y sonreí, así, rubia y fatal.

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Sunday, July 02, 2006


Salimos de ver la francesa del mafioso devenido pianista, del pianista devenido mafioso. Mis clases de piano también eran una tortura. Margarita, la profesora venía a casa semanalmente. Unos años antes me había encaprichado con el piano -o eso leyeron mamá y papá- y compraron un Steinway & Sons vertical, viejísimo pero en excelente estado a un vecino que se iba a vivir afuera. Debe haber salido una fortuna y me acuerdo no haber estado demasiado emocionada cuando llegué una tarde del colegio y lo vi ahí instalado en el living contra una pared. Se lo tomaron en serio, creo que pensé. Mamá se había recibido del conservatorio (sometida por mi abuela) y después nunca más había vuelto a posar las manos en el piano hasta ese momento cuando retomó sus clases después de mi hora de tortura con Margarita. Ella suponía que más adelante yo me arrepentiría también. Yo lo había dicho bastante claro. "Yo, cuando sea grande quiere tener uñas largas y que me dejen pintármelas de rojo todo el tiempo y no sólo para jugar". Cada vez que viajábamos yo me compraba un set de uñas postizas ni bien entraba a un lugar y me acercaba al mostrador y decía "Do you sell fake nails?". Me compraba un paquetito, me las pegaba así larguísimas y nacaradas como la de las cajeras del super y andaba así por todos lados. Mamá miraba para el asiento de atrás del auto, suspiraba pero no decía nada. La paciencia llegaba hasta que había que estar los tres en cuatro patas en el piso buscando una de las uñas que se había despegado porque yo simplemente no iba a seguir así con un dedo desparejo. Si no se encontraba la uña había que esperar a despegar las otras nueve para seguir. A mí me parecía absolutamente normal andar por la vida a los 8 o 9 años pareciendo Barbra Streisand y agarrando las cosas sólo con las yemas de los dedos. Por las cosas me refiero a las Barbies, los conos de helados o mi billetera de Hello Kitty.
No sólo era la clase en sí, si no ejercicios de solfeo y clave de fa en una cuaderno pentagramado alargado donde yo completaba los ejercicios, anotaba los tonos y semi tonos y practicaba anotando la nota que correspondía a la clave de fa. Con la memoria que suelo tener, nunca logré aprendérmelas (igual que con las tablas) y cada vez que leía hacía un lentísimo cáclculo mental re, mi fa y ahí apretaba. Después opté por machetear la nota justo abajo, cosa que se complicaba en las corcheas y semicorcheas porque no me daba el espacio y además en una clase Margarita me agarró y armó tamaño escándalo llamando a mi madre y todo. Mi carrera de pianista se venía en picada. Diez años y ya me me había aburrido del ballet, el tennis... La única solución, aprenderme en el menor tiempo posible la pieza de memoria para no tener que seguir la música de la mano izquierda en la partitura. Con la clave de sol no había problema, una facilidad total, como mi drive. No teniendo que concentrarme en la lectura, terminaba tocando muchísimo mejor pero Margarita obviamente se daba cuenta cuando yo no daba vuelta las páginas de la partitura, a drede me frenaba y con un dedo largo, flaco y de uña corta me decía: acá, retomá de acá. Retomá de acá era equivalente en mi cabeza a buscá en esta tablita de jeroglíficos una sustancia cuya masa molecular relativa equivalga a la masa molecular relativa de los cristales del sulfato de cobre.
Después de fingir varios ataques repentinos de fiebre y otros de migraña justo antes de cada clase, mamá concluyó que mi odio por el piano estaba declarado y que insistir no tenía sentido alguno.
Igualmente, cada vez que tenía la oportunidad me acercaba a un piano y tocaba las dos o tres piezas caballito de batalla con las que podia lucirme y después cuando el público pedía más yo fingía un poco de mosdestia y prometía dejarlo para otra occasión. Un poquito parecido a lo que hago con el francés.