Buenos Aires "Ander"
Alguien me cierra el paso a la altura de la Casa Rosada. Puteo bastante en voz alta para que el policía me escuche y me creo que exageraron con el vallado sólo para joderme la vida a mí. País de mierda y la reputamadrequenosrecontraparió. Eso lo digo bastante, siempre incluyendo el "nos". Y otras frases más que parecen no sorprender al cana ni tampoco el hecho de que salen de la boca de una rubia aparentemente modosita. Obligada a bajarme del taxi y caminar desde el bajo.
El hombre con pata de palo sentado al lado de la última de las doce columnas de la catedral, pide estirando una mano y habla fuerte y en monotono. A mí me da un poco de miedo y siempre que paso me siento una hija de puta. La pata es literalmente de palo, termina en punta de madera como la de un pirata.
-Moneditas, porelamordedios. Una ayuda. Dios los bendiga. Moneditas.
El señor de traje le pone unas monedas en la mano.
-Dios lo bendiga señor, ya lo va a bendecir prontito. Ya va a ver, eh. Le va a traer suerte. En estos días.
Me pregunto si el señor (que sigue caminando) le cree, si piensa que media pierna de menos le dan alguna clarividencia.
Entre las baldosas llegando a Chacabuco, sobre Avenida de Mayo hay unas de un material traslúcido que están rotas y dejan ver para abajo. Espiar. Siempre paso apurada y no tengo tiempo de detenerme para confirmar a qué ciudad subterránea dan, pero dan a algún lado, eso seguro. Pienso que una tarde de estas me acuesto al ras del piso, acerco el ojo derecho (cerrando el izquierdo) y por fin me entero de lo que pasa ahí abajo. También medito que la gente normal no se pregunta estas cosas y hago una nota mental de comentarle a Sr. Transferencia al respecto.
El hombre con pata de palo sentado al lado de la última de las doce columnas de la catedral, pide estirando una mano y habla fuerte y en monotono. A mí me da un poco de miedo y siempre que paso me siento una hija de puta. La pata es literalmente de palo, termina en punta de madera como la de un pirata.
-Moneditas, porelamordedios. Una ayuda. Dios los bendiga. Moneditas.
El señor de traje le pone unas monedas en la mano.
-Dios lo bendiga señor, ya lo va a bendecir prontito. Ya va a ver, eh. Le va a traer suerte. En estos días.
Me pregunto si el señor (que sigue caminando) le cree, si piensa que media pierna de menos le dan alguna clarividencia.
Entre las baldosas llegando a Chacabuco, sobre Avenida de Mayo hay unas de un material traslúcido que están rotas y dejan ver para abajo. Espiar. Siempre paso apurada y no tengo tiempo de detenerme para confirmar a qué ciudad subterránea dan, pero dan a algún lado, eso seguro. Pienso que una tarde de estas me acuesto al ras del piso, acerco el ojo derecho (cerrando el izquierdo) y por fin me entero de lo que pasa ahí abajo. También medito que la gente normal no se pregunta estas cosas y hago una nota mental de comentarle a Sr. Transferencia al respecto.
Labels: The Urban Chronicles
8 Comments:
Bajo las baldosas de la ciudad, entre humedades y escalofríos, antes que todo y que nada nadan en abundancia por sus aguas turbulentas los angelitos de dios, sin reloj. Y los diablos, claro, que se llevan de maravillas con los caballeros de pata de palo, los ex policias sin pito, el cadaver sonriente de algún ex presidente. Navegan también entre sus meandros las rubias confundidas, intensas, que putean y aman, que todavía no saben que hace rato se pasean por el under con un celular y sus bolsitas blancas de cartón con las letras doradas que gritan bajito que son de L`oreal.
intenso el sr. garcía.
yo, Ch. debo admitir que si un sr. me dice que voy a tener suerte prontito, por más pata de palo, por menos clarividente que sea yo le tiro una moneda seguro seguro.
saludos
yo siempre que piso ese piso "transparente" me pregunto lo mismo....asi que somos 2 las "no-normales" o "anormales"...
saludos
No Marian, somos tres.
Pero para mi que siguen viviendo las tortugas ninja.
ah, me siento mucho más tranquila.
Yo ya me asomé, y entre claroscuros, ya que es el tragaluz de una planta subterránea*, se puede leer un cartelito que dice:
Visto de cerca, nadie es normal.
*Planta, en el sentido arquitectónico, no?
Qué gracioso, Daniel, comenta con pie de página.
Pasaba todas las mañanas por esa misma veredita, y no solo me preguntaba lo mismo, sino que me dedicaba a "espiar" cuando cambiaron la vereda de A. de Mayo...
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