Tuesday, August 31, 2010

Las bajas


Parece que ahora se junta con los mozos de la parrillita de la vuelta y no sé qué día de la semana hacen magia y a veces se suman los médicos de guardia del Rivadavia. Anoche, en su casa, me hace trucos desde la puerta de la cocina mientras preparo algo rápido para que comamos juntos después de un tiempo de no vernos. Después hace una lista del equipo que jugó contra los Sprinboks y me recuerda que dejó de jugar el año en que yo nací.
-Porque ya eras veterano y porque mamá no te la remaba un año más.
-¿Porque mirabas para otro lado?
-Para que no se note que soy bizco.
-Je. Sex symbol. Eras bastante apuesto, eh.
-Sí, claro. Bizcocho y todo.
Le muestro la foto entera y le pido que me enumere a todos los jugadores. Me da los nombres entre los que reconozco a varios y los puestos uno por uno con alguna anécdota.
Habla con su amigo el Flaco y hacen la lista de los teléfonos. La charla es del tipo:
-¿El Negro vive? ¿Y Taca? Flaco, la puta madre, no tenemos Capitán. Somos menos vivos que espichados, Flaquito.
Pero se ríen. Mi viejo se hace el canchero con la muerte pero después le duele un hombro y cualquiera diría que la vio ahí en la entrada, parada en la puerta, esperando.
Me regala una robe blanca; esas de hotel 5 estrellas y la mete en una bolsa haciendo un bollo desprolijo. Misma impaciencia heredada.
-A las minas les quedan lindas las robes blancas de toalla.
Ya lo sé. Siempre me lo dijíste y por eso siempre tuve una. Ahora tengo dos.

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Monday, August 30, 2010

Viernes Bloxxamour


Como hago siempre, los eventos importantes quedan agendados.
Las sospechosas de siempre más afiladas que nunca.
Sufrí una rarísima borrachera retroactiva que me pegó recién a los últimos dos escalones subiendo a casa y en las teclas descontroladas de mi Blackberry ya metida sabiamente en la cama. Es el vodka tonic.
En combinación con el champagne porque había cumpleaños.
Bety me dice que mi servicio de Internet debería cortarse al tercer cóctel. Puede que tenga razón.
Inimputable.

Sunday, August 29, 2010

My French-reading Mother

Mi madre me cuenta un cuento (que no es un cuento) de un hombre que nunca conoció el mar. Me parece triste. Me cuenta del día que su mujer lo llevó por primera vez, ya grandes.
Yo leo eso que escribió Vera Fogwill y le paso el link con esa parte en la que dice de su padre "Todo lo que yo hacía era genial, siempre fue un fan mío, por no decir suyo". Y eso también me parece triste.
Mamá sigue hablando y yo escribo en mi cuaderno negro mientras habla. Puede mantener una atención flotante casi como un psicoanalista entrenado y volver a prestar atención cuando la charla se torna interesante o simplemente porque me distraje de lo que sea estaba haciendo como segunda tarea y vuelvo.
Todas las semanas se saca un libro de la biblioteca de la Alliance y lo devuelve a la semana siguiente. Elije cosas cortas para intercalar con lo que sea esté leyendo. Una vez perdió uno y la escuché retorcerse de culpa durante días. Finalmente compró otro libro (en compensación) en esa librería francesa que hay a la vuelta del estudio en Esmeralda.
Me cuenta que está leyendo de nuevo algo de Marguerite Duras.
-¿En francés?, pregunto.
-Aha, contesta.
-Que canchera. ¿Te gusta leer en francés?
-Ahora sí. Igual prefiero leer en inglés.
Pienso que es bueno tener opciones.
Después me lee esa parte de “Yo me arranqué de mi madre” y me la lee en francés.
Y me gusta como suena.

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Friday, August 27, 2010

Un cuarto para coger

Cuando eras chica las pesadillas eran con monstruos, brujas o en mi caso, una recurrente en la que mis muñecas -hechas de piel humana- se levantaban en la mitad de la noche y caminaban como zombis hasta mi cama. Se iban acercando de a poco y siempre me despertaba justo antes de que llegasen. Me quedaba quietísima, aterrada, con los ojos cerrados, sólo espiando cada tanto para confirmar que siguiesen en sus lugares.
Y aún fuesen de plástico.
Ahora mis pesadillas son otras. Anoche caminábamos por mi casa de Olivos buscando un cuarto libre para coger. Todos ocupados. En uno, mamá trataba de atajar con baldes goteras imposibles que caían del techo y mientras me agarrabas de atrás con evidente urgencia que sentía en la última vértebra de mi espalda le sugería a mamá que llame a un plomero. Nosotros nos íbamos a probar otros cuartos, otras camas, otros pisos. Todo ocupado. Imposible coger. Se iba pareciendo a esos sueños en los que corrés en el mismo lugar. Una cosa insoportable, enloquecedora. Sólo llegábamos a besos interrumpidos adentro de placares que duraban nada hasta que alguien los abría y había que irse a seguir buscando.
No me desperté asustada. Enojada y caliente tal vez.

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Thursday, August 26, 2010

Cold Cuts

Pateo puertas como un rockero enajenado en algún cuarto de hotel. Salvo que la puerta es la propia y el pie también. El portero me mira absorto o tal vez con la misma cara de nada que tiene todos los días y el muchacho de Edenor insiste con que no, no me puede esperar ni 5 minutos a que yo desconecte mi Mac para interrumpirme el suminissstro.
Y una boletita en envase verde debajo de doscientos papeles, anotaciones y probablemente alguna taza de café encima (olvidada hace días) disfrutando la venganza.
Un plato que se come frío. Es verdad.

Wednesday, August 25, 2010

El otro barrio

Cuando pasa por la puerta de la casa de vinos que está sobre Santa Fe y hace un contacto visual mínimo, casi imperceptible para cualquier transeúnte, el señor detrás de la caja hace un gesto y desde su puesto dice:
-¿Te voy enfriando una para después, entonces?
Que no es una pregunta en realidad, es un afirmación con tono que disimula. Porque el señor sabe que un rato más tarde estaremos pasando a buscar la botella de Champagne heladísima.
Y en el Pick Market de la vuelta, te reservan la rúcula.

Tuesday, August 24, 2010

Gray Paris


Sueño en blanco y negro como los perros. Y recortado. Sueño con el Arco de Triunfo que se resiste. Se requiere de estrategia y todo un nuevo idioma para la batalla. El único criterio parece ser el primer plano y el fondo en todas sus escalas. Después hay Bush, los árboles que marcan los bulevares y calles.
Pasame techo en primer plano.
Esto es zebra crossing.
Arriba a la izquierda todos los que son Sena.
Pipol, que se ven como palitos diminutos agolpados atrás del arco. Ese día pasaba algo en Paris. Todavía no descubrí qué.
Y el placer de así de la nada meter, una, dos tres, seguidas. El placer de que encaje.

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Sunday, August 22, 2010

Siete


No es tarea sencilla ir armando el juego completo cuando cada uno de los platos tiene que ser único o como mucho apenas parecido a otro. Tenés que heredar algunos de tu abuela (al menos 3) como para que te pique el bichito y durante años los andes cazando por ahí, en cada feria, cada mercadito, cada puesto uruguayo en el medio de la ruta que atraviesa todo hasta Colonia. Y además, tenés que haber tenido alguna caminata por San Telmo y una madre que tenía un cuento azul y blanco para hacerte de un Blue Willow.
Todo eso tenías que tener para arrancar.
Y un sábado como ayer, así de la nada mientras caminábamos por el mercado de Dorrego revisás con cuidado una pila y encontrás este y mirás para arriba (en cuclillas con el plato en la mano) casi así como avisando con la mirada que es tuyo y preguntás.
-¿Qué hago, me lo compro, no?
Y volvés sosteniéndolo como si tuvieses 6 años y te hubiesen dado la mayor responsabilidad de tu vida. Para que no se rompa y llegue a la pila y cuentes, uno, dos tres cuatro, cinco, seis...siete. Siete.

Friday, August 20, 2010

La Reconcheta

Subida al 10 (el colectivo, no Maradona) todo se ve desde otra altura; entonces cuando pasás por el cementerio de la Recoleta podés ver como se asoman las puntas de las alas de los ángeles, las cruces y las bóvedas por encima del paredón que los encierra, tanto que parece que todo se desborda y ya no queda lugar.
Esa vez me pidió que la acompañe a verificar si todavía había espacio en la bóveda familiar o si estaba al límite de booking de difuntos patricios. Una vez más me veo inmiscuida en estos asuntos. Había no sé qué disputa entre dos tías solteronas próximas al checking out que peleaban por su espacio y su derecho al eterno descanso en un lugar bián. Llamémoslas Tía Fini y Tía Fifita que estaban a punto de ahorcarse la una a la otra con sus pañuelos Hermes o revolearse los Limoges por la cabeza, más vivas y sanitas que todos nosotros juntos.
Caminamos entre las calles, los pasillos, hasta encontrar el apellido familiar larguísimo esculpido en los mármoles.
-¿Hay que entrar?
-Hay que bajar, me contestó mientras maniobraba con la llave que abría la bóveda después que le avisamos al cuidador que estábamos entrando.
En planta baja, si mal no recuerdo, no eran más de 6 estantes a razón de un cajón por estante. Todo "tomado" como el primer piso del Paseo Alcorta un día de lluvia.
Bajamos un piso por escalera diminuta. Ya en el subsuelo cajones más chiquitos, no más grandes que una caja de zapatos de Lonté.
-Reducidos, me explica.
Sólo conservaban la chapita con los nombres y fechas de finales del 1800. Una paquetería. Casi como mi amiga, la artista Camila O´Gorman, a la que le dije el otro día: No cualquiera tiene una tía bisabuela fusilada por Rosas, mi vida.
Había que contabilizar espacios y acomodar. Toqué poco. Más bien corrí con el pie a aquellos que antecedieron a Tía Fini y Fifita y me ocupé de verificar que la puerta de arriba estuviese siempre abierta.
-A ver si cierran boluda...
Y nunca completé eso de “y nos quedamos toda una noche acá encerradas en un subsuelo lleno de muertos como Indiana Jones”.
Y lo dije despacio, como para que no me escuchen.

Extremely casual Friday

Thursday, August 19, 2010

Black Label


Lo que me gusta de mi amigo es que no me chilla cuando le tomo el Black Label y se lo rebajo con Ginger Ale. ¿Porque para qué está el Black Label si no es para ser tomado?

Wednesday, August 18, 2010

Downtown


Cuando era chiquita, venir al centro era todo un evento, algo que se hacía para ocasiones especiales como sentarse a upa de Santa Claus en Harrod´s o venir a cortarse el pelo a la peluquería de Harrod´s que tenía toda esa entrada en pisos impecables de madera recién lustrada con olor a cera y ascensores con ascensorista a los que si mirabas con cara simpática te autorizaban a un upa para apretar el piso. No me acuerdo qué había en los pisos de arriba pero abajo había accesorios para mujer, carteras, pañuelos, paraguas y maquillaje. Mamá compraba unas almendras confitadas que se parecían mucho a los Sugus confitados, en esos mismos tonos pastel pero que cuando las mordías eran una gran desilusión para el paladar infantil. Yo abría la boca como un pececito y mamá me repetía cada vez:
-You know you don´t like these.
Y me ponía una en la boca y al segundo tenía ganas de escupirla pero no lo hacía por orgullo y porque suponía que algún día me gustarían las almendras. Pero eso no fue hasta los veinte y algo. Como el vino tinto y el jazz y después el tango.
También se venía al centro a renovar la cartuchera antes de que arranque el año. Entonces, mamá y Toti me llevaban a Kelen y ahí me dejaban elegir cartuchera de pisos. Los pisos eran un elemento clave en la cartuchera. En la Benemérita Institución se chapeaba con los pisos y si ordenabas adentro los lápices cromáticamente todavía más. A mí me duraban poco ordenados. La Kelen tenía un bolsillo transparente y un elástico que sostenía sacapuntas y goma como un cinturón de seguridad. Podías ponerla patas para arriba y no se caía ni un elemento. Jamás un Caran D´Ache cayendo de punta al suelo y una mina quebrándose para siempre en su interior. Alguna turra usaba los pisos para desplegarla en forma de muralla “para que no se copien”. Esa no chapeaba. Esa era una mierda. La solidaridad ante todo.

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Monday, August 16, 2010

En blanco y negro


Seguramente pase a soñar recortado las noches que siguen. En blanco y negro.
Te volvés como los eskimales que dicen que distinguen más de 20 tonalides de blanco (aclaro que 20 es un número que tiré, así para salpimentar el cuento, pero bueno, se entiende el concepto); lo mismo aplica para los grises.
Eso, una experta en las medias tintas.

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Wednesday, August 11, 2010

El tema es así

Anto todo, lo que creo que soy es buena cuentista, porque "contadora" suena horrible. Suena a traje marrón con camisa amarilla. Soy buena cuentista de contar cuentos, de sentarte en el sillón y contarte. Imitando voces y con tonos. Eso es lo que me sale mejor.

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Tuesday, August 10, 2010

Morning


Esta hora, con la luz entrando así, es la que más voy a extrañar de esta casa cuando me vaya.

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Monday, August 09, 2010

Seven Eleven




N me llama temprano a la mañana para arreglar a qué hora me busca. N considera que duermo hasta demasiado entrada la mañana. El se despierta temprano y hace una mini siesta antes del mediodía. Desayunamos o más bien tenemos un almuerzo adelantado en Violeta en Las Lomas. Me enojan esos lugares estrictos con los horarios, esos que no te largan un café con leche pasadas las 12 como si fuesen un hotel con early check out. Pedimos unos híbridos que engañan al mozo y todavía podemos sentir que estamos desayunando. Lo hacemos callados. N y yo ya parecemos uno de esos matrimonies mal avenidos. Cada uno lee una parte del diario que le tocó. Yo no elijo porque N se llevó la primera. Cada tanto alguno de los dos encuentra algo que merece ser comentado. Suelo ser yo la que interrumpe. N e mira y se ríe con mis cuentos.
Violeta está caro y salvo por los dos mini alfajorcitos históricos que le ganaron el nombre desde que tengo uso de razón cuilinaria y que N elije directamente de la barra, el resto, olvidable.
Me llevo el auto de N, le acerco el asiento a límites impensados y me voy a dar vueltas por Chacarita con amigo 2 a ver casas. N tiene auto de hombre salvo que lo tiene como una mina, lleno de papelitos, CD y ropa.
No me gusta mi nueva casa que no va a ser.
Chacarita, Palermo de vuelta.
Necesito más café. En cuestión de horas estamos igual que como habíamos estado: mesita de por medio y dos cafés con leche por delante. Cambiamos los diarios por las revistas. N hace el increíblemente mal negocio de cambiarle una GENTE por una Noticias a la mina de la mesa de al lado.
-¿Qué hacés? ¿Tas loco? Pésimo negocio, nene. Sacasela de vuelta. Peleate si es necesario.
Se ríe. Mercado Amenábar se llena de gente en segundos, pero nos tocó la mesita de los silloncitos azules y hay que aprovecharla. El lugar nunca falla. Y además, N del otro lado de la mesa, está por terminar la revista y me toca a mí. Recupero mi GENTE.

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Sunday, August 08, 2010

Las buenas costumbres

Las 5 am es una hora más que prudente para guardarse. Tomarse el Ibuprofeno 400 para apalear el vodka tonic de la mañana siguuiente tambiñen es medida prudente.COn los años, una al menos, aprende a ser precavida. Feliz cumple.

Thursday, August 05, 2010

La vida antes de mí

Mamá me llama como lo hace diario con el reporte de los eventos del día que puede incluir desavenencias domésticas, algún episodio médico, chisme de vecindad, el último libro que lee (es a ritmo de uno por semana) su curso de literatura, el tamaño de los penes en las fotos de Mapplethorpe y las fallas en el bendix de su auto. Cambiemos al fotógrafo por un pintor, el título del libro, el bendix por el burro, la especialidad médica y el protagonista del chisme y tenemos la charla diaria. Pero a veces, claro, tenemos esas otras.
-Te estoy escribiendo un libro te cuento. Sí, a vos. Empezó por algo bastante frívolo supongo, un cuadernito divino que vi en una librería y me compré...
Mi madre comparte este fetiche conmigo y compra cuadernitos.
-Pero me estás escribiendo un libro a mi, en un cuadernito?
-Si, es un poco el cuento de mi vida antes de vos. Yo de chica no era muy curiosa, no preguntaba, no era como vos, no tenía tu personalidad y un día me desperté con un montón de preguntas para hacerles a mi viejos, cosas de mi infancia, de su vida en Polonia y me di cuenta que ya no quedaba nadie a quien preguntar. Te cuento desde la casa de Olivos que tenía una huerta y gallinas en el fondo hasta por qué empecé a leer compulsivamente. I wasn´t very happy with my sorroundings, you know. Reading was like getting away from it all. Tu abuelo, en sus idas al centro me traía siempre un libro de regalo de alguna mesa de saldos. No entendía lo que hacía pero suponía que era bueno. Creo que me trajo Paradise Lost a los 10. Y el colegio y mis viejos, cómo me sentía… Eso básicamente. Contarte un poco como fue mi vida antes de vos.

Y en eso está.
Mi madre está anotando en un cuaderno cómo fue la vida antes de mí.

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Wednesday, August 04, 2010

Check up

Solo puedo decir que mi amiga ginecóloga viene a almorzar al estudio y le pido que me revise las tetas porque una me duele desde el viernes.
-¿En el baño?
-No, te necesito acostada.
-Vos sentate ahí y no mires, le digo a mi socia mientras me acuesto y me saco la parte de arriba en el sillón.
Porque soy pudorosa.

Monday, August 02, 2010

The Walk II



Nos sentamos en una de las mesitas del café de la Biblioteca Nacional cerca de la ventana para que entre el sol. Está lleno de gatos que se acercan y Toti les hace toquecitos en el vidrio y saltan y apoyan las patitas como persiguiendo mariposas. Toti es claramente un dog person, yo soy un cat person pero sin embargo le gustan los animales en general y los cachorros de lo que sea en particular. Toti es encantador de niños y animales, lo siguen como al flautista de Hamelin.
Mientras hablamos me agarra la mano y la aprieta fuerte. No me resisto. Dos horas antes le había perdido la paciencia que de por sí pierdo más fácil que las llaves de casa pero estoy en serio trabajo interno de que no se me vuelen los pájaros tan rápido. Toti no logra aquietar mis pajaritos que revolotean en la jaula pero al menos no vuelan. Tal vez sean de la misma especie que los avestruces. O tal vez es que este tipo es encantador de animales y a veces funciona conmigo.
Cuando nos vamos, atraviesa la plaza que está helada porque ya se fue el sol.
-¿Rengueo?
-Nada, cero. Venís impecable.
Y lo veo alejarse despacito hacia Las Heras.

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