The Burial of The Dead
Resulta que mi amiga Chu me pidió formalmente que cuando se muera (tiene mi edad), tire sus cenizas bajo el jacarandá de su quinta. Un día mientras tomábamos sol me miró a la cara y así como es ella, sin vueltas ni nada me lo dijo.
- ¿Ves el jacarandá ese, el que está al lado de la pileta? Bueno, ahí. Quiero que pongas mis cenizas ahí.
Ella dice que una vez al año, cada noviembre, me vendrá a visitar cuando el árbol florezca. Obviamente accedí – difícil que se entere si no lo hago, igual- sin decirle el cagazo que me daba que me visite después de muerta.
En casa no somos muy de los rituales post mortem. Más bien los obviamos totalmente, ni velorio, ni responso, ni entierro, ni nada. De hecho, Toti mi padre, me dice que cuando se muera lo deje en la esquina de Ricardo Gutiérrez y Maipú, frente a la Municipalidad de Vicente López, que como indigente alguien se lo va a llevar al osario municipal. Otras veces sugiere que lo mandemos al taxidermista a embalsamar en formato enano de jardín y lo pongamos en la tranquera del campo o bien lo sentemos a la mesa alzando una copa de champagne en la mano. Otras tantas sugirió sentarlo de smoking frente a un tablero de ajedrez a punto de hacer jaque. El es el rey de los hipocondríacos y supongo que es su propio pánico a la muerte lo que lo hace tan adepto al humor negro.
Cuando se murió mi abuela materna en el 2003, partió rauda y veloz (no ella, sino la ambulancia que la cargaba) al crematorio y "for a small extra fee" - versión tarifa PAMI- ni siquiera había que ir a presenciar el evento (cosa que ensamblaba perfecto con la tradición familiar). Eso sí, cuando llamaron de la cochería para retirar la cajita, mamá me convocó inmediatamente y me hizo venir desde Palermo hasta Olivos para retirarla con ella.
Mamá es hija única como yo y ambas sabemos que a veces cargamos con la suerte de tener que encargarnos de todo solas. Otras tantas cargamos con cenizas mortuorias de algún familiar, porque el servicio de PAMI no incluye delivery.
Cuando llegamos a la cochería me llevo la sorpresa que la cajita (símil madera balsa) te la entregan en una bolsa de papel marrón tipo shopping ecológico. Mamá firmó los papeles pertinentes del caso pero nunca atinó a agarrar la bolsa. Me parece que fingió que el trámite de la firma era un poco más complicado y teniendo ella las manos ocupadas con una birome, la tuve que manotear yo. Cargué con la bolsa en la falda el viaje en auto por las cuadras que había hasta su casa. Hablamos de cualquier cosa. Si alguien nos hubiese visto pensaría que veníamos de Unicenter. Cuando entramos, apoyamos la bolsa y seguimos con nuestras cosas. La cuestión es que la urnita de madera quedó en la biblioteca de entrada en la casa de mamá por meses y anduvo dando vueltas por todos lados mientras Mabel decía: "Le corrí a la abuela porque no le podía limpiar con comodidad, señora Elena".
Pasó el tiempo y un poco por paja y otro poco por negación, no hacíamos nada al respecto y la caja seguía ahí entre Mc Ewan, Shakespeare y los tomos de la enciclopedia y Arterama.
Ya en el verano, (la abuela murió un 9 de julio) un día de sol en el que estábamos tiradas leyendo cada una en su reposera, mamá sugiere “hacer algo al respecto”. Pensamos las opciones. El río fue una, pero la abuela odiaba el agua, parque en una estancia no teníamos, la casa en el mar tampoco. Hacer algo al respecto significó que yo cavara un pozo no muy hondo (en pareo y bikini) en el fondo del jardín, al lado del gomero y tirase las cenizas adentro. Vacié los contenidos de la bolsa que hicieron un ruido parecido al que hacen los cereales cuando caen de la caja (porque para que se sepa, no son cenizas), tapé todo con tierra y mamá puso una planta de alegrías del hogar blancas arriba. "She liked flowers" sentenció mi madre y hasta me hizo decir "a little prayer for Granny".
- ¿Ves el jacarandá ese, el que está al lado de la pileta? Bueno, ahí. Quiero que pongas mis cenizas ahí.
Ella dice que una vez al año, cada noviembre, me vendrá a visitar cuando el árbol florezca. Obviamente accedí – difícil que se entere si no lo hago, igual- sin decirle el cagazo que me daba que me visite después de muerta.
En casa no somos muy de los rituales post mortem. Más bien los obviamos totalmente, ni velorio, ni responso, ni entierro, ni nada. De hecho, Toti mi padre, me dice que cuando se muera lo deje en la esquina de Ricardo Gutiérrez y Maipú, frente a la Municipalidad de Vicente López, que como indigente alguien se lo va a llevar al osario municipal. Otras veces sugiere que lo mandemos al taxidermista a embalsamar en formato enano de jardín y lo pongamos en la tranquera del campo o bien lo sentemos a la mesa alzando una copa de champagne en la mano. Otras tantas sugirió sentarlo de smoking frente a un tablero de ajedrez a punto de hacer jaque. El es el rey de los hipocondríacos y supongo que es su propio pánico a la muerte lo que lo hace tan adepto al humor negro.
Cuando se murió mi abuela materna en el 2003, partió rauda y veloz (no ella, sino la ambulancia que la cargaba) al crematorio y "for a small extra fee" - versión tarifa PAMI- ni siquiera había que ir a presenciar el evento (cosa que ensamblaba perfecto con la tradición familiar). Eso sí, cuando llamaron de la cochería para retirar la cajita, mamá me convocó inmediatamente y me hizo venir desde Palermo hasta Olivos para retirarla con ella.
Mamá es hija única como yo y ambas sabemos que a veces cargamos con la suerte de tener que encargarnos de todo solas. Otras tantas cargamos con cenizas mortuorias de algún familiar, porque el servicio de PAMI no incluye delivery.
Cuando llegamos a la cochería me llevo la sorpresa que la cajita (símil madera balsa) te la entregan en una bolsa de papel marrón tipo shopping ecológico. Mamá firmó los papeles pertinentes del caso pero nunca atinó a agarrar la bolsa. Me parece que fingió que el trámite de la firma era un poco más complicado y teniendo ella las manos ocupadas con una birome, la tuve que manotear yo. Cargué con la bolsa en la falda el viaje en auto por las cuadras que había hasta su casa. Hablamos de cualquier cosa. Si alguien nos hubiese visto pensaría que veníamos de Unicenter. Cuando entramos, apoyamos la bolsa y seguimos con nuestras cosas. La cuestión es que la urnita de madera quedó en la biblioteca de entrada en la casa de mamá por meses y anduvo dando vueltas por todos lados mientras Mabel decía: "Le corrí a la abuela porque no le podía limpiar con comodidad, señora Elena".
Pasó el tiempo y un poco por paja y otro poco por negación, no hacíamos nada al respecto y la caja seguía ahí entre Mc Ewan, Shakespeare y los tomos de la enciclopedia y Arterama.
Ya en el verano, (la abuela murió un 9 de julio) un día de sol en el que estábamos tiradas leyendo cada una en su reposera, mamá sugiere “hacer algo al respecto”. Pensamos las opciones. El río fue una, pero la abuela odiaba el agua, parque en una estancia no teníamos, la casa en el mar tampoco. Hacer algo al respecto significó que yo cavara un pozo no muy hondo (en pareo y bikini) en el fondo del jardín, al lado del gomero y tirase las cenizas adentro. Vacié los contenidos de la bolsa que hicieron un ruido parecido al que hacen los cereales cuando caen de la caja (porque para que se sepa, no son cenizas), tapé todo con tierra y mamá puso una planta de alegrías del hogar blancas arriba. "She liked flowers" sentenció mi madre y hasta me hizo decir "a little prayer for Granny".
Labels: Herencia
30 Comments:
muy buen post.
artimanha
gracias, art.
"en pareo y bikini"
hasta cavando tumbas sos sexy, charlotte!
ja ja ja. Lo siento por tu abuelita, pero el relato estuvo muy bueno y me hizo soltar las mejores risas del día.
¿Es que existe alguna alternativa razonable además de la momificación? Ni fuego, ni humus, ni concreto: vendas.
Me gusta la forma de hacer las cosas en su familia. Demasiado lio se hace de la muerte. Al final es lo unico seguro que tenemos desde que nacemos, que algun dia cagaremos fuego. Lo unico que no se sabe es cuando...
Bien Charlotte & flia !!!!
Alguna similitud de actitud hay. Se muere una tia mia, hermana de mi padre, en New York. Parten los compungidos deudos, mi padre, el ex-marido y el hijo hacia NY, a los funerales, rito budista.
En el avion mi primo (el hijo) se levanto una azafata y nadie nunca más lo vio.
Mi padre y mi ex-tio salieron a comer a los mejores restaurantes y despues de joda continuada.
Solo se puso orden cuando llego la hija de la finadita de Francia, dos dias despues de los supuestos funerales, abordaron un ferry por el rio Hudson y tiraron las cenizas frente a la Estatua de la Libertad.
El hijo llego un mes despues a la Argentina, sin nadie haberle visto el polvo, del camino y de los otros.
Lindo, ¿no?
Perdon, pero recien me acorde, no es que me encante escribir comentarios seguidos...
no sé que decirle reimons, me puse colorada...
si mother leyese el blog podría confirmar toda esta escena aunque no se si tiene mi mismo humor, sospecho que no.
quería acotar: eso de espolvorear las cenizas es físicamente imposible porque son cachos bastante importantes, es decir, NO vuelan así que todos esos grandes films que vimos, El Gran Lebowski incluídos: MITO.
el alberto: de acuerdo, aunque ese sistema egipcio incluye vaciar el cerebro por la naríz. hmmm.la pienso.
homero: a usted le gusta cómo hacemos las cosas en mi familia porque en la suya son igual de freaks o peor!! y abra un blog y déjese de joder. además acá firmaba "padre" o no? cuándo los gin tonics?
Yo con mis cenizas quiero q rolen un buen faso y queden todos de la croqueta...
Salu2
allí estaremos. digale a sus amigos que me avisen, eso sí!
Charlotte: no es mito, lamento informarle que su abuela no fue bien cremada, discupemé. Estuve presente en un funeral-esparcimiento (de cenizas, claro, no de esparcimiento-joda), y son, efectivamente, cenizas.
Esto me hace pensar en la siguiente escena:
- Protagonista: Vengo a hacer un reclamo.
- Empleado de funeraria: ¿Su abuela no quedó satisfecha con el servicio?
- P (abriendo la caja y sacando un pequeño cascote): ESTO no es un buen trabajo, señor mío.
- EF: Lo siento, pero usamos las más modernas técnicas...
- P (poniéndoselo bajo la nariz): ¿Quiere que se lo tire por la cabeza? Esto es una vergüenza!
- EF (asustado): Es que... nosotros no podemos...
- P (furiosa y señalando el interior de la caja) MI ABUELA fue siempre una detalista, señor mío, así que quiero una ceniza fina como la de un cigarrillo Davidoff!!
me hiciste reir en voz alta charles... lo más cuando te inmaginé en pareo y bikini cavando el pozo.....
lo que si "los locos Adams" un poroto!
Tarde, Jack. El que me tocó fue el "Combo PAMI".
Lo del Davidoff me mató...
Y sí, greta. somos lo admas mal! (pero con poquísimos integrantes).
Jaajajaja. Le podemos poner Palermo Chic. Listo. que se sepa. Vivo en Palermo Chic.
Hace unos días estaba sola en la casa de mi viejo boludeando con la computadora. Estaba cómodamente sentada apoyando los pies en lo que pensé era una especie de cofre plateado. Me hice la detective, esperando encontrar papeles que involcraran a mi papá en algo divertido, hasta que me di cuenta que eran las cenizas de mi abuelo. No hay nada más creepy...Mi abuelo se hubiese cagado de risa...
coincido con jack c. en lo del trabajo mal hecho: participé de dos esparcimientos de cenizas y por suerte nunca cascotes. el primero, el de mi abuelo, cuando mi abuela interpretó que había que rociarlo -literlamente- por un lugar que él había plantado. y, como en los malos chistes, hubo viento en contra y varios terminaron con mi abuelo convertido en basurita de ojos. el otro, fue el de mi vieja, a la que llevamos a pinamar y tiramos al mar. más que nada porque queríamos salir de buenos aires y conseguimos casa allá. un poco más emotivo, en el fondo siguió los parámetros.
Cuando me muera tengo pensado hacerme enterrar en algún lugar y llenar la tumba de pelotudeces varias, nada que ver conmigo ni con la época. Sería como una joda final para los arqueólogos del futuro, tratando de descubrir costumbres inexistentes del cadáver que acaban de desenterrar...
Lo de guardar las cenizas creo que quedó out desde que Ben Stiller le rompió la vasija a Robert De Niro en una película.
Bue-ní-si-mo. Por ahora, anécdotas personales de ese tipo no tengo. Pero yo no guardo cenizas en mi habitación ni ebria ni dormida. Las tiro al río, qué sé yo. Pero ese cofrecito no duerme conmigo de ninguna manera.
jajaa...siempre manteniendo el estilo, obvio!
okokok asumo que nos dieron un mal servicio y SI se trata de cenizas en la mayoría de los casos...
Aplausos cerrados para todos los relatos, al top, los de Charlotte y Jack. Versión palermitana de Niní le recabe, Charlotte, lo digo como un re-homenaje a las dos.
jack, por amor a Alá, esa escena que relata es veridica o fruto de su imaginación???????
casi me muero.
jack, por amor a Alá, esa escena que relata es veridica o fruto de su imaginación???????
casi me muero.
Me ofende que dude de mi palabra, estamos hablando de cosas serias. La abuela Tilly insistió en ser esparcida en unos campos hípicos propiedad de nuestra antigua familia patricia.
El esparcimiento se hizo técnicamente imposible dado que el tamaño de los pedruzcos cenicientos era tal que cayeron formando lo que parecía una pequeña Stonehenge. Alguien sugirió arrojar las piedras lejos, pero eso hubiera sido traicionar la memoria de la abuela vilmente. Otros recomendaron contratar un picapedrero, pero hubiera tenido poca clase.
Al final toda la familia decidió poner manos a la obra munidos de martillos, piedras pesadas y otros elementos contundentes, cada uno envolvió un grupo de cascotes en papel de diario y se dedicó minuciosamente a triturar lo quedaba de la abuela.
Fue un hermoso trabajo silencioso y colectivo, cada tanto nos mostrábamos los progresos abriendo el papel y asentíamos o declarábamos: "poquito más le falta... ahí... y por ahí...".
Me acuerdo y me viene un lagrimón, mire...
NO doy abasto con el cuento jack. No creo haber escuchado nunca cosa semejante.
Reciba ud. mi más sentido pésame.
pidió respuesta, greta? ahí la tiene...jajajajaajajaja.
en casade mi madre, por ejemplo, se las paseaba por la casa...
god..todo el asunto post mortem, el velorio ( si es que lo hay, e entierro, el coche funebre, las ofrendas florales and all that jazz give me the creepr. Nunca supe bien porque, supongo que mi psicologa algún día me lo explicará. Anyway, me gustó mucho este post, charlotte
no espero explicaciones muy brillantes de su terapeuta. me parece que esta rosca con la muerte, viene con el paquete...
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