El fin de semana hago malas elecciones fílmicas. Manoteo en el clásico stand de novedades con la esperanza de llevarme algo que exija mínimos niveles de atención, intelecto, involucramiento emocional e identificación.
Elijo chotamente por colores y por título sin siquiera leer atrás. Como si fuera una fruta. Peor. A los melones aunque sea los huelo; a las paltas las palpo.
No quiero nada que me haga llorar, me remonte al pasado, me dispare la hipocondría, me ponga mis limitaciones enfrente, me hable de la finitud de la vida, las dificultades, las enfermedades, los finales no felices, el tiempo perdido, la soledad, las familias disfuncionales, las perfectas, los hombres, las mujeres, el amor, el sexo perfecto, el hombre perfecto, el mal sexo, el tedio, la mina perfecta, la que no soy, la que soy, la que quiero ser, la que puedo ser, la que no voy a ser, el éxito, el fracaso, el miedo,
el puto miedo, las ganas de cambiar, lo inamovible, lo permanente, lo que ya no va a ser.
No sé que esperaba, "Pluto va al circo", "Las colegialas se gradúan". En definitiva, no era el día para alquilar películas.
El domingo nos vamos los tres con un DVD en la mano, ya casi en la caja me detengo y cambio por otro que veo apoyadito con lindos actores. Decisión de último minuto, el capitán del Titanic cambiando el rumbo unos nudos directo al iceberg.
-¿Y esta la vieron?
y por alguna maldita razón le saqué el DVD de la mano a N y cambié el plan, así por que sí, porque la otra era de tiros, era de varones y nadie me detuvo.
¿A los varones les molesta más ver una película de mujeres o a nosotras nos molesta más ver una de tiros?
N no pareció quejarse con mi elección. La vio tranquilo echado en su sillón (de esos que tienen enanos que te atrapan y no te dejan mover). Yo me retorcí y maldije el momento. A veces está mejor que te caguen a tiros desde la pantalla.
Labels: En pleno ejercicio de mis capacidades neuróticas, Me adorable me