Marketing 1 on 1

Camino por Paraguay. El clásico repartidor de panfletos me encara. Nunca acepto, casi por una cuestión religiosa.
-No gracias, eso digo. Siempre.
Evidentemente las reglas están hechas para ser rotas, al menos para faltarles el respeto de vez en cuando.
Acepto el papelito que por un motivo que no conozco (hasta abrirlo, claro está) viene cerrado.
Abro, leo. Parece la oferta de un sándwich. La primer opción del menú me queda clara, la segunda me perturba un poco y no termino de entenderla.
Y no sé si quiero.
La promesa de Buenos Orgasmos!!! así con 3 signos de exclamación es perturbadora. Como si viniese incluído en el menú, como un Papas fritas gratis!!!
Sólo asumo que la repartija fue hecha así, al voleo, y que no se trató de un marketing directo, face to face, one on one.

Sí alguien necesitara los números que por una cuestión de respeto borré, no tiene más que solicitarlos. Antes de morir irremediablemente hecho un bollo en el tacho, el papelito sigue en el scanner.