Facturas a cobrarle al difunto Dr. Spock o Mi Barbie fue violada por un Jabalí
Hubo cosas con las que Mother no transó jamás. La primera caía bajo una máxima de la educación de los niños (había leído ese libro del Doctor Benjamin Spock, que siendo los setenta probablemente vivía en un permanente viaje lisérgico):
Los niños no duermen en la cama de sus padres.
Nada para sorprenderse. Cualquiera podría estar de acuerdo con eso pero también uno sabe que las reglas- aún las más estrictas- están para ser rotas alguna vez. Bueno, en mí casa, nunca. Pero nunca significó ni a los 17 cuando me quedaba dormida viendo una película y Mother ya dormía sola. Habría leído que los hijos de divorciados pasan a reemplazar al padre ausente y marido en el lecho matrimonial. Claro, pero esos eran los varoncitos en las camas de sus mamis y alrededor de los 3 años. La conclusión fue que solo podía visitar la cama materna/paterna ante terribles episodios febriles (que con los años aprendí a fingir apoyando el termómetro contra la lamparita) o bien los domingos a la mañana cuando me invitaban a dormir el último tirón con ellos. La pasaba pésimo, toda hecha un ovillito y casi sin respirar por el pánico al desalojo.
La segunda con la que no transó fue el skateboard. Lo pedí a gritos y en una Navidad me encontré tratando de identificar las formas de los regalos y juré reconocerlo bajo el envoltorio. Era grande, largo, todo indicaba que me habrían de complacer en mis deseos. Resultó ser una raqueta de tenis. Gran desilusión. Hubiese preferido un set de maquillaje, uñas postizas, un micrófono. Terminé jugando tenis los fines de semana y hasta tomaba clases con un professor: Horacio.
Barbie, por otro lado nunca encontró su Ken. Hubieron oportunidades en que me aferré a él con pasión en una juguetería, dispuesta a luchar porque se venga conmigo y nada. Nuestro amor no pudo ser. Montescos y Capuletos. Mi pobre Barbie se vió obligada a entablar relación con un cepillo Jabalí de mango imitación carey de cresta morocha y pinchuda. Bueno, algo así como un hermano rapado de Pocahontas. North meets south, east meets west, wasp meets native american. Interracial digamos. Ahora que la pienso es un buen argumento para una porno.
Los niños no duermen en la cama de sus padres.
Nada para sorprenderse. Cualquiera podría estar de acuerdo con eso pero también uno sabe que las reglas- aún las más estrictas- están para ser rotas alguna vez. Bueno, en mí casa, nunca. Pero nunca significó ni a los 17 cuando me quedaba dormida viendo una película y Mother ya dormía sola. Habría leído que los hijos de divorciados pasan a reemplazar al padre ausente y marido en el lecho matrimonial. Claro, pero esos eran los varoncitos en las camas de sus mamis y alrededor de los 3 años. La conclusión fue que solo podía visitar la cama materna/paterna ante terribles episodios febriles (que con los años aprendí a fingir apoyando el termómetro contra la lamparita) o bien los domingos a la mañana cuando me invitaban a dormir el último tirón con ellos. La pasaba pésimo, toda hecha un ovillito y casi sin respirar por el pánico al desalojo.
La segunda con la que no transó fue el skateboard. Lo pedí a gritos y en una Navidad me encontré tratando de identificar las formas de los regalos y juré reconocerlo bajo el envoltorio. Era grande, largo, todo indicaba que me habrían de complacer en mis deseos. Resultó ser una raqueta de tenis. Gran desilusión. Hubiese preferido un set de maquillaje, uñas postizas, un micrófono. Terminé jugando tenis los fines de semana y hasta tomaba clases con un professor: Horacio.
Barbie, por otro lado nunca encontró su Ken. Hubieron oportunidades en que me aferré a él con pasión en una juguetería, dispuesta a luchar porque se venga conmigo y nada. Nuestro amor no pudo ser. Montescos y Capuletos. Mi pobre Barbie se vió obligada a entablar relación con un cepillo Jabalí de mango imitación carey de cresta morocha y pinchuda. Bueno, algo así como un hermano rapado de Pocahontas. North meets south, east meets west, wasp meets native american. Interracial digamos. Ahora que la pienso es un buen argumento para una porno.
20 Comments:
Yo cambiaría el eufemismo
"entablar relación" por la crudeza de "se la cepillaba".
Suerte con tus traumas!
rumour has it, charlotte, that ken is a closeted gay. Por lo tanto, creo que tu barbie la debe haber pasado mejor con el jabalí de cerdas duras que si hubiera tenido al candidato en cuestión. O capaz son solo habladurías, you never know...
yo una vez le pedí a papa noel el marc5 y me trajo un triciclo celeste. Yo, chocho igual.
Con mi amigo patrick nos dedicábamos a secuestrar las muñecas de su hermana, decapitarlas y enterrarlas bajo las piedras del camino del jardín. Ahora que lo pienso, nunca comenté este episodio de mi infancia con mi shrink...
Finalmente sé la historia de la barbie!!!! Además, su cepillo tenía toda la onda con su "cresta morocha y pinchuda", nada que envidiarle a Ken.
Lo de la cama, piénselo de esta manera: si hubiese terminado siendo el reemplazo, seguro le habría hinchado las pelotas todos los días para que le hiciera companía, y después habría despotricado a los cuatro vientos por el día que se le ocurrió meterse en esa cama. Everything happens for a reason...
Para Reyes hace muuchos años pedí sólo "guantes de arquero" y los obtuve y atajaba las pelotas que me pateaba mi abuela de casi 80 años.
Y lo más cercano que tuve a una muñeca fueron varios "Joe el Temerario". Tuve uno marinerito con gomón tipo Zodiac que era lo más. Otro buzo con patas de rana y tanques de oxígeno.
Se dice: "Hubo cosas...", "Hubo oportundidades..."
x: que mala onda che, podría haberlo hecho de manera más cariñosa el comentario-corrección
Dicho sea de paso... WHAT?! Hubo no es singular, hubieron plural? Mis conocimientos de reglas gramaticales es muy bajo, pero creía que la tenía bien esa...
igual Charol, imaginate el trauma de que tu barbie, se relacione con Ken (quien, claramente, es GAY).
Loli, no hay que imaginárselo, solo hay que comprar la nueva barbie con sobrepeso! Hace poco salió al mercado, si no escuché mal en un informativo... too much
gracias x, está corregido pero me costó una extensa explicación de loli para entender el porqué. y mi amiga lauchi también está haciendo lo propio en el msn con otras concordancias y menos paciencia:
LAUCHI says: (2:25:05 PM)
HUBO
LAUCHI says: (2:25:08 PM)
NUNNNNNNNNNNNNNNNNNNNCA
LAUCHI says: (2:25:14 PM)
HUBIERON.
en cuanto a ken, sí, hay que admitir que se sumaba a las filas del Gay parade, pero yo lo quería. además lo veía parecido a John de CHIPS de quien estaba también enamorada.
skate or die. eso dicen.
quizas soy demasiado joven pero alguien se acuerda de Afrodita, la novia de Mazinger Z que de las tetas disparaba misiles???
Joder, la tenía mal nomás... yo y los 10 que me contestaron por acá, jajajaja.
no me acordaba del nombre pero sí de las tetas que disparaban.
mi barbie estuvo de novia con una regla transparente hasta que mi abuela me compró un ken con jopo y traje plateado con faja fucsia. si los tuviera ahora podría jugar a will & grace.
ajajajajjajajajajajajajajjajajajjaa. de una!!!!!
sería el ken mago-emanuel.
el regalo que más recuerdo fueron unos wokitoki de shia y shou que me dieron miedo porque agarraban la banda de frencuencia de la comisaria. nunca los pude volver a usar. "movil 13, de jamón y morrones y dos fainá..a, y una pecsi"
A los 5 yo quería un poni. Me encontre igual que vos revisando la forma de cada paquete y estaba seguro que la caja alta alta que estaba sobre el arbolito era mi poni (vivo, un poni vivo).... hast que en navidad mi hermana lo abrió y era un equipo de musica enorme.
Malisimo.
Peor si esperás un collar de tu esposo, y resulta ser un CD de Joni Mitchell.
(Pobre Emma Thompson en "Love actually").
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