El champagne de anoche como siempre, volvió a desperterrme varias veces con una sed insoportable y después ya no pude volverme a dormir.
Nos habíamos encontrado en la esquina de Armenia y El Salvador, chequeamos ese lugar nuevo y yo decidí ir a la terraza de Lomo. No me gusta demasiado la comida pero la noche estaba linda.
Después de un largo ida vuelta con el vino- yo quería solo una copa de blanco y el una botella de tinto- pidió un champagne (como si eso fuese una negociación favorable para ambos). Cada vez que lo veo tengo esta sensación de que tiene una necesidad imperiosa de emborracharme, cosa que no sucede si yo no quiero, como para relajarme, relajarse y decirme algo a lo que nunca se anima. Esta vez ya fue demasiado lejos, la insistencia al menos. Tomé mis dos copas de rigor que se empecinó en llenar cada vez que bajaban unos meros milímetros y a mirarme embobado.
Yo mire la situación desde otra mesa. Yo me vi ahí sentada en esa mesa, lo vi a él y la situación toda parecía una aburridísima repetición de algo visto ya mil veces. Soy educada, divertida, trato de actuar relajada y esquivo con destreza cada miradita de amor sin entender demasiado porqué insiste en ese camino cuando doy todas las señales de que es el equivocado. No vayas para allá nene. No hay chance. Lo dice mi charla, lo dicen mis miradas esquivas, lo dice mi cuerpo; ni un beso, no te puedo dar ni un beso. Y no puedo entender que en un año lo entiendas. Esta es la última oportunidad que te doy para que lo entiendas. Yo también lo tuve que entender un millón de veces.
Lo loco de todo esto es que nunca hubo un avance físico pero anoche una declaración tirada sobre la mesa de ”I just want to kiss your beautiful nose". Que alguien me pregunte cuál era mi fantasía más distante en ese momento, casi mi pesadilla. Exacto, un beso en la naríz.
Nada más lejos de mis deseos. Me ocupé de prender un cigarrillo y la dejé caer en la mesa. No pensaba ni levantarla ni hacerme cargo.
- Me siento y me veo como una hija de puta, boluda, le dije a V esta mañana. El pibe no la ve ni cuadrada…
- Mientras no hayas hecho una grasada.
Pienso que tengo que ser más clara, mucho más de lo que fueron conmigo. Esto yo no lo puedo manejar. Puedo manejar a un tipo que me mire las tetas y me quiera cojer durante toda una comida, que a mi no me guste y seguir como si nada. Pero las miraditas enamoradas cuando no corresponden me violentan, hasta me parecen agresivas. Cuando yo estuve ahí, donde está sentado él y claramente no estaba correspondido, me encargué de A) disimularlo un tiempo hasta que se me pasaba, y siempre se pasó.
B) retirarme amablemente de la escena por cuidado.
Anoche quería sexo y me querían dar un amor así medio meloso y tuerto; ese repleto de frases del tipo “I will never understand how it is men are not jumping all over you. It’s unbelievable to me you are on your own”. Por suerte recapacitó y la única frase célebre de la noche fue “I am getting to the conclusion you must have serious issues”.
Serios, pensé. Pero no enamorarme de vos no es uno de ellos.
Anoche quería sexo y me querían dar un amor meloso y tuerto. Siempre me pasa al revés.