29db under por 7 con noventa
No hay nada peor que te critiquen algo de los que vos ya tenías en mente desprenderte. Como que te recalquen todos los defectos de un novio cuando estás meditando dejarlo.
Se acerca a mi viejita Mac y apuntándola con un dedo dice que la blanquita ya no va, que la blanquita no.
-Ya sé, ya sé pero no me lo digas así.
Publicitario atrevido, pienso. Todos unos snobs de las máquinas.
Y de otras cosas. Después se disculpa. Conozco la especie.
Hablamos de mi mudanza. Todavía no tengo incorporado el desprendimiento con el chateau, ni arrancado está. Me concentro en todo lo malo. Espacio. Ruidos. Me freno ahí. A la noche siguiente camino hasta Farmacity solamente para comprar los plugs naranjas para los oídos. Reducen 29 decibeles. No sé exactamente cuánto es eso pero es lo que dice la caja y han probado su efectividad. Sólo sé que las voces de afuera dejan de llegar, los pasos pesados sobre las escaleras de metal se van, los alaridos de la vecina en italiano desaparecen, la manguereada antes de que salga el sol se esfuma y yo en un mundo filtrado hasta las 11.30 de la mañana. Todo lo terrible del mundo, 29 decibeles por debajo.
Se acerca a mi viejita Mac y apuntándola con un dedo dice que la blanquita ya no va, que la blanquita no.
-Ya sé, ya sé pero no me lo digas así.
Publicitario atrevido, pienso. Todos unos snobs de las máquinas.
Y de otras cosas. Después se disculpa. Conozco la especie.
Hablamos de mi mudanza. Todavía no tengo incorporado el desprendimiento con el chateau, ni arrancado está. Me concentro en todo lo malo. Espacio. Ruidos. Me freno ahí. A la noche siguiente camino hasta Farmacity solamente para comprar los plugs naranjas para los oídos. Reducen 29 decibeles. No sé exactamente cuánto es eso pero es lo que dice la caja y han probado su efectividad. Sólo sé que las voces de afuera dejan de llegar, los pasos pesados sobre las escaleras de metal se van, los alaridos de la vecina en italiano desaparecen, la manguereada antes de que salga el sol se esfuma y yo en un mundo filtrado hasta las 11.30 de la mañana. Todo lo terrible del mundo, 29 decibeles por debajo.
3 Comments:
Yo quiero unos pero... ¿escuchás el despertador? Temo no despertar nunca más.
Besos!
En pleno ejercicio? ni lo dudamos ;)
Venga a verme a la casa amarilla, la virtual :P
http://and-what-about-rochies-life.blogspot.com/
Mis naranjas del Farmacity deben filtrar menos. Me ahorran las voces de más allá, pero escucho los zapateos de los de arriba!
Y sí, el despertador se escucha. Pero no sé si es porque en general los taponcitos amanecen lejos de mis oídos.
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