Tuesday, January 30, 2007

Esto es un quilombo


Yo trabajaba con una chica canadiense-Québécois en realidad-que se llamaba Louise. Louise había aprendido perfectamente español y lo hablaba con un leve tono francés que la hacía encantadora. Sobre todo cuando decía a la dueña de la empresa en la que trabajábamos “Esto es todo un quilombó”así bien acentuado en la o final. Yo la codeaba y le decía que quilombo de repente era un poco fuerte pero ella replicaba que C’est un bordel estaba más que aceptado y que la dueña del lugar no tenía porqué ofenderse. Louise tenía razón.
En mi afán de convertir mi propia casa en un burdel, el sábado compré un sinfin de tiritas de caireles en el Tigre que forman una suerte de cortina que pienso colgar de mi escalera. Nunca tomé las medidas porque no es algo que yo haga eso de ser organizada, previsora, calculadora. Más bien todo lo contrario: compulsiva, arrebatada y lanzada. Cuando las probé, las cortinas quedaban cortinas. Entonces hoy fui y las reforcé con 10 tiritas extras en color rubí perlado que van a hacer las delicias mías y de mis invitados. Porque pienso bajar las escaleras despacito, despacito y si me descuido me compro unas pantuflitas con plumas, me bautizo Satine y empiezo a fumar en boquilla.

Monday, January 29, 2007

Patience is the mother of all virtues. And I, her only child

Y cuando me pongo muy pero muy neurótica, como esta mañana en la que tuve a los dos progenitores hablándome intermitentemente al oído como dos loros barranqueros (uno parado en cada hombro) es que pierdo la paciencia y el tiempo. Entonces me pongo a hacer cosas inútiles entre la vorágine laboral como pintarme las uñas de rojo furioso en plena oficina y claro, con el cablerío del mouse, el teléfono, los presupuestos que tengo que manosear entre la parva de papeles que es mi escritorio, el esmalte se corre irremediablmente y grito:
-La concha de la lora y la re putísima madre que los recontra parió, carajo.
K sonríe a mis espaldas (porque le escucho la sonrisa en la voz) y dice:
-Te están volviendo loca nena, no?
-Mirá, hay momentos como este en los que el esmalte corrido me preocupa bastante más que el Parkinson de mi viejo. Te lo juro…

Thursday, January 25, 2007

Polaquita puta y rubias importadas

Hay días en los que la lluvia me empuja a tomarme un taxi y hay otros días en los que me obliga el sol. Hoy fue la lluvia y hoy me pregunto si no son mejores un par de gotas sobre el flequillo que pavadas en los oídos.
-Tenés cara de extranjera…¿sos de acá?
Otro más, pienso. ¿Desde cuándo todas las rubias son importadas? Y me acuerdo del que me preguntó si era finlandesa mientras me escuchaba hablar un perfecto porteño, tilingo pero porteño al fin.
-Sí, soy de acá. Abuelos polacos de un lado, italianos y españoles del otro, pero yo argentina.
Miro por la ventana con mirada perdida como si Araoz fuera el Atlántico y pocas ganas de perpetuar un intercambio que ya me huelo va por mal camino. Llueve, es temprano, no había leche en la heladera, no tengo cafeína en sangre, no jodamos.
-Uy, sabés que es conocido el dato que las polacas que llegaron a principio de siglo eran famosas, parece que había muchas que venían acá a laburar de putas…mirá vos la polaquita…
Pienso en mi abuela María y hago cuentas, me imagino escenarios varios, burdeles en la Boca y mi madre una suerte de Brooke Shields en Pretty Baby. Llueve, es temprano, no había leche en la heladera, no tengo cafeína en sangre, no jodamos.
-Araoz, Santa Fe, Santa Fe 9 de Julio, 9 de Julio Paraguay, Paraguay Maipú, en la esquina de Córdoba me bajo.
No vaya a ser que si seguimos de charla terminemos en la concha de mi abuela.

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Tuesday, January 23, 2007

The Cloisters

Ella tenía todo preparado, la cifra la abrumaba un poco y se ve que quiso tomar todas las decisiones a sus 70. Para su cuempleaños suelo elegir yo algún lugar por acá por el centro y tenía pensado Empire, en realidad porque andaba tentada de esos langostinos con leche de coco y un vinito blanco helado de mediodía. Pero ella dijo:
-Reservé en El Claustro, a la una en punto. Te busco y vamos…
Llegó enfundada en un vestidito negro muy Jackie, unos anteojos oscuros (muy Jackie O también), su pelo rubio con corte a la garçon como hace mil años y sandalias altas. Los mismos pies, exactos. Siempre me llama la atención. Se los conozco de memoria, de verlos flotando en la pileta de chica, de verlos adentro de zapatos impecables o saliendo del costado de la bañadera mientras leía. Los míos son iguales, 34 años más jóvenes.
Sin saberlo yo me puse un vestido negro casi igual al de ella (pero con un pantalón blanco abajo) y sandalias altas también. Caminamos haciendo ruido con nuestros tacos por los pasillos blancos del claustro de Santa Catalina, acá a unas cuadras sobre Viamonte y San Martín. Festejamos su cumpleaños con regalos poco sobrios. El ascetismo solo en las paredes, algunas imágenes. Ni en la cuenta ni en el gigot de cordero. Nostras distamos de ser dos carmelitas descalzas.

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Monday, January 22, 2007

Mariposa y pecho

Ayer flotamos horas en el agua y nadamos (¿fueron 300 metros?) hasta la balsa y ahí flotando con las patas colgando (pero no mucho porque yo ante todo les temo a Nessie, Nahuelito y los escualos, aún en una laguna cerrada de agua dulce en pleno Tigre). A la distancia veo un torso conocido pegando brazadas de surfer arriba de una tabla. Le grito, me mira, nos reconoce, llama a un amigo. Los cinco nos agarramos de su tabla en el medio de la nada y charlamos como media hora agarrados, como si estuviésemos en un bar pero lejos lejos de la costa.
Yo después nadé a buen ritmo y el me siguió en la tabla como en esos cruces de algún canal.
-¿Che, vos decís que hay tortugas, rayas y esas cosas acá?
El fondo está muy, muy abajo y si bien el agua es totalmente transparente yo prefiero ni mirar. Brazadas y avanzar, patadita para distraer a los peces y avanzar, siempre avanzar.
-No nena, como mucho mojarritas, alguna tararira.
Tararira sonó horrible, sonó grande.
Nos tiramos en el pasto a recuperar aliento y hablamos y hablamos y hablamos como solo los treintañeros en midlife crisis pueden hacerlo. Separado, soltera, separada, separada, soltera, casado. Separarse, los chicos, estar bien, la rutina, coger, el aburrimiento, lo que duele, remarla, seguir adelante, clavarse con un psicótico, escoba nueva barre bien, mal sexo, geriátricos, envejecer y mirá estas pantallas de seda en el catálogo de Falabella a $39-. A veces la intensidad me cansa más que 300 metros de mariposa.

Friday, January 19, 2007

Dora la tosedora



Hace días ya que vengo con esta tos así entre real y neuro o debería decir histérica. Hay un momento de la noche en el que me agarra así como un ataque tan fuerte que me despierta y no se para con nada y te terminan doliendo los abdominales y el pecho y te tenés que sentar y para cuando te diste cuenta estás fresca como una lechuga y son las 6 de la mañana y no te duerme nadie.
Estaba esta joven paciente de Freud, Dora, que sufría de varios síntomas: depresión, episodios de desmayos, fobia social y dos que preocupaban a Freud especialmente, su dyspnoea (una dificultad para respirar combinada con ataques de tos en los que casi se ahogaba) y afonía o pérdida de la voz. Dorita tenía temitas con su papi. Freud sacó sus clásicas conclusiones, un desplazamiento de la región genital a la boca y la garganta en el que transformaba su placer en displacer: Teta, concha, pija, paja y el castigo consecuente. Y yo que se la remo a muerte Dr.Ziggy.
Muy al estilo Dora, mis ataques de tos nocturnos me llevan a la asfixia. La otra noche había tenido una noche de excesos y me llevé el ultimo vaso de wiskola a la cama pero se ve que no me lo terminé. Cuando vino el ataque me limité a manotear la mesa de luz y clavarme a las 6am un fondo blanco de wiskola que no registré hasta el aftertaste y entonces me veo mutar de histérica conocida a alcohólica anónima.
Dora tiene sueños, sueños en los que protege su “alhajero”(conchita) de un incendio a pedido de su padre. (Freud llega a las mismas conclusiones de teta, concha, pija , paja).
Yo sueño que me bato a duelo con mi madrastra y su abogada lesbiana por los bienes perdidos de mi padre y después tengo el mejor sexo de mi vida con Jeff Goldblum en su estadío antes de la mosca y me pregunto:
-¿Será grave, doctor Sigmund?

Wednesday, January 17, 2007

Office Stripping


V camina por la oficina, me pregunta si hay gente a la vista porque está la puerta abierta y cuando le digo que no, se saca la remera que tenía puesta al revés, se queda en corpiño y se la vuelve a poner en una maniobra mientras seguimos hablando del pedido del cliente.
El otro día yo salí del baño con los jeans en la mano dispuesta a cambiármelos por unos panatalones blancos que había dejado y circulé en bombacha hasta que me cambié (también en plena oficina).
A veces estar tanto entre mujeres hace que una pierda ciertos buenos modales, como no andar en pelotas en horas de trabajo.
En el colegio, yo tenía la costumbre de apoyar los pies en el barral que pasaba abajo de la silla de la que se sentaba al lado, medio así despatarrada y de piernas abiertas. Muchas se sentaban así. Lo hacíamos probalmente desde primer grado, desde que usábamos los blummers azules inflados abajo de las kilts. Pero pasada cierta edad habíamos dejado de usar los blummers abajo de la pollerita escosesa (porque abultaban) y en algún momento nos llamaron la atención acerca de nuestra de manera de sentarnos y exhibirnos. Young ladies, please! Creo que miramos medio extrañadas. Algo habíamos registrado considerando que andábamos con tetas y corpiño y y todas esas cosas pero nunca que esto implicaba que había que adquirir un nuevo comportamiento a la hora de llevar el cuerpo. Con varones cerca la cosa hubiese sido dsitinta. Con varones cerca la cosa siempre es distinta.

Tuesday, January 16, 2007

The Parkinson´s Journal (uncensored)

Todo indica, que dados mis síntomas, me convertiré en una experta en el tema. Preguntando despacio, me voy enterando. "I am all for informed choices", dejando que los médicos trabajen tranquilos, por supuesto, pero nada de ocultar información.
El espera quietito (no fue la elección de palabra más correcta, quietito en su silla con la mano izquierda que tiembla incontrolablemente) y yo entro. Block en mano, hago todas las preguntas indicadas y me dan todas las respuestas que quiero saber, aunque no particularmente escuchar.
-¿Progresivo?
-Sí.
¿Cura?
-No.
-¿Deterioros motrices?
-Seguramente.
-¿Deteriores cognitivos?
-Pueden haberlos, no necesariamente.
-¿Puede vivir solo?
-Se irá viendo…
-¿Depresión?
-En la mayoría de los casos.
-¿Atención psiquiátrica?
-Muy aconsejable.
-¿Drogas a probar?
-Levodopa.
-¿Garantías?
-Nunca.
The truth will set you free, dicen. El me dice que quiere saber en qué termina todo esto.
-¿La vida?, le pregunto. Me parece que bastante parecido para todos.
-No, este tema mío.
Si hablamos del tema mío me parece que no vamos a poder muy bien con él, pienso, mínimamente arranquemos por lo símbolico, lo discursivo. Pero no. Fue mejor idea hablar de Michael J.Fox, el pibito de Back to the Future, la de Zemeckis ¿te acordás?

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Llámame patrás

-Te llamo patrás, le digo.
-¿Qué?
-Que I´ll call you back later, Ma. I´m in a meeting right now...
Mother está en La Cumbre, se fue unos días. Con todo esto de Toti, la extraño un poco (a ella y a los cinco hermanos que no tuve que estarían de lo más cooperativos con el asunto) pero se las arregla para mandarme mensajes de texto bastante mal redactados y besos por todos lados. A veces me doy cuenta que tengo con mi madre una excelente relación telefónica. Creo que hablamos de los grandes temas mucho mejor por teléfono, que personalmente. Creo que personalmente nos irritamos un poco, en realidad me irrita ella a mí, con detalles tontos como sus saltos de tema, la forma en la que a veces se saca el esmalte de color de una uña con otra, si la agarro observándome en exceso cuando le cuento algo y le da por acomodarme el flequillo o sacarme algún hilito suelto de la ropa. Claro, mi segundo nombre es tolerancia cero.
Pero por teléfono somos todo amor, ni un sí ni un no, la contención total, la armonía más impecable, la paciencia absoluta, dos neuróticas divinas en sintonía celular.

Monday, January 15, 2007

Fabulous

Supongo que pasada cierta edad uno deja de contar ovejitas-ahora que lo pienso no se si alguna vez lo hice-y recurre a otros métodos para conciliar el sueño. Algunos lo hacen con un 0.25, un 0.50. Yo tengo un método propio.
Soy una mina fantasiosa, con una imaginación florida, digamos. Sigo actuando frente al espejo, invento conversaciones mentales cuando camino por la calle, juego a que soy la protagonista de alguna buena película y me imagino cómo me toma la cámara mientras camino.
Cuando me voy a dormir, me armo unos mini cortos de contenidos variados que van de lo puramente romántico, a lo sexual con algunos ingredientes así de adrenalina, otros de éxitos laborales increíbles y después de vuelta a los románticos y esos. Los escenarios son varios. El cásico: ese encuentro que tengo con Hank Azaria en una calle de New York en el que el casi me atropella con su auto y no me pasa nada en realidad pero como todos los yanquis son tan perseguidos del lawsuit me lleva al hospital y terminamos hablando y al rato paf! salto y estamos perdidamente enamorados (no le doy demasiado tiempo a la evolución de la historia, porque no lo hay, de hecho la lucho un rato para no dormirme). Pero no pasa nada, caminamos por la calle de la mano, nos damos besos por ahí y pospongo el momento hasta una cogida perfecta. Aunque la mayoría de las veces me duermo antes. Después está la de Adrien Brody al que conozco en Nobu, en Londres y después me sube a un avión y me lleva de sorpresa a recorrer Polonia y el pueblo de mis abuelos. Esa la tenía después de El Pianista y duró varios meses hasta que se complicaba con el laburo de él allá y yo acá arrancando con mi Pymes y los viajes y el tiempo separados y en fin, la abandoné. La del discurso del Oscar está buena pero se me acabaron lo speeches con onda y las posibilidades de vestuario. Otras veces es más fácil recrear un rato el beso del otro día y dormirme tranquila.
Y la otra tarde, despierta en plena vigilia, haciendo la cola del Pago Fácil que queda en la casa de lotería sobre Córdoba, fantaseé con el Gordo de Reyes y en la calculadora del celular hice las cuentas. 70 lucas para un depto para Toti, comprarme el departamento de al lado. tirar la pared y agrandar el living y dos cuartos arriba. La misma pileta, los mismos vecinos y techos en bovedilla, la verdulería de los bolivianos de la vuelta. Después un Golf, polara ponele, para rajar los fines de semana, un auto nueva para mamá, Buenos Aires Londres, Londres-Paris, Paris. Dehli y ahí en tren a …
-Disculpame, te toca.
La chica me señala el lugar en la fila que se acaba de desocupar en el Pago Fácil en la casa de lotería, esa sobre Córdoba y hace calor y me puse unas sandalias incomodísimas y si no me apuro me cierran también el banco y se pudre todo.

Friday, January 12, 2007

Deformaciones profesionales y nuevas tecnologías


Yo hago varias cosas ni bien me subo sola a un ascensor. La primera es acercarme bien al espejo, hacer trompita para verificar el estado del lipgloss y probablemente paso seguido, acomodarme las lolas y verificar que no asome la tirita del corpiño. Frente y pérfil como en una toma de arresto reciente. Claro, esto siempre que verifique que no haya cámaras en el edificio si una quiere evitar los aplausos o los tomates por parte del público de seguridad cuando se llega a la planta baja. Los tiempos en lo que se podia hacer de todo en un ascensor ya son cosa del pasado.
Yo siempre chequeo la presencia de cámaras…salvo esta mañana.

Thursday, January 11, 2007

Rutinas

Una rutina que de de no ser porque no, yo diría que sí, que es medio obsesiva compulsiva. Entro a casa y no pueden pasar dos segundos que me tengo que sacar las sandalias-las pateo irrespetuosamente- y unos segundos más y se va la parte de abajo de lo que sea que tenga puesto ese día. Después abro la heladera, tomo agua, esquivo las prendas tiradas en el piso (jamás se me ocurriría levantarlas en esta instancia) y con la botella de agua en una mano y levantando los mensajes del teléfono con la otra, me las arreglo para prender el botón de encendido de la Mac que está al costado y me quedo esperando unos segundos hasta que haga el ruidito habitual de arranque y veo la ruedita en la pantalla.
Anoche llegué tarde pero igualmente repetí la rutina tal cual. Después subí a mi cuarto y me colgué demasiado con una película (francesa asumo, estaba Juliette Binoche) de esas historias de amor en plena guerra. Acá caigo mortalmente en el cliché y nada me puede gustar más que esos protagonistas que se tienen ganas por casi toda la película y se rozan y se miran y posponen hasta lo insostenible. Ese longing (de nuevo, quiero una palabra para longing). Así me gustan las historias y finalmente los besos y la urgencia, la urgencia.
Y después porque a Cablevisión se le ocurrió cambiar todo de lugar, me quedo por minutos tratando de descubrir si se trata de Venus y entrever algo en una pantalla que se mueve como un agua viva y donde la gente es verde y deformada. Opto por dormirme.

Tuesday, January 09, 2007

A panty a day...


Había unas bombachitas (así en diminutivo porque en esa época yo era chiquita) que me había comprado mamá en Bloomingdale’s. Atrás decían Bloomies y en la parte delantera cada día de la semana. Como todo en el gran imperio yanki, venían también en un sixpack (que tiene bastante coherencia en las Budlight) con Monday, Tuesday, Wednesday, Thursday, Friday, Saturday pero Sunday quedaba afuera. Yo no soy una mina tremendamente obsesiva pero eso me molestaba y también si no combinaba el día con la bombacha. Friday no está, Friday no está en mi cajón!!!!!! Maaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Hoy mis bombachas no tienen día, tienen cartelitos invisibles que dicen: Para todos los días, No se marca con pantalón blanco, Con elástico suelto para que no te apriete cuando te viene, Deberías tirarme urgentemente y después todo un set en el cajón del medio de mi mueble, que lleva un GUERRA así bien grande y en mayúscula. Hay notitas aclaratorias en los carteles: GUERRA naïve, GUERRA mal y GUERRA perdí el norte, I'm a slut pero me la banco...

* No son las de la foto, las mías eran blancas y con el día de la semana en el frente.

Sunday, January 07, 2007

Ya lo decía Galan, lo importante es el techo propio


Hay unos primos franceses, que viven en Francia, claro. Hace treinta y pico de años me mandaron un vestidito (también francés) simplemente perfecto, que usé hasta el hartazgo y cuando no lo tenía puesto, entornaba la puerta de mi placard y lo espiaba desde la cama. Mirarlo era suficiente,
La otra tarde llega un mail del primo René. En realidad es primo de mi madre y yo nunca llegué a conocerlo. ¿El último regalo? Parece que un Viejo Castillo -al que se le estaban volando las tejas- necesitaba reparación. Y los franceses, respetuosos, tacaños y solidarios, decidieron vender las viejas tejas y reemplazarlas por nuevas, pero con un detalle: todo aquel que se comparaba una de las tejas viejas recibía a cambio una nueva con su nombre grabado, que se colocaba en el techo del castillo. Todos los miembros de la familia, aparentemente colaboraron con la tarea y se ganaron una teja con etiqueta.
La cuestión es que en el chateau de Vaux le Vicomte ahora hay dos tejas con el nombre de mi madre y el mío, junto a la palabra Argentine.

Aquí el mail del Cousin René.
J'ai le plaisir de t'apprendre que j'ai a ton attention une tuile, ou plus exactement une ardoise (année 1875) provenant du château de Vaux le Vicomte .
J'explique: depuis quelques mois la toiture du château est en réfection et il m'a été
possible d'acquérir des anciennes ardoises avec la possibilité de faire graver quelque chose sur l'ardoise neuve installée en remplacement. En qui te concerne j'ai fait graver :
Elena et Charlotte (con apellidos y todo), Argentine.

Dans la famille tout le monde a eu droit a cet égard .

Je te quitte en t'embrassant bien fort .
René.

Thursday, January 04, 2007

Cliba

El barrendero de verde en Esmeralda y Perón barre un popurrí aguachento de basura y un líquido amarronado con movimientos precisos, al costado del cordón. Barre, barre, barre y durante mi espera lo veo llegar hasta Bartolomé MItre y me pregunto si va a llegar hasta Avenida de Mayo o va a pegar la vuelta en la esquina. Y también me pregunto hasta cuándo puede seguir empujando la basura que se acumula sin levantarla. Porque en algún momento hay que levatarla, levantarla y meter toda la mierda en algún lugar. No puede seguir barriendo hasta San Telmo. ¿O pretende llegar al río y empujarla al agua? Cuadras y cuadras de colillas, latitas de coca, boletos ensopados, pedazos de comida...
Creo que sigo barriendo y ando buscando una esquina para deshacerme de todo. Se que en algún momento tengo que parar de barrer y me asusta pensar que en algún lado entre Esmeralda y el Río se me perdió el sentido del humor.

Tuesday, January 02, 2007

The Freaking Mermaid


A veces esconderte abajo del agua suponiendo que podés rajar de todo está bien. Pero tarde o temprano tenés que subir a respirar. Ahí es cuando ves el transatlántico que se te viene de frente mientras vos andabas abajo sorda y entre corales haciendo como sí.
Ahora es el momento de probar que además de una exhimia nadadora también me la banco afuera. Busco todas mi intuiciones. Están en un cajón que abrí y cerré tantas veces que se mezclaron con todos los miedos y ahora no se cuál sirve y cuál no. Como las pilas gastadas que no puedo reconocer y termino probando una por una para ver si prenden la lamparita. Lo voy a volver a cerrar. De repente mañana con más luz y menos agua las reconozco.

Monday, January 01, 2007

Abajo del agua, nada

No me gusta el carril de la Panamericana pegado al guarda rail en sentido Capital, Pilar. Me da la sensación que es para autos que van a 200km. No me estresa igual en sentido contrario. La vuelta no me da miedo. Me concentro en los mensajes de mi celular, los contesto y evito mirar el velocímetro o la ruta. Estoy miedosa en estos días. Preferiría ir yo al volante, pero no. Copiloteo desde atrás, con mi bombachita rosa y me propongo firmemente dar el primer paso con el pie derecho. Me pregunto si a las 12 la cabeza me va a funcionar lo suficiente como para acordarme.
Envidio al Labrador negro que no hace otra cosa que traerme la pelota (a veces trae dos) y esperar a que se la tire al medio de la pileta. Pega un salto, nada, la recupera y la me la trae o a cualquiera que esté atento. Se repite la escena una y otra vez mientras pasan las horas. El tipo no tiene otra preocupación que recuperar la pelota de tenis gastada y babosa, el no tiene padre con Parkinson al borde de ser abandonado por su mujer. A lo único que le tiene miedo es a los fuegos artificiales que revientan por el aire pesado pasadas las doce pero si uno le tira la pelota, retoma incansable el juego. Van cinco horas de lo mismo. Cuando era chica yo les tenía pánico a los truenos y a los perros.
Los chicos corren por el jardín demasiado cerca de la pileta y el jacuzzi gigante que casi no tiene borde. Ni energías para frenarlos. Acá, una música electrónica ensordecedora y los de la casa de al lado, optaron por Paco de Lucía. No se puede respirar bien. Uno de los chicos se acerca con una botella enorme de Villavicencio que ilumina con una linterna desde abajo. Se acerca a mostrarme. Se acercan todos con sus botellas y sus linternas.
-Juntamos arañas y las metemos en las botellas. ¿Querés ver cómo duermen arriba del agua las arañas?
Salgo corriendo. Esto no puedo estar pasando. Arañas atrapadas que se mueven histéricamente adentro del plástico con ocho patas gigantes que logaran apoyarse sobre el agua sin hundirse. El morbo me gana. Accedo a mirarlas haciéndoles jurar que no las mueven mientras miro. Deben andar por todos lados, pienso.
Darle la vuelta a la llave de entrada es un alivio. Mi casa está caliente. Las sábanas de algodón ayudan con un poco de frío contra el cuerpo. (¿Ya dije que tengo una obsesión con el 100% de algodón?) Pienso en meterme en la pileta a esta hora de la noche, de la mañana. Estoy demsiado cansada y me espera un día flotando si es lo que tengo ganas. Nado mucho abajo del agua. Nado bien. Abajo del agua los sonidos se distorsionan y todo está más tranquilo. Nado. Abajo del agua no pasa nada.