Thursday, April 28, 2011

In The Shell

Hay temas, seguramente discos enteros, que sólo pueden remitirte a un lugar, un día una noche, una hora, una situación y nunca más a ninguna otra cosa aunque los vuelvas a escuchar mil veces.
De casualidad mi playlist termina y iTunes me pasea por Dead Can Dance, específicamente The Serpent´s Egg (el disco) y es una noche en verano, en la terraza de ese PH que alquilaba A en el bajo de Belgrano. Éramos chicas, fumábamos en cadena, prendíamos fuegos en la terraza, escuchábamos Dead Can Dance y arreglábamos si no el mundo, al menos nuestras para nada unventful lives.
Horas.
Hablando y hablando alrededor del fuego mirando la luna en una casa con telas indias que colgaban desde el techo y en los rincones, olor a incienso y una terraza llena de plantas que hasta tenía una bañadera antigua con patas para refrescarse en verano a la luz de las estrellas.
Eso, Dead Can Dance en el Bajo de Belgrano.
Y después, me acuerdo de la tapa del disco. Cada vez que la miro me vuelve esa edición de Julius Caesar (con notas como la mayoría de los anotated versions de Shakespeare) de tapa verde musgo que nos entregaron a principio de año y en la que obviamente había subrayado eso de Brutus diciendo:
And therefore think him as a serpent’s egg—
Which, hatched, would as his kind grow mischievous—
And kill him in the shell.
In the shell. Julio César apuñalado, Beware the Ides of March, Dead Can Dance, fuego, luna, Belgrano, Shakespeare, olor a incienso… Una cadena más o menos así.
Presa en recuerdos teledirigidos.

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Give me an A

Blackberry número 3.
Después de haber sobrevivido casi 3 días sin letra A, finalmente recupero una vocal que no parecía tan fundamental hasta que escribís cosas como pj por paja, llmme para que alguien te llame y optás por el quelle heure para que alguien te confirme el horario del evento. Triste.
La mayoría de los mensajes que volvían eran del tipo: no te entiendo nada, ¿estás bien? ¿qué te pasa? y uno que me sugirió abandonar las bebidas blancas.
Listo. Tengo mi A.

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Monday, April 25, 2011

Canto para ir cambiando el mood



Y si no anda, se escucha acá:


http://www.goear.com/listen/f9727ec/dance-me-to-the-end-of-love-ii-


Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic 'til I'm gathered safely in
Lift me like an olive branch and be my homeward dove
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Oh let me see your beauty when the witnesses are gone
Let me feel you moving like they do in Babylon
Show me slowly what I only know the limits of
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love

Y así. Aunque me gusta más la versión de Leonard Cohen.

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Sunday, April 24, 2011

93

Habría que entrenar a la gente para que entienda que los llamados telefónicos que empiezan con “no te asustes pero…” fallan en su propósito el 100 % de las veces y no hacen otra cosa que asustarte y mucho más rápido que cualquier otra explicación.
Padre, desmayo, ambulancia. Nada grave a los 40, a los casi 80 el tono cambia pero tampoco. Me tomo todo con una extraordinaria calma, casi como si hubiese mandando un yo de reemplazo muchísimo más capacitado paro hacer las cosas que yo. Pero no, soy yo, como en cámara lenta y tranquilísima.
Terminamos bajando por Tagle y caminando hasta la Biblioteca Nacional. Me dice que la obra de Clorindo Testa le parece un bodoque (¿o es bodrio?), que para el caso mucho más lindo es ese edificio francés que está ahí.
-A mí me gusta.
Tampoco sé si"me gusta" pero no "no me gusta", cosa que me parece apropiado resaltar.
A veces cuando tengo días de mierda hago algo como para agravarlos levemente y en vez de volverme en un taxi decido caminar por Las Heras y tomarme un 93 junto a un millón de gente que asumo quiere ir a la Feria del libro.
El chico gay sentado al lado mío además de ser perfectamente lindo me pregunta por Fitzroy y Honduras y le digo que yo le aviso cuando estemos cerca y casi también le pido permiso para apoyarme despacito en su hombro y dormirme hasta llegar.
Que sólo me deje dormir en su hombro y me despierte cuando llegue con un “ya está, todo arreglado, despertate nomás”.

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Thursday, April 21, 2011

Y bueno

Tenía doscientos planes de home improvement que como viene la mano quedarán en la nada. No se puede salir de la cama a las 11 y suponger que un alter ego disciplinado ya habrá ido a Easy, comprado tornillos, tuercas, roscas, rodillos y pintura y vuelto mientras yo me retorcía en las sábanas (de un cuarto levemente frío; también tengo que repensar la calefacción de esta casa).
N pasará por casa, daremos vueltas por Palermo, almorzaremos en algún bar, veremos alguna película y en algún momento los espejos, las mesas, los cajones estarán repitiendo en vocecita inaudible en mi cabeza: colgame, lustrame, ordename, ya pasó el mes ese que te ibas a tomar.
Y yo sorda.

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Wednesday, April 20, 2011

Sueño


Con Patti y Robert y el mes que viene juro que me quiero tomar un trago con Uralita en el Chelsea. Culpa de esa Loli.

Monday, April 18, 2011

Días

En los que la hijez única pesa en los hombros como cargar un piano de cola y llevarlo a peregrinar.
En los que hay que tomar decisiones cuando en realidad te esconderías abajo de una mesa y "que alguien se ocupe".
En los que detestás la genética y te planteás si el huevo o la gallina y no terminás de decidirte y sólo sabés que vos sos pollita y el gallinero es un quilombo de plumas que vuelan.
Que te dejan espiar lo que podrías ser si no cambiás el rumbo.
Como hoy.

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Thursday, April 14, 2011

The Scarlett Letter and witches on fire


Esa vez que fuimos a ver Lo que el viento se llevó fue en uno de esos cines grandes del "centro" en un gran re estreno y no teníamos más de 13. Volvían a mostrar la versión en Technicolor pero con retoques que obviamente no llegué a notar en las casi cuatro horas de película con el intervalo incluido. Nos había llevado la tía soltera de una amiga que vivía sola en un departamento diminuto en pleno centro donde después nos quedamos a dormir. Es posible que la tía soltera tuviese muchísimos años menos de los que tengo yo ahora pero en ese momento me parecía la definición de la cancherez adulta. Ya entonces le envidiaba desde la independencia de ir a trabajar durante el día y llegar a su casa sola para poder hacer exactamente lo que tuviese ganas hasta la kitchenette esa que aparecía cuando corrías la puerta de un ropero.
Durante la película, yo tampoco me quedaba con el bueno de Leslie Howard, no claro, en 4 horas de elecciones románticas equivocadas yo también me enamoraba apasionadamente de Clark Gable.

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Wednesday, April 13, 2011

Nunca supe

Nunca entendí bien eso de “una de cal y una de arena”. En realidad lo que nunca entendí es cuál se supone que es la buena y cuál la mala o si simplemente refiere a la mezcla. Después pienso que la cal te carcome viva así que asumo que es esa.
Lo único que sé es que es un poco así la vida, venís sonriéndote por la calle ocupándote de las frivolidades más impensables y se te cae el tacho de cal encima y en contacto con la mínima humedad (la que sea, hasta de las lágrimas) arde.
Y te quema.

Monday, April 11, 2011

Martu

Estamos sentados en el suelo porque la laptop esta aferrada a un cable y de ahí nos llegan todas las letras y todas las notas y todas las canciones por lo tanto es imposible desenchufarnos y nos amontonamos alrededor: Loli, los dos J, Martu y yo. Los chicos afinan sus guitarras y Loli con cara de oído absoluto real les va marcando el camino. ¿Estamos? Estamos. Vamos eligiendo temas y el generation gap desaparece por completo. Elegimos a Patti Smith. Cantamos Because the night belongs to lovers, because the night belongs to us y como tengo frío me envuelvo en una manta de Barbie que antes pregunto si no pertenece a la gata que anda por ahí llorando miseria hasta que tratás de prestarle atención y se ofende y se aleja.
La única voz que escucho cerca y puedo identificar entre todas es la de Martu cantando al lado mío; creo que llegamos a las mismas notas y cada tanto cruzamos miradas. En un momento la veo mirar la escena desde afuera y acercarse a mi oído.
-Somos tan hippies.
Lo dice como resignada, con completa aceptación y no demasiada queja. Somos tan hippies. Me hace retorcer de risa. Adoro a la hija de mi amiga que un rato antes en la mesa me dice que "yo quiero tu vida, todos tus programas".
-No te creas Martu, no te creas.
Hay un tema que no sale tan bien, ya no me acuerdo cuál es (porque American Pie estuvo bien) pero hay algo son los re sostenido a lo que no le presto atención. Para ese entonces ya tenemos formado un subconjunto de comentarios al margen y ahí vuelve a mirarme y sentenciar:
-Porque claro, si te quedás callada y escuchás el producto te das cuenta que es una gran porquería, el producto
Y envuelve “el producto” con dos manos como si fuese una esfera. Y vuelvo a retorcerme.
Cuando la conocí, primero la conocí por escrito, en un post que hablaba de las primeras sensaciones de su madre cuando la tuvo encima minúscula, plumita por primera vez y creo que me emocioné. Después la vi en fotos con rulos dorados o saltando a una pileta con un rayo de sol que hacía un efecto rarísimo como de otro planeta. Después la conocí personalmente y un día le regalé una alcancía de un chanchito celeste. Hoy es enorme o tal vez no tanto y sólo engañan sus patas largas y la acidez de los comentarios. "La Burli", que leía diminuta libros completos durante toda una noche, la que nos cree hippies y pide que cantemos una de The Doors.

Thursday, April 07, 2011

Hamsters in the mist



Hago estas cosas y no entiendo por qué las hago.
Comida en casa de amigos. Los hijos de los dueños de casa tiene un Hamster(Chicho) como mascota. Chicho duerme apacible en su jaula en plena Recoleta y mientras se la espío me doy cuenta que tiene varias comodidades más que mi PH. Si la casa de Chicho apareciese en Zonaprop se diría que tiene amenities. A saber: cuevita hecha de pedacitos de madera en la que se escurre a dormir, ruedita (ya existente en los 70 porque mi propio Mickey Ham tenía una, la misma en la que murió de un bobazo y apareció duro una mañana), aserrín a granel, puentecito, cascabel colgante, bebeder con dispenser, segundo piso balconeando al amplio living comedor con inagotable stock de semillas de girasol.
Siento una urgente necesidad de tocar a Chicho y admito que me hace sentir sumamente jóven esto de querer tocar un ratón cuando la mayoría de las mujeres huirían despavoridas. En algún lugar me coloca del lado de la niñez. Eso. Soy una níña. Como tal meto la mano en el penthouse de Chicho y lo dejo que me huela. Soy también Diane Fossey haciendo su primer contacto con los gorillas. Tengo horas de Nat Geo que me corren por la sangre. Mi socia me mira. Chicho huele con esa nariz nerviosa que sólo tienen los hamsters y los conejos. Asumo que Chicho hizo su reconocimiento y estamos listos para un contacto más carnal. Siento de nuevo urgente necesidad de hacerle upa. Lo agarro con el cuidado que agarrarías un chipacito caliente y peludo confiada que Chicho será como los caballos que perciben inmediatamente el ajuste de las piernas del jinete y obedecen a los tacos contra los costados o bien optan por tirarte si te sienten inseguro. También soy Cesar Millán el encantador d eperros. Chicho va a olfatear que soy del palo de NatGeo. Estoy segura.
Pues no.
Chicho pega tarascón mala onda y queda colgando de mi dedo índice con las mandíbulas más trabadas que la orca Shamu en el Miami Sea Acquarium. Pierdo todo mi espíritu conservacionista y pretendo deshacerme de la mordida feroz de Chicho sacudiendo la mano como tratando de bajarle la temperatura a un termómetro cuando estás volando de fiebre.
Bueno, lo único que vuela es Chicho.
Por suerte tengo testigos incrédulos porque parecería que miento si digo que hicho ataerrizó en un bowl de papas Lays en la otra punta de la mesada. Fue de ahí de donde lo rescaté, sumido en un "debris" de papas volteadas, rotas, que le tapaban el cuerpo. Agarré un manojo al azar que incluía a Chicho y lo devolví a su jaula junto a unas pocas papas. Espero no le hagan mal, pensé. De lo demás parecía ileso salvo que se metió en su cuevita y no salió por un rato.
Cuando me fui, Chicho estaba aferrado a su bebedero como si no hubiera mañana y afuera, había una niebla tremenda.

Birthday Love



Entre todos los saludos, también este de Peri,la hacedora de los más lindos almohadones.

Wednesday, April 06, 2011

Para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos





Cuando era chica tenía un pijama; no, era un camisón blanco, largo y lleno de volados muy girlie, que en el frente decía "I am six" y que usé muy pasados mis six porque era demasiado lindo para desprenderse.
Años más tarde (como 10) dormía con una remera gris que había comprado en una visita a Alcatraz y decía Property of Alcatraz Penitenciary Jail y un número de interno. Con el tiempo le fui cortando el cuello en versión Flashdance y la usaba con una robe escocesa perfecta que Toti había descartado cuando se fue de casa y dejo tirada por ahí. Yo la rescaté. Y además era de Sacks.
Guardo cartas viejas, fotos y corchos de botellas memorables. Me cuesta desprenderme de las cosas.
Cuando pensé en cerrar el blog siempre me imaginé que iba a decir nomás Cerrado por derribo y un videíto en versión María Jiménez cantando "No abuses de mi inspiración,no acuses a mi corazón, tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo". O mejor la parte "de saber que estos son los últimos versos que te escribo".
Pero no, no cierro ni por derribo aunque a veces sobren los motivos. En estos 6 escribí cosas abominables, otras que me gustaron, exageré, me reí, hice reír, me hice amigos que jamás pensé que uno se encontraba después de los 30, lloré, dejé, me dejaron, me enamoré, me acordé de todo, me olvidé de mucho, lo encontré a mi viejo escondido por ahí entre los párrafos, compré una casa, canté y por algún motivo todavía no tengo que inspirarme para sentarme a escribir.
Que siga.

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Tuesday, April 05, 2011

Mañana 6 de abril

Este blog cumple 6 años. Ni yo me la creo. A veces busco buenos motivos para cerrarlo y los encuentro. Otras veces busco buenos motivos para mantenerlo abierto y también los encuentro. Mientras tanto, sigo acá. Escribiendo. Sin poder resistirme.

Monday, April 04, 2011

Eat, Cook, Die

Ya decidí que en mi gran cocina habrá gran mesa con tapa de mármol en la que comer y cocinar con mis invitados. Un lugar que reemplace esa barra en la que los sentaba, copa de vino en mano, y les charlaba mientras revisaba las ollas, saltaba unos langostinos con Monglolian Fire Oil, preparaba una ensalada o revolvía un risotto. Necesito eso. No quiero invitados esperando en el living, lejos, interrumpiendo la charla.
La cercanía de las marmolerías a los cementerios es sorprendente, basta un Google maps y un clic para ver que la zonas se llena de globitos por Chacarita, Olivos… Me parece un poco inquietante, eso que la misma pieza de mármol sea cortada para la mesa de mi cocina en la que se volcará vino, se desparramará harina y se apoyarán platos calientes y codos maleducados y para una lápida con un QEPD tallado bajo un nombre y una fecha. Vivir, comer, cocinar, festejar, escribir, morir. Todo parte de lo mismo.

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