Wednesday, May 30, 2007

Cortar por lo sano

Hay un libro escrito en la biblioteca de cualquier mujer que te regalan de muy chiquita y te explica todas esas cosas que no tenés que hacer. Hay un millón pero entre todas esas está la que dice que si estás en un momento así como óvarica, hipersensible y levemente tocada, bajo ninguna circunstancia has de tocarte el flequillo. Por tocarte digo agarrar un par de tijeras y darle sin piedad a esos pocos centímetros de más que se enredan con las cejas. Ya lo hice alguna vez en el jardín de infantes, otra allá por mis early twenties y esta noche, ante la imposibilidd de visitarlo a Dimitri mañana, creo que lo voy a volver a hacer. ¿Cuánto puedo llegar a equivocarme si lo hago milímetro a milímetro? Me miro en el espejo y concluyo que es necesario. Está largo y sin forma y atrás cuelga eterno en la espalda como si le hubiese hecho una promesa a la Virgencita de Itatí. En esta semana 4 personas me saludaron con un "Tenés el pelo larguísimo vos, nena". Uno dejó entrever la palabra "extensiones". No comentaron nada del flequillo pero creo que si les preguntaba me lo confirmaban. Por estos días una anda necesitando su dosis de frivolidad, si el tiempo no lo permite, me daré la merecida cuota a mí misma. Siempre existen los clips, las colitas y un mes entero de vistas y médicos hasta volver por lo de Dimitri. Porque ya lo dijeron: el tiempo todo lo cura, hasta un flequillo mal cortado.

Tuesday, May 29, 2007

Mc Splendid para armar




En mis noches insomnes (que no son tantas) me dedico a un nuevo deporte extremo, el de googlear fotos de Dr Mc Splendid y buscarle parecidos. Las que encuentro no son de lo mejor. En la mayoría está de equipo deportivo en una cancha y con un look Alfio Basile que en lo personal no me motiva demasiado. Le cortaría la cabeza y le dibujaría un cuerpo como esas muñequitas de papel para armar a las que les ibas cambiando la ropa. Claramente a Mc Splendid le pondría el saco de terciopelo con la bufanda celeste y las pumas. La opción B es el trajecito de cirujano celeste con barbijo colgando y gorro en mano. Y después le sacaría todo de a poquito. Y en mi juego, el doctor usa boxers de algodón, grises y un poquito apretados, solo un poco.

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Sunday, May 27, 2007

Another Brick in the Wall

Desde el otro lado de la pared se cuela Dark Side of the Moon. Escucho. Está fuerte. Me inquieto, pienso que es imposible. Me levanto de la cama y me pongo algo encima. El piso de cemento alisado de la escalera que baja al living es helado. Abro la puerta de entrada. La música mucho más fuerte y la voz perfectamente identificable del otro lado de la puerta. Cuando creíamos habernos librado de él, vuelve, como una infección urinaria, como un resfrío mal curado en agosto. Sick Boy está de nuevo en su madriguera pero con ciertos cambios a los arreglos hogareños. El departamento ahora se alquila temporariamente a foráneos. Parece que con la sola intención de cagarme la vida, el nene metió al lado a una extranjera. (No puedo identificar el acento, a veces digo croata a veces pienso brasilera. Me equivoco en ambas). A la señorita en cuestión solo le ví la espalda cuando se sube al Fiat Palio gris metalizado.
El viernes cogieron audiblemente a las 3.44 de la madrugada, tan audiblmente como para despertarme. Hoy fue al mediodía. Bajé la televisión por completo para asegurarme. De día es más difícil; pasan autos, la gente camina por la vereda. Solo se esuchan los gemidos de ella y el golpeteo de la cama contra nuestra mutua pared de ladrillo. No me quejo, es mejor que Dark Side of the Moon sonando en loop y me pregunto si ellos me escucharán a mí. Tal vez digan: Es mejor que Dragonfly Summer sonando en Loop.

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Wednesday, May 23, 2007

Losing with the Halo

Había una canción que decía So what are my chances of honest advances, I´d say low. Better to win by admitting my sin than to lose, with the halo. Y bueno, para qué engañarme, el halo de santa se me fue diluyendo. Parece que mí me dura un mes esto de ser hija devota y hacia el domingo el halo ya se me voló por completo y me convertí más en este monstruo adorablemente impaciente que soy. Creo que unas veinte veces por día repetí la frase "Yo lo único que pido es un poco de cooperación, nada más". Y después pegué portazos frenados a último minuto porque me daba culpa, claro y repetía bajito como una loca cooperación, co ó pé ra ción, nada más que eso, cooperación.
Todo tuvo poco efecto, por más que me lo niegue los hombres son malos pacientes, los pacientes son básicamente egoístas y mi padre hace tic en todos los casilleros.
Por otro lado no pierde el humor. Decidió que el Parkinson trae como consecuencia un "desconocimiento del propio cuerpo" y plantea ejercicios para demostrarlo. Cierra los ojos y trata de tocar la punta de un lápiz con la punta de un dedo de la otra mano. Falla bastantes veces. me hace probar a mí y la chica que lo cuida nos encuentra a los dos tirados en su cama con los ojos cerrados tratando de tocar la punta del lápiz. Creo que piensa que no estamos bien. Después me mira y me explica.
-Es que lo que me pasa es que me trato de tocar una mano con la otra distraído y de repente me encuentro tocando un dedo que no es mío...
-¿Y de quién es ese dedo?
-De Silvio Soldán cuando se agachó a agarrar la peluca. ¡Pero qué se yo de quién es! Si vamos a preguntar pelotudeces...Y se ríe.
Yo digo que necesito una noche de vino tinto en copa grande, velas y una buena cogida para acordarme si este cuerpo es el mío o el de la enfermera.

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Sunday, May 20, 2007

Garbo, the later years

Siempre me llamó la atención como esas modelos divinas se pueden dar el lujo (o se lo dan) de salir a la calle de joggineta, sin pintura, con el pelo enmarañado, con una deliberada desatención cromática en las prendas, solo porque "sabés lo divinamente perfecta que puedo ser en otras circunstancias y simplemetne puedo, puedo".
Bueno, se me dió por circular así por el barrio pero siempre con la sensación de que de atrás de algún árbol de Palermo puede llegar a saltar un ex, un prospect o mi peor enemiga. Entonces el plan es ignorar atrás de mis anteojos negros y mirar al frente tratando de autoatribuirme un excentricismo Garbo o Rita Hayworth hacia el final de sus días cuando ya todo les chupaba un huevo. Porque estoy tan poco en casa que cuando realmente estoy en casa lo único que quiero es estar en casa y salir solamente por los víveres indispensables y volver y encerrarme. Entonces me someto a sesiones tremendas de lectura y televisión, a sesiones que incluyen por ejemplo una hora entera de Utilísima Satelital con instrucciones para hacer unas lámparas y un paraguero con latas gigantes de dulce de batata. La definición de la porquería. Una agresión a la vista, a la estética y al oído. Porque el team de Utilísima es insufrible, abusa del diminutivo y carece de todo poder de síntesis. Cuando realmente creo que la flagelación fue suficiente, cambio de canal o roto para el otro lado y me duermo.
Esto terminaba en duermo, pero acaba de sonar el teléfono y me están arrancando de la cama para unas vueltas en lancha y después una pasada por el sanatorio.

Friday, May 18, 2007

Parte

La señora-hija del paciente de la 35-me mira y me dice desde el sillón de la sala de espera:
-Vos también estás hace mucho por acá.
-Sí, por primera vez el 25 de abril y después volví a los 10 días. Pero ahora ya voy por la segunda semana. Es agotador, vivo en Palermo. Hija única…
-Y sí, yo también.
-¿Palermo?
-No, hija única. Se ríe.
Entre las pocas cosas más o menos pasables del lugar y la situación están las charlas con esta señora, el capuchino de la maquinita de la sala de espera, escapadas a probarme zapatitos de Sofi Martiré acá a la vuelta y Nati, Nati, Nati, la enfermera más linda, más amorosa, más simpática y más eficiente del mundo.
-Hola diosa. ¿venís a verlo a tu papi? Está bárbaro Toti, mi amor, vos no te preocupes.
-Gracias, reina. Sos un amor.
Nati me abraza, me alcanza Kleenex si lloro un rato y después me chusmea que el asistente de Dr. Mc Splendid anduvo preguntando por mí, o más bien por la hija del paciente del reemplazo de rodilla. Claro, he perdido la identidad.
-¿Pero necesitaba algo?
-No, nena, preguntaba por vos nomás.
Nati se ríe. Yo le digo que lo prefiero a Mc Splendid, ella me dice que Mc Splendid es un amargo. Yo me río.
Dicen que pasa a internación domiciliaria el lunes. Me da un poco de miedo. Vuelve con un catéter y un regimiento de antibióticos por meses. Agendo todas las indicaciones en mi cuadernito de internación y todas mis preguntas para el lunes. Hablo de hematocrito, unidades de sangre, staff aureus y cultivos como si fuese parte del equipo. No se si me quieren o me odian. Ayer otra transfusión. De nuevo a conseguir donantes.

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Thursday, May 17, 2007

Catfight

El charter que va a Shan Ishidro y te deja exactamente en la puerta del sanatorio sale de alguna esquina de Cerrito. Te acomodás en un asiento-sin previa reserva- que da a una ventan para poder bien como se escapa el sol atrás de Buenos Aires. Podés pensar un rato, fantasear con que te toque un bombón al lado, que encima te consuele y te diga que ya se va a terminar todo esto y te pase el brazo por atrás y te de unos besos lindos. O si tenés suerte, te podés dormir. Suerte porque en el charter de las 6 siempre se sube una rubia tontísima con naríz operada que se ve que se lo toma a diario y hace mucho y está muy, muy, muy caliente con Claudio, el chico que maneja. Rubia tonta se mata por subir primero y asegurarse el asiento al lado del conductor (que en una van es más o menos a un metro y medio de distancia). Rubia tonta habla a los gritos y manda frases todo lo zarpadas que shan ishidro se lo permite, frases de perrita pendenciera amateur.
No juegues con fuego que te vas a quemar.
Sos un tarado, nene..
No me busques que me vas a encontrar eh.
Lo llama nene, chiquito y habla lo suficientemente fuerte como para que todo el mundo escuche. Desde el fondo me dan ganas de pararme y gritar: porqué no te lo cogés y te dejás de joder, nena?
Pero no, me limito a suspirar y a tomar una decisión. Hoy llego 5 minutos antes y le saco el lugar.

Tuesday, May 15, 2007

Ñañas

Evidentemente estoy un poquito irritable. Me acabo de bajar de un taxi dos cuadras antes de llegar a la oficina solo porque estaba fuera de punto y cuando frenó (no fueron más que unos pocos minutos) me empecé a marear. Los autos fuera de punto me irritan y me marean y también me marean los taxistas que andan en el cambio equivocado. Todavía estoy pensando si me molesta más los que van a sesenta en segunda o los que tiran la tercera a veinte.

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Sunday, May 13, 2007

Estocolmo


A me busca a la noche por el sanatotorio y comemos algo en el Seven Eleven porque no nos da para desplazarnos ni medio metro más, ni siquiera para cruzar enfrente a Violeta. Comemos las ensaladas en el bowl redondito de rigor con el cream cheese con ciboulette (también de rigor). Ahora la maldita costumbre del celular permanentemente apoyado en la mesa y esa sensación horrible de nunca estar en el lugar correcto. Si estoy en el cuarto me echan por un catéter, por un baño o por un papagallo. (La nueva es que agarra el papagallo y se hace el que toca el saxo. Yo se lo saco y lo vacío con profesionalismo enfermeril, fingido, claro). Si estoy comiendo a dos cuadras pienso que se quedó solo en el cuarto y medito sobre si tengo que volver o no.
Cuando llego al cuarto está Dr. Mc Splendid que usa unos jeans oscuros gastados, unas pumas y ese saco de terciopelo marrón con una bufanda que le queda pintado. Me lo da para que se lo cuelgue en la silla atrás mío. Estoy tentada de olerle el cuello. Ahora nos saludamos con beso y una agarrada de hombros y mucha sonrisa. Yo le hago las preguntas, él las responde y cuando se va le hago carita de enamorada a Toti.
-A Mc Splendid le daría unos besos, te digo. Con los días se va poniendo más lindo...
-Qué cachivache que sos.
-Y che, algún rédito hay que sacarle a todo este garrón, padre mío, alguna distracción.
Se ríe cuando me ve soplarle besitos en el aire a la espalda de Mc Splendid que sale abuscar Pervinox y más gazas.
En el Seven Eleven le digo a A que Mc Splendid es Splendidísimo y "que antes me parecía un cero y ahora creo que gussto" (así con muchas eses). A me mira y concluye que lo mío es un clásico caso de Síndorme de Estocolmo Medicinal.

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Friday, May 11, 2007

Know Your Enemy


Y después de varios días de crecer tranquilito en el anonimato de su petri dish contestó:
-Estafilococo aureus. Así me llamo.

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Wednesday, May 09, 2007

Man at work


Cuando me tengo que armar una imagen mental de mi viejo, siempre es una como éstas, con su ojo bueno atrás de una cámara y a veces con el pantalón tan caído atrás que se le veía el calzoncillo. De chica me daba vergüenza y siempre me acercaba en el medio de la filmación y con una mano le bajaba la remera para tapar. Después con los años me fui dando cuenta que era marca registrada como su ojo bizco, su sentido del humor y lo rápido que era con la pelota y me dejó de molestar.
Ahora desde la cama se entretiene hablando de cine, al tipo le sigue apasionando y yo lo prefiero porque si no, probablemente caigamos en el rugby.

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Tuesday, May 08, 2007

ICU

Es inevitable pensar si hiciste algo mal, algo de la eterna lista de cosas que había que hacer, de todos los Dioxaflex, Fraxiparine, Jumex, Trivastal, Dolten, Aropax, la férulas inmobilizadora y las de Toronto, las indicaciones y las prohibiciones pero parece que no, que estas cosas pueden pasar. Tres viajes en ambulancia en 3 días. Descubro que soy claustrofóbica y que atrás casi no hay ventanas y si las hay están pintadas a rayas. Después me doy cuenta que lo que realmente me molesta es no ver bien al que maneja y lo que está haciendo. Controladora, eso soy. Controladora y memoriosa. Casi reporto como un estudiante. Paciente de 74 años, cirugía de reemplazo total de rodilla, cuadro febril, dolor agudo. Recibió transfusión-2 unidades- salió con el el hematocrito en 28, ahora está en 31% y ahí sigo como si ellos no pudiesen leer todo en la historia. Pero tengo miedo, miedo que algo se pase, que algo se olvide. Controladora.
El cirujano está enojado, no le gustan estas cosas. Las infecciones son las némesis del cirujano. Lo miro y con los ojos le digo: No te enojes con nosotros. Creo que me entiende porque me agarra del brazo, mira a mi alrededor y ve que estoy sola y me dice: Vos tranquila, eh.
Creo que vió adentro de mi cabeza y se quedó enredado ahí. Vió todas mis dudas, mis miedos y que además había demasiada información. Too much information, going through my brains, too much information, driving me insane. Me habla claro, sin vueltas. Con una mirada distinta a la de hace unos minutos pero con los mismos ojos se lo agradezco.
-¿Queda en terapia intensiva esta noche? ¿Y mañana? Antes de que me conteste digo: Y mañana vamos a ver cómo está y ahí se decide...ya se.
Me agarra de nuevo del brazo, los cuatro ayudantes y el anestesista me miran. Me acompañan todos a terapia para que lo vea. Les hago una sonrisa de labios sin mucho diente a los cinco. Parecen los de Ocean´s Eleven.
-Hola To.
Le dejo besitos en la frente y camino por el pasillo largo hasta la salida. Una película. Después se la quiero contar a Toti.

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Thursday, May 03, 2007

Shhhh...Nurse at work


Y a mí que me daban pánico las inyecciones así de solo verlas fingidas en ER. Agarro el paquetito de Fraxiparine, elijo un brazo -generalmente el izquierdo porque es el que me queda al lado cuando me tiro en la cama- le arremango la remera, con una bolita de algodón que mojo con alcohol desinfecto "el área" y le saco la tapita de goma de seguridad a la jeringa. Después respiro hondo porque no doy crédito de lo que estoy haciendo. Creo que hago un gestito raro, como un tic en el que revoleo el flequillo con un cabezazo para la izquierda y una inhalación que suena resfriada (apuntando la naríz para arriba como un conejo). Ahí apoyo la aguja contra la piel y presiono (porque tan fácil no entra, un poquito de fuerza hay que hacer), empujo y veo los 0.3ml que entran despacio y saco la aguja desinfectando otro poco porque así creo que hacen las enfermeras de las películas.
-¿Sentiste algo?
-Nada de nada...¿Ya la pusíste?
No se si me lo dice para hacerme sentirme bien como cuando los chicos te muestran esos garabatos incomprensibles y los mirás con cara de anonadada como qué preciosura esta obra de arte que acabás de hacer! o si realmente soy buena enfermera. La cuestión es que vamos por la número 6 y no se oyen gritos.

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Tuesday, May 01, 2007

Parte del veinticinco del cero cuatro del cero siete

"Nada te prepara para las sopresas". Así arranca lo que fui anotando en el cuaderno.
Una espera tranquila con Espantosa Enriqueta que ha decidido poner en práctica un intento fallido de expiación.
Una salida horizontal del quirófano. Recuperación. Visitas. Todo el equipo de Olivos y Belgrano Atheltic (¿del 50? ¿60?). El Pájaro, el Gallego, el Flaco, el Ulaf… Uno lleva bastón y otro empuja un carrito con oxìgeno. Me entero que a mi padre lo llaman Berceche hace sesenta años. Porque se afeita con Lanoleche (el Dove de la época supongo). Todo sobre ruedas.
-Fijate acá que está como mojado. Levantar la sábana y un mar de sangre.
-A ver, dejame que le pregunto a la enfermera.
Y después entradas y salidas de la habitación. Solo escucho. Hetamotocrito en 26, llamen a hemoterapia, verifiquen grupo, B positivo, digo, igual que yo. No importa, se verifica igual. -¿Transfusión? ¿Cómo terminamos en una transfusion?
Pasar la noche en lo de mi vieja porque estoy más cerca. ¿A quién se le ocurre una clínica en Las Lomas de San Isidro? Fucking rugbiers, pienso. Y me levanto en cama ajena, me baño en un baño que no es mío, el shampoo es para pelo graso, yo lo tengo seco y le uso el maquillaje a mamá y me miro la cara con una paleta de colores que no es mía y un perfume que también es prestado. Y de nuevo al lado de la cama.

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