Wednesday, October 31, 2007

Never gonna survive, unless, we go a little crazy

La humedad no me sienta y menos aún la predilección de las pocas gotas de lluvia que caen, por aterrizar justamente en sectores claves de mi flequillo. Nunca eligen las puntas del pelo por ejemplo o sectores de mínimo impacto, siempre donde más jode. Después está el mal de la baldosa floja que sume a Buenos Aires y esos paraguas baratos que compro en los Santa Fe vende moda de mierda. El último terminó reventado contra las paredes de un edificio sobre Rivadavia y Maipú.
Cuando en la reunión de la mañana esta tilinga me tira dos o tres términos en un inglés yanki insufriblemente exagerado cada 5 frases, me encargo de hacer lo propio pero salidita de algún rincón de Gloucester Road y se la mando onda Glosta Road. Toda maldita con la boca cerrada como en Britn´ o Windsa Casl. Mala, mala. Si hubiese tenido un cigarrillo con boquilla le hubiese pitado en la jeta, tirando el humo lento y con trompita.
Estoy bélica y siento que mi cabeza está sin control. De repente me encuentro en un asado discutiendo fervorosamente sobre la identidad de la mujer del muñeco Mateyko y afirmando (porque la memoria a mí no me falla) que se trata de Nanín Timoyko, no de Tomiko o aglo por el estilo (la de Hanglin). Lo afirmo como si tratase de algo verdaderamente importante.Y de ahí someto a todos a la anécdota de la vez que ese marzo perdido hicimos topless entre vejetes con todo colgando en la playa nudista de Lani Hanglin y lo lindo que es nadar casi desnuda y del terrible anticlímax cuando tuvimos que rescatar al niñito (desnudo) que casi se ahogaba y nadamos (semi-desnudas) hasta devolverlo a su padre (en desnudo completo frente y dorso). Y como a Lani lo apodamos Lani Hanging y de lo diminuto que era su miembro. Aunque podía ser por la zapán. Y a pesar del calor que me debería generar el ímpetu con que cuento las cosas me agarra frío y entro al living y manoteo un poncho que descansaba a modo de decoración sobre un sillón. Me lo tiro encima y cuando vuelvo, miro a los comensales, abro los brazos como crucificada y les canto. Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que cuando los abro…
Gus me mira con cara de ¨hemos perdido a la niña¨ y cuando pienso que va a agarrar el chaleco de fuerza, alza su copa y canta también.
Perfecto distingo, el negro del blanco. Y en el alto cielo. Su fondo estrellado. Finjo un charango invisible e inclino el cuello como para tocarlo. Después concluyo que eso es propio del violín y me enderezo. Y en las multitudes, el hombre que yo amo.
La gente se ríe. Mucho. Así me gustan que me quieran los amigos.

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Monday, October 29, 2007

Heatwave

En todos los años que viví acá opté por engañarme y decir que "mi departamento es re fresco y el calor se re aguanta por las noches de verano". Mentí. Mentí siempre. Porque mientras una sostiene la mentira la cosa no es urgente. Ahora, cuando uno decide sincerarse y gritar en el medio de Palermo que sí, sí, la paso para el culo en el verano, tengo que escaparme a la pileta y sumergirme hasta que me baje la temperatura del cuerpo en la mitad de la noche o darme una ducha helada o tirarme como una perra caliente sobre el piso de la cocina y abrir la puerta de la heleadera para sobrevivir! Cuando una admite esto, los días hasta la adquisición de un Split son contados. Entonces navego las páginas amigas y las de la comptetencia, comparo precios (son casi idénticos) y concluyo que un mini Split va a ser suficiente para todo el lugar. También tengo un momento de revelación donde me doy cuenta que un Split se llama "Split" porque justamente está split en dos partes. Entonces torturo a un amigo arquitecto preguntándole si entra la parte B en mi pequeño balcón francés. El me pregunta el tamaño del balcón francés (los arquitectos suponen que una tiene tomadas las medidas de un balcón como si se tratase de un corpiño, un 36C por ejemplo) y yo le digo que como las japonecitas, los franceses debían ser de pies chiquitos porque si calzás más de 42 creo que no entrás parado en mi balcón y le revoleo mis pies por delante. Porque a mí me gustan mis pies, claro, y generalmente los muestro. Y el se encarga de informarme que no hay nada más sexy que una mina con piesotes, grandes, realmente grandes. Bajo mi módico pie de la mesa del living casi ofendida y seguimos debatiendo sobre el balcón francés y la fachada y las temperatures miserables de los veranos bonaerenses. Calculamos que para no arruinar la fachada, la instalación me va a salir un ojo de la cara. Como el psicoanálisis. Salir de la negación siempre sale tan caro.

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Friday, October 26, 2007

Domestic Risk

Cuando el cansancio me vence como anoche, tengo la pésima costumbre de subirme una bandeja a la cama y comer tirada ahí, con varios almohadones en la espalda y con cuidado de poner el vaso con líquidos en la mesa de luz. Ya varias veces aterrizó todo en los edredones y no fue placentero. Subo la escalera con muchísimo cuidado porque el ángulo da justo para pegar la vuelta y el ancho de la bandeja más mis dedos sumados, entra ajustadamente en el ancho de la escalera. Cualquier movimiento en falso puede terminar en desastre. Un día mi viejo me llamó la atención sobre una característica de los seres humanos que pasa por llegar a perder la vida tratando de salvar un vaso de Coca, esquivar un gato en la ruta, no pisar un charco o escapar de la lluvia. Esta cosa de perder cualquier criterio acerca del orden de prioridades. Conservar miembros inferiores, no desnucarse, cuidar el cráneo, conservar el líquido dentro de su contenedor, evitar la rotura del vaso, manchar el edredón. Todo trastocado y así, una, muerta por intentar salvar una copita de champagne posada con poco equilibrio en una bandeja.
Cada vez que subo pienso en eso y me repito, si ves que te estás por a ir a la mierda, vos largá todo y que se rompa contra los escalones de cemento alisado pero no te mates, vos no te desnuques. Trato de preservar el instinto de conservación y primarme por sobre el edredón, la copa de tempranillo. Es muy riesgoso también cuando subo la bandeja vestida con mi robe larga que arrastro (porque todo siempre me quedó un poco más largo que lo deseado, claro) y tengo que tener extremo cuidado de correr los bordes con un pie antes de subir cada escalón con el peligro de enredarme y caer irremediablemente para atrás. Un cuadro horrible encontrarme tirada al pie de la escalera con un vaso de Coca light volcado encima y una milanesa de soja desmembrada a un costado rodeada de unos cachos de tomate. Todo muy triste.
Cuando llego a la cama, enciendo el control remoto y no empiezo a comer hasta encontrar el programa exacto. Tiene que ser algún género en particular. No puede ser cualquier cosa. El TV dinner amerita ser un auténtico TV dinner. Entre los programas aceptables están los de E! sobre todo aquellos que cuentan por ejemplo, cómo Rob Lowe se convirtió en un hombrecito o los juicios de Ana Nicole. Puede ser algún reportaje en A&E y siempre algún episodio de Grey´s Anatomy o Huff cuando lo daban. No aplican los cold cases que muestren autopsias o cadáveres de ningún tipo ni Grondona, Morales del Solá o Nelson Castro (cada uno por sus motivos).

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Wednesday, October 24, 2007

Polaca por parte de madre, por parte de padre...esto también



Agrego a la listita que indicó Sr. Transferencia. Cuando dibujamos, mi viejo y yo nos divertimos. El tiene un talento particular por saberse retrarar a sí mismo. Lo hizo perfecto acá cuando agradeció a los donantes de sangre. Yo les hice la tarjeta de casamiento a unos amigos y quedaron chochos. Tic. Toti, acá también te agradezco todos esos lápices de colores Carandache que me reglaste, los pasteles esos que compró mamá y todas las veces que enmarcaron mis dibujos por más que hayan sido una verdadera cagada. Sumaron a mí autoestima. Punto para los progenitores.

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Sunday, October 21, 2007

Cosecha tardía

Yo perdí mi virginidad (por elección) tardíamente, en un Volkswagen. La elección no fue por lo del Volkswagen (no creo que nadie elija ese auto para ser desflorada) ni por lo tardío. Esas dos variables simplemente se dieron. Lo que decidí fue ponerle fin al estado. Faulkner dijo ¨Virginity is only a state in which the others are left”. Yo siempre fui una gran lectora de The Sound and The Fury, lo de "gran" me lo adjudico no por las veces que leí la novela (las dos primeras veces a los 17) sino por como la mastiqué, deglutí, soñé y obsesioné, tanto que puedo recordar al menos tres páginas enteras así de memoria, con los puntos y las comas, con los tonos de las itálicas cuando cambia el tiempo del relato, con las voces de los personajes rondándome. Yo también pensaba que era un estado. Había que modificarlo. No se si lo decidí una noche, una tarde o una mañana pero tomada la decision se tornó impostergable.
Creó que dolió, un poco (a pesar de mi himen complaciente y todo). Creo que fue divertido, poco traumático. Creo que fue sobre una de las calles que rodean al cementerio de Olivos, pero no sobre Pelliza. En los muchísimos años que pasaron desde ese día nos hicimos íntimos amigos. En el frente de mi heladera, agarrado con un imán que dice Sex, nice guys finish last (por purísima casualidad) está la participación e invitación a su casamiento.
Cuando el mozo preguntó tinto o blanco, el tipo al lado mío sacó sonrisa socarrona y le comentó al amigo.
-Tinto, claro. El blanco es para pintar paredes.
No se si me molestó el tono o si efectivamente tenía ganas de un Chardonnay.
-Yo blanco, por favor. La cuestión es saber tomarlo.
Levanté cejas, copa y di mi primer trago de lo que iba a ser una larga noche.
-¿Y vos sos amiga de la novia, rubia?
Siempre hay un pelotudo en los casamientos. Y cuando fuiste a muchos, en más de una oportunidad te tocó sentarte al lado. Al tipo le cambian la cara, el color del traje y parte del guión de evento a evento pero siempre, siempre es igual de pelotudo. Este hablaba de su mágica vida después del divorcio, de sus prácticas fundamentalistas de soltero empedernido, de cogerse la mayor cantidad de minas posibles y enamorarse de ninguna y además, por el mismo precio te daba tips de cómo vivir la vida. Cada dos o tres frases clavaba un “lo que pasa es que a las mujeres les gusta tal o cual cosa”. Y al rato “lo que les pasa a las mujeres es...”. Mucho las mujeres. El gordo chanta después te comparte detalles de su vida íntima que no querés escuchar y te cuenta de su última relación, de cómo le informó a su chica “así todo hecho un dandy en zolsilloncas escoceses con el fuego de la chimenea que me calentaba el traste, que yo no estaba para profundizar la relación, ¿vistes? y se lo dije justo después de hacer el amor”. Porque en varias oraciones me entero que ellos hacían mucho el amor.
-¿Vos hacés el amor? Creo que lo dije con cara de haber encontrado una babosa en el filet mignon que estaba cortando. A mí lo de hacer el amor me molesta al oído, no se si tanto conceptualmente.
-Yo me cansé de coger, rubia.
Y sin ningún derecho abusó del "rubia" nuevamente. Porque hay tipos que lo saben usar y otros que no.
-Yo me cansé de coger.
A mi izquierda una veinteañera escuchaba espantada nuestra conversación y me agarró las caras. La miré cómplice y mientras me agaché a levantar la servilleta le dije:
-Y yo me cansé de este gordo tirapedos. ¿Me la remás al baño o afuera a fumarnos un puchito?
La joven remadora me acompañó al baño. Fumamos trepadas al mármol al lado de las toallas. Ella se mira al espejo y se arregla el vestido.
-Estoy going commando hoy.
Con las dos piernas colgando de la mesada del baño primero pensé si trataba de un término bélico y revisé en el disco rígido desde M.A.S.H, Swat, Platoon, Combate, Saving Private Ryan, Black Hawk Down, Apocalypses Now (con las partes cortadas) y nada, en blanco. ¿De qué me habla esta mina?
Entonces me muestra el vestido de saten de seda que había sido un camisón de su abuela y me habla de la imposiblidad de usar ropa interior. Le digo algo de la costuras al bies y cómo marcan las bombachas.
-Claro, tal cual, por eso estoy going commando.
Quería largar un Ahhhhhhh largo e iluminado pero hubiese sido admitir una derrota idiomática total. Opté por dar una pitada y seguir.
-¿Y de adelante no se te transparenta nada?
-Wax total, nena.
-Ah, sabés que total total me da impresión. Yo ponele que un cachito me dejo.
-Sí, de una, lo que no da nada es el bush.
-No, cero. La concha ochentosa. Un espanto. Sí, demodé.
-Mosquito runway a full.
Volvimos a la mesa. Southmerican gigolo había encontrado otra víctima. Le hablaba de vinos. Ella estaba encantada.

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Tuesday, October 16, 2007

In Hertford, Hereford and Hampshire hurricanes hardly happen

Cuando empecé a cantar, Leticia me dijo que tenía un hiatus y que no se ubicaba en la voz media sino que aparecía recién en las notas más agudas. Mi hiatus suena a lo que es, un escape de aire incontrolable que hace que se piante el sonido a la drecha del piano. Entonces, cada vez que sabés que te estás acercando a un agudo te vas apinchonando cobardemente y cuando finalmente llegás, te sale el chiflido ahogado. Horrible. Después de un tubo que entra por la nariz con una cámara y vas tragando como si fuese saliva (bien consciente de que no lo es, claro) llegué a ver mis cuerdas vocales, mis dos cuerdas vocales. Porque son dos. Fue una sorpresa, siempre me había imaginado un arpa de filamentos de carne finitos que vibraban, igualito a un arpa. El otorrino me hizo cantar (con el tubo dentro) y ahí pude ver mi hiatus. Se ve claramente como las cuerdas no llegan a tocarse perfectamente y sucede justo en esas mismas notas agudas en las que patinaba en clase, en la ducha y cantando de copas con F. A la vuelta del otorrino, Leticia me indicaba llevar el aire a lugares desconocidos de mi cuerpo, como cuando en yoga te piden que relajes los órganos o la lengua. (Tuve noches de insomnio tratando de relajar por completo la lengua, de repente uno es consciente que está en permanente tensión y no puede parar hasta los psicofármacos). Las indicaciones eran llevar el aire a los pulmones (¿dónde más?) abajo y atrás. Ubicaba algún rincón justo abajo de los omóplatos, apoyaba las manos y cuando respiraba profundo sentía como se inflaba esa parte. Ya tenía preparado mi colchón de aire, el mismo que tenés que andar administrando durante toda la canción porque es raro que puedas volver a llenarlo entero mientras estás cantando. Después de varios meses de re educación en mis clases de canto exclusivamente, como una Eliza Doolittle cualquiera, el hiatus se fue corriendo hasta hacerse casi imperceptible en notas altísimas que ya es como un papelón cantar, igual. El tema es sencillo. Cuando te vas acercando a esa nota que te da miedo, tenés que hacer exactamente lo contrario de lo que harías. En vez de tratar de disimular y que pase desapercibida, tenés que mandarte con todo y usar las reservas de aire sin miedo a equivocarte. Sorprendentemente funciona, sale una nota clara y limpia. Tener el mismo comportamiento para tantas cosas.

Wednesday, October 10, 2007

Morning News

Luncheo con madre que me dice que padre la llamó para felicitarla en este día y agradecerle la hija que le había dado. Madre es muy consciente de la cursilería. Madre no aguanta la cursilería. Madre es rápida en sus contstaciones. Madre le recordó a padre que el trabajao lo habían hecho de a dos. De repente, demasiada información.

Tuesday, October 09, 2007

Take some time to celebrate

Días lluviosos que prometen quedarse toda la semana. Un dolor de ovarios que arrancó esta mañana, lagrimeos sin razón durante algunos momentos del día. Un año que no digamos fue "de mierda" porque siempre da impresión hacer esas afirmaciones tan contundentes, pero digamos que claramente no estuvo entre los mejores. Poquitísimas ganas de agrupar gente, amigos y un cumpleaños que se me viene encima mañana, exactamente el día 28. Estaría bueno amanecer directamente el miércoles 17, llevarme esta semana en un sueño un poco más largo.
Pero me conozco. Mañana tendré relativamente buena cara, almuerzo obligado con madre, tragos con las niñas, comida el jueves y festejo también tranquilo el viernes. Antes siempre armaba cosas multitudinarias con grupos mezclados y circulaba toda la noche. Ahora prefiero muchos de pocos. Al final esta fobia reciente por los grupos grandes hacen que los festejos se parezcan a unas pequeñas bodas de Caná.

Sunday, October 07, 2007

Jagged Little Pill

Había veces en las que llegaba a casa arrastrando una mochila pesadísima (en las épocas en las que sólo acarreaba mochilas escolares) preguntándome porqué existía el concepto de matemática como materia obligatoria desde que uno tenía 6. Más adelante cuestioné seriamente la necesidad de las derivadas e integrales y el uso futuro que haría en mi prolífera vida, del seno, la cotangente y los logaritmos. Nadie me supo dar una contestación acorde a mi furia. De hecho, soy orgullosa generadora de un cambio radical en las dinámicas de la benemérita institución. Creo que fue gracias a mí que crearon una nueva materia-Special Maths- a la que únicamente convocaban a un grupo selectísimo de niñitas inadaptadas. Ni en Special Maths pude lucirme por comparación con el resto de la chotada.
Con la regla de 3 simple me equivoqué. Era importante. Por ejemplo, calcular el IVA es una tarea diraria en mi vida. Y ayer nomás me vi con otros de esos problemas matemáticos que tuve que frasear tal cual lo hacía en quinto grado, esos que arrancaban “si un obrero levanta una pared en 2 días y 7 horas…¨.
Si 25 gotas de Rivotril 2,5ml equivalen a 1 ml, ¿a cuántos miligramos equivalen 3 gotas de Rivotril? Anoto, hago el calculo (con la calculadora de mi celular, claro). 0.12. La parte b) de la pregunta entonces es: ¿Cómo se divide una pastilla de 0,5ml de Rivotril para que mi padre ingiera su dosis diaria de 3 gotas? Y triunfante escribí: por 4, por 4! Con la suerte de que esta gente de los laboratorios es tan pero tan previsora que me las mandó surcadas de perfectas hendiduras que facilitan el corte. una cosa de locos.

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Thursday, October 04, 2007

Trippy

El viaje en tren a San Isidro es largo. Paso las estaciones, chequeo los nombres, verifico que Núnez está sin tilde (sera porque la tipografía está en mayúsculas, una blanca sobre cartel negro sin serif). Paso Vicente López, la casa grande de la estación que miré curiosa tantas veces de chica desde el tren y me pregunté quién vivía ahí. Probablmente, de haber preguntado, mis viejos me hubiesen dicho. Si andabas con Toti en auto desde Olivos hasta Acassuso podia decirte con absoluta exactitud las casas de todos sus amigos y conocidos de la infancia y contarte la historia de cada casa de Olivos. Así, todas casas cerca de la estación Olivos eran parte de la quinta de los María Meabes, más allá la casa de esos que eran como nueve hijos y andaban todos vestiditos iguales como los Von Trapp y después la casa de los abuelos paternos sobre Malaver. Parece que el paredón que rodea la quinta lo hizo levantar Evita (¿o fue Isabelita?) pero durante la infancia de mi viejo los chicos del barrio entraban sin problmeas a jugar al fútbol al jardín presidencial. Y después estaba el cuento del caballo de Perón, un caballo blanco que cuando lo mojabas se ponía de un gris azul. Toti me dijo que lo bañaba durante la colimba y que el animal era increíble.. yo me lo imaginaba completamente azul, azul coblato como el de las témperas Alba. Después el tren se detiene en Olivos y vuelve a arrancar. Veo el fondo de lo que fue mi casa, que ya no es mi casa ni nada que se le parezca y paso también el fondo de lo que era la casa de mis primos, la última con enorme jardín de la barranca cortada de Alberdi. Bimba, la perra, corría desaforada cada vez que oía pasar al tren y había dejado un surco profundo donde ya no crecía más el pasto. Con cada tren hacía su circuito obsesivo a toda velocidad. El tren pasa por la horrible estación de La Lucila, después Alvear, Acassuso, los helados de Pepe y me bajo. La reunión es atrás del hipódromo y el olor a bosta llega clarísimo. Me gusta. O al menos hago todo un ejercicio mental en el que pienso, pasto-caballo-bosta y no me da tanto asco.
El camino de vuelta lo hago en auto con uno de los empleados del cliente. No tengo tema con el muchacho que por suerte maneja relativamente despacio (será porque venimos cargando un cartel en la parte de atrás de la camioneta). Por momentos estoy excesivamente consciente de que el cinturón de seguridad te divide las tetas al medio y disimuladamente me apoyo el cuaderno para taparme. Agradezco el viaje y me bajo en Palermo. Nada como llegar a tú barrio.

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Tuesday, October 02, 2007

Mingling

Cuando éramos chicas por el colegio cada tanto circulaban niñitas importadas. Estaban las mellizas Ridgeway por ejemplo, que eran casi idénticas y venían no se si de Australia o Sudáfrica. Siempre andaban en tandem y se ofendían cuando las confundías. Puedo equivocarme, y de repente eran inglesas. Después estaba esta Kirstin que era malísima y tenía una trenza larga que le llegaba hasta abajo de la cola, una trenza gorda y pesada. Si le hacías algo agarraba la punta de su trenza y la empezaba a hacer girar tan rápido que parecían las aspas de un ventilador y amagaba a azotarte. Era como una Rapunzel endemoniada y al tiempo nos dimos cuenta que con la Kirstin no se jodía. Había otra, cabezona y de patitas flacas flacas. No me acuerdo el nombre pero se que alguna hija de puta una vez le preguntó si venía de Marte y porqué no se había sacado la escafandra. Cruel. De padres egipcios y educada en algún colegio pupilo de Inglaterra una vez entró a la clase Racha (se pronunciaba Rasha pero todas le decíamos Racha). Racha nos invitaba a sus cumpleaños y todas mirábamos asombradas los platos de comida sobre la mesa. Ni un chizito ni un sandwich de miga. Cuando llegué a casa le conté a mamá. Años después ya iba a terminar yo cocinando corderos con cous cous y pateando todo Chinatown por un puñado de semillitas de coriandro y comino. En cuarto grado entró Mónica, una italiana ya pulposa con padre trabajando para el Banco di Roma, ex rugbier. Toti se hizo instantáneamente amigo y se la pasaban yendo de tercer tiempo en tercer tiempo. Siempre lo devolvía a su casa todo borracho y a mamá le parecía un papelón total. Una noche volvieron haciendo un dúo en francés de una canción de Yves Montand, abrazados y con pasos de baile y todo, por las veredas de Olivos. C'est si bon. De partir n'importe ou, bras dessus, bras dessous, en chantant des chansons. Se los escuchaba desde adentro. C'est si bon. De se dir' des mots doux, des petits rien du tout. Mais qui en disent long. Creo que terminaron por emparejar los niveles de un Red Label. Hablaron en un cocoliche inventado hasta altas horas de la noche y yo me acomodé calladita en un sillón pasando casi inadvertida y me dormí con la música de fondo en el living, feliz de que no me hayan mandado a la cama.

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