Thursday, March 29, 2007

Straight from the horse's mouth

Mi madre andaba siempre descalza por la casa y yo la imitaba. Parecen dos indias, decía Toti, como si fuese algo malo. Toti debe ser el último hombre en el planeta en usar pantuflas. Mi madre es de esas que te corrigen la pronunciación de Paul Klee que se dice más clee que clí como pensaba yo, si total para mí a los diez años era una marca de trajes de baño. Ella estaba llena de libros de arte en una biblioteca que parecía gigante –pero no lo es tanto- y me llevaba de la mano a verlos, me dejaba bajarlos y mirarlos por horas. A los 12 me había fanatizado con Dalí y además había encontrado varios con muchas tetas y pitos. El gran masturbador creo que era el que tenía un tremendo bulto en primer plano y esos otros con la cara de Voltaire y las monjas. Pero el que más me gustaba era uno de hiperrealismo que tenía imagénes que parecían fotos y había uno de una pareja desnuda enredada en un abrazo a lo John y Yoko pero más erótico. Un día el libro ascendió incomprensiblemente varios estantes en la biblioteca y no bajó hasta varios años después.
Mi mamá también me decía algo que ya no recuerdo acera de los violines Stradivarius y Stradivari, se le caían lagrimones sentada sola en el living mientras escuchaba música clásica y es de esas personas que pueden dibujarte a la perfección el tapadito que usaba Deneuve en Belle de Jour. En verano se tiraba panza abajo en el pasto con anteojos de sol enormes y puteaba si yo la regaba con la manguera, entonces me le tiraba encima de la espalada por un rato y olía el Nude Bronze de Revlon que era dulzón. Por la noches me interrogaba con un “brushed your teeth, said your prayers?” aunque no éramos religiosos y siempre se asustaba y pegaba saltos con los ruidos fuertes y le echaba la culpa de eso al peronismo. Mi madre tiene carteras tan desordenadas como las mías, es tremendamente desafinada (aunque yo creo que es más personalidad que otra cosa) y un saque en tenis que es inquebrable. Mi madre leyó más que mucha gente, terminó por aceptar que U2 y Pink Floyd estaban bien, le gustan mucho más lo gatos que los perros y, admitámoslo, es muy mala manejando.

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Tuesday, March 27, 2007

Vestí a la chica y rajemos que se viene el otoño


Casi insoportable esa idea de ir perdiendo lentamente el color de la piel como un camaleón aletargado, de tener que ponerse un zapato cerrado, de no poder circular en bolas por la casa. Creo que me llevo mal con las transiciones. Cuando llega el verano también me cuesta ponerme la primer sandalia. Pero creo que la del otoño es la peor de todas y encima viene con lluvia.
Después me acostumbro y de a poco voy subiendo el cuello de las remeras hasta que termino en poleras con glamour, tapados peludos y botas altas. Mientras tanto no me sorpende nada que haya gente que tenga que transitarla medicada*. Por otro lado, nunca una patología tuvo un nombre tan perfecto, SAD.

*New York City, November 7, 2005
– For patients with seasonal affective disorder (SAD), starting treatment with an antidepressant medication during the fall can reduce the risk of developing depression throughout the fall and winter months, reports a study in the Oct. 15 issue of Biological Psychiatry.

Water Loo

A mi no me molesta eso de irse a dormir sin tocarse después de ver ese bodrio de Collateral, sobre todo después de esos meses en la legión extranjera.
-Tom Cruise es enano.
-Sí.
-Y un choto actuando, no jodamos…
-¿Querés cambiar? ¿Cuál otra estábamos viendo?
-La de Nancy y Syd. ¿La pongo? Ah, y ésta con el pibe de Everybody Loves Raymond y la minita de ER.
Doy vueltas en la cama y odio mi tos, básicamente porque detesto a la gente que tose. Me mando tragos largos de la botella de agua que tengo al lado de la cama, que detienen la tos pero terminan por ahogarme ye me termino encerrando a toser en el baño. Duermo contadísimas horas y me despierto con un campo de batalla de al menos medio metro entre los dos en la cama. Registro estratégicamente el avance. Un pie que gana un centímetro de territorio y me roza, un brazo que se mueve disimulado y aterriza en mi hombro. (Lo que a los quince le decíamos la mano muerta en el cine). Centímetro a centímtro. Ya estoy totalmente despierta aunque me hago la dormida. Y en un movimiento casi disimulado, ahí está, apretujado contra mi espalda, con una pierna cruzada a la altura de mi cadera y una nariz en la nuca. Rendición.

Sunday, March 25, 2007

Lazy

Hoy te hubiese invitado a que vengas a casa con tu libro. Te hubiese dado uno de esos mates horribles que solo yo se cebar (esos que hacen charquito en la superficie y te mandan pedacitos de yerba directo a la garaganta). O hirvientes. O helados. Y te hubiese dicho que nos tiremos al sol-porque hace un poco de frío para la pileta-y podríamos haber metido los pies o hasta la panza (los brazos y la cabeza son lo más difícil de hundir abajo del agua). Yo hubiese tratado de terminar esa biografía eterna que me llevó casi todo el verano leer y que intercalé con una docena de libros. Y a la tarde, te hubiese dado otro de esos mates, todo casi sin hablar.

Wednesday, March 21, 2007

Una radiológica normalidad

Me hacía la disimulada pero lo de hipocondríaca me puede y me pasé desde el lunes tocándome las tetas en cada rato libre y con ideas macabras en la cabeza, fantaseando los resultados. El hipocondríaco se alimenta de la información y en este tema soy experta. Maldigo a los hombres y la sencillez de sus anatomías. Apenas una pequeñísima próstata para revisar regularmente. Hay años en los que me la tomo más tranquila y otros en los que ando con atención selectiva y entonces todo parece premonitorio y se vuelve insoportable. En esta semana pasan el especial de Kylye Minogue en A&E, veo carteles en vía pública, me mandan esos pavorosos mails en cadena y encima la travesti casada con la hermana de Mc Dreamy en Grey’s Anatomy tiene cancer de mama por la terapia hormonal de reemplazo. Cuando llego a retirar los resultados esta mañana por el lugar habitual, me dicen que vaya por otro ventanilla por temas administrativos. Esta gente está entrenada para no provocar el pánico en pacientes como yo, pienso. Cualquier cambio en la rutina habitual me altera.
-¿Administrativos?
Silencio del otro lado del mostrador, un silencio interminable. Cuando ya las piernas me están por fallar:
-Faltaba una firmita acá…
Firmo, manoteo la carpeta rosa con solapa en forma de teta (juro que es verdad), salgo disparada y en el medio de la calle me pongo a leer. Sin modificaciones con respecto al a los estudios realizados en 2005, blablabla de características radiológicas normales, normales, normales.
Una que quiere creerse especial. Acabo de alegrarme profundamente con mi radiológica normalidad.

Tuesday, March 20, 2007

All the rest pay cash

F se propuso dejar de fumar. No me lo quiere ni decir por la presión que uno siente cuando comunica decisiones importantes al resto, como que no queda otra salida que seguirlas.
-Dale, venite a casa a comer pero please no me fumes cerca.
-¿Marlboro?
-Claro.
-¿Estás dejando?
-Ni me digas. Estoy como en Trainspotting cuando al pibe lo ataban a la cama.
-Ves bebés caminando por las paredes.
-Mas o menos, boluda. Con razón al Diego le cuesta tanto…
Yo la distraigo con otro temas.
Cuando de hombres se trata, mi teoría de la variedad es la que te garantiza que no te vuelvas monocomando hasta que valga la pena que te vuelvas monocomando porque yo soy de las que creen firmemente en que hay un momento. Opciones abiertas, distracciones, ayudan. Pero el peligro está en que una vez que enunciás la teoría te la tenés que creer y entonces cuando se te limitan las opciones, necesariamente te vuelve la ansiedad, si la dejás.
El de los lentos de Barbra abrazados en el living llamó, vino a comer a casa, lo intoxiqué con un curry demasiado picante, bailamos otro poco y otro poco de “eso” y partió de viaje de trabajo. Puede que no vuelva. Unos mails cruzados la semana pasada y después un silencio que a mi me indica que se lo tragó la Puna.
El del asado, toda dedicación, toda la onda y ni noticias. Cuando me preguntaron qué onda dije:
-Mirá, no te voy a decir que estoy en la tónica "si gusta, gusto", porque no da, es de trapo, pero sí en la de "si no gusta, no gusto". Onda, si le gusté que me llame, yo no pienso hacer ni media movida.
Y bueno, te puede pasar que te quedás haciendo el donpirulero solita y el teléfono no suena pero para algo una crea sus teorías.
-Vos igual siempre tenés algo en la gatera, nena.
El está convencido de que yo siempre manejo Plan B. Bueno, en eso estamos, buscando alternativas para brindarle un mejor servicio.
Y además hay que confiar en el cosmos porque te puede pasar como a mi amiga X, que la otra vez en esas noches por las que no das un mango se disputó (ni digamos disputó porque la dejó totalmente fuera de competencia antes de arrancar) un bombón con Modelo Famosa de Turno y se lo terminó ganando. Esas cosas históricas que te pasan. Hacete una remera, le dije: Me lo comí yo, mamita.
Claro, yo tengo alguna de esas remeritas. En la "Era Carlo" terminamos a los besos con Yannik Noah y de gran charla con Willy Vilas y unas modelitos. Me hice la remera mental, obvio. Hay que confiar en el cosmos. Me parece que mi próxima remera es esa.

Monday, March 19, 2007

"Ride me" dice el taxista.

El taxista de esta mañana es una mezcla perfecta de Andy García y Emilio Estevez, con remera blanca escote en V, un Levi´s engineered y unas manos y unos brazos tan pero tan perfectos que hasta le puedo disculpar la cadenita de oro finita que le pende del cuello (al menos por lo que queda del viaje). Es más, podría arrancársela con los dientes junto al resto de la ropa. Tiene un espejo retrovisor más grande que lo normal, mucho más grande y no se si es para mirar a los pasajeros o para que nosotros lo podamos ver a él de cara entera y hombro y brazo. Puede que se sepa lindo. Habla de costado y cada tanto levanta una ceja y me mira por el espejo. Temo estar poniéndome colorada, entonces me ocupo de escribir sobre un papel y le sugiero que salga de Paraguay porque está congestionada. Hablamos de trabajo y miento impunemente cuando me pregunta si estoy llegando tarde a la oficina porque la verdad es que voy a hacerme una ecografía transvaginal, una mamo y una ecografía mamaria como parte del chequeo anual de rutina. Podría decir “controles médicos” pero me taro y miento. Además yo misma trato de alejar esa escena en la que en pocos minutos me voy a ver con una teta apretada entre dos placas de plástico para luego tenerlas a ambas embadurnadas de un gel helado y maloliente y lo que parece un rizador de pelo insertado entre las piernas en una sala en penumbras.
Antes de pagarle, manoteo el cambio en la cartera y voy dejando caer las monedas de diez centavos una por una hasta completar setenta y después le doy el billete como ralentando el proceso. Cuando lo agarra me roza un poco la mano con unos dedos perfectos hasta que veo una pulserita de oro. Me deprime, no tolero el oro en hombre pero pienso que será cuestión de seguir arrancándole bijou del cuerpo con los dientes nomás. Creo que se puede vivir con eso.

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Wednesday, March 14, 2007

What satisfaction canst thou have tonight?




Busco frenéticamente unas carpetas que se me ocurrió recuperar después de un año y termino dando vuelta la casa. Adentro del placard, en los cajones del mueble nuevo, entre las cajas de zapatos, abajo de la cama, atrás del sillón de una plaza, abajo del fouton, en los cajones del escritorio, al lado y por detrás. Finalmente las ubico entre el fouton y la pared de ladrillos (no entiendo como cayeron ahí) pero en el camino me encuentro también:
Dos saris de la India, uno fucsia con el clásico estampado hindú de gotitas y filigranas y otro en tonos turquesas y azules, con flores. Se me ocurre abrirlos y probármelos (miden como cinco metros de largo). Se los compré en un garage sale a una señora hindú que vivía sobre Ricardo Gutiérrez y Perú antes de que volviese a la India. Ella misma me enseñó como ponérmelos. Mitad de tela para un lado, siete frunces a la izquierda, se engancha la tela y vuelta sobre un hombro para que caiga la cola atrás. No me sale tan bien. Termino enredada y deseando tener una hermana que me ayude a volver a doblar la tela. Bollo y a la bolsa.
Cuatro platos pintados por mí a los que les falta pasar por el horno. Deben ser del 97 y me los devolvió mamá cuando se mudó. En esa época estaba irremediablemente enamorada de un tipo al que le pinté todo un juego con motivos marinos (muy jodidos), langosta, peces, langostinos, y estaba por mandar al horno la segunda tanda cuando me dejó por una pelirroja. Entonces la que entró en el horno fui yo y los platos quedaron. De esto pasaron diez años. "No se les hace regalos caros o de excesivo esfuerzo personal a los hombres". En esa época el consejo venía con una enmienda: "ni se les teje suéteres, ni se les compra regalos en Chevignon; es yeta".
Cuando termino el inventario mental agotada me tiro en la cama y veo en Retro un rato de Romeo y Julieta de Zefirelli. La primera vez la vi fue en el colegio. Estábamos todas calientes con Romeo -Leonard Whiting-a pesar de que se paseaba en calcitas al huevo toda la película. Se parecía bastante a este Ale Lacroix, vecinito de Olivos y novio de mi amiga y pegábamos grititos histéricos cada vez que aparecía en escena. A Mrs. Aspinall no le daba nada de gracia y le debíamos parecer muy boludas (teníamos 14, éramos muy boludas) pero era una inglesa relajada y ni se inmutaba después en la bedroom scene donde recién cogidos los amantes tienen esta ridícula conversación de ornitología. Además corría la leyenda (nunca la confirmé) de que la bonita Olivia Hussey había transitado por las aulas de la institución y entonces era todavía más divertido saberla ex usuaria de kilt y por carácter transitivo encontrarnos desnudas en los brazos de Leonard alguna vez. Alondras, ruiseñores, más bien el camión de la basura haciendo un ruido tremendo y señalando que es una hora clarísima para irse a dormir y encima, parece que refrescó.

Reflections On Blue Lagoon

Y mientras juega con mi cortina de caireles, agarra varias tiras como si fuesen un mechón de pelo grueso con el que está tratando de hacer una trenza y me dice:
-El problema es que cuando estás sola te creés que el matrimonio es como la laguna azul, todo lindo, todo perfecto.
-¿Que vas a estar flotando en un mar turqueza transparente, desnudos, cogiendo todo el día y con un bronceado permanente toda la vida porque siempre es verano?
-Claro…
-Que el sol te hace los reflejos naturalmente y el taparrabos de gamuza te queda divino…
-Pero la realidad es que hay invierno y hay celulitis.
-Y el taparabos te queda para el culo y Christopher Atkins resulta ser un pelotudo y todo termina arriba de un barquito pedorro a la deriva y una intoxicación letal con frutos rojos.

Tuesday, March 13, 2007

La variedad, reduce la ansiedad

Y con esta máxima pretendo moverme en los días venideros. Opciones, opciones, opciones en todo. Eso me traquiliza.

Monday, March 12, 2007

The Twilight Zone II

The one thing that unites all human beings, regardless of age, gender, religion, economic status or ethnic background, is that, deep down inside,we all believe that we are above average drivers and have a sense of humour.

Me dice que ellos no van a la chacra. El resto ya había salido desde Acassuso y todo indicaba que me quedaba sin ir.
-¿Vos manejás? Y en un acto de arrojo total para un hombre agrega: Hagamos una cosa, pasá por casa y llevate mi chata. Yo no la voy a usar hoy.
-¿En serio? ¿Estás seguro?
Contestó que sí y solo le escuché un hilito de duda finito en la voz cuando le pregunté si la chata era “con cambios”. Ni yo tengo la menor idea de porqué lo pregunté. Supongo que para decidir si me ponía zapatos bajos o sandalias altas porque la manejada definía mucho más la elección de calzado que el entorno. Me veo manejando el camión de BJ sin Bear a mi lado.
Es una gran estupidez que la “chata” se llame chata sobre todo porque casi necesito un banquito para subirme. Escucho las instrucciones atentamente y me alejo despacio doblando en Cerviño mientras repito Diesel, Diesel, Diesel hasta la Esso de Salguero y voy midiendo la distancia hasta el final de la camioneta pensando en la marcha atrás que voy a tener que hacer cuando llegue, para meterme en el surtidor correcto.
Bajo el vidrio, saco una sonrisa enorme y me pongo los anteojos de sol en la punta de la naríz mientras señalo la fila de autos.
-¿Diesel?
Era de esperar que no era esa la cola y maniobro hasta la correcta.
El aire acondicionado me congela los pies y para cuando me voy acercando a la salida del Acceso Oeste desde el Buen Aire apago la música y me concentro. Cuando me doy por vencida y ya no me queda orgullo, llamo.
-Estoy en el Acceso Oeste. Acabo de bajar de la Panamericana, pasando por el cinturón ecológico.
-Entonces estás en el Buen Aire, nena.
Con el olor a mierda que hay, a basura rancia pienso que esto de Buen Aire es peor que lo de "chata" pero vuelvo a concentrarme porque se ve que estoy distraída. Al rato vuelvo a llamar.
-¿Bajo en la 6 a la derecha?
-En la Brahma, metete en la Brahma.
-Ay, la veo, la tengo como atrás a la derecha pero no puedo llegar.
-Entonces te pasaste, nena. Retomá, pegá la vuelta y retomá.
Me veo muy tentada de pegar una vuelta en U, debería estar permitido. Siento que tomo una rotonda más y entro en el triángulo de las Bermudas para no volver. Siento que si entro en la rotonda voy a ser escupida por un agujero negro veinte años después y rebotar en una parva de basura del CEAMSE. Tengo serios problemas para seguir instrucciones verbales, para transportar del mapa a la realidad y para recordar de qué dirección vengo cuando agarro una rotonda. Tengo serios problemas.

Thursday, March 08, 2007

Desfloradas

Me obsesiono con las plantas de la oficina. (Me obsesiono con muchas cosas). Las entro, las saco, las saco, las entro. Cuando están afuera, el sol del balcón que da a Paraguay las achicharra y desde que las entré a la cocina de la oficina, una se puso amarilla y la otra empalideció. Insatisfechas. A K le dan asco las plantas en general y éstas en particular y de poder hacerlo sin que nadie la vea, preferiría matarlas. El lunes vino agarrando una con la punta del pulgar y el índice y cara de arcadas.
-She’s turning yellow.
Y con esto me derivó el cuidado del paciente. Descarté hepatitis, descarté ictericia. Supuse que era la falta de luz. Volvieron al balcón pero después de hoy creo que se ahogaron.

Tuesday, March 06, 2007

Tis not alone my inky cloak, nor customary suits of solemn black

Hablé con Marcelo, aka Macman y la sentencia fue inamovible. El disco rígido es irrecuperable. Ni un dato. Está podrido como nunca ví. El Data Rescue acotó algo así como "3000 horas restantes de búsqueda y en aumento".
Solo queda el duelo por lo que venía pasando de máquina en máquina desde el 2000. Ni quiero hacer el recuento, pero hay registro de todos los clientes con sus estimados de costos en simpatiquísimas carpetas celestes, una historia de amor desde el primer mail hasta el último, la organización y el diario de un viaje inolvidable, fotos, fotos y más fotos, música, música y más música, más de 40 chats del yahoo que son peores que las cartas de Joyce a Nora, originales escaneados que perdí, un montón de direcciones de gente que anda por el mundo y probablemente no vuelva a ver, el bendito mail al cliente que arrancaba con "Hola Sr. Pija" y quién sabe cuántas más anécdotas de estos años que a menos que la memoria no me traicione, voy a olvidar para siempre.

Monday, March 05, 2007

Monday, Monday

Me despierto con el ruido no tan distante de un micrófono y la voz de una directora de colegio dando la bienvenida a los alumnos. No se distinguen bien las palabras pero el tono es un clásico. Después la sigue el cura párroco porque ahí sí reconozco un Dios, una Virgen y lo que suena a una oración en conjunto en el patio del colegio cercano. Si no me despierta la construcción en la obra de enfrente me despierta el comienzo del año lectivo. En Palermo ya no se puede dormir.
En el "reducto de señoritas en kilt" en el que pasé doce años de mi vida, el primer día de clase no estaba tan mal, salvo por el calor. La kilt de lana no se lleva bien con los veranos sudamericanos y yo me negaba a usar esas kilts versión estival que me compraba mamá, eran una vil imitación de las originales y las mías venían específicamente de Escocia. Yo me defendía diciendo que el concepto KILT de verano era un invento de mi madre. No podía imaginar a los Mc Cormack, los Mc Crea Steele o los Mc Cloud eligiendo pollerita de ese material finito que filtraba la luz si uno caminaba con el sol en contra. Hasta Sean Connery la hubiese desechado. Legábamos a la clase, dejábamos las mochilas, abríamos nuestro desk, le colocábamos el candado, se nos asignaba un locker y caminábamos lento, lentísimo hasta el assembly, un clásico de los lunes a la mañana. Ahí nos sentábamos somnolientas (si no dormidas) durante lo que parecían horas y contrabandeábamos cerealitas que masticábamos imperceptiblemente durante el Glad that I live am I, that the sky is ble. Glad for the country rain, and the fall of dew (el himno del colegio y alguna que otra cosa que decía mis Taylor para darnos la bienvenida a "One more year at school").
El lunes es un buen día para arrancar un libro nuevo y este arranca particularmente bien.
"My mother is standing in front of the bathroom mirror smelling polished and ready, like Jean Naté, Dippity Do and the waxy sweetness of lipstick. Her white, handgunshaped blow-dryer is lying on top of the wicker clothes hamper, ticking as it cools. She stands back and smoothes her hands down the front of her swirling, psychedelic Pucci dress, biting the inside of her cheek.(…)
“Turn off the light,” she says as she walks away, creating a small whoosh that smells sweet and chemical. It makes me sad because it’s the smell she makes when she’s leaving".

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