Friday, April 27, 2012
Tuesday, April 24, 2012
Because nothing makes me happier than you and nothing makes me sadder II (*)
Vengo de una familia en el que el baboso es mi padre, el que agarra panzas de embarazadas y pide hacerle upa a bebés y cachorros ajenos. Mi madre, por su lado, siempre fue bastante más cauta con todo el tema y básicamente no le gustan demasiado perros. En cuanto a los niños, más bien los propios, que vengo a ser únicamente yo y algunos casos aislados que la conmueven cada tanto. Cuando se trató de su propio embarazo fue un plan anecdótico en el que se sumergió a fin de tener un hijo, bastante alejado de cualquier noción romántica de plenitud feminina y cosas por el estilo. Engordó los 9 kilos estipulados y decidió como muchas madres en los 70, no darme de mamar.
Todo esto no la hizo una madre fría ni mucho menos aunque es menos dada a la demostración pública de afecto que mi padre que andaría besuqueando y abrazando cualquier cosa que se desplace en dos patas (y 4 también).
La cosa es que le muestro las fotos escaneadas que me llevé de su casa con el fin de rescatar del asepiado absoluto. El paso de los años ya las está decolorando tanto que solamente la memoria te hace reemplazar los colores donde no están más o donde fueron reemplazados por esos amarronados y amarillos y donde los turquesas se volvieron falsos verdes.
Entonces, mientras mira una en la pantalla, mi madre, esa mujer levemente prusiana regida por el deber ser, el culto a la responsabilidad y el trabajo, los autores clásicos, asqueada por el olor de la leche de vaca y poca emoción en lo que refiere a maternidad y niños, de repente tiene los ojos cargados de lágrimas mientras mira una foto mía.
-This is one of my favourite pictures of you. Estás tan linda. So bright, esa expresión en la cara, los cachetes…
Y los lagrimones caen. Esa madre de la que yo siempre dije “no me quiere porque soy su hija, me quiere porque yo fui yo” descartando ese amor natural instintivo que decían debían tener las madres, esa cosa más animalezca. Yo decía que la mía no, que la mía me quiso con nombre y apellido porque fui yo y por cómo fui yo, porque le caí bien en definitiva. Una amor profundo pero por elección. Nadie nunca se ocupó de desmentirlo ni resaltar la amplia evidencia de lo otro y creo que crecimos ambas con esa idea. Sin embargo, ahí estaba, la señora de setenta y largos con los ojos llenos de lágrimas viendo mi foto diminuta. No sé qué habrá pasado por su cabeza en ese momento. Me hice la distraída y no pregunté. Pero se veía bastante instintivo.
Todo esto no la hizo una madre fría ni mucho menos aunque es menos dada a la demostración pública de afecto que mi padre que andaría besuqueando y abrazando cualquier cosa que se desplace en dos patas (y 4 también).
La cosa es que le muestro las fotos escaneadas que me llevé de su casa con el fin de rescatar del asepiado absoluto. El paso de los años ya las está decolorando tanto que solamente la memoria te hace reemplazar los colores donde no están más o donde fueron reemplazados por esos amarronados y amarillos y donde los turquesas se volvieron falsos verdes.
Entonces, mientras mira una en la pantalla, mi madre, esa mujer levemente prusiana regida por el deber ser, el culto a la responsabilidad y el trabajo, los autores clásicos, asqueada por el olor de la leche de vaca y poca emoción en lo que refiere a maternidad y niños, de repente tiene los ojos cargados de lágrimas mientras mira una foto mía.
-This is one of my favourite pictures of you. Estás tan linda. So bright, esa expresión en la cara, los cachetes…
Y los lagrimones caen. Esa madre de la que yo siempre dije “no me quiere porque soy su hija, me quiere porque yo fui yo” descartando ese amor natural instintivo que decían debían tener las madres, esa cosa más animalezca. Yo decía que la mía no, que la mía me quiso con nombre y apellido porque fui yo y por cómo fui yo, porque le caí bien en definitiva. Una amor profundo pero por elección. Nadie nunca se ocupó de desmentirlo ni resaltar la amplia evidencia de lo otro y creo que crecimos ambas con esa idea. Sin embargo, ahí estaba, la señora de setenta y largos con los ojos llenos de lágrimas viendo mi foto diminuta. No sé qué habrá pasado por su cabeza en ese momento. Me hice la distraída y no pregunté. Pero se veía bastante instintivo.
Labels: Mother
Monday, April 23, 2012
Bloody Mary
Había algo que no me cerraba con el tema de la virginidad y el amor y el dolor todo junto y mezclado. Me sonaba a trauma y si bien fui una cosecha tardía no me gustaba esa idea de “ser virgen”; no entendía el punto. Ya mi madre me había contado que no lo era cuando se enfundó el vestidito mini de broderie blanco (porque mi vieja se casó en mini en una iglesia diminuta en La Lucila). Casamiento del que nunca vi fotos porque los fotógrafos amigos de mi padre se empedaron y no hicieron ni una sola toma. Tampoco hay filmación del caso, porque para que se sepa, el director de cine de quien soy hija contrató todo un crew de filmación que no se sostuvo en pie más allá de los saladitos y la Súper 8 quedó tirada por ahí entre la gente y el fotógrafo desnucado en algún sillón.
Gente confiable.
Y también sé que en un viejo registro de inmigración o en un acta de defunción (no recuerdo bien) la fecha de casamiento de mis abuelos polacos es bien posterior al nacimiento de su primer hijo varón, el que murió siendo un bebe y del que nunca se habló hasta que alguien encontró los registros. Mi abuela, esa que perseguía a mi madre por andar en bikini o hot pants en botas que trepaban hasta la rodilla.
La misma.
Otra cosa que me sacaba de quicio era la tan promocionada “charlita” con la madre. Nunca le conté de esa cachirulada de la primera vez. Me parecía innecesario, casi de telenovela. Contarle a tu mamá, de propaganda de Johnson & Johnsons. Sólo sé que un día entre un café y otro me preguntó si tenía un DIU cosa que me pareció absolutamente desubicada de su parte y asunto setentoso más no sea y le respondí que no, que no DIU, que podía quedarse tranquila y terminé el tema ahí mismo. Puede que la pacatería haya saltado una generación. Mi madre no dice malas palabras y no es invasiva en lo que refiere a la vida privada del otro, sin embargo, supongo que ese día sintió que debía cumplir su obligación de madre y se metió. Creo que respiró aliviada cuando notó que nadie tenía intenciones de hablar del tema.
Sin embargo, a veces, para escandalizarla un poco, le digo algo con “coger” así bien obvio y le recuerdo que no me dejó ver Prizzi´s Honour en Punta del Este ese año porque había “a very explicit lovemaking scene”. Ya sabemos lo que pienso del lovemaking, que no es coger, que es un eufemismo para algo en su versión rebajada como cuando me decían de chiquita que el Ginger Ale era el champagne de los niños.
O un Bloody Mary sin vodka (que para el caso sería algo que pedís en una macrobiótica y no en la barra a medialuz de algún buen bar). Y en definitiva por algo se llama Virgen Mary que es bastante distinto a la sanguinaria Queen Mary I por quien los ingleses decidieron nombrar el trago. Take the vodka out, take the fun away. Go “make love”.
Gente confiable.
Y también sé que en un viejo registro de inmigración o en un acta de defunción (no recuerdo bien) la fecha de casamiento de mis abuelos polacos es bien posterior al nacimiento de su primer hijo varón, el que murió siendo un bebe y del que nunca se habló hasta que alguien encontró los registros. Mi abuela, esa que perseguía a mi madre por andar en bikini o hot pants en botas que trepaban hasta la rodilla.
La misma.
Otra cosa que me sacaba de quicio era la tan promocionada “charlita” con la madre. Nunca le conté de esa cachirulada de la primera vez. Me parecía innecesario, casi de telenovela. Contarle a tu mamá, de propaganda de Johnson & Johnsons. Sólo sé que un día entre un café y otro me preguntó si tenía un DIU cosa que me pareció absolutamente desubicada de su parte y asunto setentoso más no sea y le respondí que no, que no DIU, que podía quedarse tranquila y terminé el tema ahí mismo. Puede que la pacatería haya saltado una generación. Mi madre no dice malas palabras y no es invasiva en lo que refiere a la vida privada del otro, sin embargo, supongo que ese día sintió que debía cumplir su obligación de madre y se metió. Creo que respiró aliviada cuando notó que nadie tenía intenciones de hablar del tema.
Sin embargo, a veces, para escandalizarla un poco, le digo algo con “coger” así bien obvio y le recuerdo que no me dejó ver Prizzi´s Honour en Punta del Este ese año porque había “a very explicit lovemaking scene”. Ya sabemos lo que pienso del lovemaking, que no es coger, que es un eufemismo para algo en su versión rebajada como cuando me decían de chiquita que el Ginger Ale era el champagne de los niños.
O un Bloody Mary sin vodka (que para el caso sería algo que pedís en una macrobiótica y no en la barra a medialuz de algún buen bar). Y en definitiva por algo se llama Virgen Mary que es bastante distinto a la sanguinaria Queen Mary I por quien los ingleses decidieron nombrar el trago. Take the vodka out, take the fun away. Go “make love”.
Labels: Me adorable me, Mother
Friday, April 20, 2012
Night in
Mi madre se pierde en un mercado de pulgas en Colonia y sale con 8 platos antiguos para mi colección. Todos distintos. 4 playos que pueden usarse como "de sitio" y 4 hondos. Cuando digo que los de sitio están demodé mi madre me corrige y me dice que lo que está demodé es no poner nada debajo del plato hondo cuando uno pone la mesa. Where would you place your spoon? Y pienso que tiene razón.
Anoche N come en casa. Esperaba un hombre transpirado recién llegado del fútbol de los jueves pero recibo personaje trajeado aflojándose ya la corbata, abriendo un vino tinto y sentándose en el sillón que elige siempre: el de un cuerpo que no se comparte con nadie con vista directa a las nuevas 42 pulgadas que recibí de regalo.
Hablo, hablo, hablo. Le hago escuchar versiones varias de Paisaje por Gilda, Vicentico y la original de Franco Simone, canto y corto dos hojitas de albahaca de la planta para poner sobre los ravioles antes de rallarles queso encima.
-Esto no es cocinar, afirmo, lo único que hice fue la salsa.
Sueño con una pastalinda, un delantal, fideos finitos que van saliendo y cuelgo de un barrote y la Loren gritando tetona desde una cocina. Mastroianni se retira cansado por el pasillo. Somos el mismo matrimonio mal avenido de siempre. Y es lo que me encanta de nuestra amistad.
Monday, April 16, 2012
Because nothing makes me happier than you and nothing makes me sadder (*)
Cualquiera diría que podría ser mi hija retratada con Instagram hace días. Salvo que es el jardín de la casa de Olivos hace millones de años. Mamá me ponía contra la enredadera que había en el fondo y me sacaba fotos. Hay varias de ese día. El mismo jardinero de florcitas, el pelo agarrado como para dominar el rulaje con una hebillita de costado, esos zapatos diminutos (para un pie que aún conservo diminuto) aunque eran mucho más turquesas que lo que se ven ahí, Y encuentro lo que todavía veo en fotos hoy, insisto con que hago algo con un ojo que lo hace verse más chiquito. "Estás loca" me dicen. Me intriga qué me estaría diciendo mamá para hacerme reír así. O de repente estaba actuando. Me intriga la voz que salía de mi boca y ese "vos nunca tuvíste media lengua" que me repitieron tantas veces.
Y mi risa. Me intriga mi risa entonces.
(*) de mi libro A History of Love.
Labels: Me adorable me, Mother
Friday, April 13, 2012
Ese club carísimo
Mirando el envase de jabón líquido para lavar Ace en el chino de la vuelta me quedo meditando un rato y en un rapto de seguridad agarro el botellón.
-¿Este me re conviene, no?
-Sí, clalo. Glande siempe mejó.
China amiga reafirma mi viveza. Me creo Lita de Lazzari pero linda.
Llego a casa con los dos precios resonando en mi cabeza. Agarro papelito y ensayo una regla de tres simple. Todo arranca bien hasta que tengo que tomar la decisión de dividir qué por qué.
-Hola Ma. Una cosa, ¿qué me conviene, comprar el de 800ml a $12 o el de 1.5L a$24?
Madre hace la cuenta de lo que le salió mi exclusiva educación británica y creo que llora internamente.
Contesta algo para no hacerme sentir tan mal y se ríe. Como la madre de mi amiga Vivi que se refiere a nuestro paso por la Benemérita Institución como a "ese club carísimo al que las mandamos".
-¿Este me re conviene, no?
-Sí, clalo. Glande siempe mejó.
China amiga reafirma mi viveza. Me creo Lita de Lazzari pero linda.
Llego a casa con los dos precios resonando en mi cabeza. Agarro papelito y ensayo una regla de tres simple. Todo arranca bien hasta que tengo que tomar la decisión de dividir qué por qué.
-Hola Ma. Una cosa, ¿qué me conviene, comprar el de 800ml a $12 o el de 1.5L a$24?
Madre hace la cuenta de lo que le salió mi exclusiva educación británica y creo que llora internamente.
Contesta algo para no hacerme sentir tan mal y se ríe. Como la madre de mi amiga Vivi que se refiere a nuestro paso por la Benemérita Institución como a "ese club carísimo al que las mandamos".
Labels: La benemérita institución, Me adorable me
Tuesday, April 10, 2012
Y debería decir
Que es un mes en el que se me confunden las fechas y por un lado adelanto cumpleaños y por el otro me olvido (que hace unos días) este blog cumplió 7 años. A veces me sorprende esa habilidad del cerebro de olvidar las fechas importantes.
Labels: Birthday Girl
Tuesday, April 03, 2012
Motivos
De mi viaje por La Toscana todavía guardo unas sales en un frasquito diminuto que mezclo con aceite de oliva y tiro encima de una mozarella con tomates y albahaca de la maceta que tengo en la cocina y crece al lado de los cactus sin confusiones de identidad. Otras veces simplemente arriba de una buschetta. Las compré en lo del amigo Dario, el carnicero, y me preocupé por ver exactamente los perfumes que tienen encerradas. Tengo un pimentero enorme que compramos no me acuerdo si en Montepulciano o Siena y mezcla sal de mar, peperonccino y pimienta en cantidades aleatorias por lo cual nunca se sabe bien qué esperar sobre el plato. Generalmente, sale bien. Y en el último estante (abajo en la biblioteca donde guardo los vinos) un Brunello que todavía no abrí porque siempre busqué buenos "motivos". Motivos, como si fuesen necesarios. Ridícula.
Labels: Tripping