Because nothing makes me happier than you and nothing makes me sadder II (*)
Vengo de una familia en el que el baboso es mi padre, el que agarra panzas de embarazadas y pide hacerle upa a bebés y cachorros ajenos. Mi madre, por su lado, siempre fue bastante más cauta con todo el tema y básicamente no le gustan demasiado perros. En cuanto a los niños, más bien los propios, que vengo a ser únicamente yo y algunos casos aislados que la conmueven cada tanto. Cuando se trató de su propio embarazo fue un plan anecdótico en el que se sumergió a fin de tener un hijo, bastante alejado de cualquier noción romántica de plenitud feminina y cosas por el estilo. Engordó los 9 kilos estipulados y decidió como muchas madres en los 70, no darme de mamar.
Todo esto no la hizo una madre fría ni mucho menos aunque es menos dada a la demostración pública de afecto que mi padre que andaría besuqueando y abrazando cualquier cosa que se desplace en dos patas (y 4 también).
La cosa es que le muestro las fotos escaneadas que me llevé de su casa con el fin de rescatar del asepiado absoluto. El paso de los años ya las está decolorando tanto que solamente la memoria te hace reemplazar los colores donde no están más o donde fueron reemplazados por esos amarronados y amarillos y donde los turquesas se volvieron falsos verdes.
Entonces, mientras mira una en la pantalla, mi madre, esa mujer levemente prusiana regida por el deber ser, el culto a la responsabilidad y el trabajo, los autores clásicos, asqueada por el olor de la leche de vaca y poca emoción en lo que refiere a maternidad y niños, de repente tiene los ojos cargados de lágrimas mientras mira una foto mía.
-This is one of my favourite pictures of you. Estás tan linda. So bright, esa expresión en la cara, los cachetes…
Y los lagrimones caen. Esa madre de la que yo siempre dije “no me quiere porque soy su hija, me quiere porque yo fui yo” descartando ese amor natural instintivo que decían debían tener las madres, esa cosa más animalezca. Yo decía que la mía no, que la mía me quiso con nombre y apellido porque fui yo y por cómo fui yo, porque le caí bien en definitiva. Una amor profundo pero por elección. Nadie nunca se ocupó de desmentirlo ni resaltar la amplia evidencia de lo otro y creo que crecimos ambas con esa idea. Sin embargo, ahí estaba, la señora de setenta y largos con los ojos llenos de lágrimas viendo mi foto diminuta. No sé qué habrá pasado por su cabeza en ese momento. Me hice la distraída y no pregunté. Pero se veía bastante instintivo.
Todo esto no la hizo una madre fría ni mucho menos aunque es menos dada a la demostración pública de afecto que mi padre que andaría besuqueando y abrazando cualquier cosa que se desplace en dos patas (y 4 también).
La cosa es que le muestro las fotos escaneadas que me llevé de su casa con el fin de rescatar del asepiado absoluto. El paso de los años ya las está decolorando tanto que solamente la memoria te hace reemplazar los colores donde no están más o donde fueron reemplazados por esos amarronados y amarillos y donde los turquesas se volvieron falsos verdes.
Entonces, mientras mira una en la pantalla, mi madre, esa mujer levemente prusiana regida por el deber ser, el culto a la responsabilidad y el trabajo, los autores clásicos, asqueada por el olor de la leche de vaca y poca emoción en lo que refiere a maternidad y niños, de repente tiene los ojos cargados de lágrimas mientras mira una foto mía.
-This is one of my favourite pictures of you. Estás tan linda. So bright, esa expresión en la cara, los cachetes…
Y los lagrimones caen. Esa madre de la que yo siempre dije “no me quiere porque soy su hija, me quiere porque yo fui yo” descartando ese amor natural instintivo que decían debían tener las madres, esa cosa más animalezca. Yo decía que la mía no, que la mía me quiso con nombre y apellido porque fui yo y por cómo fui yo, porque le caí bien en definitiva. Una amor profundo pero por elección. Nadie nunca se ocupó de desmentirlo ni resaltar la amplia evidencia de lo otro y creo que crecimos ambas con esa idea. Sin embargo, ahí estaba, la señora de setenta y largos con los ojos llenos de lágrimas viendo mi foto diminuta. No sé qué habrá pasado por su cabeza en ese momento. Me hice la distraída y no pregunté. Pero se veía bastante instintivo.
Labels: Mother
14 Comments:
Estuve haciendo el mismo trabajo con fotos de mi niñez, tal vez un intento de recuperar algo, no lo sé. Fui "destetado" a los 45 días, habría que averiguar que consecuencias trae, pero no creo que sean buenas...
moving
Hola, yo naci en el 83, y tampoco me gustaban los niños ni nada q tuviera q ver con el afecto de propaganda. Despues tuve mis hijas..., te puedo asegurar q aunq no me gusten las demostraciones publicas las quiero con ese instinto animal q decis.
Ah, siguen sin gustarme los niños en general.
Manuel Mujica Láinez decía que a sus propios hijos recién empezó a quererlos cuando se convirtieron en "personas", es decir cuando fueron adultos.
Cuando naci, mi madre le decia (con culpa) a mi abuela "Yo no la quiero" y me explicó que era porque no me conocía. Hoy (y desde siempre) si hay algo de lo que no me quedan dudas es de su amor, instintivo y del otro: me quiere porque soy yo y me quiere porque soy su hija.
Y quizas que me quiere demasiado, tanto que la tengo que frenar un poco.
No probaste con un abrazo en ese momento de las lagrimas? Que importante ese instante, toda una vida que cambia, en un instante... Ta bueno
Excelente post! No te podés quejar. Tus padres te adoran, Char. Pasa que la vida no es fácil para nadie! No todos sentimos igual que la ¨media¨jaajaj!
Un abrazo
AC
Obvio Guira, después de 40 años se ha ablandado bastante y entre mi viejo y yo la hemos hecho cariñosa y más fan de la franela. Súper natural es el tema.
Gracias Fedx, AC, Miss, HerBitchness, Miss M, Rob.
A mi nunca me gustaron demasiado los nenes, pero desde que nacio mi bebe me muero de amor...
Charlotte perdon si me meto en lo que no me importa, pero puede ser que se te este despertando el instinto maternal?
Manuel Mujica Láinez escribía delicioso pero como padre... ejem...
ES RE LOCO ...PENSAR LE CAERE BIEN A MIS HIJOS????
PREGUNTO Y....
MI HIJA DE 7 RESPONDE.............SI,MUUUUUUY.
A ESTA ALTURA NOS CAES BIEN A TODOS CHAROLETTE.
Y TOTI.....?? BESO
JACKIE
“no me quiere porque soy su hija, me quiere porque yo fui yo”
ésa es una GRAN frase; pariré pronto y también estoy pensando en esas cosas.
Creo que tu madre es uno de mis personajes favoritos de este Blog. Que bueno dejar todo tan hermosamente registrado. Saludos Ch !
Yo siempre sentí que era al revés, que la mía me quería porque era su hija, pero si no no lo hubiera hecho. Me gusta más tu sentimiento...
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