Ricardito
Mi padre me cuenta un sueño que tuvo. Estamos sentados en la mesa con los restos del té que tomamos juntos. Cada tanto me agarra las manos y me dice algo de "qué lindas manos tenés, siempre prolijitas. Las manos en una mujer son importantes". Les da un beso, uno a cada una y sigue con su sueño. Presto poca atención salvo cuando dibuja en el papel. Ahí la cosa se pone mejor porque aún a la edad que tenemos ambos y cada uno la suya, nos siguen divirtiendo los dibujos. A mí especialmente el verlo agarrar el lápiz mina, darle una sacudida justa como para que baje un punto la mina (debe ser una 0.5 2B porque es bien blanda y escribe oscuro). Dibuja la suela de un zapato (perfecto) y en la suela escribe algo como Henry Smith. No sé si una marca real de zapatos de antes o parte del sueño.
-Y en el sueño yo pensaba y me decía a mí mismo “Son como los zapatos que usaba Ricardito”.
Y dice “Ricardito” como si estuviésemos hablando de algún tío o íntimo amigo que todos, o al menos los miembros de la familia, deberíamos conocer. ¿De quién habla? Empiezo a pensar que es un personaje de ficción. Cuando estoy por preguntar quién carajo es Ricardito veo que jadea un poco y en el momento menos pensado llorisquea.
Resulta que Ricardito era un vecino de la cuadra desde que nacieron, hijo de un psiquiatra del barrio. Ricardito fue “adoptado” por la familia de mi viejo, sobre todo por Toti como era de esperarse, que se encargó de ensañarle a andar en bicicleta (teniendo apenas un poco más de edad). Va a pasar un rato hasta que entienda que lo de "adoptado" es una forma de decir. Toti andaba con Ricardito a cuestas a todos lados, lo defendía y lograba que lo reconozcan y respeten dónde fuera (esto me lo dice mi madre más tarde).
-Hasta al Club Olivos con todos sus amigos.
Ricardito tenía alguna discapacidad física (Toti dice espástico, no lo dice pero se mueve en forma grotesca en su silla y yo digo la palabra). Ricardito se pasaba el día en su casa. Toti me cuenta cómo fue enseñarle a andar en bicicleta. Toti siempre enseñó a andar en bicicleta. Lo hizo conmigo, mi amiga Sofía, esa otra chica que entró tarde al colegio y a la que nadie le hablaba, con mi vecina de la esquina, los nietos de su ex mujer, su hijastro.... Para Toti andar en bicicleta es un asunto importante de la infancia se ve, y nunca, desde que fue muy chiquito, dejó que ningún chico a su alrededor se quedara sin aprenderlo. Ricardito y mi padre y mis tíos fueron creciendo juntos. Toti llora, cada vez entiendo menos. Es un rarísimo día del padre.
-Es que Ricardito se tiró abajo del tren. Se mató. No pudo aguantar.
Lo consuelo desde mi silla, tratando de hacerle entender que era algo inevitable supongo. Más tarde llego a casa y llamo a mi madre. Le cuento que Toti está sensible, le pregunto si será la edad, "esto de llorar" le digo. Le pregunto de Ricardito y le cuento de la culpa enorme que dijo sentir mi viejo con él.
-Dice que se quedó con culpas…
-¿Toti? ¿Justo él? Si lo llevó con el toda su vida, le enseñó a andar en bicicleta... hasta me llevó a mí a tomar en té con Ricardito y su padre un día. Ya estábamos de novios…
Iban pasando los años y en algún momento todos crecieron y “llegaron las minas”. Mi madre dice que “he must have felt really awkward”, que todos siguieron con sus vidas y que Ricardito no pudo más cuando se dio cuento que jamás iba a tener la vida de ellos. Dice que mi padre no debería sentir culpa (hasta creo que le da un poco de lástima que la sienta). Con todos los reparos que ella pueda tener con Toti, siempre reconoció eso del buen tipo, de la gran persona.
Me imagino la calle Villate y mi viejo chiquito de pantalones cortos y anteojitos gruesos empujando una bicicleta con un chico arriba. Viéndolo cómo se pierde a la distancia. Me acuerdo de la casa, ahí nomás de la Quinta. Me madre cierra el cuento, aporta esos otros detalles que lo hacen más siniestro.
-Se tiró abajo del tren, del Mitre. Fue una cosa meditada, muy decidida yo creo, sabía exactamente lo que estaba haciendo.
A veces la gente de Olivos decide morir debajo del tren.
Labels: Herencia, Misplaced Childhood, Olivos, Toti
14 Comments:
¡VOLVISTE! Gracias, Charlotte.
A veces la gente de Olivos decide morir debajo del tren...
cada día lo quiero más a Toti
sí, gracias por volver. ¡y de qué modo! el que ya no vuelve es ricardito.
Yo también te digo gracias por volver así!!! Lo quiero a Toti a través tuyo. Ojalá se mejore. Hermoso post.Sos tan rica. Lo sabías?
Abrazo. AC
A traves tuyo queremos a Toti y eso de querer incluir a Ricardito en todo lo hace un tipo tan divino, tan entrañable. Que orgullosa debes estar de tu Papá!
Cuando la facultad me quita el tiempo para leer libros me reconforta saber que entrando aca voy a tener algo con increíble.
en el Sarmiento morir no fue una elección.
Muy de una madre cortar un clima sentimental para decir algo extremadamente frío y certero.
Ay Toti! Ay Ricardito!
me imagine a tu viejo... con esa tristeza por Ricardito...
que bueno que volviste a escribir.
Char-Char regresaste! qué gusto me dá,como siempre sublime.
Cómo Toti resulta tan querible a través tuyo! Leía y me daban ganas de darle un abrazo y unas palmadas en la espalda para confortarlo. A Toti lo recreo en mi imaginación con las imágenes que vos nos posteas de "hace mucho tiempo" y se me antoja muy parecido a un suegro que tuve, pero con unos años más, entonces le robé su sonrisa y alguno de sus modismos (al ex suegro!) para completarme mi imagen de Toti.
Y hablando de imágenes, ayer en una maratón que estaba haciendo de dr. house (tenía que llegar al último capítulo, que es hoy!) había una niña igualita a vos de pequeña. El capítulo en cuestión, muy casualmente, se llama The C-Word. Loco,no? Beso Charlize!
ufff... muy groso...GROSO!
Gracias todos.
AMAZING POST:)
Your blog is so wonderful..do you have fb to follow with??
If you want some décor inspiration from Sweden, check out my blog:)
Have an awesome week.
LOVE Maria at inredningsvis.se
(Sweden)
Post a Comment
<< Home