Hija de tu madre III
Tengo de mi madre muchas cosas menos esos ojos celestes que le envidié desde que tuve uso de razón y ella me consoló diciendo que ¿para qué queríamos otra rubia más con ojos azules, no? Si ya hay tantas. Entonces creo que me conformé con su nariz polaca aunque la perfeccioné al diminutivismo absoluto y eso de que también “tenés mucho mejor pelo que yo”. Ella lo decidió temprano y siempre tuvo un corte a la garcon que era medio como el que usaba Mia Farrow en Rosemary´s Baby. No que yo haya sido el bebé de Belcebú ni mucho menos aunque sí la debo haber llevado más de una vez a unas ganas irresistibles de barrerme de la faz de la tierra (más no sea por unos días). Digo que me conformo con eso y con varias cosas más.
Digo que yo leo (y escribo) porque mis mejores regalos fueron libros que compró mi madre y porque cada oración que escribí fue leída en voz alta por mi madre también (y en esos arrebatos de adoración hiperbólicos, enmarcados por mi padre). Ella sin embargo es más de decir y escribir cosas como “Me encantó, y no porque seas mi hija, it's full of feeling, but it doesn't boil over. Love and thank you, Ma” cuando le muestro algo de lo que escribo, por ejemplo.
Digo que soy hija de mi madre porque hasta tengo su letra, la coquetería, la sensibilidad medio desbordada ante cualquier evento que amerite llanto (a nuestros ojos marrones y azules) y hasta una forma tilinga de hablar cuando atendemos el teléfono (parece). Mi padre dice que somos mujeres de lindos pies aunque nos retaba si andábamos mucho descalzas en el verano, como dos indias. Yo me lo creí y basta eso para que alguien más te los admire.
Digo que soy hija de mi madre porque tengo ese no nonsense que suele regir en los asuntos de su vida y una fuerza que sale de no sé dónde para sobrevivir. Pero ella es mucho más fuerte que yo y si pienso en este mundo sin ella me vuelvo tremendamente chiquitita, como mi nariz.
Digo que yo leo (y escribo) porque mis mejores regalos fueron libros que compró mi madre y porque cada oración que escribí fue leída en voz alta por mi madre también (y en esos arrebatos de adoración hiperbólicos, enmarcados por mi padre). Ella sin embargo es más de decir y escribir cosas como “Me encantó, y no porque seas mi hija, it's full of feeling, but it doesn't boil over. Love and thank you, Ma” cuando le muestro algo de lo que escribo, por ejemplo.
Digo que soy hija de mi madre porque hasta tengo su letra, la coquetería, la sensibilidad medio desbordada ante cualquier evento que amerite llanto (a nuestros ojos marrones y azules) y hasta una forma tilinga de hablar cuando atendemos el teléfono (parece). Mi padre dice que somos mujeres de lindos pies aunque nos retaba si andábamos mucho descalzas en el verano, como dos indias. Yo me lo creí y basta eso para que alguien más te los admire.
Digo que soy hija de mi madre porque tengo ese no nonsense que suele regir en los asuntos de su vida y una fuerza que sale de no sé dónde para sobrevivir. Pero ella es mucho más fuerte que yo y si pienso en este mundo sin ella me vuelvo tremendamente chiquitita, como mi nariz.
Labels: Mother
5 Comments:
qué ternura
disfrute ch, disfrute
Que lindo es tener una madre maravillosa...
Qué tierna y qué chiquita! Hermoso Char. Otra vez hermoso. Yo también le envidio los ojos verdes y celestes a madre y hemanas! De dónde habré salido con marrones? jjaajaj Cariños. AC
Se me llenaron los ojos de lagrimas. Vamos Charlotte, que tu Mama es fuerte, mucho mas fuerte que vos y tiene que seguir leyendo las maravillas que escribis!
Ay Charlotte, algún día podré no llorar cuando lea algo de lo que le escribis a mother o a Toti?. Besos, diosa!
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