Panic and Prejudice. The Performing Arts
Ya habíamos arrasado con la picada. Yo me ensañé particularmente con un queso ahumado de cáscara amarilla que pedía a gritos que lo corte. M ya había traído las bandejas del horno, nos habíamos servido y estábamos hablando (a los gritos, como solemos hacerlo y peleando un poco como cada vez que nos encontramos las trece). Los novios y maridos suelen mantenerse levemente alejados. No se si somos intimidantes o ensordecedoras. Hay gente que se para, van a la cocina se sirven vino, persiguen a Tito el gato anaranjado que se cuela entre los invitados para ponerlo de patitas en el jardín. Nadie se escucha.
- Pasame las papas.
- La receta, quiero la receta de este paté...
- Coca light, please.
-¿Qué?
-Coca, coca light.
-¿Alguien sabe si Cha venía?
Y entre el ruido lo veo. Un señor (absolutamente descocido) se mueve disimulado entre los invitados. Cabe aclarar que conozco los nombres, apellidos, números telefónicos, sobrenombres, vicios y ñañas de cada uno de los invitados a este cumpleaños. A algunos los conozco hace más de 30 años. El señor es un extraño. Podría ser un ladrón organizando el robo del siglo y estar operando con la mayor tranquilidad. Cuando uno de los invitados se corre, lo veo bien. Mueve muebles. Tiene puesta una camisa blanca y un chaleco con un estampado de dudoso gusto y creo que un moño al cuello. Temo lo peor. Sospecho que es un payaso. Hago contacto visual con alguien que también lo vió pero me hago la tonta. Tal vez así lo inevitable no suceda y si todos nos hacemos los boludos el señor se vaya porque si nadie lo ve es porque no existe. Yo con los payasos no puedo. Con los mimos menos (me dan una mezcla retorcida entre violencia, pánico y vergüenza ajena, pero prima el miedo) y con los magos, bueno con los magos también la paso jodido. Yo sufro con que le salgan mal las cosas, con que se le atoren los conejos en la galera, se les incendie la paloma, me rompan posta los $100 que les prestás como una imbécil para el truco ese en el que rompen en mi pedacitos el billete o lo que es peor, que se manden esos chistes pedorros que no se los remás ni a tu mejor cliente en el momento que te está firmando el cheque. Este re daba look mago. Creo que hice fondo blanco con un tinto que manoteé de la mesa. Pensé en encerrarme en el baño. Total con la distracción del chow nadie notaría mi ausencia. El señor organizó un poco más los muebles y pidió silencio. Mago, mimo, mimo, mago, mago, payaso, mimo, payaso no, mago, mimo. Los segundos fueron interminables y mientras seguía debatiéndome acerca de la ocupación del señor del chalequito jodido, bajan uno, dos, tres, cuatro, ¡cuatro! personajes vestidos y se ponen a actuar. Ni mimos ni payasos ni magos. Actores y yo equívocamente sentada en primera fila.
- Pasame las papas.
- La receta, quiero la receta de este paté...
- Coca light, please.
-¿Qué?
-Coca, coca light.
-¿Alguien sabe si Cha venía?
Y entre el ruido lo veo. Un señor (absolutamente descocido) se mueve disimulado entre los invitados. Cabe aclarar que conozco los nombres, apellidos, números telefónicos, sobrenombres, vicios y ñañas de cada uno de los invitados a este cumpleaños. A algunos los conozco hace más de 30 años. El señor es un extraño. Podría ser un ladrón organizando el robo del siglo y estar operando con la mayor tranquilidad. Cuando uno de los invitados se corre, lo veo bien. Mueve muebles. Tiene puesta una camisa blanca y un chaleco con un estampado de dudoso gusto y creo que un moño al cuello. Temo lo peor. Sospecho que es un payaso. Hago contacto visual con alguien que también lo vió pero me hago la tonta. Tal vez así lo inevitable no suceda y si todos nos hacemos los boludos el señor se vaya porque si nadie lo ve es porque no existe. Yo con los payasos no puedo. Con los mimos menos (me dan una mezcla retorcida entre violencia, pánico y vergüenza ajena, pero prima el miedo) y con los magos, bueno con los magos también la paso jodido. Yo sufro con que le salgan mal las cosas, con que se le atoren los conejos en la galera, se les incendie la paloma, me rompan posta los $100 que les prestás como una imbécil para el truco ese en el que rompen en mi pedacitos el billete o lo que es peor, que se manden esos chistes pedorros que no se los remás ni a tu mejor cliente en el momento que te está firmando el cheque. Este re daba look mago. Creo que hice fondo blanco con un tinto que manoteé de la mesa. Pensé en encerrarme en el baño. Total con la distracción del chow nadie notaría mi ausencia. El señor organizó un poco más los muebles y pidió silencio. Mago, mimo, mimo, mago, mago, payaso, mimo, payaso no, mago, mimo. Los segundos fueron interminables y mientras seguía debatiéndome acerca de la ocupación del señor del chalequito jodido, bajan uno, dos, tres, cuatro, ¡cuatro! personajes vestidos y se ponen a actuar. Ni mimos ni payasos ni magos. Actores y yo equívocamente sentada en primera fila.
Labels: Fuck Marceau
14 Comments:
Miserables que lucran con las ganas de uno de permanecer incógnito. Haría una pira funeraria tipo Denethor con ellos.
Dios, qué bajón!!!!!!
Gritaron mucho??
Qué quemo me dan.
Hay unos en el subte!!!!!!
Shhhhharlottttt... Extremely fascinated con tus dos historias de hoy... Yo también le tengo aversión a los payasos desde chico así que me sentí muy identificado.
Saludos desde Waterloo, ON
qué tal la obra? peor que un payaso?
mismo sentimiento hacia los payasos. empezó a los dos años, cuando me tuvieron que echar de un cumpleaños ante mi crisis de nervios súbita por la presencia de un payaso. me siguió acompañando en toda la niñez y continúa hasta el día de hoy. mis padres me llevaban a comer a un lugar de costanera norte que se llamaba "A los amigos" y donde había un payaso fijo para "entretener" a los chicos. iba de mesa en mesa y yo transpiraba nerviosa por su inminente llegada a la nuestra. a mis hermanos les encantaba, pero yo sufría. dios.
El payaso es depresion.El mago tambien.Tengo unoq ue es amigo y es una masa e hipnotiza...pero igaul me torra.No puedo estar en un lugar con amigos..morfando ,bebiendo y que se pare todo 40 minutos para ver a un tipo..generalmente me rajo.Soy bueno para rajarme.Antes cuando me elegian de voluntario(tienen un olfato re chingado,ya que siempre eligen gente que los odia)..me negaba.Lo que generaba dialogos con el tipo y muchos bobos que gritaban:"pasa,que suba"o cosas asi.Debo decir que yo hago lo mismo cuando el mago elige,ya que me asegura la tranquilidad.Hoy por hoy subo con tranquilidad,hago lo que se espera de mi,pongo la mente en blanco y chau.No em molesta hablar en publico ni nada,nada mas que me parece un embole ser el ayudante del bufon.
De ultima me pongo el gorro con cascabel y el traje a cuadritos con calzas y el bufon soy yo.Actividad en la que me manejo muy bien.
Cariños
Nikki
Birthday actors.
I could even die.
Contra trodo pronóstico, contra todo prejuicio, debo confesar que resultaron ser buenos. De hecho me encontré carcajeando a lo loco.
Al respecto, recomiendo un cuento de Woody Allen que trata sobre un intelectual incapaz de entender un espectáculo de mimo. Forma parte del libro Cómo acabar de una vez por todas con la cultura. Todo el libro vale la pena.
Saludos.
CONOCÉ LAS (HORRIBLES) CARAS DE NIÑO POL, BESTIARIA, JHON STEED. DESCUBRIMOS LA VERDADERA VIDA DE LOS BLOGGERS.
como se llamaban?
Gracias por el dato, entretanto. creo que el que tengo en casa de Woody se llama Perfiles o algo por el estilo (tapa negra y plateada). este no lo tengo.
ay, heidi no me acuerdo el nombre. averiguo.
"teatro a la hora de los postres"
muuuy recomdendables para pasar un buen rato
le tengo miedo a los payasos y panico a los mimos.
algo no superado jamas
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