Volare, oh, oh
Termino con lo que parece una tarea titánica similar a importar 200.000 monos tití a Siberia en día feriado. Tal vez no tan difícil como eso pero La Habana, Cuba tiene sus vueltitas.
Termino con un dolor de cintura o lumbar o algo acá abajo al costado que me hace pegar unos grititos de dolor y por momentos fantasear con un quiropráctico apoyándome dos manos en la base de la espalda y haciéndolo desaparecer más bien como lo haría un cura sanador.
No hay mano santa pero sí el insólito ofrecimiento de un proveedor de venir a hacerme masajes gratis después de que mantengo conversación acerca del elevado costo de mi osteópata conocida. Lo hace por MSN con un clásico jejejeje acompañando la frase en un clásico intento por disimular verdaderas intenciones o minimizar desubicación evidente. Devuelvo un jejejejejeje de producción personal y pregunto por el tracking del paquete, en versión “thanks but no thanks” cibernética.
El dolor no cede. Lunes.
Martes.
A la noche voy en busca del mejor dealer de analgésicos que conozco en zona hoy por hoy: mi padre.
Cuando me ve entrar, espalda recta, me da vuelta y pone un dedo exactamente donde duele.
-¿Ahí?
-Ahí.
Grito.
Y agrega un “pobre carozo” (uno de los tantos apodos que datan de esa época en la que se me dio por ficar en el vientre materno) y camina lento en busca del kit de primeros, segundos y terceros auxilios.
Trae un blister y prospecto. Se le cae el prospecto.
-Cagamos –dice- ¿ahora quién carajo lo levanta, no?
A veces es puteador.
Optamos por Voltaren 50, Diclofenac en una de sus tantas versiones. Me trago uno comiendo una ensalada en Las Delicias y más tarde, boca abajo en mi cama siento que el Voltaren baja desde el cuello, recorre las vértebras una por una hasta la cola y antes de desubicarse y meter mano, frena en las lumbares hasta que el dolor desaparece. Me enamoro del Voltaren.
Y después me duermo.
Termino con un dolor de cintura o lumbar o algo acá abajo al costado que me hace pegar unos grititos de dolor y por momentos fantasear con un quiropráctico apoyándome dos manos en la base de la espalda y haciéndolo desaparecer más bien como lo haría un cura sanador.
No hay mano santa pero sí el insólito ofrecimiento de un proveedor de venir a hacerme masajes gratis después de que mantengo conversación acerca del elevado costo de mi osteópata conocida. Lo hace por MSN con un clásico jejejeje acompañando la frase en un clásico intento por disimular verdaderas intenciones o minimizar desubicación evidente. Devuelvo un jejejejejeje de producción personal y pregunto por el tracking del paquete, en versión “thanks but no thanks” cibernética.
El dolor no cede. Lunes.
Martes.
A la noche voy en busca del mejor dealer de analgésicos que conozco en zona hoy por hoy: mi padre.
Cuando me ve entrar, espalda recta, me da vuelta y pone un dedo exactamente donde duele.
-¿Ahí?
-Ahí.
Grito.
Y agrega un “pobre carozo” (uno de los tantos apodos que datan de esa época en la que se me dio por ficar en el vientre materno) y camina lento en busca del kit de primeros, segundos y terceros auxilios.
Trae un blister y prospecto. Se le cae el prospecto.
-Cagamos –dice- ¿ahora quién carajo lo levanta, no?
A veces es puteador.
Optamos por Voltaren 50, Diclofenac en una de sus tantas versiones. Me trago uno comiendo una ensalada en Las Delicias y más tarde, boca abajo en mi cama siento que el Voltaren baja desde el cuello, recorre las vértebras una por una hasta la cola y antes de desubicarse y meter mano, frena en las lumbares hasta que el dolor desaparece. Me enamoro del Voltaren.
Y después me duermo.
Labels: Herencia, Me adorable me
14 Comments:
Praise the Lord for drugs! oh! Drugs!
Conozco ese dolor, lo sufro horrores. Ojo, cuando que pruebes el OxaB12 inyectable....no sabés, viaje de ida.
Atenti al voltarén que tiene lo suyo también.
(no sigo con la recomendación de analgésicos porque soy la reina de la autoprescripción, básicamente gracias a mi tía, pastillera number one de la familia)
Debes tener un organismo poco habituado a los analgésicos no-esteroideos; pues 50 mg son bastante poco para q' comience a actuar como analgésico. Comúnmente luego de procesados unos 100 mg comienza el efecto. Eso sí, cuidado con tu mucuosa estomacal :)
Saúdos
Es que claro, Artus, nunca tomo nada más fuerte que un ibuprofeno 600.
Verte, jajajajajajaja. casi me encuentro anotando.
Ah, qué grande el diclofenac en cualquiera de sus versiones! Lástima que me termina dando gastrítis.
de cualquier tema hacés una historia tan bien contada. me mató lo del Toti "y ahora quién lo levanta" reírse, tomarse el pelo.
Yo a veces tomo voltarén forte. receta doble. bué. pero un buen pantop a la mañana. no, no soy la tía de Verte.
La última vez que usé Voltarén fue en Budapest hace unos años: había caminado casi toda la mañana y tenía el empeine derecho destrozado por el contacto con el borcego que pisaba nieve y nieve y nieve...
Todavía hoy me asombro por cómo me hice entender ante la farmacéutica, que obviamente no hablaba castellano ni inglés, y yo, por supuesto de húngaro ni mu, salvo la única palabra que cazaba: "utca" (calle).
El Voltarén fue un alivio instantáneo, quizás por la misma razón que Ud., querida: yo más que Ibuprofeno 600 no le tomo.
Vengo usando diclofenac para el dolor de espalda intermintentemente y me pregunto si las dosis argentinas seran mas grandes que las europeas(en general aca dan las drogas en dosis mucho mas bajas que alla, con lo cual no son tan efectivas como una quisiera). Yo no lo siento bajar por la espalda como Charlotte, cosa que me encantaria. Verte, ud sabe de las dosis?
Vengo usando diclofenac para el dolor de espalda intermintentemente y me pregunto si las dosis argentinas seran mas grandes que las europeas(en general aca dan las drogas en dosis mucho mas bajas que alla, con lo cual no son tan efectivas como una quisiera). Yo no lo siento bajar por la espalda como Charlotte, cosa que me encantaria. Verte, ud sabe de las dosis?
Yo consultaría con médico, no?
Sufro de dolores de espalda y cervicales (me siento tan cliché al hablar de dolores cervicales) hace bastante tiempo, desde la fiesta de quince que me negué a tener. (Aunque tuve una en lo que Charlotte llamaría la Benemérita Institución, Char: en tu época también las había, en caso de que no cuando quieras te cuento, entra en el top 5 de noches más divertidas de mi vida).
Bueno, dolores de espalda: la cosa es que superé ya en diclofenac en todas sus graduaciones, incluso inyectable. Aunque debo decir que Diclofenax 75 + Valium = funciona muy bien y te deja en una nube rosa donde todos los chicos son lindos y las canciones bailables. Ideal para un pre party mode.
El siguiente nivel, y para mí el mejor es el Dorixina Relax, se puede comprar sin receta y recomiendo tomarlo de noche porque da sueño, por lo que doubles as ayuda para dormir mejor. Al otro día el dolor aflojo y la vida da menos miedo.
When all else fails sugiero: recurrir a la guardia médica. Cuánto más inexperto sea el médico y más loco el horario elegido, mejor! Las palabras mágicas son “Me duele mucho mucho, la otra vez que me paso esto vine y me dieron una inyección que me ayudo mucho”. Para las/los más valientes también está el intravenoso que actúa con mayor rapidez. Ahora de lo que nunca los pude convencer es que me lo inyecten, ahí, justo ahí en el cuello donde me duele.
querida, preguntá un poquito por el inyectable, te he dicho.
vayamos a la parrilla con Toti.
Me encanta como este post se volvio una apologia de las drogas legales. El drama es que en el primer mundo los inyectables no existen, los europeos no se drogan con drogas legales se ve.Las veces que habre pedido penicilina inyectable y me tuve que conformar con 10 dias de pastillitas mini-dosis!
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