Sunday, October 04, 2009

Sangre en tierra

Yo tenía una abuela. Azucena. Mitad de mis primos le decían "Mami", la otra mitad "Azu". Azucena era madre de Toti y alguna vez le escribieron un tango. Azu era más inocente que nadie que haya conocido; sus propios hijos le decían Caperucita. Yo no sé si Azu era o se hacía. Mitad y mitad supongo.
Mi abuela Azucena hacía ejercicios diarios a lo largo de su pasillo, “alitas” les decía y caminaba rapidito batiendo los brazos a los costados y te convencía que le hacía bárbaro. A sus 95 y largos yo le creía. A los 90 decidió empezar a fumar y eligió Virginia Slims finitos. Azu te agarraba los cachetes, te miraba a los ojos y te decía que eras claramente lo más lindo que había visto en toda su vida. Y también le creías aunque le dijese lo mismo a los otros nietos (pero creo que todos nos íbamos pensando que con nosotros tenía algo especial). Un arte.
Mi abuela se murió y dos minutos antes de hacerlo llamó a sus tres hijos para darles un beso y así sin mayores espamentos se fue. Pidió que la cremen como su marido y como el resto de la familia salvo Toti que dice quiere ser embalsamado con un vaso de champagne en la mano cuando me quiere molestar.
Toti se parece mucho a mi abuela Azucena. Hoy estaba más parecido que nunca y tiene mucho de eso de Caperucita que tenía ella, que en realidad, en términos psicoanalíticos yo diría que se parece más a la negación entre otros mecanismos.
-Hoy me encontré con un tipo de Olivos que jugaba al rugby conmigo. Hecho mierda. Parkinson. Yo te digo, prefiero no saber cómo sigue esto.
"Esto" sigue avanzando despacito, a veces de forma más obvia, a veces imperceptible gracias a la Levodopa. Después como una sesión de comic relief de cualquier tragedia shakesperiana me imita a los pacientes del departamento de Movimientos Anormales de Fleni que vio el viernes. Camina tipo los zombies de Thriller de Michael Jackson pero espasmódicos y más deformes. Se sacude en todas las direcciones.
-Ay, Toti please, aflojá.
Y el sigue bailando por el departamento sabiendo que está autorizado a reírse.
Me hizo acordar a mi abuela Azucena haciendo alitas, mi abuela Azucena que me heredó la piel y algunos lunares (que no le perdono) y esa cosa que dicen que tenía de amanecer cantando.

Labels: ,

7 Comments:

Blogger laura said...

reírse así, a lo bestia, burlar, alivia. es lo q más alivia.

con razón sos tan Charlotte. tenés unos genes! esa Azu se merece un tag y muchos posts, me parece.

6:05 AM  
Anonymous Anonymous said...

Sos linda. Por dentro y por fuera. Y sensible. Eso garpa.

8:19 AM  
Anonymous Anonymous said...

Buen post, nena.

10:20 AM  
Blogger La Peor de Todas said...

Qué buena la descripción de Toti bailando por el departamento... Punzante!

10:40 AM  
Anonymous Anonymous said...

Medio melanco, no?

12:37 PM  
Blogger Protervo said...

increible que llamó antes para dejar un beso. me dió emoción.

4:16 PM  
Blogger Charlotte said...

Los llamó "al cuarto" y se murió. Tremendo no?

4:17 PM  

Post a Comment

<< Home