Cosas que hubiese hecho hoy si no cargase sobre mí, el peso de la cultura
Como Lee Harvey Oswald, apuntando desde el piso del depósito en Texas hacia el grassy knoll, me parapetaría en mi entrepiso y con una mira laser (los tiempos han cambiado, aunque ya no hacen balas como aquella se ve) le apuntaría a cada uno de los señores que manejan ese taladro que agujerea entre los adoquines de mi calle a las 7am. Años después buscarían a la lone shooter y escribirían libros sobre la neurótica rubia de Palermo. Me abstengo.
Me hubiese negado a despertarme. No voy no voy y no voy un carajo. Solo para quedarme metida en mi cama, tapada, durmiendo descaradamente hasta el mediodía, buscar alguna droga recreativa y flotar durante el resto del día sobre mi colchoneta en la pileta. Nihilists, dude, dirían en el Gran Lebowski. Me movería por puro instinto, sed, hambre, calor, sexo, sueño.
A las invitaciones de hoy a la mañana hubiese dicho, ah, no me da una paja tremenda. Me aburrís, de hecho. Y a otro más, me torra tu depresión, medicate.
Después hubiese salido en robe y ojotas a la calle y hubiese decidido que ese sería mi atuendo para el día y si me pintaba, por los próximos dos meses.
A Ramón el portero de la oficina le apagaría el Parisenne en la sien al grito de Fumar parichos no da, tienen olor a culo quemado y a los del sexto les hubiese preguntado si tienen algún abono con el ascensor o si lo traban en su piso de puro pelotudos que son nomás.
Pero claro, la mona Jacinta se ha puesto una cinta, se viste se pinta, se peina y se peina y parece una reina y viene al microcentro bien emperifollada y saluda amablemente a todos con los que se cruza y lleva el pelo limpio y le deja el asiento a una viejecita en el colectivo y hasta se tapa la boca cuando bosteza porque tiene sueño. Pero que no se note.
Me hubiese negado a despertarme. No voy no voy y no voy un carajo. Solo para quedarme metida en mi cama, tapada, durmiendo descaradamente hasta el mediodía, buscar alguna droga recreativa y flotar durante el resto del día sobre mi colchoneta en la pileta. Nihilists, dude, dirían en el Gran Lebowski. Me movería por puro instinto, sed, hambre, calor, sexo, sueño.
A las invitaciones de hoy a la mañana hubiese dicho, ah, no me da una paja tremenda. Me aburrís, de hecho. Y a otro más, me torra tu depresión, medicate.
Después hubiese salido en robe y ojotas a la calle y hubiese decidido que ese sería mi atuendo para el día y si me pintaba, por los próximos dos meses.
A Ramón el portero de la oficina le apagaría el Parisenne en la sien al grito de Fumar parichos no da, tienen olor a culo quemado y a los del sexto les hubiese preguntado si tienen algún abono con el ascensor o si lo traban en su piso de puro pelotudos que son nomás.
Pero claro, la mona Jacinta se ha puesto una cinta, se viste se pinta, se peina y se peina y parece una reina y viene al microcentro bien emperifollada y saluda amablemente a todos con los que se cruza y lleva el pelo limpio y le deja el asiento a una viejecita en el colectivo y hasta se tapa la boca cuando bosteza porque tiene sueño. Pero que no se note.
Labels: Me adorable me
3 Comments:
La mona Jacinta se ha puesto en cinta. Eso leí. Pero creo que estaría igual de bien que se ha puesto una cinta. Digo, qué que mejor leer un texto a su modo y más, un texto sin ton ni son.
Y qué ganas de haber hecho todo lo abovementioned, no?
Ramón la ligó también pobre Ramón.
El peso de la cultura debería ir a lo de Cormillot.
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