Yo pisaré las calles nuevamente

Camino por Florida atolondrada, irritable, chocando a drede con los que vienen de la mano contraria corriendo el riesgo de descolocar hombros ajenos o el propio. Me topo con Loli y quise abrazarla pero las dos llegábamos tarde. Apenas un beso y un saludo a las corridas. Me encuentro con un alumno y le llorisqueo en la oficina mientras hace investigaciones para sacar el nombre del médico de Toti y poder llamarlo. Yo lo miro con la birome en la mano, esperando. Ahora soy oficialmente una inútil, no puedo pensar, me enmaraño en mis propios razonamientos y quedo inoperante. Yo que siempre soy tan rápida, tan efectiva, tan ejecutiva. Mentira. Que vengan a decidir por mí, yo no me animo. No logro establecer priorirades. Médicos, abogados, familiares. O bien familiares, médicos, abogados. ¿O excluyo a los abogados?. Y los médicos: neurólogo, traumatólogo, clínico. O clínico, neurólogo... Elimino al traumatólogo.
Pierdo noción de la gravedad, la de las cosas, la otra la siento y me aplasta al suelo. Me pierdo en detalles y desatiendo lo urgente. Ando por ahí como con alguien ahorcándome por la espalda, apretando justo la glotis. Me duele cuando trago, me duele cuando hablo. Pero esto también se va a pasar.