Certezas I
Cuando éramos chicas, muy chicas, en esa época en que los varones te dan un rechazo insano que nunca recuperarás, jugábamos a un juego: la que pisaba las rayas de las juntas de las baldosas del patio de la benemérita institución, tenía novio. Y tener novio era algo terrible, muy. Todo el sexo opuesto era algo muy terrible. Supongo que estábamos en plena latencia, dirían los expertos. Así nos pasábamos los recreos esquivando juntas como neuróticas obsesivas y cada tanto alguna pegaba un alarido tipo Maca tiene noviooooooooooooooooo como si fuese de las cosas más avergonzantes que podían pasarte. Ahora, claro, estaríamos probablemente lamiendo las juntas de las baldosas en 4 patas si supusiésemos que esto podía tener cierto efecto positivo sobre nuestras vidas sentimentales.
En otro orden de cosas, así como no creo que no pisar las juntas de las baldosas del patio haya incidido sobre mi vida romántico-sexual, estoy convencida de que las cucharitas de café escapan a otra dimensión. Y eso que no soy partidaria del pensamiento mágico (mi analista me lo tiene prohibido) pero tengo que concluir que hay algo que les sucede (que no les sucede a los tenedores y a los cuchillos, por ejemplo). Es algo de las cucharitas de café y en segunda medida de las té. Una especie de viaje astral al que no están invitados el resto de los cubiertos; las soperas tampoco. Es así y que nadie me convenza de lo contrario. Desde el viernes a hoy, en la oficina, desparecieron dos.
En otro orden de cosas, así como no creo que no pisar las juntas de las baldosas del patio haya incidido sobre mi vida romántico-sexual, estoy convencida de que las cucharitas de café escapan a otra dimensión. Y eso que no soy partidaria del pensamiento mágico (mi analista me lo tiene prohibido) pero tengo que concluir que hay algo que les sucede (que no les sucede a los tenedores y a los cuchillos, por ejemplo). Es algo de las cucharitas de café y en segunda medida de las té. Una especie de viaje astral al que no están invitados el resto de los cubiertos; las soperas tampoco. Es así y que nadie me convenza de lo contrario. Desde el viernes a hoy, en la oficina, desparecieron dos.
Labels: Certezas, En pleno ejercicio de mis capacidades neuróticas, La benemérita institución
29 Comments:
"estaríamos probablemente lamiendo las baldosas en 4 patas si supusiésemos que esto podía tener cierto efecto positivo sobre nuestras vidas sentimentales".
Mmmm...
Je!
Je, je, je!! ;)
Tuyo.
A qué se deben los jejés, el negro?
Tuya.
Mi señora madre perdió 3 cucharitas de café, las de juego en 2 noches, creemos que se fueron entre restos de torta y café a la basura... aunque también puede ser que alguien se las esté afanando para hacer sus su propio juego, o también las estuvo perdiendo igual y necesitaba reponer... no sé...
Lo de las cucharitas es verdad!!!!
La hipótesis de la basura me parece la mas acertada...
FedX
Se deben a que bajo ciertas circunstancias esa imágen favorecería tu vida sentimental.
Si, soy básico.
JUUUUUAAAAAAAAA!!!!! me mató lo de .."estaríamos probablemente lamiendo las baldosas.."
Yo el día de hoy cada tanto tengo un lapsus a lo Jack Nicolson en ´Mejor imposible´, y "juego" a no pisar los bordes de las baldosas grandes, o me dará mala suerte.En fin..
Perdón por la disgresión, pero no vamos a comparar las visicitudes de una cucharita con esto.
Si, ya se que no son baldosas, pero se capta la esencia, no?
Tuyo. Absolutamente.
Cucharitas, medias y biromes.
Un misterio.
Ah, estamos de acuerdo con el pasaje a la otra dimensión. Salvo por el negro, claro. Ay, negro, negro. Tuya.
En casa desaparecen, eso no es raro.. Lo que me llama realmente la atención es que de café hay dos de cada juego, y alguna sin pareja de otro, y cada tanto un nuevo modelo en el cajón.
Para mi, o mi madre roba cucharitas de casas de parientes, o bien tiene una colección guardada y va reponiendo de modo que siempre sean siete, sin importar el popurri de formas, tamaños, con mango de madera, sin mango, de punta más redondeada o pronunciada, hasta una con grabado.
Todo un tema.
Ja, qué huevoncitas.
Igual con lo de la imagen en cuatro patas, a todos se nos cruzó lo mismo por la cabeza, creo.
Uno es un enfermo, no hay nada que hacerle.
Mío.
Soy cero hipocondríaco pero alguna vez pensé que contar escalones o saltear líneas en el piso (y demás rarezas similares) eran síntomas de TOC (Trastorno obsesivo-compulsivo). Una amiga psicóloga me tranquilizó que no. Respiré aliviado N veces.
Las cucharitas están con los calcetinas perdidos, que los metes a pares en la lavadora y sólo sale uno y descolorido. Las cucharas y calcetines solteros que cruzan al más allá se emparejan entre sí en la otra dimensión pero como los pingüinos, para siempre con el mismo, y por eso no vuelven. They live happily ever after.
En casa, con muchos hermanos, la tara era el lápiz amarillo; constante faltante en las cartucheras. Podías robarle al otro si era el afortunado en haber recibido (o haber robado uno). Último recurso: sacar el susodicho de una caja nueva de lápices que mi vieja siempre tenía para reponer, hasta que se quedó con tres o cuatro cajas sin el bendito amarillo
cucharita de té con payaso labrado en el mango, si te aparece una de esas caé de rodillas y rezá!
Cesar
Negro sos un grande, qué le vas a hacer?
en el colegio currábamos muhca birome, pero no era de otra dimensión. Mi amiga L se las llevaba y te escribía en el cuaderno una CH de Chorro. después escuchabas a auna que de´cia, uy, la puta, pasó el chorro.
me llega a aparecer uan de esas cucharitas y posta rezo, pero del pánico que me dan los payasos.
Ah, y sí, el negro es un grande.
charoli, acabo de descubrir un posible motivo de pérdida de cucharita en la basura:
el yogurt.
lo terminás, lo llevás a la cocina con la cucharita dentro (y posibemente la tapita medio cerrada) y paf, a la basura.
no no no no. cuando yo estaba en esa época, había una nena llamada maría victoria (detalle no menor; Mavi) que siempre siempre me perseguía para divertirse con mi hermana. onda, tengo una pelota, viene ella corriendo, me tira la pelota al piso y me da un beso. para darme asco. una vez hasta me lastimé contra una reja. y como las dos tenían esa marquita de la viruela en la frente, las asocié con alguna marca del diablo. eran satánicas.
ja, me habrá quedado alguna marca en la cabeza por eso?
Puede ser la del yoghurt, es verdad.
Mavi la besuqueira, genial.
El fenómeno de las cucharitas que desaparecen es de antigua data; tal es así que ha sido objeto de estudios científicos que invariablemente dan cuenta de la veracidad de este hecho. Quizás el estudio más conocido fue el que publicó el British Medical Journal:
http://www.bmj.com/cgi/content/abstract/331/7531/1498?ck=nck
Al cual siguieron muchos otros. Saludos desde tu antiguo Olivos :)
GROSOOOOOOOOOOOO. JUAAAA. genial.
Sumo a las cucharitas, medias y biromes... las caravanas (o aros depende del lado del charco que estes)...
Siempre tengo una de cada par...
Saludos
Hoy pasé por lo de mi vieja y busqué una cucharita en el lugar habitual: había sobrado algo de helado que estaba en el freezer. No había ninguna cucharita, y las sacó del tercer cajón (o sea, el ostracismo de los utensilios) diciendo "las guardo acá porque me desaparecieron varias últimamente".
En la casa de mi vieja, los únicos seres vivos además de ella son las plantas y una vieja gata.
Me fui preocupado y no disfruté el helado.
"Whoa, afternoons
Will be measured out
Measured out, measured with
Coffeespoons
and T. S. Eliot"
Brad Roberts
En realidad, es una alusión a la vejez, pero de todo esto se desprende que nada bueno está relacionado con las cucharitas de café.
Bueno, se ve que Eliot abusó de la linea, no? Porque en The Lovesong... dice algo como I shall measure out my life in coffee spoons. Y otras cosas, también claro. Sigue siendo un misterio esto del cuchareo. Entiendo la preocupación.
LEI MAL, PERDONNNNNNNNN. SORRY. ME RETRACTO, AHORA ENTIENDO TODO.
Las cucharitas de oficina están en el bar de al lado, cuyo camarero se afana cuando retira el delivery
Las medias muchach@s están en el filtro de la bomba de desagote del lavarropas (dejen, no metan mano donde no saben, pero ténganme fe)
Vuestro
Charlotte, usted había entendido TANTO con el primer comentario que el segundo viene como sobrando.
No se preocupe, todo pasa. Tomesé un cafecito. Make it straight, así no le agarra la angustia cucharil.
Ah, yo pensé que no había entendido nada. Bah. no había leído lo de Brad Roberts.
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