Snapshot
Un día las fotos viejas que estaban en un placard que había sido el lugar en el que Toti guardaba su ropa, se llenó de humedad y muchas se arruinaron por completo.
Todo lo que andaba dando vueltas por la casa sin rumbo fijo había ido a parar ahí, a ese placard. Cuando se vació sólo quedaban algunas cosas que no estaba claro a quién pertenecían: la cajita con las pomadas de zapatos y los cepillos por ejemplo. El se encargaba de esas cosas en casa, de tener mis zapatos de colegio impecablemente lustrados como los suyos y sin embargo cuando se fue, no se la llevó y quedó ahí, en el placard vacío. Con el tiempo se llenó de la “ropa de invierno y los tapados” y de cosas que ya no se usaban. Mamá fue ganando territorio y se ocupó de ocupar.
Cuando abrí las cajas ese día las encontré llenas de moho, algunas pegadas entre sí y otras con lamparones blancos donde se había corrida la tinta de la impresión. A veces las manchas caían en las caras de las personas y las hacían desaparecer, hongos que flotaban en un cielo de playa y escenas borradas de un tirón mal hecho porque quedaban pegadas a la foto anterior. Cuando las encontré así ese día creo que me angustié un poco. ¿Cómo voy a hacer para acordarme de lo que no me acuerdo, dónde voy a buscar si no sé lo que busco?
Creo que Toti nunca se enteró. Aunque nunca le gustó ver fotos viejas, el era encargado de clasificar los negativos y las diapositivas y le hubiese agarrado un ataque.
-¿Tu madre sigue teniendo las cajas de las diapositivas y los negativos?
A veces vuelve a hacer la pregunta y siempre le vuelvo a mentir.
Mi memoria es asquerosamente precisa, poquísimas veces me traiciona pero yo también soy de volver y revisar y me vuelvo a acordar tanto y tantas veces que termina siendo un cuento nuevo. Vuelvo a situaciones, incluso a esas en las que no estuve. El casamiento civil de mis viejos al que mi abuelo paterno decidió no ir por ejemplo, los colores del vestido de mi vieja ese día, la cartera, los testigos, una amiga de mi madre a la que nunca conocí y se llamaba Electra y hasta los zapatos que no salen en la foto. Del lado de Toti, el Gordo B, que jugaba en la primera de Olivos y el día en que se enteraron los dos que había muerto y lloraron un rato. Yo espié. Veo la otra foto y me acuerdo de lo mucho que me dolía que me desenreden el pelo después de un día de playa y cómo me hacía la dormida para ver si la cosa pasaba de largo y nada de bañarse, nada de esos tirones de pelo salado como las lágrimas que me caían por mejillas. Nada de eso.
Labels: En pleno ejercicio de mis capacidades neuróticas, Misplaced Childhood
7 Comments:
De repente el comentador anonymous se da cuenta que sí estuvo en la boda de "Olga" ladrona de jamones...
Qué Grace Kelly tu mamá en esa foto.
Muy. Y hasta se cosía su propia ropa. Bueno, digamos que justamente "esos" genes no los heredé.
muy mona tu madre.
divino el texto y las fotos que acompañan.
que olga entregue el jamón o el marrón!
te sigue escribiendo? jajaj cualquiera!
Que lindo encontrar fotos lindas.
De todo este relato lo que me preocupa terriblemente es que Toti siga ignorando la verdad acerca de la caja de diapositivas y negativos! Me da toda la sensacion de que, aunque no le guste ver fotos viejas le gusta saber que estan ahi para cuando el quiera...y aunque esto ultimo es solo teoria, por algo el pregunta cada tanto...pero bueno, cada uno es cada uno. Yo a veces me asombro de las cosas que le termino diciendo a ese indescriptible y tan simpatico padre mio, pobre el, no solo yo ya no manejo ningun tipo de filtro , si no que tampoco ninguna de mis tres hermanas...por eso lo de pobre padre!
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