Limitless
Indefectiblemente, me siento en una de esas mesitas de Sipan y pido un vino blanco. Hago la salvedad y no pido el tiradito, voy por un ceviche clásico y wantons. Compartimos rolls. El vino es como si viniese incorporado en el servicio; plato, palitos, individuales de papel madera y una copa de Sauvignon Blanc. Salvo que pido una botella. Y la tomamos.
Entera.
Entera.
Labels: Drink and Dine
3 Comments:
Ja, hoy también comí comida peruana, pero por acá, por el barrio. Rico.
Nunca hay que pedir una copa de vino!! Es mezquindad.
el vino ES una botella, no menos... sino es limitarse y no da limitarse con el vino también...
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