Ikebana
Y dado que si hay música y es buena, yo soy de las que se arriman a la pista y tiran unos pasos, lo hice. Lo hice con cuidado (inicialmente) porque se me había ocurrido colgarme del pelo dos enormes flores que me lo agarraban atrás pero igual caía en ondas por la espalda y había que ensayar la movilidad. Con cautela a la hora de sacudir la cabeza (hay que recurrir mayormente al hombrito y el cinturéo), nada de revolear las mechas ni dejar que nadie te manotee las flores. Tanto que Camote puso a todos en autos.
-No le jodan el ikebana que está como loca.
Porque lleva unos minutos de ensayo ponerlo así como si nada para que quede así como si nada como para que venga un gracioso y te toquetee las florcitas en el fragor del champagne. Porque la gente cuando bebe medusea, se frota. Todos quieren un poquito más. Quieren de querer.
Y está bien que así sea.
-No le jodan el ikebana que está como loca.
Porque lleva unos minutos de ensayo ponerlo así como si nada para que quede así como si nada como para que venga un gracioso y te toquetee las florcitas en el fragor del champagne. Porque la gente cuando bebe medusea, se frota. Todos quieren un poquito más. Quieren de querer.
Y está bien que así sea.
Labels: Out in the Town Again
6 Comments:
SALUD!
Qué buen apodo "Camote". Pensar que los porteños han relegado esa bellísima palabra por la económica "batata"...
Y si... que quede así como si nada lleva tiempo... pero suma
mencantó el verbo medusear
yo meduseo
tu meduseas
nosotros meduseamos
bueno, y así
no me toques la ikebana
vos te lo perdés...
Esa prolija desprolijidad
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