Close Encounters

En el velorio se encontraron Toti y mamá. Nunca dejé de ponerme un poco nerviosa con ese encuentro, que hace años es de lo más cordial, afectuoso y pacífico. Es como que la presencia de los dos juntos me vuelve chiquita, retrocedo una millonada de años y observo desde afuera, los miro, analizo. Sé lo que piensan, en ese encuentro los conozco más de lo que ellos se conocen. Mamá durita, hasta atorada. Toti emocionado midiendo cada paso que ella da. Mamá se acerca, lo saluda y así como si nada, llora. Toti la abraza, llora y dice algo así como “apoyate acá”.
Toti llora por su amigo, mamá dice que lloraba por la emoción de verlos a todos casi 40 años después, yo lloro de verlos llorar abrazados y después me doy vuelta para corroborar que no estuviésemos haciendo escándalo.
Parece que no. parece que es lícito esto de abrazarse y andar con los ojos colorados goteando lágrimas saladas y abrazarse un rato más y después reírse.


* Cuenta la leyenda familiar, que Toti pedía "Haceme cara de OH" y yo respondía con el gesto y esto lo hacía morirse risa. Todavía me lo recuerda a veces y se sigue riendo. Caras de OH, eso necesita estos días.