Monday, September 03, 2007

La noche que me chupé una casita



En primera de KLM te regalan una casita hecha de la típica cerámica de Delph por cada uno de los tramos. Ese año, nos hicieron milagrosamente un up grade y terminamos en los enormes asientos de cuero gris por las trece horas que dura el vuelo. Creo que le rompimos tanto las pelotas al azafato que nos dió una casita de más para callarnos. Por eso a la vuelta me volví con tres. Vienen con la chimenea lacrada o sellada con algo que parece cera y si les mirás la base están esmaltados en azul el logo de Ginebra BOLS y el de la aerolínea. Cuando las sacudís hacen un claro ruido a líquido. Nunca entendí si el propósito es chupárselas en vuelo o dejar la ginebra añejarse por los siglos de los siglos amen adentro de la cerámica. Claramente, como yo vuelo medicada, me tengo que abstener de la ingesta alcohólica en vuelo así que llegaron intactas a destino.
La cuestión es que una noche de esas que claman alguna bebida espirituosa porque sino, simplemente no son transitables, abrí la heladera y me enfrenté a la cruda realidad de la soltera que no está obligada a visitar el supermercado semanalmente. Medio limón con una colonia de hongos verdosos instalándose sobre la cáscara, un fondito de Coca Light en una botella acostada, cebollas en pleno crecimiento con largos tallos verdes que les salían de la cabeza como las germinaciones de cuarto grado, dos milanesas de soja congeladas y hielo como para retapizar la Antártida. Esa noche espié de reojo a las tres casitas sentadas sobre mi mueble casi como un pueblo fantasma. La decisión fue clara. Con un encendedor derretí la cera esa que tapaba la chimenea. Agarré el fondo de Coca Light, lo serví en un vaso con mucho hielo y me vacié la casita encima engañada que el trago podía resultar algo bastante parecido a un Cuba Libre, a un wiskola. No exactamente. Lo que quedó de ginebra me lo tomé directo de la chimenea, apoyando los labios en la punta y ejerciendo un poco de succión para que baje. Inconfesable.

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13 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Ginebra? Que ashco, Charlotte. Bun relato, como siempre.

10:10 AM  
Blogger Satamarina said...

su heladera es igual a la mía Ch.

En mi casa hay una botella de Legui que alguien dejó...todavía no tuve necesidaT de abrirla.

saludos

12:10 PM  
Blogger Exenio said...

Vaya; los fines de semana siempre traen recuerdos de bebidas sin fin.

Ahora traigo a la mente el día que quise saber lo que "Pedro Infante" sentía al beber tequila descomunalmente como agua del día... lo que nunca entendí, es por qué en sus películas no le daba la misma resaca que a mi...

1:26 PM  
Blogger Niñita said...

Yo me bebi una tortuga..
Y una vez un autito hotweels..

pero casitas no.. todavia.


Tu si q bebes con clase niña!

Saludetes

2:28 PM  
Anonymous Anonymous said...

En el 2002 tenia 2 botellas de whisky en casa....de igual marca y etiqueta.

una la compartiamos con un amigo que pasaba por casa y tomaba y tomaba y despues tomaba whisky...se iba con una resaca que tapaba otra.

la second la compartiamos con un muchacho que me robo el cuore....y ahora asique ojoesta sentado cerca...y lo miro y lo amo...

ambas botellas quedaron vacias....la segunda antes ...eso justifica mi hoy.

3:11 PM  
Blogger Almirante Margarito said...

Yo supe tomar alcohol 99% puro de Hiram Walker. Eso sí, lo cortaba con un chorrito de limón (sin hongos en este caso). Era como tomar aire caliente.

3:49 PM  
Blogger laura said...

Tus relatos son buenísimos, pero con los títulos de los post, me matás. Geniales siempre!

6:57 PM  
Blogger Daniel said...

Me hacés acordar cuando en Todo x 2$ decían "me fumé un Ken".

Feliz retorno.

8:44 PM  
Anonymous Anonymous said...

me encanto..sin palabras...

5:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ay, lo del "hielo como para retapizar la Antártida" me sacó una carcajada. Ke típica heladera de soltera Charlotte, hice memoria mental de la mía y no estoy mucho mejor: una sopa en un tupper ke me da miedo abrir, una botella de champagne para emergencias, una coca ke debe haber perdido el gas hace dos meses, calditos knorr, numerosos frascos de mermelada, queso y dulce de membrillo. Ja! sabés el menú ke te armo con esas porkerías , no?

Y todo esto me recuerda ke tengo un violín de limoncello ke en cualkier momento hago tronar!!

Beso Charlize,

Carla

5:43 AM  
Blogger Charlotte said...

la segunda la compartía con un muchacho que me robaba el corazón cada vez que se iba. así lo leí yo, jackie. yo tengo dos botellas de vodka para jugar al mismo juego.
me fumé un ken!!! jajaja, me había olvidado.
es que carla, mi freezer es un gran hielo continental. creo que no descongelo desde 1998. posta, eh.

6:40 AM  
Anonymous Anonymous said...

genial!!! de sed no te vas a morir nunca!! yo tampoco!!! jaja!!
besos ch.

4:27 PM  
Blogger G said...

Yo siempre tengo campari+rosso+gin cerca para esos momentos. Chanán.... negroni. Qué retro lo mío!

5:41 PM  

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