My Own Private Poltergeist
Se suman bajas electrodomésticas al efecto poltergeist. Aire acondicionado. Ando con birome y block anotando los muertos. Me faltan cartelitos con números y letras que los identifiquen, que puedan colgarse de sus dedos gordos si los tuviesen. Siempre me pareció una simpática costumbre eso de nombrar muertos así, una burla a la esperable solemnidad del evento. Aunque ahora que lo pienso debe ser más bien por comodidad, el cartelito queda quieto ahí, sostenido ya que no hay riesgo de que nadie salga caminando de una morgue. Los horizontales al menos.
En mi alfombra yace el cuerpo apagado de una tevé Phillips que me compre cuando me mudé y que F insiste tengo que revolear por el aire en busca de un plasma. Más allá dos “fuentes adaptadoras” a las que siempre llamé transformadores y el inalámbrico. Muerto también.
-Parece un campo de batalla, ¿o no?
Cuando sirvo el vino (en estos momentos cualquier sustancia bajativa de la alta tensión es bienvenida) rompo la copa. El efecto Poltergeist es de largo alcance, tanto que me deja cantando esa de Calamaro mientras bailo mirando a cámara y diciendo:
“Mozo, sírveme una copa rota,
quiero sangrar gota a gota
el veneno de su amor."
Y me sirven.
Labels: Poltergeist
6 Comments:
Interesante. Y yo que pensaba que vivir con mi gato era ya toda una aventura.
buenisimo el remate!!
jackie brown
disfruta el efecto P mientras dure!!!
ajaja GENIAL
esto se pone cada vez más interesante...
supongo que el vino no se murió
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