The Way and the Truth
Es temprano a la mañana y todavía hay bastante rocío en el pasto y me preocupan mis botas. El Memorial tiene este pasillo central que recuerdo perfectamente y me digo a mí misma que estoy casi segura de poder llegar hasta donde estás sin que nadie me indique. Tengo esta certeza de que es derecho por el pasillo y hacia la izquierda cerca de unos rosales. Certeza. Salvo que está lleno de rosas por todos lados. Me pierdo.
Cuando la gente que se encuentra en los fúnebres de La Nación se vuelve a encontrar en persona, se queda charlando y finalmente se dispersa, yo me escapo por un costado y camino segura de que voy a llegar a encontrar el mármol (¿o es granito?) gris ahí con tu nombre como lo vi esa vez hace 18 años. Sin embargo no lo encuentro. Doy vueltas en redondo y cada tanto me saco los anteojos de sol, los cambio por los otros, me arrodillo y leo de cerca. Nada. Todos desconocidos. Me doy por vencida y ya asumo que no te voy a encontrar. Me río pensando que si me vieras confirmarías mi poco sentido de la ubicación una vez más como cuando me perdía buscando el Malecón II. Justo antes de que te mueras nos habíamos encontrado en la City (¿se iba a la City todavía?) y nos quedamos hablando un rato. ¿Nos dimos un pico? Otra certeza que tengo pero sé que fue porque direccionamos mal el cachete y fue por casualidad. Sigo caminando en redondo y me consuelo pensando que por lo menos todas las fechas que leo son 1919, 1924 y así. Todos viejos, siempre es mejor así. Y después me doy cuenta que los nombres de mujeres me impresionan más que los de hombres. Pienso tanto yo que me canso. Trato de acordarme de ese día, de dónde estaba parada, qué podía ver desde ahí a ver si me ubico pero miraba hacia arriba porque alguien pasó tirando flores que nos caían encima y lloraba tanto. ¿Llovía? ¿Cómo puede ser que no me acuerde?
Mi "vuelta a Buenos Aires" (porque la gente bián no dice al centro) me mensajea con ¿dónde andás nena? y hago señas desde lejos para que me vean. Camino despacito y cada tanto miro al suelo por si la casualidad hace que te encuentre. Pero no, te perdí y ya se están yendo todos.
Cuando la gente que se encuentra en los fúnebres de La Nación se vuelve a encontrar en persona, se queda charlando y finalmente se dispersa, yo me escapo por un costado y camino segura de que voy a llegar a encontrar el mármol (¿o es granito?) gris ahí con tu nombre como lo vi esa vez hace 18 años. Sin embargo no lo encuentro. Doy vueltas en redondo y cada tanto me saco los anteojos de sol, los cambio por los otros, me arrodillo y leo de cerca. Nada. Todos desconocidos. Me doy por vencida y ya asumo que no te voy a encontrar. Me río pensando que si me vieras confirmarías mi poco sentido de la ubicación una vez más como cuando me perdía buscando el Malecón II. Justo antes de que te mueras nos habíamos encontrado en la City (¿se iba a la City todavía?) y nos quedamos hablando un rato. ¿Nos dimos un pico? Otra certeza que tengo pero sé que fue porque direccionamos mal el cachete y fue por casualidad. Sigo caminando en redondo y me consuelo pensando que por lo menos todas las fechas que leo son 1919, 1924 y así. Todos viejos, siempre es mejor así. Y después me doy cuenta que los nombres de mujeres me impresionan más que los de hombres. Pienso tanto yo que me canso. Trato de acordarme de ese día, de dónde estaba parada, qué podía ver desde ahí a ver si me ubico pero miraba hacia arriba porque alguien pasó tirando flores que nos caían encima y lloraba tanto. ¿Llovía? ¿Cómo puede ser que no me acuerde?
Mi "vuelta a Buenos Aires" (porque la gente bián no dice al centro) me mensajea con ¿dónde andás nena? y hago señas desde lejos para que me vean. Camino despacito y cada tanto miro al suelo por si la casualidad hace que te encuentre. Pero no, te perdí y ya se están yendo todos.
8 Comments:
ay nena
me gustó mucho.
R
Es que en el Memorial no hay referencias de nada, cualquiera se pierde.
Si..que bueno lo que escribiste!
wow.
piel de gallina....
snif
linda...
Lo de adentro también debería pesarse en kilos.
MdelaP
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