Running into
Mi abuela (y todas las abuelas supongo que dirían lo mismo) te decía que siempre salgas con una bombacha linda y en impecable estado por si tenías un accidente en la calle. Nunca supe si el accidente era de tránsito o qué, y de serlo, pensar que un accidente me dejaba en la vía pública con mi bombacha expuesta entre alguna que otra factura, me daría más motivos para preocuparme que la mera elección de ropa interior de ese día.
Igual, en lo que sí tenía razón la abuela es que de alguna manera hay que salir de casa lo suficientemente preparada en cuanto a estética refiere para enfrentar un imprevisto. Por ejemplo encontrarte con un ex que camina casualmente por Paraguay y al que reconocés tardíamente cuando lo tenés apenas a unos metros de distancia. Parece distinto pero está igual.Frenás, te arreglás el pelo como si eso cambiase en algo las cosas. Te sorprende una gota de agua cayendo en tu hombro desde un aire acondicionado que pierde y pegás un saltito pensando que es otra cosa, no sabés qué. Te acercás, saludás. Querrías tener un espejo para saber exactamente qué es lo que él está viendo en ese momento que lo estás saludando. Le preguntás por su vida, sus hijas, el laburo, no necesariamente en ese orden. El hace lo mismo pero varía en si “seguís viviendo en la misma casa”. Lo notás tímido pero no te decidís si es algo del momento o si siempre lo fue. En definitiva sentís que le perdíste el rastro, que hay poco en común. Igual le dás un abrazo, quedás en un almuerzo con dos amigos en común algún día que probablemente nunca sea. Te vas con un “bueno, que estés bien” y te das cuenta que es casi un extraño, que estas cosas pasan, que te saludás como si nada y la vida sigue. Y es raro. Y además ya Loli lo había contado mucho mejor.
Igual, en lo que sí tenía razón la abuela es que de alguna manera hay que salir de casa lo suficientemente preparada en cuanto a estética refiere para enfrentar un imprevisto. Por ejemplo encontrarte con un ex que camina casualmente por Paraguay y al que reconocés tardíamente cuando lo tenés apenas a unos metros de distancia. Parece distinto pero está igual.Frenás, te arreglás el pelo como si eso cambiase en algo las cosas. Te sorprende una gota de agua cayendo en tu hombro desde un aire acondicionado que pierde y pegás un saltito pensando que es otra cosa, no sabés qué. Te acercás, saludás. Querrías tener un espejo para saber exactamente qué es lo que él está viendo en ese momento que lo estás saludando. Le preguntás por su vida, sus hijas, el laburo, no necesariamente en ese orden. El hace lo mismo pero varía en si “seguís viviendo en la misma casa”. Lo notás tímido pero no te decidís si es algo del momento o si siempre lo fue. En definitiva sentís que le perdíste el rastro, que hay poco en común. Igual le dás un abrazo, quedás en un almuerzo con dos amigos en común algún día que probablemente nunca sea. Te vas con un “bueno, que estés bien” y te das cuenta que es casi un extraño, que estas cosas pasan, que te saludás como si nada y la vida sigue. Y es raro. Y además ya Loli lo había contado mucho mejor.
7 Comments:
Es tan raro...yo creo que lo que desencaja es vivir las dos sensaciones en simultáneo, el haber compartido intimidad (que lo hace a-temporal) y la sensación de esta viendo a alguien completamente extraño. Esto ultimo en parte es verdad, sólo conservamos una imágen no siempre acertada.
besos
siempre alguna cosa se conserva como propia, incluso como "compartida" pero es tan loco reconocerse como extraños. y decirse cosas que como bien decis, quizas nunca sean.
un beso. y si, siempre hay que estar preparada, asi parece.
Justo ayer soñe que me encontraba con un ex (de hace unos años) y su nueva novia, que de nueva no tiene más que el titulo (se lo ganó por ser la que vino después de mi, claro está). Me los encontraba en el cine y yo estaba sola (clara representación de mi presente amoroso) y les charlaba y teníamos re buena onda . Fue como un lindo sueño que me dejo con una sensación buena, de tranquilidad. Ah, y ellos casualmente ambos, se habían hecho claritos, creo que eso ayudaba de alguna manera a que yo me sienta a gusto con la situación.
Ya que el comment viene largo, qué más da? te cuento otra:
Hay un capítulo de Sex & the City en el que Carrie se encuentra con Aidan después de años y el esta con un bebito y se saludan y eso mismo que te paso a vos, y ella se da cuenta, right then and there, de que muchas cosas pueden pasar entre dos personas (algunas terribles) y que después de tiempo los dos estén regios y buena onda. Ella justo estaba por tener una de sus primeras citas con el soon to be nabo Berger y tenía miedo y ahí se le va por darse cuenta de esa gran verdad, e infiere que entonces nada tan terrible puede pasar en una primera cita. Nada de lo que no te puedas recuperar, even bad hair, yunno'
Acuérdate, Charlotte,de esa escena tremenda de "The Way We Were" cuando nuestra Barbra (queremos tanto a Barbra) se encuentra con Robert Reford al cabo de los años en la calle, ella con su hija, él tan políticamente correcto y la banda sonora detrás ... what's too painful to remember we simplu choose to forget. No hay vez que la vea y no llore por los desencuentros propios y ajenos.
qué buen, buen, buen texto my dear charlotte. y lo de loli la rompe también.
Igual, las mejores relaciones -o las más intensas y/o tramuáticas- dejan siempre alguna huella, algún rastro inadvertible para el ojo del incauto. Como en el final de Annie Hall, cuando Alvy se la encuentra saliendo del cine con otro, pero de ver la película a la que siempre él la arrastraba...
dónde están los utileros en esos momentos, qué hacen que no están pulverizando en el aire los olores pasados y los musicalizadores? así no se puede ser inolvidable
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