We two have run
Tarde en su vida, mi vieja aprendió a tener amigos varones o de repente simplemente le tocó tenerlos en ese momento y no tenía nada que aprender al respecto. Poco probable. La cuestión es que los tiene, no muchos pero los tiene y los quiere y los respeta y tiene relaciones muy parecidas a las que tengo yo. Los escucho hablar por teléfono el día de Navidad. Su mujer atiende y se quedan charlando hasta que le pasa el teléfono. El está lejos. Se retiró a vivir al campo; se retiró a vivir al campo el último tiempo que le queda desde que dijo no al segundo round del tratamiento que le proponían. Hablan, se ríen. El le cuenta de los viajes a los que lo lleva la morfina y hacen arreglos para verse pronto. Lo más pronto posible. Se despiden por teléfono; mamá suena contenta pero si le mirás los ojos están como se le ponen los ojos azules a mi vieja cuando se conmueve.
-¿Y vos lo querés ir a ver? ¿A despedirte?
Mira por la ventana de su cuarto y medita en serio mi pregunta. La piensa y la mastica en milisegundos.
-Definitivamente. Pasamos mil cosas juntos… Definitivamente.
Apenitas se le quiebra la voz pero ni se nota y ya está eligiendo lo que se va a poner. Yo los imagino hablando en el campo, sentados en un banco afuera charlando como hablan ellos, en ese tono "dramatismo cero". O tratando. Después pienso que le puse un final muy cinematográfico y tengo mis dudas.
Y en algún lugar egoísta creo que me tranquilizo pensando que no soy yo la que tiene que hacer esa visita, y que falte mucho para esas cosas, me digo, que me agarren más sabia, más algo, no sólo más vieja.
En la sala de espero le cuento a Toti. Lo hago con dudosas intenciones, como para refregarle que la vida es dura, para todos. Creo que lo digo para que se salga de su ombligo (¿y yo del mío?).
-Qué historia triste, me dice.
Y el también se queda mirando para la ventana.
(*)We two have run about the slopes,
and picked the daisies fine ;
But we’ve wandered many a weary foot,
since auld lang syne.
-¿Y vos lo querés ir a ver? ¿A despedirte?
Mira por la ventana de su cuarto y medita en serio mi pregunta. La piensa y la mastica en milisegundos.
-Definitivamente. Pasamos mil cosas juntos… Definitivamente.
Apenitas se le quiebra la voz pero ni se nota y ya está eligiendo lo que se va a poner. Yo los imagino hablando en el campo, sentados en un banco afuera charlando como hablan ellos, en ese tono "dramatismo cero". O tratando. Después pienso que le puse un final muy cinematográfico y tengo mis dudas.
Y en algún lugar egoísta creo que me tranquilizo pensando que no soy yo la que tiene que hacer esa visita, y que falte mucho para esas cosas, me digo, que me agarren más sabia, más algo, no sólo más vieja.
En la sala de espero le cuento a Toti. Lo hago con dudosas intenciones, como para refregarle que la vida es dura, para todos. Creo que lo digo para que se salga de su ombligo (¿y yo del mío?).
-Qué historia triste, me dice.
Y el también se queda mirando para la ventana.
(*)We two have run about the slopes,
and picked the daisies fine ;
But we’ve wandered many a weary foot,
since auld lang syne.
Labels: Mother
6 Comments:
Mientras leía me acordaba de Les Invasions Barbares.. Ese final rodeado de amigos en el campo...
La vida de tu vieja es una película a veces, no?
Happy New Year!
uf, pero qué bien lo contás carajo, igual, una mierda.
sos una hija muy especial.
besos
Feliz año! Hay gente que nunca se despide para que no se le pongan los ojos azules. Linda tu mamá en eso.
entre a comentar exactamente sobre esa peli- te leia y veia esa escena!
me encanta leerte ch.
besos my friend, buen año
uralita
(las invasiones barbaras, por si no se entendio en mi comentario anterior)
Besos
U.
Besos para vos amiga. Love love love
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