El gran Toti
Viene padre a buscarme para ir a almorzar. Anoche me escuchó un tanto huérfana y se ve que se conmovió. Nada raro en el. Cuando atiende el teléfono me dice: “Carooooozooo (porque desde que estuve en la panza de mamá el dice que me asocia con un carozo, en fin, dejémoslo para otra sesión), justamente en este momento estaba pensando en vos. En lo mucho que te quiero, en todo lo que te extraño, en lo poco que nos vemos…”.
Charlotte, habiendo escuchando la letra de este tango en alguna que otra oportunidad en estos 34 añetes de relación que nos unen respira hondo. Es adorablemente asesinable. Y ahí mismito, como era de esperar, agrega (como todos los 10 de octubre) la siguiente frase:
“10 del 10 a las 10 menos 10, después de 10 años de casados de Toti y E, fue el día más felíz de mi vida. Te habías lastimado el labio al nacer y yo estaba muy preocupado. Lo mejor eran los domingos a la mañana que te robaba de tu cuna, te acostaba en mi cama y vos muy bebita me balbuceabas en un idioma incomprensible y yo te imitaba y charlábamos horas”.
A veces pienso que papá y yo seguimos comunicándonos en ese idioma. Yo balbuceo ahora articuladas frases que el no comprende y el me responde alguna sarta de bobadas infantiles que yo no puedo entender. En fin, tal vez nunca hablemos el mismo idioma, pero pienso que cuando me abraza, habla mucho más claro y yo entiendo que con todas sus limitaciones y errores del pasado, me quiere locamente.
Charlotte, habiendo escuchando la letra de este tango en alguna que otra oportunidad en estos 34 añetes de relación que nos unen respira hondo. Es adorablemente asesinable. Y ahí mismito, como era de esperar, agrega (como todos los 10 de octubre) la siguiente frase:
“10 del 10 a las 10 menos 10, después de 10 años de casados de Toti y E, fue el día más felíz de mi vida. Te habías lastimado el labio al nacer y yo estaba muy preocupado. Lo mejor eran los domingos a la mañana que te robaba de tu cuna, te acostaba en mi cama y vos muy bebita me balbuceabas en un idioma incomprensible y yo te imitaba y charlábamos horas”.
A veces pienso que papá y yo seguimos comunicándonos en ese idioma. Yo balbuceo ahora articuladas frases que el no comprende y el me responde alguna sarta de bobadas infantiles que yo no puedo entender. En fin, tal vez nunca hablemos el mismo idioma, pero pienso que cuando me abraza, habla mucho más claro y yo entiendo que con todas sus limitaciones y errores del pasado, me quiere locamente.
8 Comments:
Ah, la (in)comuunicaciòn paterna. El capìtulo "Hija Mayor" del manual para padres, mi papà lo pasò de largo.
Y a mì tambièn.
me imagino.el no regitstro es choto. el mío lo que tiene es que es pura pura emoción y lo dice todo en serio pero le faltó un poco paternidad, esa de las pelotas bien puestas. de lo que todos se quejan yo lo reclamo, límtes más superyoico diríamos??? jaaaaaa
awwwww
la comunicación con la progenie es un fenómeno espeluznante, se pasea de un extremo a otro (cabe aclarar: del fastidio al amor) como un columpio librado o a la leve brisa veraniega o a una tormenta invernal.
che, me gusta a lot lot su blog, ya se lo dije?. dicho está.
(ola lala, siempre un gusto tumbarme con sus pasos)
pero muchas gracias cam. y coincido que es así, del fastidio al amor. por lo menos así me pasa con dad, con mamá es amor/amor.
¿qué pasa que no pasa nada?
el nuevo visitante
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Very cool design! Useful information. Go on! »
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