Au lait doble

La chica que trae el café de Cinnamon cada mañana pregunta si somos diseñadoras de ropa.
-Porque siempre hay olor a ropa nueva, acá.
Le digo que no, que diseñadoras gráficas, que yo ni siquiera. Entonces me pongo a pensar qué puede ser el “olor a ropa nueva”.
-Deben ser las tintas, de las impresiones.
Levanto una parva de brochures y se los acerco a la nariz. Dice que no. Pienso que puede ser el spray que tiramos de naranjas y pimienta pero parece que tampoco.
-¿Tienen alfombras nuevas?
Que no, que no y que no. Esta es más obsesiva de los olores que yo pero en cinco minutos no logramos encontrar el olor a ropa nueva en mi oficina. Mi café con una medialuna está esperando en la mesa de reunión y el olor ya se me metió en la nariz y no puedo pensar en otra cosa.