De vuelta al barrio
Maldigo los miles de momentos que se perdieron en estos 8 años en que no decidí hacer el cambio de domicilio y tener que tomarme un tren hasta Olivos para meter el desgraciado voto en la urna. Desde la ventana del tren torcí el cogote para recordar la vista, el largo paredón naranja de la quinta, Villate, el colegio San Lucas , la estación, la parte de atrás del departamento de la abuela Azucena, y donde debía verse el final del jardín de casa y a lo lejos la ventana de mi cuarto, el esqueleto de un nuevo edificio. Por suerte el tren ya va más rápido en esa parte del trayecto y la sensación no dura tanto y casi parece irreal.
En Acassuso mamá me espera con un almuerzo y mientras lo prepara aprovecho a recorrer cada rincón de sus múltiples bibliotecas (dos abajo, una en el descanso de la escalera, una en el pasillo y una en cada uno de los tres cuartos). Elijo varios, Franny and Zooey (gracias Loli, gracias Obelix), The Child in Time de mi amigo Mc Ewan, una vieja edición de Lolita, uno de Ted Hughes el coleccionista de esposas suicidas y mi Life of Pi.
Estoy tranquila y los almuerzos con mamá son lo más. Me cuenta de sus cursos varios y me hace reír un poco. En la heladera tiene muchos imanes pegados. Hay uno con la cara de Shakespeare y abajo la leyenda "He Lives!", al lado uno con la típica caricatura de Joyce. Dios, esta mujer lo tiene hasta en la heladera. Veo que los libros están lentamente invadiendo sus espacios. A ella le gusta verme tirada en el suelo planeando mi robo. "Hurto famélico" le digo. "Viste lo que son los precios?".
Hernán me pasa a buscar para volver a Olivos a votar. Siempre al borde de lo tarde. Vamos a mi ex colegio. Bajo con él. Su mesa era justo en mi clase de cuarto grado. Me meto en los baños y me río de los inodoros minúsculos, los lavatorios bajos. Podía recorrer todo el colegio, la cola era larga, pero decido agarrar su flamante auto automático e ir a votar por las mías. "Sabes arrancarlo beibis?". Pongo cara de "Please, baby, ni que fuera rubia". Me encuentro un rato tratando de recordar qué había que apretar para poder cambiar la palanca a drive. Opto por el freno. Correcto Charlotte, de acá en más es fácil. Manejo por las calles de Olivos de memoria. Podría hacerlo casi con los ojos cerrados. Decido no hacerlo. El auto de Her es nuevo.
En Acassuso mamá me espera con un almuerzo y mientras lo prepara aprovecho a recorrer cada rincón de sus múltiples bibliotecas (dos abajo, una en el descanso de la escalera, una en el pasillo y una en cada uno de los tres cuartos). Elijo varios, Franny and Zooey (gracias Loli, gracias Obelix), The Child in Time de mi amigo Mc Ewan, una vieja edición de Lolita, uno de Ted Hughes el coleccionista de esposas suicidas y mi Life of Pi.
Estoy tranquila y los almuerzos con mamá son lo más. Me cuenta de sus cursos varios y me hace reír un poco. En la heladera tiene muchos imanes pegados. Hay uno con la cara de Shakespeare y abajo la leyenda "He Lives!", al lado uno con la típica caricatura de Joyce. Dios, esta mujer lo tiene hasta en la heladera. Veo que los libros están lentamente invadiendo sus espacios. A ella le gusta verme tirada en el suelo planeando mi robo. "Hurto famélico" le digo. "Viste lo que son los precios?".
Hernán me pasa a buscar para volver a Olivos a votar. Siempre al borde de lo tarde. Vamos a mi ex colegio. Bajo con él. Su mesa era justo en mi clase de cuarto grado. Me meto en los baños y me río de los inodoros minúsculos, los lavatorios bajos. Podía recorrer todo el colegio, la cola era larga, pero decido agarrar su flamante auto automático e ir a votar por las mías. "Sabes arrancarlo beibis?". Pongo cara de "Please, baby, ni que fuera rubia". Me encuentro un rato tratando de recordar qué había que apretar para poder cambiar la palanca a drive. Opto por el freno. Correcto Charlotte, de acá en más es fácil. Manejo por las calles de Olivos de memoria. Podría hacerlo casi con los ojos cerrados. Decido no hacerlo. El auto de Her es nuevo.
8 Comments:
Ch., no ande como Reina en el exilio volviendo a Olivos para votar... Por años yo volvía a La Plata por el mismo tema y una vez que llovía como el Día del juicio Final decidí hacer el cambio de domicilio a BA.
¡Cierre el círculo con su morada y vuelva a Olivos por gusto y no por obligación! Digo.
PS: no puede ser que el primer comment sea un spam! :-(
algún día me gustaría recorrer esas bibliotecas de mother...pero avísele que no me llevaré ninguno! así me deja entrar
ahora cuando entro a una librería con intención de compra, voy directamente al aparato giratorio de las ediciones "de bolsillo"...
trato de encontrarle las ventajas (además del precio!),"son re livianitos, los podés agarrar con una sola mano, es muy cómodo para leer en la cama".
muy lindo su post CH! la quiero
Thuf: tiene razón, pero no volvería ni por gusto creo.
ideal para la cama y el subte, Psic! Puede venir a robar a lo de mother cuando quiera. sobre todo, considerando que yo he hecho lo propio con los de su mother en esa linda casa en la playa...
vamos para adelante entonces!
a robar se ha dicho!
qué auto tuvo el gusto de manejar ch?
206 o 307 creo, yo no se nada de autos. solo le olí el olor a nuevo...
Charlotte, somos dos.
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