Strippers devaluados

K tiene casamiento en Londres (un amor estos que te sacan eventitos de este estilo para las pobres devaluadas) y hoy la agarro al fono en la oficina con su amiga en Australia organizando la despedida de soltera (aka the Hen’s party) y la escucho, “80 pounds for dinner per person, 250 for the stripper…” y pienso, 250 pounds, unos $1425 pesossss. Por dios!!! Tengo varios devaluados que están más que aptos para stripear y por mucho menos. El imperialismo llega a límites impensados.
No tengo muy claro a cuánto están los stripperas acá, la última vez que llamamos a uno fue hace mil años y encima el padre de M nos hechó al grito de “prostitución en mi casa no!” y partimos todas a lo de A y lo citamos al stripper ahí. Cuando M fue a abrirle la puerta vino corriendo por el pasillo y dijo: “Llegó Carlos y es muuuuuuuyyyy feo”.
M tenía razón. Pelo largo rubio, espalda blanca, blanca como la leche y encima tenía este tic tipo los pibes de Ráfaga que se pasan los pelos de un lado al otro mientras se menean. Un bajón. Y ahí nomás A me mira y con un champagne en la mano me dice: “es que es verdad boluda, esto es PROS-TI-TU-CION”. Y solo un rato después la escucha a la muy perra: “escucháme Carlos, el slip, te lo vas a sacar o no?”.
Y para qué! Carlos se sacó el slip y fue un bajón, un bajón, total. Ver una cosita ahí toda achicharrada, muerta, ni un poquitito caliente estaba pobre Charles ni había usado producto ni esas gomitas que apretan y nos dio tanta pero tanta pena que L le dice: Carlos ya está, vestíte. Querés un cafecito??
y nos quedamos todas tomando un cafecito con Charles que era estudiante y cobraba mucho menos que en Londres y estaba mucho mejor vestido que desnudo y M la novia borracha y conmovida lo invitó después de las 12 y Charles no paraba de repetir que éramos lo más porque según él en las despedidas de solteras y otros eventos que animaba a) se las tenía que trincar a todas o b) lo partían al medio.
Ah y lo más patético de todos era que el traía su cassette (si , sí, su cassette) con su propia música y arrancó con: “es como un gato siamés…”.