La insoportable pesadez de ser
No poder poner en su lugar ni una media, ni un corpiño ni una remera. Barrer todo a los empujones a un costado de la cama y dormir en un espacio del tamaño de una vainilla. No hay clase de yoga que me saque de la retorcida postura en la que dormí. Mal despertar, mal despertar. Y lo peor de todo, dejé todo en las mismas condiciones en que lo encontré anoche.
3 Comments:
Claro Ch, claro, no podía ser de otra manera, Ud y yo sí que estamos emparentadas.
saludos
Usted es un bardo también, sister?
siempre Ch`s
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